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lunes, 31 de diciembre de 2012

Análisis de Leandro Pinto sobre "Moby Dick en Las Canteras Beach", mi último libro

Un cachalote en Las Canteras

"Moby Dick en Las Canteras Beach". Anroart Ediciones. 2012
A través de la editorial Anroart nos llega la nueva novela de Rosario Valcárcel, en este caso alejada de las temáticas eróticas con que nos deleitara en el pasado. "Moby Dick en Las Canteras Beach" es un delicioso recorrido por una época muy especial en el devenir de nuestras islas y, muy especialmente, de la zona en la cual se ubica la playa de Las Canteras. El rodaje del mítico film de John Huston en los años 1954 y 1955 sirve a la autora de vehículo conductor para una novela que nos ofrece diversas vertientes emocionales: tierna por momentos, cruda en muchos otros, a modo de curioso anecdotario de una época y de fidedigno documento histórico, salpicado de historias que nos llevan a la reflexión y a la empatía con los personajes, en especial con María Teresa, la adolescente protagonista a través de cuya voz Rosario nos acerca toda la historia.
La autora ubica cronológicamente el inicio de la narración en los prolegómenos de la llegada de la delegación hollywoodiense a tierras canarias. La expectación en la población de las islas ante el advenimiento de técnicos, actores y de todo el personal encargado de rodar la película ya dota al relato de un halo muy especial. El ramillete de emociones que florece en el ánimo del personaje principal no solo nace de la posibilidad de conocer en persona al gran Gregory Peck (protagonista absoluto de todos sus sueños por aquellos días) sino por establecer contacto con el mundo del cine, tan admirado por ella, y que siente tan lejano hasta la llegada de la delegación al aeropuerto de Gran Canaria. Al mismo tiempo, y con singular maestría, la autora intercala lo que es el despertar de María Teresa al primer amor, los besos furtivos, las expectativas de sus padres respecto a su novio, su relación con su hermana, todo lo relativo al contacto con las personas durante la etapa de crecimiento de la protagonista. Todo ello combinado con el frenesí de entusiasmo desbocado que invade a las gentes ante el acontecimiento histórico.

Debo decir que resulta un ejercicio harto agradable la lectura del libro seguida del visionado de la película. Hacía unos cuantos años que no paladeaba el film de Huston, y me ocurrió que pude disfrutarlo una vez más y desde un enfoque distinto, conociendo ya los entretelones que la deliciosa narración de Rosario me abrió durante el proceso de lectura. La autora rinde, además, un respetuoso homenaje a la novela de Melville en que se basa la película, un libro magistral que, a ratos, también es un completísimo manual sobre la naturaleza y las diferentes clasificaciones de los cachalotes, basada en la propia experiencia del autor como ballenero. La forma que tiene Rosario de introducirnos en este mundo y de dar cierta continuidad a la instrucción ofrecida por Melville es a través de los pensamientos y las reflexiones solitarias de una María Teresa conmovida por todo lo que la rodea, situación que la lleva a cavilar sobre la naturaleza libre y al mismo tiempo desgraciada de las ballenas blancas. La narración traza una distinción clarísima entre cachalotes y orcas, y adorna el enfrentamiento con un puñado de estremecedoras aventuras oníricas por parte de la protagonista; es entonces cuando la novela se vuelve más dura, cuando la máscara de fantasía cae y nos revela el poder aterrador de la naturaleza y su origen descarnado, así como su ineluctable destino.

La estructura del libro resulta amena y de agradabilísima lectura. Dividido en capítulos, narra episodios inolvidables como el del hidroavión, o la visita a la empresa carbonera perteneciente a la Casa Miller, en cuyos astilleros tuvo lugar la construcción de la ballena artificial. Otras anécdotas impagables son las de la partida de cartas (con los dólares echando a volar al mar y su posterior rescate) y, sobre todo, la botadura de Moby Dick en las aguas, con su correspondiente inauguración. Esta secuencia en particular me llamó mucho la atención por la enorme capacidad descriptiva de la que Rosario hace gala. Su gusto por el detalle, tanto en los escenarios como en las vestimentas de los presentes en la celebración, alcanza su punto máximo en esta escena, que resulta importantísima a nivel estructural, ya que marca la consecución de un objetivo por el que mucha gente trabajó con ahínco y del cual todos, incluso los que no habían participado en su construcción, se sentían muy orgullosos.

La novela sirve, además, como augusto recorrido por varios de los sitios más populares de la ciudad, como El Confital, el Puerto de La Luz o la mismísima playa de Las Canteras. A modo de documento histórico, la narración establece las diferencias que estos mismos lugares han sufrido desde entonces, y no solo las basa en las modificaciones arquitectónicas, naturales o estructurales, sino muy especialmente en el espíritu del pueblo, en el despliegue de un folklore local realmente enternecedor. La descripción de los usos y costumbres de la época, más la magia del acontecimiento histórico que estaba teniendo lugar, dan al lector la posibilidad de soñar con haber estado presente en los hechos que se narran.

Mención especial para la relación entre la protagonista y la ficticia construcción de la ballena blanca. Es impresionante cómo llegan a conectar solo a través de los sentimientos más puros que la creación artificial hace aflorar en el espíritu de la protagonista, cuyo carácter soñador, a la vez que analítico, le permite, por un lado, diferenciar la insalvable distancia entre esta ballena artificial y una real, y, por otro, establecer una paralelismo entre ambas, llegando a una empatía absoluta con la construcción inanimada, casi como si se tratara de un cachalote real. Sin duda influenciada por la lectura de la novela de Melville y por el triste desenlace de todas las ballenas del libro, María Teresa siente en su interior el íntimo deseo de salvar a Moby Dick de la masacre, y de ahí el nacimiento de esos sueños tan desgarradores.

