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viernes, 29 de noviembre de 2019

Marieta de las Casas, Aquellas pequeñas cosas


El pasado sábado día 23 El Área de Igualdad de Los Llanos de Aridane en el ciclo denominado Pioneras ha reconocido la labor profesional de María de las Casas
Mis padres me llevaban en verano a la isla de La Palma, a Los Llanos de Aridane.
Una ciudad a la que llegas después de atravesar un paisaje poderoso engendrado por los fuegos y moldeado por el mar y por la naturaleza de su tierra y volcanes. Una ciudad en donde yo, de niña, disfruté con amigas yendo a varear almendras o deslizándome por los arrulladeros de la Plaza.

Luego la vida, el trabajo, los hijos me alejaron durante años. Pero la emoción de aquellos veranos nunca se ha disipado. Como tampoco se me han olvidado las dos noches de navegación que teníamos que hacer para llegar a la isla de La Palma.

¡Qué alegría sentía al llegar a Los Llanos, ver a la familia! Yo no podía quitar mis ojos de la abuela. También estaban los tíos, algunos de mis primos, Petra. ¡Cuánto cariño había en sus miradas! Mamá besaba y abrazaba a toda la familia. Papá en seguida se acercaba a su madre, a la tía Juanita y a Petra, las besaba en la frente. ¡Qué revuelo se armaba! De pronto mamá me daba un codazo, que era la señal para que no me despistara con los saludos.

¡Aquellas pequeñas cosas!

María de las Casas nació el último día del año 1891 en una ciudad pequeña e íntima, en Santa Cruz de La Palma y heredó la afición literaria de su padre. Con solo nueve años, comenzó a participar en funciones teatrales en Santa Cruz de La Palma a beneficio de los fondos de la Cruz Roja. Y declamó con tono solemne y voz clara y alta, un trabajo de su padre Pedro J de Las Casas Pestana.


Un año más tarde, la Asamblea Suprema de la Asociación de La Cruz Roja, le concede a Marieta, la Medalla de plata de la Institución. Tenía tanta seguridad en sus relaciones sociales que no había fiesta benéfica en la que no participará con aplomo y sonrisa intelectual.
Muy pronto logró el título de Bachiller en el Colegio de Segunda Enseñanza Santa Catalina y fue la primera mujer nacida en La Palma que obtuvo esa titulación. Más tarde se creó un gran prestigio dentro de su promoción cuando se diplomó como Maestra superior de Primera Enseñanza.

Desde muy pequeña, escuché a papá, hablar y hablar de las virtudes de la vieja, como él llamaba a su madre:

-Conoce el arte de escribir, de la enseñanza y las escenas teatrales. Domina cualquier tertulia y sus opiniones siempre las suaviza con ironía y buen humor.

Con dieciocho años participó en una velada literaria musical a beneficio de los más desfavorecidos de Fuerteventura. Aquella noche intervino también su amiga Juana Tabares y nos sorprendió con un poema de la poeta Leocricia Pestana. Marieta hablaba de ella con gran respeto.

Por cierto, que en 1927 doña Juana Tabares (1888-1956), se convirtió en la primera mujer concejal de Los Llanos de Aridane. Y en su Homenaje el 23 de junio de 1953. María de las Casas, tomó la palabra y después de extenderse en emotivos recuerdos de sus largos años de ausencia…añadió:

Felicito al pueblo y al Municipio por los honores que los altos poderes han concedido a nuestra dilecta paisana Juana Tabares.

María de las Casas, ingresó al Cuerpo de Telégrafos en 1909. En un primer momento la destinaron a Fregenal de la Sierra, provincia de Badajoz. No estoy segura de si realmente se desplazó a la península. Lo que sí sé es que estuvo en Gran Canaria, en la ciudad de Telde, durante un tiempo, en el Paso de La Palma, y que dos meses antes de acabar 1911, la Junta Provincial de Instrucción pública la nombró auxiliar de la Escuela de Niñas del Distrito Norte de Santa Cruz de la Palma.

El 31 de julio de 1914 José Julio Valcárcel Ramírez y María de las Casas se convierten en marido y mujer. Marieta tenía veintidós años y estoy segura que disfrutó de la boda. ¡Era tan religiosa!  Y que al pie del altar un cura de santidad experimentada, pronunció esas palabras de felicidad que dan sentido al ritual.


