domingo, 18 de octubre de 2015

POEMAS DE LUIS CERNUDA, LA REALIDAD Y EL DESEO


Una voz de tono y contenido universal

         VII
Existo, bien lo sé,
porque le transparenta
el mundo a mis sentidos
su amorosa presencia.

Mas no quiero estos muros,
aire infiel a mí mismo,
ni esas ramas que cantan
en el aire dormido.

Quiero como horizonte
para mi muda gloria
tus brazos, que ciñendo
mi vida la deshojan.

Vivo un solo deseo,
un afán claro, unánime;
afán de amor y olvido.
yo no sé si alguien cae.

Soy memoria de hombre;
luego, nada. Divinas,
la sombra y la luz siguen
con la tierra que gira



            XVII
No es el aire puntual
el que tiende esa sonrisa,
en donde la luz se irisa
tornasol, sino el cristal;
que de tan puro, imparcial,
su materia transparente
hurta a los ojos, ausente
con imposible confín,
porque su presencia en fin
tan sólo el labio la siente.
                                    Primeras poesías( 1924-1927)


Qué más da el sol que se pone o el sol que se levanta,
La luna que nace o la luna que muere.

Mucho tiempo, toda mi vida, esperé verte surgir entre las nieblas monótonas,
luz inextinguible, prodigio rubio como la llama;
ahora que te he visto sufro, porque igual que aquellos
no has sido para mí menos brillante,
menos efímero o menos inaccesible que el sol y la luna alternados.
más yo sé lo que digo si a ellos te comparo,
porque aún siendo brillante, efímero, inaccesible,
tu recuerdo, como el de ambos astros,
basta para iluminar, tú ausente, toda esta niebla que me envuelve.                  
                                                                Los placeres prohibidos (1931)


Poeta español nacido en Sevilla  el 21 de septiembre 1902. Hijo de padre militar, respiró una atmósfera de estricta disciplina y desafecto reflejada en su carácter tímido, introvertido.

En esos primeros años marcados por la soledad descubre la literatura, y lo hace de manos de Bécquer, autor con el que su poesía presenta importantes contactos, tanto en sus primeros versos (Perfil del aire) como en otros libros posteriores (no debemos pasar por alto que el título del libro Donde habite el olvido está sacado de un verso de Bécquer).

Estudió Derecho y Literatura Española. Lírico exquisito, fue encasillado entre los representantes de la «Poesía pura».  En 1925 comenzó a frecuentar el ambiente literario, haciendo amistad con los más destacados poetas de su generación: 
Alberti, Aleixandre, Prados, y García Lorca,  entre otros.
Exiliado después de la guerra civil, fue profesor de Literatura en Glasgow, Cambridge, Londres, Estados Unidos y México

 Los ideales y la orientación sexual del poeta andaluz harían que nunca más volviera a pisar su tierra, dejándola huérfana de sus letras como en tantos casos ocurrió durante la oscura etapa del franquismo.
Falleció en Méjico en 1963.

Facebook/rosariovalcarcel/escritora



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