Hay que decir que Anroart Ediciones no ha dejado nada librado al azar en cuanto a la edición. Impresa en magnífico papel, y con el añadido de ilustrativas fotografías de la época, la novela acaba siendo un festín visual y un testimonio completo (tanto en narración como en imágenes) de lo que fue una época sin duda mágica para Canarias. Enmarcada en la Colección Laurisilva, se erige como uno de los títulos más destacados de la editorial este año.

No me queda sino recomendar esta novela a todos los amantes de las aventuras y de las historias en general, y también a todos aquellos que quieran conocer a Rosario Valcárcel como narradora fuera del ámbito de sus relatos de temática erótica. También altamente recomendable para almas nostálgicas y, de más está decirlo, para todos aquellos que hayan disfrutado del proceso de rodaje de Moby Dick en Las Canteras. Encontrarán una historia deliciosa, perfectamente ambientada y rebosante de sentimientos. Un documento histórico que hará las delicias no solo de los aficionados al cine, sino de todos aquellos que sientan como suya la magnífica playa de Las Canteras.

Salud, y mi enhorabuena a la autora por este gran trabajo.

Fotos en color de Fran Quintero. 

Foto de Moby Dick, la ballena con los operarios que la construyeron en los astilleros del Puerto de La Luz 

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sábado, 29 de diciembre de 2012

2012, AÑO MALO, MUY MALO

Artículo enviado por José M. Balbuena Castellano

No quisiera amargarles el turrón navideño, ni las viandas consumidas, o por consumir, pero aún, siendo muy optimista, no podría calificar de excelente el año que fenece entre estertores sociales, entre “cracks! económicos y financieros y  entre negros nubarrones, que no dejan vislumbrar el futuro, desde los que emanan relámpagos, rayos y truenos que angustian a los ciudadanos de a pie de este pais. Millones de españoles se muestran enfadadísimos, aunque ahora menos, porque estamos en noches de paz y en días de deseos de un próspero año 2013, que eso siempre consuela.
Pero hemos visto como la gente se ha lanzado a las calles y al peligroso ruedo hispano, reivindicando que no se desmantele el famoso “estado de bienestar”, ni lo logros conseguidos “tras luchas y esfuerzos”. Señores , que uno se imagina muy comedidos y conservadores, a la vieja ultranza, se han puesto también las ropas de manifestantes, han realizado marchas  callejeras, o se han colocado (los más tibios) en las puertas de sus establecimientos y lugares de trabajo, portando carteles con consignas , con peticiones varias, y hasta con algún que otro chascarrillo, para expresar su descontento y exigir rectificaciones, reparaciones,  más dignidad y que se acaben los recortes, que ¡ya está bien!.Acciones que envidiarían a los sindicalista de pro y de oficio.
Asi Pero todo muy ordenadamente, sin petardos, sin quema de contenedores ni de libros prohibidos, ni rotura de escaparates ni de cajeros automáticos. ¡Como Diosssmanda!. Así no podrán actuar los grises, perdón, los azules puestos en las manifestaciones multitudinaria, con cascos, escudos, porras y hasta bolas que le pueden sacar un ojo a cualquiera, para reprimir las algaradas callejeras, como en los viejos tiempos. Ellos siempre están dispuestos a defender el orden constitucional, las leyes, a las oligarquías y señoritos de Andalucia y Extremadura, a los grnades empresarios y a la banca, porque, al fin y al cabo, son los que pagan, aunque sea poco. Si bien el pato lo pagan otros, como usted o yo, por ejemplo.
Un año movidito, con  descontento en las clases medias, funcionarios (a los que ni siquiera les han pagado la extraordinaria de Navidad) , profesionales de la enseñanza, portuarios,  bomberos, policías, guardias civiles, discapacitados, etc, que contrasta con la vida plácida de determinados políticos, (con emolumentos poco austeros, acordes con las circunstancias) de dirigentes empresariales cuyos sueldos están en las nubes, de jubilados privilegiados con altos retiros blindados, con defraudadores que no pagan la SS, o se llevan su “money” a paraisos fiscales; con alimañas de cuello y corbata que han robado al máximo; con rufianes, de verdad, que blanquean sus emponzoñados beneficios  delante de nuestras narices. Mientras, crece el desempleo; los mileuristas ven bajar sus sueldos; los pensionistas continúan “congelados” y temen por su futuro y la pobreza obliga a muchos a robar para comer, o a recurrir a centros de caridad para sobrevivir.
La clase obrera también protesta por las leyes laborales que no es favorecen a ellos, sino a los empresarios. Los ferroviarios, la clase obrera, también se lanza a la calle para protestar. Los mineros caminan hasta Madrid para pedir que no se cierren las minas, especialmente las de carbón. Ya no hay carbón en este país ni para echarle a los que se han portado mal.  En este año nos enteramos también que un ex-presidente de la patronal hispana se encuentra en la cárcel porque saqueó  empresas y se comportó como una sanguijuela ávida de sangre. Y se destapan casos y operaciones fraudulentas por todas partes, en las autonomías, en los ayuntamiento, de manera que los casos Malaya, (Julián Muñoz y la Pantoja) Faycán o cualquier otro, se convierten en minucias comparadas con los nuevos descubrimientos. Y el gobierno, en vez de detener a los que evaden el fisco, o de publicar sus nombres para escarnio nacional, les da una amnistía, en vez de meterlos en la cárcel , como a Al Capone... Nadie entiendo esta “misericordia” gubernamental contra los infractores, listillos,  ladrones de guante blanco y demás especies.
En fin, llevamos camino del rescate (aunque nunca se sabe con Rajoy), mientras que Toxo y Méndez lanzan proclamas de que con austeridad no vamos a ninguna parte (me supongo que matizarán dónde y cómo), al tiempo que piden piedad a este gobierno neocapitalista que se pliega a los deseos de la señora Merkel, y a la banca hemofila nacional e internacional, causante-dicen- de todos nuestros males y crisis.
Y parte de todas estas calamidades que parecen apocalípticas, en el terrenos social y económico, aparecen los deseos de Artur Mas que quiere “desespañolizar Catalunya”. y, por si fuera poco, surge el “banco malo”, que se encargará de las hipotecas impagadas, de las casas robadas (legalmente, eso si)  y de que no haya mas desahucios ni suicidios por esa causa. Bueno, será mejor no seguir, porque hay más, mucho más y prefiero dejarlo en el tintero.Agur. 