Muy pronto, creo que fue al morir sus dos niñas, se traslada a Granadilla de Abona, Tenerife. Allí nacieron sus tres varones, José Julio, Pedro J. y Antonio Valcárcel. Ejerció de jefa de Telégrafos, fundó y dirigió la academia de Segunda Enseñanza Nuestra Señora de las Mercedes. Colaboró en iniciativas sociales y culturales que redundaron en el bien de la Villa Y fue tan querida que actualmente el lugar en donde está ubicado el actual Centro Cívico y la calle lleva el nombre de María de las Casas. 

Pero mucho antes, ya podemos encontrar, publicaciones de artículos suyos en periódicos o entrevistas como:

 Desde muy niña —contaría poco más que mi hijo Julito, o sea unos siete u ocho años—me dio por los cuentos. Mi padre me los pagaba a cinco céntimos... ¡Oh, aquellos tiempos!... Entonces cinco céntimos… Era toda una personilla. Yo, que me diferenciaba de mis compañeras por mi amor a las Letras, los trocaba en sendos cuentos de Calleja, que leía con avidez. Más tarde, próxima a terminar mi carrera de maestra, comencé a colaborar en los diarios que dirigía mi padre...
     ¿Y se llamaban?—la interrumpimos.
     No recuerdo bien... Creo que La Solución, Hija de la Palma, etc., etc.
     ¿Fue larga su colaboración? —Colaboraba sin colaborar.
     ¿Y eso?
—Verá: Entonces en Canarias no existía el elemento femenino en las redacciones. Mi padre no quiso que firmase y... no firmé. Sin embargo, mi colaboración fue larga.

No olvidemos que, por aquellos tiempos, la mayoría de las mujeres literarias tuvieron que refugiarse en seudónimos masculinos, en la oralidad, por eso  gran parte de la obra se ha perdido o es de difícil rescate.

Por lo que vemos esa inquietud periodística de María de las Casas la tenía desde su infancia. Colaboró con crónicas sociales y culturales, relatos, poemas, en periódicos como el Diario de Avisos, en la Gaceta de Tenerife, La Provincia, Falange y en revistas de ámbito nacional, como Crónica y Mundo gráfico. Y tanto desde su isla como fuera de ella reflejando muchas veces el amor que sentía por La Palma. Y leo:

Lector palmero Valor, fe, fraternidad,  esa es la clave del triunfo. No desmayéis defendiendo vuestros fueros, Así haciendo ahora lo que siempre habéis hecho en pro de vuestra grúa ¡la nuestra! podéis muy pronto saludar la luz de la victoria, podéis estar seguros del porvenir de la raza, de la grandeza de la bien amada Benahoare.
Isla bella, madre mía  Cuánto más viajo y más lejos, más dentro de ti estoy  y a medida que las primeras enjoyan mi gozo, más leve se me muestra la sombra de los inviernos.” … María de las Casas. Diario de Avisos, Santa Cruz de La Palma, junio1927.

Como escritora ganó diversos premios literarios. Publicó  también cartas a los niños, a la mujer, a las madres a las que ensalza en muchos de sus artículos.

De regreso a Los Llanos de Aridane, continúa ejerciendo de telegrafista, de maestra de la vida en periódicos, crónicas, en las Fiestas de Arte. En algunas de ellas participó con otros escritores como refleja el Diario de Avisos el 11 de agosto 1960 en Fiesta de Los Llanos.

 Las estampas tenían mágicos efectos de luz y colorido. Los trabajos literarios que ilustraron la fiesta eran de los escritores doña María de las Casas y don Pedro Hernández…

Perteneció la señora de las Casas a una generación de hombres y mujeres en la que no se valoraba el talento de las mujeres. Estaban condenadas a ser lo que en la jerga del siglo se llamó “niñas de su casa” Para desempeñar cualquier actividad necesitaban de una extrema disciplina y mucha suerte. Marieta tuvo esa suerte porque la disciplina fue, por fortuna, una parte de su herencia.