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jueves, 27 de diciembre de 2012

WEB DEL POETA Fernando Sabido Sánchez: ESTA NOCHE VIAJO A CHILE

WEB DEL POETA Fernando Sabido Sánchez: ESTA NOCHE VIAJO A CHILE


Hoy, quiero recomendarles un blog que les va a gustar. Un saludo cariñoso para todos.

25 diciembre


¿tú me miras?

soy un invisible negro patera 
que llegó a españa desertando de guerras
miserias y hambruna desde somalia


¿tú me quieres?

es navidad somos hermanos proclama 
tu religión y te conceptúas virtuoso caritativo 
solidario buena persona 


¿tú me ayudas?

o vas a tratarme como tus políticos racistas
creyendo que soy un molesto ilegal sin papeles 
sin derechos civiles carne de horca 
no existo


¿tú me deportas?

te entiendo es vuestra ley
la ley es sagrada debes respetarla o el mundo 
terminará siendo un caos 
ingobernable


Fernando Sabido Sánchez

viernes, 21 de diciembre de 2012

La ilusión de los pobres

     
  Si no fuese por el soñar siempre..., Fernando Pessoa.

  No sé por qué pero siempre he asociado el Sorteo Extraordinario de la lotería de Navidad con la ilusión de los pobres, con la ilusión de aquellos españoles que esperaban con ansiedad que al fin les tocara el gordo, con el personaje de Luces de Bohemia, con Max Estrella en la calle, ciego, enfermo, abandonado en un portal mientras su amigo Latino le saqueaba el billete de lotería, en aquel Madrid hambriento.
       Lo asocio con un rumor alegre, con un despertar diferente. Alrededor de la radio escuchando a los niños de San Ildefonso cantando números, cifras, entrando en la existencia de la gente, en los sueños oscuros, en la esperanza somnolienta. 
      En aquella España, no muy lejana en que ellas, amas de casa la mayoría soñaban con ganarse una suculenta cesta llena de felicidad. Soñaban con servir una mesa rebosante de vinos, de jamones y de esperanzas. Un Año mejor con las despensas llenas.
       Ellos fantaseaban también con la fortuna. Todos junto al televisor, en trance, contemplábamos los nuevos millonarios y la alegría de los propietarios de la administración de la lotería diciendo que el premio había ido a parar a gente trabajadora. Eso consolaba.
       El día transcurría y el sonido del canto de los niños se evaporaba junto con las ilusiones. La vida continuaba.
       Pero lo que me costaba comprender es el porqué no le tocaba al mejor hombre que he conocido, a mi padre, que sin querer se ponía triste cuando no ganaba ni el reintegro, aunque no se desanimaba, todo lo contrario con voz convincente razonaba que hasta que no mirara la lista oficial, no había nada perdido.
     Al final terminaba probando con el estímulo de los “Rascados” que es como se le llama a la lotería del Niño. Y me parece estarlo viendo, preso del hechizo, con sus gafas de carey, mirando una y otra vez los miles de números en aquella sábana impresa. Porque su ilusión, lo que verdaderamente le importaba era regalarle el décimo premiado a la parienta. Ese era uno de los sueños de su vida. Para dejarle unos ahorros, para que ella se pudiera comprar lo que quisiera, –y exclamaba por lo bajo-: un vestido bonito, un viaje, una buena casa…
         Pasaban unos días y lo escuchaba hablar con mi madre. Aspiraba, contenía la respiración y al final decía:
        -¡Ay Padrito! No me tocó por un número.
        Pero a pesar de que el mundo se le caía encima, de que se sentía desgraciado, sonreía con tristeza. Sonreía.

        FELIZ AÑO PARA TODOS Y MI ABRAZO APRETADO.
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viernes, 14 de diciembre de 2012

La Torre de Babel. La verdadera historia. Un cuento lingüístico


Artículo enviado por Karl J. Müller
El fracaso de la magna obra del gran centro comercial y parque de diversiones "Torre de Babel" comenzó en un momento banal, como todos los grandes fracasos, que comienzan en un momento aparentemente sin importancia alguna. Y finalizó por pura vanidad.

Las obras, en que muchos inversionistas grandes y pequeños de todo Medio Oriente habían puesto sus capitales y ahorros, habían progresado a buen ritmo,miles de obreros, desde simples peones hasta especialistas en preparar argamasas y ladrillos particularmente duros, habían llegado a la labor desde todas partes, atraídos por los extraordinarios sueldos que se pagaban. La noticia de que en la obra de la gran Torre de Babilonia se podía ganar en un año lo que en la tierra de uno le costaba media vida llegó a todos los confines del Oriente, hasta ala cuarta catarata del Nilo en Egipto y al reino de los Hetitas. Incluso desde los límites de la India vinieron. Arquitectos e ingenieros de países vecinos habían sido contratados al elevarse la obra por encima de los fundamentos ya que a partir de este momento la cantidad de diseños, cálculos de estabilidad y otros trabajos detallando los planos originales se multiplicaron enormemente.

En la multinacional de los obreros el entendimiento mutuo nunca ofreció grandes problemas. Andando los meses y años entre obreros y capataces se desarrolló una especie de lenguaje común, una mezcolanza del babilonio aderezado con asirio, persa, arameo y una cuantas lenguas más, mezcolanza graciosa que no obstante resultó muy eficaz. Si aparecía algún hecho nuevo, desde algún rincón,sin que se supiera jamás por orden de quién o porque motivo, se adoptaba un término o un giro de alguna de las muchas lenguas que circulaban en la obra y al cabo de un tiempo, como por encanto, todos empleaban este término o giro.

A veces durante un cierto tiempo coexistían dos o hasta tres términos que designaban lo mismo, hasta que unos se iban olvidando, o, lo que también solía ocurrir, los términos comenzaban a designar sutiles aspectos distintos de algo que antes había sido una sola cosa o asunto o tarea. Así diferentes palabras de diferentes lenguas podían designar lo mismo, pero cada una tenía un significado distinto, dependía quién las empleara y de la situación comunicativa. Pero trabajando la gente se entendía y nadie se escandalizaba si por ejemplo oía una palabra aramea en medio de una frase en babilonio. Si no la conocía preguntaba lo que significaba, incluso algún que otro curioso investigaba de que lengua procedía,el resultado de su investigación lo solía comentar con un divertido o admirativo„qué lo parió... “ y a otra cosa.

Así los trabajos avanzaron a buen ritmo y salvo las trifulcas habituales por asuntos de mujeres, hurtos, borracheras o lo que pudiera ocurrir en medio de una gran masa de obreros. La obra toda estaba en buenas manos.

En los estamentos superiores sin embargo, en los despachos de la gerencia, las cosas fueron de otro modo y ahí surgió el conflicto que finalmente acabó con todo.Como ya dicho, habían llegado muchos arquitectos, ingenieros y técnicos desde todos los confines de la Mesopotamia, y más allá de ella. Los arquitectos-jefes seguían siendo babilonios, al fin y al cabo era su gran obra, pero día tras día se las tenían que ver con otros profesionales que a veces sabían mucho más que ellos.Pero los profesionales extranjeros sólo chapurreaban el babilonio por lo que el entendimiento con ellos a veces se hacía un tanto difícil, sobre todo si había que ponerse de acuerdo acerca de elementos constructivos por diseñar conforme avanzaban los trabajos.

Contrariamente a lo que ocurrió entre el pueblo llano, los arquitectos babilonios de alguna forma oscura se sintieron amenazados en su posición por los profesionales extranjeros. Como para acentuar mejor la diferencia de rango entre„ellos” y los „otros“ empezaron a camuflar su falta de competencia, que a veces se evidenciaba, tras la excusa de las terribles consecuencias que pudiera tener un mal entendimiento para la estabilidad y seguridad de la torre y sus obras. Quiere decir que no estaban dispuestos a hacer lo del pueblo llano: entenderse de alguna forma.Tanto alegaron que un día la dirección general de la empresa emitió la radical orden de que en la obra todo el mundo tenía que emplear desde una fecha señalada en adelante una sola lengua: el babilonio castizo y puro.

Los ingenieros extranjeros se quedaron con la boca abierta pero intentaron todo lo posible, hincaron los codos para aprenderlo mejor, pero evidentemente nunca llegaron a dominar a la perfección requerida. Además, el babilonio carecía de mucha terminología para la técnica de grandes edificios. Los arquitectos egipcios,con un par de miles de años de experiencia en la construcción de pirámides y otras edificaciones enormes, propusieron incorporar la suya para casos en que el babilonio de modo alguno ofreciera un término adecuado. Nada que hacer. O babilonio puro o nada.

Después de varios meses de discusiones estériles las cosas acabaron en lo que todos sabemos: en nada. Los arquitectos egipcios se fueron en bloque cuando el director general rechazó por enésima vez el empleo de un sólo término del egipcio.Unos cuantos días más tarde comenzaron a marcharse los técnicos asirios porque este mismo director general les había espetado de mala manera que aprendiesen correctamente el babilonio primero antes de interrogarle porqué se habían marchado los egipcios. Y eso a sabiendas que el asirio y el babilonio eran dos dialectos surgidos de una lengua común. Los que más aguantaron fueron los técnicos arameos porque muchos de ellos desde generaciones ya residían con sus familias en La Mesopotamia y dominaban mejor el babilonio, pero ni ellos. O empleaban un babilonio puro y castizo, derivado de las Tablas de la Ley Hamurabi,o nada. Así que de nuevo: nada. Se volvieron a su antigua patria Judea llevándose hasta a sus familias asentadas desde hacía siglos entre el Tigris y el Eufrates. Además la coyuntura en el mercado laboral de Judea les fue muy favorable,muchos encontraron trabajo en las obras de un gran centro comercial-templo para su único dios que estaban levantando por estos años en la capital de su antigua patria, en Jerusalem.

Y así se fue desmoronando el brillante equipo técnico a golpe de „aprenda babilonio primero“, o „eso no es babilonio correcto“, o „hay que mantener la pureza del babilonio“, o „extranjerismos no se admiten“.

Después les tocó el turno a los peritos y capataces a pié de obra. Estos que tenían que entenderse directamente con los obreros se negaron en redondo a hablarles en babilonio puro, primero, porque casi nadie los iba a entender, y luego tenían malditas ganas de hacer el ridículo ante su gente. Pero ya era tarde. La noticia dela marcha de los ingenieros egipcios, asirios y arameos había llegado a los trabajadores. Comenzó a circular la duda sobre la seguridad en la obra al faltar prácticamente más de la mitad de los especialistas. Lo que acabó por hundir la obra definitivamente fue la difusión de la causa del porque se estaban marchando los profesionales extranjeros.

Cuentan las leyendas que la obra en construcción por un momento realmente se tambaleó por una gigantesca carcajada que surgió de una asamblea de todos los trabajadores en la que se les quiso explicar las razones del empleo correcto del babilonio, y solamente del babilonio, y ninguna lengua más en la obra. Al director de prensa de la empresa constructora que tuvo que dar la cara le explicaron algunos sindicalistas en su babilionio-asirio adornado de arameo-egipcio-hetita que el director general estaba más sonao que unah maracah y que por favor, que por favor se dejaran de boberías que la obra iba bien y que se olvidara de purismos babilonísticos que de alguna forma se estaban entendiendo todos.