Su compleja personalidad es seguramente uno de los principales atractivos de María de las Casas. Fue leal a sí misma, con el convencimiento de que el periodismo y la literatura eran esenciales, ya que a través de ella  arrancaba los secretos a la vida, a la isla en donde podemos pasar de la realidad al ensueño con facilidad, del cielo enrojecido de los atardeceres al silencio inmóvil de millones de estrellas desconocidas.  Una “ciudad de ensueño” como se le llamaba en tiempos del cronista don Pedro Hernández, Antonio Gómez Felipe y la propia Marieta:

No sabe esta humilde cronista qué atractivo tiene Los Llanos de Aridane. Ciudad del sueño, se la llamó hasta hace poco. Ciudad de ensueño, le dicen hoy. Y con el prefijo, su símbolo es exacto. En sus fiestas hay una embriaguez de vida, de animación, de alegría; se encuentra y se siente tal afán, que nos arrastra hacia la multitud y nos hace ir a ella.
Artículo titulado: Por nuestras fiestas. En la ciudad de ensueño. María de las Casas. (Diario de Avisos, 16.08 1957)

¡Qué importante son los retratos de nuestras mujeres, de sus mentes, de su indumentaria! María de las Casas vestía sencilla, muy sencilla. Sin embargo tenía una presencia poderosa, tanto que yo algunas veces me quedaba como hipnotizada. Con su melenita lisa, muy blanca, según papá, era canosa desde que tenía 35 años. Su piel empolvada y su mejillas sonrosadas, su boca fina, sus manos… pero lo que más llamaba la atención era que a través de sus gafas de cristales muy gruesos, a través de sus ojos brillaba la inteligencia. Y pensé que, igual que ocurre con personajes de talento, era sólo el arte lo que había retocado su fisonomía.
Por los años sesenta, su aspecto no parecía saludable, aparentaba muchos años, muchos pero no descuidaba sus facultades. Seguía soñando en ejecutar grandes planes tanto para ella como para sus nietos a quienes enseñaba literatura, matemáticas, francés… Soñaba para ellos con posiciones privilegiadas, inteligentes casadas/os  con carreras universitarias: abogados,  médicos.

¡Aquellas pequeñas cosas!

Eso fue hace mucho tiempo, claro, pero recuerdo bien como de su cuello colgaba una cruz oscilando en una cadena, una cruz que simbolizaba su creencia tan presente en su vida, en la educación y en la moral, no solo de ella sino de la mayoría de las familias de aquella época. Pero lo que más me llamaba la atención era que, junto al crucifijo también prendía una pequeña llave. Una llave que abría la caja donde se guardaba los dineros de los giros, telegramas, notas, los servicios telegráficos. Una vez al mes debía hacer el arqueo con esa llavecita que ella guardaba celosamente. 

En la casa de Telegrafos vivían tres grandes mujeres: María de Las Casas, Juana Carmona y Petra. Formaban parte de lo que yo llamo las heroínas de la época.

Tanto mi tía Juana como Petra, parecían bastante mayores de lo que en realidad eran, quizás por su forma de vestir o simplemente porque cuando somos pequeñas creemos que los ascendientes son muy mayores. Mi tía iba y venía por toda la casa, haciendo esto y lo otro, moviendo sus dulces ojos castaños. Organizaba la casa, ayudaba con la correspondencia de la abuela, en la oficina de Telégrafos…

¡Aquellas pequeñas cosas!

Papá transformó a su madre en un ser perfecto. Admiraba su capacidad de trabajo a jornada completa, la singularidad de su talento; que por cierto, alguien decía que es la verdadera patria universal y, hablaba de ella con gran pasión, por eso al morir la abuela, sintió un vacío tan grande que, me atrevo a decir que ella vivía en él después de muerta.

Escribía mi abuela de las antiguas verdades: amor y honor, religión y piedad, sacrificio y sueños. Y desde el tiempo que todo lo magnifica la veo sentada junto a mí, en una de las mesitas en la pérgola del Casino de la Plaza de España de Aridane cobijada bajo las dulces buganvillas.
En los artículos de María de las Casas se vislumbran la mujer que fue, su personalidad, los tiempos frágiles que vivió, y sobre todo el testimonio de aquella realidad social. Le preocupaban las víctimas de la opresión, de las injusticias de este mundo. De esa realidad que ella vivió repleta de creación y del infortunio, de la moral rígida y la religión. Según su biógrafo se la consideró una excelente conferenciante, poseedora de una oratoria brillante a la que unía una vasta cultura.

El 27 de marzo de 1967, muere Marieta. Esa pérdida fue un golpe inesperado para mí, tanto que pensé que nunca estamos preparados para las despedidas. Pero ¿Cómo se prepara una para la muerte de una abuela? ¿Cómo prepararse para ese combate contra el destino?
Hoy hago recuento de mis vivencias, del Valle de Aridane, siempre igual o siempre diferente. Hago recuento de mi memoria sentimental, de mis pequeñas alegrías  y doy las gracias por todo a esta ciudad. Pero también doy las gracias a una gran mujer, que fue mi abuela: Marieta de las Casas. 
 
Gracias al Área de Igualdad del Ayuntamiento de Los LLanos de Aridane, especialmente a Elena Pais y a Susana Díaz por esta iniciativa de mujeres PIONERAS de los LLanos de Aridane.

Gracias al Presidente del Cabildo Mariano Hernández Zapata por su, siempre cariñosa, presencia al homenaje de mi abuela. Gracias a Carmencita Hernández y a Miguel Pérez por sus emotivas palabras, así como el dúo músical compuesto por Cristina Doménech (clarinete) y Jorge Latorre (tuba). Gracias al numeroso grupo que se acercó a arroparnos en un precioso día soleado y con tantas actividades en la isla de La Palma.

lunes, 25 de noviembre de 2019

Oliver Laxe, El arte es mujer,

 escrito por Luis Martínez del periódico El mundo


Oliver Laxe: "El arte es mujer... La energía femenina es lo ambiguo, lo sutil"

Tras ser premiado en Cannes, el cineasta gallego ha convertido 'Lo que arde' en el acontecimiento secreto (cada vez menos) del cine español


El cineasta Oliver Laxe. Laurent KOFFEL/Gamma-Rapho via Getty Images
Dice Oliver Laxe que le gustan las personas rotas. «Tienen grietas por las que pasa la luz», explica. También afirma que cuando rueda tiene siempre en mente una cruz. No por religioso, sino por preciso. En el eje horizontal, sostiene, estaría lo que pertenece a la causalidad, al relato, a lo físico, a la emoción. El vertical en cambio es el que llama a las sensaciones estáticas, a las propiamente artísticas. «Lo verdaderamente difícil e interesante es permanecer justo en el centro, donde se cruzan los dos ejes», afirma y sigue: «Los autores tendemos a despreciar las emociones. Y eso es porque las confundimos con las excitaciones, que es un poco lo que hace ese cine de la distracción y destrucción que nos rodea y que funciona como la bollería industrial. Todo es azúcar. Hay una obsesión por tener al espectador permanentemente excitado. Pero la excitación es algo que se va rápido. Como sube, baja. Tenemos prejuicios hacia las emociones y creo que hay que abandonarlos. Ahora, después de tres películas, entiendo que si a través de la emoción bloqueo la razón, consigo que las imágenes se acerquen de forma más natural al espectador».
Lo que arde o, mejor, O que arde, la tercera película del director gallego con Premio del Jurado en la sección Un Certain Regard de Cannes, llega al Reina Sofía de Madrid después de recorrer con paso quedo, pero firme, eso que el tiempo ha dado en llamar circuito comercial. En su modestia de cine profundamente ambicioso cuenta ya con más de 50.000 no tanto espectadores como creyentes. El cine español tiene en esta película su particular descubrimiento. Y secreto. Es cine que, por las llamas sin duda, deslumbra. Es cine contra el desarraigo. Es cine que busca, y a fe que encuentra, el reconocimiento. Es cine que quiere ser antes que nada una vuelta a casa. «Si no es maleducado, me voy a poner un poco religioso. El ser humano tiene un gran desgarro al nacer. Justo en ese momento se produce un vacío de amor que cada uno cubre a su manera. Clínicamente se llama neurosis. El modo de un artista es muy evidente: haces cine para gustar, para que te amen. Y lo que vale para mí, vale sin duda para el personaje de mi película», dice el director.