Pues ni con el por favor postrero a la gran carcajada, para no dejarlo tan en ridículo al pobre director de prensa, se llegó a ablandar la posición intransigente dela directiva que ya no estaba dispuesta bajarse del burro. Se le comunicó al sindicato de los obreros en perfecto y correctísimo babilonio que a partir del día señalado se daban planos, ordenes e instrucciones únicamente en esta lengua y se recibían quejas, consultas y ruegos solamente si venían formuladas en correcto babilonio, hablado o escrito.

Al día siguiente comenzó la desbandada. No valieron promesas a última hora de subidas de sueldo ni otras ofertas suculentas. La pretensión de prohibir el empleo de esta lengua  "creole“ que había surgido en la obra, a la mayoría de los obreros les pareció un hecho tan insólito y sospechoso que preferían mandarse a mudar cuanto antes. Una directiva que inventara semejante disparate podía salir con cualquier otra tontería. La obra de la Gran Torre estaba en un punto muy delicado en el cual la absoluta confianza en ordenes y planos era fundamental para la seguridad laboral, y si estos planos procedían de unas oficinas de las cuales los mejores ingenieros y arquitectos ya se habían marchado y que además escupían semejantes órdenes estúpidas, ... mejor renunciar a la última paga y desaparecer lo más pronto posible antes de que se le cayera a uno media torre mal calculada encima.

En la obra al fin quedaron sino los arquitectos, ingenieros y trabajadores oriundos de Babilonia, pero eran muy pocos. Durante algunos meses la directiva intentó seguir con ellos y con nuevos trabajadores contratados, fue un desastre. El eficaz y profesional equipo multilingüe que desde los comienzos de las planificaciones y sondeos del terreno durante años se había formado, por una vanidad lingüística se había evaporado, no se le pudo reconstituir. Al año se abandonaron las obras definitivamente. La Gran Torre de Babilonia quedó en una tanda de pisos ruinosos, por las escaleras subían y bajaban divertidas las cabras que frustradas de tanto paisaje plano entre Eufrates y Tigris por fin tenían un monte por donde saltar.

Quedó el problema de como explicar a los muchos inversionistas la causa del fracaso de la gran obra. Por todo el mundo había corrido la noticia de la exigencia realmente estrafalaria, para no decir otra cosa, de que en la obra se emplease desde el último machacante de barro hasta arquitecto jefe una sola lengua, y ésta únicamente en su versión más pura y castiza. Cabía el peligro de que los inversionistas que habían perdido mucho dinero reclamasen por las responsabilidades, y luego por daños y perjuicios. Pleitos interminables se estaban anunciando.

No se sabe de quién fue la idea genial, probablemente recogida por algún babilonio que había estado en contacto con estos extraños arameos que creían en un sólo Dios al cual llamaban Yavé, gente siempre algo rara que además tenían la costumbre de hacer chistes irreverentes sobre lo que fuera, hasta sobre su único dios. En la declaración de “interrupción de las obras” y en la posterior bancarrota de la empresa inmobiliaria "Torre de Babel" se le echaba la culpa a este tal “Yavé”,un dios envidioso que "había saboteado la obra confundiendo las lenguas de los trabajadores“ cuando se enteró de que la torre por la altura planificada iba a invadir al mismísimo lugar de su residencia en el cielo. Con esta patraña la directiva logró escabullirse de las responsabilidades y después de auto concederse los restos delos fondos como última bonificación extraordinaria se les aconsejó a los inversionistas arruinados a pleitear contra un dios al que nadie conocía.


Hoy se está casi seguro que la idea para esta patraña fuese de origen arameo,que originariamente había sido uno de los numerosos comentarios sarcásticos para adornar el absurdo fracaso del proyecto. Pero ocurrió que con los siglos se fue olvidando que esta supuesta intervención lingüística del tal Yavé no había sido sino un chiste de aquel momento, inventado por algún ingenioso bromista arameo.Siglos más tarde, hasta ellos, los arameos, lo habían olvidado y lo convirtieron en leyenda seria para enaltecer el poder de su Yavé, su único dios. Lo publicaron así por todas partes y lo más asombroso es que todo el mundo se está creyendo lo de la confusión de las lenguas en la Torre de Babilonia, hasta hoy.

(Colonia, 2004/12) 
Nacín Alemania en 1945, a finales de la guerra, durante un tiempo en que salirse de la vida era mucho más fácil que entrar. .He estudiado lingüística general y filología hispánica en La Laguna/Tenerife y en Colonia donde actualmente reside
Geboren 1945, siedelte 1958 mit seinen Eltern nach Gran Canaria über. Studium der Spanischen Philologie und Allgemeiner Sprachwissenschaft an der Universität von La Laguna, Teneriffa. Nach Studienaufenthalten in Italien (Siena) und Frankreich (Amiens) weiterführendes Studium der Linguistik an der Universität zu Köln

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                                                                              Carlos Müller
                                                                                                

miércoles, 12 de diciembre de 2012

“Una mujer es…”de Juan Francisco González-Díaz

…Nos abraza la risa, /inagotable como tu centro. / Los primores hartan. /Inunda la fragancia. /Mastico tu nombre, /que no se me cae de la boca Juan Francisco González-Díaz

Cuando leí el poemario “Una mujer es” enviado hace ya unos meses por Juan Francisco González-Díaz pude comprobar que sus poemas estaban cargados de símbolos, de sentimientos que colman, salvan, abrasan, desvelaban misterios. Secretos en donde el sujeto poético convoca con frecuencia la imagen femenina, una imagen que se va perfilando a lo largo de la obra, una imagen que unas veces aparece pero que otras se desvanece, se pierde.