Amador y Benedicta en un momento de 'Lo que arde'.
En efecto, y para situarnos, O que arde es la historia de un regreso. Benedicta, ya octogenaria, recibe a su hijo Amador que sale de la cárcel con un asertivo «Tendrás hambre». Sin dramatismo, como si no hubiera pasado el tiempo, como si no vivieran, los dos, sepultados por los años de condena, uno encima del otro, porque él incendió el bosque. Amador es lo que la prensa llama con el incendiario nombre de pirómano. A su manera, ese hombre, puro desarraigo, arrastra todas las culpas de un tiempo y una vida que desaparece. Las causas de los incendios son muchas. Casi tantas como las culpabilidades. Pero él, en su silencio, las posee todas. «Si te hacen sufrir es porque ellos también sufren», dice la madre. Le humillan porque quizá todos viven humillados.
Cuenta Laxe que lo que más le ha enraizado, lo que más le ha hecho sentir el peso de la tierra, es oír hablar a sus abuelos de los capítulos trágicos de su vida: muerte, hambre, emigración... «Cada verano, mis padres, que eran porteros en París, nos traían al pueblo donde transcurre mi película. Era la Edad Media. En el buen sentido. La gente respiraba una dignidad, una soberanía, una nobleza, una aceptación, un desapego... Una soberana sumisión. Y eso siempre me ha acompañado. Me acuerdo de llorar mucho en el colegio. Era muy frágil», comenta. No queda claro si habla de la película, de él, del personaje o de todo a la vez. Habla sin reparo, sin miedo a los gestos por fuerza desproporcionados de cada una de sus frases. No hay ironía, tampoco la impostura, quizá sí, inocencia, pero consciente. Entonces, ya no es inocencia.
Alrededor de los dos personajes, madre e hijo, el director compone un retrato elegiaco, casi apocalíptico, «un melodrama seco», tal como le gusta decir al director, sobre el poder de purificación de las llamas. Las llamas acaban con todo de la misma manera que anuncian la necesidad de un tiempo completamente nuevo. Su virtud salvífica coincide exactamente con su capacidad para la condena. El mismo fuego que mortifica a los pecadores ilumina a los puros. Y así. La película sorprende en su sencillez por todo lo complejo que esconde. Cada plano evoca mil maneras de hablar; cada historia esconde el relato entero de la humanidad. Si en Todos vós sodes capitáns, su película de 2010 estrenada en la Quincena de los Realizadores de Cannes, ensayaba un viaje al sentido mismo de la imagen de la mano de un profesor y sus alumnos cineastas, ahora la propia imagen se ofrece como una invitación al fondo de todos los misterios posibles. Al fin y al cabo, de eso se trata: de tocar la piel misma del misterio. Y arder con él. De la misma manera, O que arde se levanta contra muchos de los hallazgos de Mimosas, su siguiente película y premiada en La Semana de Crítica también en Cannes. Si aquella era una aventura hacia fuera, hacia el Atlas marroquí, ésta lo es hacia dentro; hacia lo profundo de un mundo que se desvanece.


Un momento de 'Lo que arde'.
A la cinta le asisten cuatro rodajes distribuidos entre el verano, el invierno y la procelosa captura del fuego. Y en medio, la prodigiosa fotografía de Mauro Hercé. Lo que se ve es el resultado iluminado de un trabajo de campo al borde mismo de las llamas y, por momentos, se diría que hasta dentro de ellas. La película arde tanto como quema. Pero si algo la distingue es el silencio atronador de cada uno de sus protagonistas. Más, pese a estar en segundo plano, el de ella que el de él. Benedicta es Meryl Streep, pero en bueno. «Los dos están rotos y por su cuerpo se ve la luz. Aunque, la verdad, la luz es un velo y, por momentos, es ella la que no te deja ver nada», comenta Laxe y, admitámoslo, despista. Pero era Benedicta de la que hablábamos. «Sí, es de ella y de ellas. Las mujeres están más conectadas con el mundo y con la tierra que los hombres. Son más soberanas porque aman por encima de todo», reflexiona, se detiene y sigue: «Confío en las mujeres y me dejo llevar por ellas. Estamos en un momento de inversión de valores radical. Estoy convencido de que hay que feminizar la mirada. Y eso significa que lo urgente es preparar al espectador no para que entienda las obras de arte sino que las sienta. El arte es mujer porque no es un lenguaje recto. No tiene ángulos ni luz siquiera. La energía femenina es lo ambiguo, lo exotérico, lo sutil. Lo femenino es el mundo de las sombras sutiles y lo masculino, de las sombras materiales. Vivimos en el imperio de la luz, en el imperio del sentido, y no sé si se puede reorientar esta decadencia. La misión del arte y del cine es recuperar esa energía que es femenina o no es». Y ahí, de momento, lo deja.