“Una mujer es” es un libro de poemas, un homenaje a la mujer, a su amada, a un personaje que quizás existe más allá de las palabras.  Un homenaje  a personas conocidas o desconocidas, poco o nada importan esos detalles, como en este poema titulado “Pasos”

 Ayudada por hilos y aguas, / Ella/ siempre sabe/ que va a decir/ Irrumpe,/rápida,/precisa./ Se  turba, /mayor enterada desea estar. /Los cangrejos/salvan distancias/y cierres de puertas./Cartas/ a pulso de mano/escribe a las madrugadas, /para que le amolden el mundo. / Da el primer paso, /el después,/ya no existe. 

Una mujer es”, es un poemario que también habla de sí mismo, del deseo que nubla los sentidos. Un libro que podríamos calificar de modernista por la forma en que unas veces acude al mundo de los silencios, de lo simbólico, y otras veces exalta los mundos de la realidad o, de ese hermosísimo territorio de los sueños, de ese deseo del inconsciente en donde cada palabra puede alcanzar la plenitud total, que en definitiva es quien define lo humano.

Aporta nuestro poeta sueños con cuerpos físicos, sexuales y sensuales, sueños de diosas y de amores cotidianos, imágenes surrealistas, a veces aisladas que evocan un sentimiento de placer o de salvación que nos conducen al Séptimo cielo, como en “El mediodía es menos cálido”:

La gruta/a gritos llama, /cual firme soldado/acudo./Como postre, /a lengüetazos, /sorbemos nuestros jugos. /El mediodía es menos cálido.

Un texto que atesora retratos que rozan el umbral de la simbología, la metáfora de la sexualidad como definiera Octavio Paz. La insinuación, la cadencia templada sobre la mujer o las mujeres, ya que no se puede entender una sin la otra, porque el poeta se apega a ellas, a cada una de ellas y las sigue a través del carrusel del tiempo. Defendiendo  ese amor del que hablaba Mario Benedetti, ese amor como elemento emblemático, como fervor erótico que nos eleva por encima de lo habitual. Un elemento que a mi juicio envuelve el mundo en donde hemos sido creados y que se evidencia en el poema:   “Sin el más leve apremio”

Ella, / escanciada por los desencuentros, /odia los abruptos aguaceros, /teme de los surtidores en las madrugadas. /Las ansias le andan a la luz del sol, /la aturden. /El, / sin el más leve apremio, /se lustra los ojos, /extendiendo/ la dimensión de lo privado. /A pie firme, /vibra.

  “Una mujer es…” está repleto de poemas cortos, de versos libres, sin rima ni medida pero con un ritmo musical que demuestra el amplio bagaje cultural de nuestro poeta, su dominio de los encabalgamientos donde secciona la frase con una cadencia tal que podrían surgir tres o cuatro versos más:  

Claros evanescentes/atenúan el resplandor/en los cuerpos. /Cierras los ojos… 
 
“Una mujer es... es un libro  constituido por unos veinticinco poemas que incluye en su interior bellas ilustraciones de un despertar sexual, emocional y artístico. Dibujos realizados con una pincelada suelta, sugerente, plenos de armonía y belleza, que juegan con los ritmos y los silencios, con la desnudez y la transparencia. Ilustraciones creadas todas ellas por una hábil dibujante, por su mujer, la pintora grancanaria Elva Ramírez Brandón que ha realizado, con una serenidad especial y una gran sensualidad, las ilustraciones de un libro que es una edición de NACE: Nueva Asociación Canaria para la Edición y que luce una portada de una ninfa elegante, hermosa, una ninfa soñadora entre pétalos de flores. 
Una obra dotada de libertad y sensualidad creada también por Elva Ramírez

Juan Francisco González-Díaz es cubano pero desde que llegó a nuestra isla se ha integrado perfectamente, y trabaja con gran vitalidad en diferentes facetas: Preside el festival atlántico de poesía De Canarias al Mundo y el Centro Canario de Estudios Caribeños. Poeta, narrador, psicoanalista, antropólogo, profesor de secundaria con especialidad en español, coordinador de un  taller de poesía.  Autor de poemarios, libros de cuentos y ensayos. Un ser con una gran capacidad para crear, tanta que algunas veces escapa de su propio mundo interior y nos muestra una poesía personal cargada de imágenes.

                “Una mujer es…” es un texto repleto de una lírica que posee gran poder de comunicación, un poemario con una verdadera propuesta estética, capaz de proporcionarnos experiencias lúcidas, felices y tan gozosas que me hace pensar que quizás nuestro poeta quiere  a través de su poesía formar parte de la eternidad.

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lunes, 10 de diciembre de 2012

Tentar al destino




     Tentar el destino es la primera novela de Elena Villares y comienza con tres citas de amor, por lo que nos hace presagiar que aparentemente el enamoramiento o la pasión lo va a envolver todo. Pero en seguida descubrimos que también nos va a circundar el lado oscuro de la sociedad, esos sucesos que leemos o escuchamos con frecuencia en los medios de comunicación, esa literatura que podríamos decir que pertenece al género de novela negra, al género que forma parte de nuestras vidas, aunque ni siquiera nos percatemos de ello.

 Un género que en España emergió con fuerza a raíz de la muerte de Franco, cuando Montalbán irrumpió en el panorama literario. Quizás se debió a que la novela policiaca puede actuar de forma catártica para liberarnos del fantasma de la violencia, de la vida cotidiana y hasta del valor de la vida humana. 
  
       Pero nuestras  islas al mismo tiempo que en el resto del territorio español no se quedaron atrás, ensayaron formas más lúdicas: policiaca, novela intimista a veces rosa, erótica… Novela negra y prueba de ello es que hace más de dos décadas algunos escritores ya habían picoteado en esta búsqueda como León Barreto con “Los días del paraíso” Orígenes 1988 y Carlos Álvarez, con “Negra hora menos”, Premio Ciudad de Santa Cruz de Tenerife 1991. Y hoy brilla por aquí con todo su esplendor, con autores como José Luis Correa, Alexis Ravelo, Mariano Gambín y otros.

       Lo cierto es que en las últimas décadas la novela negra se ha puesto de moda y el cine lo ha reivindicado como algo que nos pertenece. Una de las primeras películas americanas basadas en este género fue “El halcón maltés”, de John Huston, versión cinematográfica de la novela de Hammett. Y poco a poco la violencia tomada del género policíaco, paulatinamente, va siendo sustituida por escenarios más tranquilos, más urbanos y en algunos casos, como la obra de la que hablamos hoy, menos violenta. Predomina más el carácter social, el hombre corriente ante las dificultades, ante la catástrofe, ante el vacío quizás sea porque en esta exploración hay algo más, como dice el novelista escocés Peter May: La novela negra es una exploración de la condición humana. 
       Tentar al destino cuenta con tres personajes vitales: Casandra, una mujer del mundo de hoy, abogada y con una mirada muy femenina, que se hace narradora y nos presenta a Alejandro, un juez al que conoció hacía unos meses en unas jornadas sobre Derecho Penal y con el que compartirá cursos. Y un alemán colega Jörg que se conocieron en las charlas de la Universidad de Colonia. Los tres se unen a inspectores buenos y malos, españoles y alemanes, honrados y deshonestos. Y juntos intentan esclarecer el secuestro de la sobrina de Alejandro, Sofía. 

        Y desde ese momento da comienzo una sucesión de aventuras que se basa en las casualidades, en las anécdotas y en el misterio. Una intriga de increíbles sucesos relacionados con asesinatos de mujeres, con oscuras conspiraciones comerciales de esa nueva forma de explotación del hombre por el hombre, del tráfico de órganos

        Elena Villares demuestra su habilidad para transmitir el efecto siniestro y estremecedor de la trama y se basa en sus propias deducciones o en las conclusiones extraídas de los datos forenses. Aunque la mayor parte de las veces se decanta por el estudio psicológico de los personajes, por ese sexto sentido que tenemos las mujeres. 

        Una ficción llena de aventuras, de sentimientos encontrados, de viajes a través de Alemania, evocaciones de Gran Canaria y de sus raíces gallegas. Nos describe los bares con un lenguaje coloquial, lleno de picardía pero cargado de diálogos, incluso en lengua germana. Nos recrea las calles, las plazas por donde pasea, como si fuesen los escenarios de un gran lienzo en el que se desarrollan infinidad de sucesos. E infinidad de conversaciones:
        —Buenos días, me llamo Íñigo, ustedes dirán. ¿En qué
         puedo ayudarlos?
        —Verá —comenzó relatando Alejandro—, mi sobrina
       desapareció en Colonia y, por varias circunstancias, hemos
       llegado a Berlín buscándola pero…
      —Si se evaporó en Colonia, ¿Qué hacen en Berlín?...
     —Un momento —cortó el inspector—. Vamos a ver si
     lo he entendido. ¿Han estado jugando a policías?

       “Tentar al destino” es una novela actual de lances amorosos, de celos, de peripecias. Una historia bien tramada con raíz romántica y realismo, una historia del thriller que te atrae por el lado oscuro y la adicción de la intriga. Una novela de situaciones y encuentros insospechados, de momentos difíciles y de escenas basadas en las casualidades. Y aunque la autora sigue los cánones de la novela negra se sale, y bebe de las fuentes de la carrera de Derecho, que actualmente cursa, y utiliza los conocimientos de la medicina forense como un laboratorio de experimentación.

        Recomiendo “Tentar al destino”, la primera novela de Elena Villares porque ha sabido aproximarnos a las relaciones humanas, a los celos, al amor y a la amistad sin renunciar a descubrir los entresijos de una realidad social. La recomiendo porque sin renunciar a entretener ha creado una novela evocadora y sugestiva.

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jueves, 6 de diciembre de 2012

La Oktoberfest


Ein Prosit, ein Prosit der Gemütlichkeit,
ein Prosit, ein Prosit der Gemütlichkeit!
Schenkt ein, trinkt aus, schenkt ein, trinkt aus!

Por fin este otoño ha llovido, con una lluvia que se detiene de vez en cuando, pero que persiste, con una lluvia que suspendida entre las nubes alimenta, con una lluvia que es símbolo de alegría y de riqueza, con una lluvia que ha traído, pese a la crisis y al recorte de las subvenciones, fiestas. Nos ha traído La Oktoferbest a casi todas las islas, a Gran Canaria al norte, centro y sur de la isla, al espacio Miller del Muelle de Santa Catalina. A Tenerife, Lanzarote y  Fuerteventura... Y como no, a la isla de La Palma

La Oktoberfest es una  fiesta que se remonta al 12 de octubre de 1910. Y cuenta la tradición que tiene su origen el día en que  José Maximiliano IV, Príncipe de Baviera, invitó a todos sus súbditos a una jarra de cerveza para festejar la boda de su hijo con Therese de Sachse.  A partir de ese día se celebra cada año en Múnich la fiesta más  popular (Volksfest, en alemán), la fiesta más  grande de Alemania y una de las mayores del mundo con unas visitas anuales medias superiores a los seis millones de visitantes. Muchos otros países la han adoptado como Brasil, convirtiéndose en un evento importante de Sudamérica.

Y este año por vez primera, Los Llanos de Aridane, en la isla de La Palma, también ha querido sumarse al Oktoberfest, así que con la colaboración del Cabildo Insular de La Palma, empresarios, autoridades y público en general prepararon una carpa gigante y bajo ella habilitaron un escenario para las actuaciones, grandes mesas y bancos, varias barras de bar y una cocina en donde preparaban platos típicos bávaros: salchichas y otros preparados de carnes y salsas, además de quesos y vinos palmeros.

 Aunque  la reina de la fiesta fue la cerveza: cervezas alemanas y españolas, pero daba igual el origen, lo importante era la cerveza que fue servida por chicas de melenas largas o cortas, lisas o rizadas, que se acercaban sonrientes vestidas con sencillos trajes al estilo tradicional del traje típico, al “Dirndls”  y chicos muy formalitos vestidos también con el tradicional pantalón de cuero llamados lederhose. Me llamó la atención que entre el público se podía ver alguna pareja alemana luciendo el traje típico al estilo de Baviera, dando distinción a la fiesta y creando un buen ejemplo a imitar.