martes, 19 de noviembre de 2019

Un poema de Ibrahim Sall, (Senegal)



EXTRAÑOS HERMANOS

 Adónde vais extraños hermanos,

cuyos ojos agudiza la noche
con nuestro equipaje en las caderas.

Adónde vais
extraños hermanos
cuyo paso extiende la noche
entre las piernas las lenguas de nuestras independencias.

Adónde vais extraños hermanos
cuyo apetito acentúa la noche
con los tallos de nuestras cosechas entre los dientes.
Pero a dónde vais pues,
extraños hermanos
extraños hermanos.            (Ibrahim Sall)


Ibrahim Sall, nació en Louga, una pequeña ciudad situada en el noroeste de Senegal, en 1949. Se sabe relativamente poco acerca de su niñez, pero sí que fue uno de los protagonistas de las manifestaciones estudiantiles contra la reducción de fondos universitarios en la Universidad de Dakar en mayo de 1968. Su escritura temprana, de hecho, se ocupa a menudo de los problemas políticos surgidos durante la primera década de la república senegalesa, y muchos de sus poemas adoptan un tono crítico hacia figuras políticas. En los años ochenta se comprometió con el movimiento sociopolítico «Set-Setal». Su foco literario incluye temas como la negritud, la crítica social y la libertad de expresión. Es considerado uno de los escritores senegaleses más importantes de la época moderna, tanto en poesía como en teatro y narrativa.

Notas tomadas de redes sociales.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Nuevo Futuro celebra su rastrillo benéfico navideño en el Centro Comercial El Muelle

Hoy en el periódico La Provincia



La Asociación Nuevo Futuro celebrará del jueves 14 al domingo 17 noviembre su ya tradicional rastrillo benéfico navideño en el Centro Comercial El Muelle.
La intención de este encuentro solidario, que viene realizándose desde 1988 anualmente en la capital grancanaria, es recaudar fondos destinados a sostener las labores y proyectos que realiza esta organización sin ánimo de lucro en la ciudad. 
Actualmente la entidad gestiona cuatro hogares para menores de edad que hayan sido declarados en desamparo y tutelados por el Gobierno de Canarias en los barrios La Paterna,Lomo de Los Frailes, Lomo Apolinario y Schamann,

El rastrillo, que estará situado en la primera planta del centro comercia, junto al ascensor panorámico, contará con todo tipo de objetos y productos. Además de los artículos navideños, la asociación pondrá a la venta antigüedades, ropa y calzado, manualidades entre otros. Destaca una sección de alimentos gourmet, con aceite de oliva, ibéricos, mermeladas especiales de alta calidad. 

En estos días previos al encuentro, los diferentes voluntarios han procedido a montar los diferentes stand. Tino Montenegro ha sido el encargado de organizar la decoración del espacio, tal como ya hizo el año pasado. Este contará también con un  Rincón del Arte, el cual estará dedicado en esta ocasión al ajedrez, de tal manera que se expondrá al público y a la venta una serie de obras pictóricas con el clásico juego de mesa como alegoría principal, una muestra que está dirigida por Diego Casimiro. 

El jueves la asociación organizará en el rastrillo un torneo de canasta y el viernes uno bridge. Pero los los actos benéficos de Nuevo Futuro no acaban este fin de semana. El 30 de noviembre  celebrarán una cena de gala en el recién reinaugurado Royal Hideaway. Una velada en la que contarán  con la actuación musical del grupo La Trova y las pintoras canarias Rufina Santana y María Dolores Checa. 