Mientras tomábamos cerveza y comíamos salchichas, Freddy Holiday, acompañado en ocasiones por la cantante italiana Jenny Rospo, no paró de moverse mientras interpretaba polcas, marchas alemanas y clásicos del pop, convenientemente adaptadas para la ocasión. El público, (totalmente repleta la carpa) cantaba o tatareaba a viva voz, taconeaba el ritmo o tocaba las palmas. Y hubo quienes se levantaron y bailaron al compás de la música. En algún momento tuve la impresión de que  iba a comenzar un desfile  como el que se celebra en  Baviera. Una procesión repleta de uniformes históricos, bandas de músicas, fusileros, caballos de pura sangre, bueyes, cabras y vacas todos marchando al compás de una banda de música.

Pero lo más divertido fue cuando el cantante, de vez en cuando, igual que si fuese un estribillo, interrumpía su canción y hacía un brindis: "Ein Prosit” que se pronunciaba algo así como "ainprosit".  Entonces la respuesta de la carpa era inmediata, todos, familiares, amigos, todos los que estábamos allí, como si estuviésemos recibiendo una bendición, o como si una voluntad común moviera los brazos, todos al mismo tiempo alzábamos las jarras  de cerveza al cielo o la entrechocábamos con nuestros compañeros de mesa y gritábamos:

- “Ein Prosit”. Y reíamos. Reíamos con ganas.

Durante diez días en la Carpa instalada para la fiesta  del Oktoberfest en Los Llanos de Aridane,  diferentes formaciones subieron al escenario, como la Asociación Musical de Acordeones y La Parranda los Boinas, así como el cantante holandés Hans Bootsman.  Fue una fiesta que creó algo más que un intercambio gastronómico entre Alemania y La Palma. Se creó un encuentro jubiloso que estrechó aún más las relaciones existentes entre los dos pueblos a través del flujo de turistas alemanes y los miles de residentes de dicha nacionalidad que viven con nosotros.  

Un encuentro que guarda el sueño de una fiesta, de un espectáculo que nos regaló un aire europeo. Un sentimiento cosmopolita.

Foto de Andrés Cruz.

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domingo, 2 de diciembre de 2012

Pulseras de sexo


           Me trae pulseras
           me trae anillos
           me trae vestidos para vestir.

  (canción infantil para jugar a la pelota)

 Hace ya algunos meses me enviaron un mensaje, una especie de cadena de esas que circulan por Internet, de esas cadenas que se repiten día a día.  Y me dio pavor.  Se titulaba “Pulseras del sexo”.
     El artículo venía acompañado de unas fotos de unas pulseras que por lo visto se han puesto de moda y que aparentan ser abalorios, accesorios para adolescentes, aros sencillos hechos con silicona que se adquieren por docenas en cualquier tienda de moda.
      Pulseras coquetas con atractivos colores que según el informe puede provocar encuentros no deseados o indicar los gustos y las tendencias sexuales de quienes las llevan en la muñeca. Un juego peligroso, un juego sexual, un juego disparatado que puede terminar en un recuerdo triste.
     Funciona según los colores a modo de semáforo e indica las preferencias amorosas o sexuales como si las pulseras pudieran leer los apetitos y los deseos más ocultos. Por ejemplo el color amarillo podría significar abrazos o el púrpura, besos.  Se trataría de un juego erótico más, de una relación curiosa si no fuera porque muchas veces caen en manos de chic@s que las usan como amuletos o porque simplemente son muy bonitas o hacen juego con su vestimenta sin sospechar en ningún momento del posible doble significado.
     Dicen que esta moda nació hace algunos años en el Reino Unido y que en los 80 Madona tenía sus brazos llenos de ellas. Ahora parece que se ha instalado en Brasil y el diario “The New York Times” ha hecho referencia al asunto. Incluso decía el informe que en algunos colegios se ha tratado de prohibir esas pulseras conocidas como “jelly bracelets” 
     La vida se divide en realidad y ficción y a mí me gusta la inocencia de los jóvenes, me gusta que vayan descubriendo poco a poco las emociones, pero este mundo por el que hoy transitamos, se vive con tal intensidad que algunas veces parece que no hay refugios para el candor, que todo debe ser razonamiento. Y que no debemos bajar la guardia con nuestros menores, porque como decía Galdós en “La batalla de los Arapiles”: para qué habrá hecho Dios el mundo tan grande, tan sumamente grande, porque esta inmensidad de creación solo favorece a los pillos.
      Hoy las imágenes de mi infancia han bullido en mi mente y me he acordado de cuando éramos pequeñas y enhebrábamos pulseras con pipas de calabaza y las pintábamos de mil colores, me he acordado de un cuento de Gloria Fuertes que hablaba de una chica llamada Yoon que quería jugar con sus amigos del colegio a la comba y esperaba que su madre le regalara una por su cumpleaños. Pero su madre en vez de regalarle una soga le regaló un cuento que hablaba de una niña que se deja engañar por un tigre y una preciosa pulsera de jade que le perteneció, y que ella misma heredó de su madre. El jade es el símbolo de la amistad y la verdad.  
         Por eso el día que una compañera suya le propone jugar a la soga a cambio de su pulsera, Yoon, se da cuenta de que ha sido engañada como el personaje de su cuento.
         No sé si será verdad toda esta historia de las pulseras del sexo, quizás sea simplemente una leyenda urbana, quizás sea una broma pesada, pero la realidad es que circula por Internet y que los medios de comunicación se han hecho eco de ello.
        Y lo peor es que noticias como estas nos mete el miedo en el cuerpo, ya que yo de tanto leerlo he terminado por creérmelo.
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