Por otro lado, el Nuevo Futuro abrirá el próximo lunes, 18 de noviembre, otros dos centros de acogida de menores. La organización nació en 1982 con el objetivo de ayudar a miles de niños y adolescentes en desamparo. Estos días decenas de voluntarios se afanan en dejar todo listo para ayudarles con lo recaudado en el rastrillo.


miércoles, 6 de noviembre de 2019

2 Poemas de José Tadeo Tapanes y J Margarita Otero


Ayer día cinco de noviembre se presentó en el Círculo Mercantil de Las Palmas de Gran Canaria, un nuevo libro de poesía titulado Frente a Frente. Diálogos en sonetos.


Hoy me alcé de mi lecho diferente,
despertando de un sueño que he vivido;
tomar otro camino he decidido
tras mirarme al espejo frente a frente.

Huiré de esa calle desolada,
en donde he deambulado sin hallarte,
dejaré de seguirte y de buscarte
en esa senda oscura y enturbiada.

Hoy he visto la luz de mi mirada,
y no vi tu reflejo, sino el mío,
y sentí como nunca mi extravío

Al confiarte mi amor ilusionada
y creer que iba a llenarme tu vacío;
¡vano intento de un alma enamorada!
                                                                        Marotsy


Vano intento del alma, vano intento
de subir a los cielos asustada
y hoy buscaste y no viste en tu mirada
más que un eco desordenado el viento
Echaste al fin a andar y el movimiento
vuelve a hacerte mujer ilusionada.
No mires hacia atrás, que no hay más nada
que la estatua de sal de tu lamento.

No mires hacia atrás, como veía
el ojo que al mirar se quedó ciego.
No mires hacia atrás que es fantasía,

sus lágrimas fantasmas y su ruego.
El alma es una piedra que se enfría
Aunque lata un volcán allá en tu fuego.
                                                                              Tadeo Tapanes




Y como bien dice el subtítulo del libro son diálogos en Sonetos entre Marotsy y Tadeo presenciamos toda una tempestad de comunicación de dos poetas que, como dos adolescentes tiernos, consiguen desenredar las estrellas y aunar la arena con el mar en un discurso paralelo y amoroso, vivido con una gran carga emocional. Una experiencia emotiva del encuentro con ellos mismos y con la colectividad que se manifiesta en el abrazo universal entre dos islas: Cuba y Gran Canaria, entre dos seres Marotsy y Tadeo



Y en los rincones de su pasión, aluden a Eros y Tánatos, a santas y dioses, a corazones que galopan en el agua y en el fuego, como exaltación de la vida. Se estrechan las manos, atesoran volcanes, musas, mitos y leyendas y, se deslizan por el miedo de ese encuentro de la colectividad que acontece en la conciencia plena de estar vivo.


Presentó el acto con ese arrojo y seguridad que le caracteriza Esteban Rodríguez García, abriendo el turno de los colaboradores del libro. Participa Albertine de Orleans en calidad de Presidenta de AOC y editora del libro. Pilar Bravo de Laguna como representante de Aldeas Infantiles en Canarias, así como los poetas Ina Molina e Izan quienes recitaron dos poemas del libro. 

Comentaron la experiencia de la lectura y los prólogos o epílogo del libro: el artista plástico Antonio Cerpa y la escritora Rosario Valcárcel y en sustitución del poeta Manuel Díaz Martinez quien no pudo asistir al evento, leyó el epílogo el escritor Alejandro Dieppa. Cierra el libro la poeta Magdalena S. Blesa con un texto titulado "Una conversación celestial".

Ileana Galiano y Chema Muñoz, amenizaron el acto con un recital poético-musical.

Marotsy y Tadeo, dos poetas solos, cada una en su estancia buscando el ahora, las huellas del pasado,  en su contexto: familia, formación, estilo, acontecimientos vividos, reflexiones, han sido capaces de impulsar una amistad, un largo proceso creativo, un libro dentro de las redes sociales que a veces, sorprendentemente, a pesar de que se dice que en las redes se pierde el tiempo, esos momentos pueden ser íntimos y profundos, por lo que los felicito y les deseo al poemario Frente a Frente un largo recorrido.


blog-rosariovalcarcel.blogspot.com