Me das tus labios húmedos
y yo los agradezco.
Me los da hirviendo
y así los amo,
Cuán dulce es besar tus ojos
cuando arden, mueren,
esos ojos, fuente de mi pena
¡Y qué gran voluptuosidad
sobre tus mejillas,
tu cuello, tus hombros,
tus senos, de alabastro
marcado por tus besos, amarte.
¡Qué voluptuosidad,
las aguadas dagas de tu lengua…!
nuestras almas que fluyen penetrándose.
¡la una se deshace en la otra!
y mueren de deseo…
¡Si tus besos se demoran
¡Si tus besos se demoran
o si son furtivos,
mi muy amada,
todos los amo,
todos valen lo mismo para mí,
los tuyos, los mios!
¡Solo una cosa!
Nunca
me devuelvas el beso que te doy,
bésame siempre de otro modo,
que esto ha de ser un juego que siempre cambia.
Johannes Secundus o Janus Secundus (1511-1536)
fue un poeta neolatino de origen holandés.
Secundus fue un autor prolífico, que en curso de su corta
vida escribió varios libros de elegías, epigramas, odas, cartas en verso
y así como varios escritos en prosa.
Su obra más importante y conocida fue el Liber
basiorum o Libro de los besos, editado completo por
primera vez en 1541. El Liber basiorum, también llamado simplemente Basia o Besos,
es una breve colección de diecinueve poemas polimétricos, en los que el poeta
trata el tema de los besos. LosBasia son en gran parte imitaciones
de los poemas de Catulo.
CATULO, Basia mille: dame mil besos...
(...) Los soles se ocultan, y pueden aparecer de nuevo;
pero cuando nuestra efímera luz se esconde
la noche es para siempre,
y el sueño, eterno (...)
pero cuando nuestra efímera luz se esconde
la noche es para siempre,
y el sueño, eterno (...)
Preciosos poemas sobre los besos aunque J. B. Bouvier escribió: “Los besos
motivados por la pasión, dados o recibidos, entre personas del mismo o de
distinto sexo, son pecados mortales.
Y lo peor fue que los besos se ilegalizaron en la Inglaterra
1439, como método para controlar la propagación de enfermedades de contacto
físico.
Y lo más curioso es lo que apunta L. Alonso Tejada ¿Es pecado besar?
Un beso ligero, sin
apasionamiento ni morosidad, sin conmoción orgánica, no será de ordinario
pecado mortal. Pero el beso puede ser una satisfacción y deleite de la
tendencia sexual… aunque en la joven besada pueda no darse ese desorden, lo
experimenta el joven que la besa y ella peca por cooperar al pecado de aquel.
Tal pecado es si es ella la que besa.
Conclusión: Guarde la joven estos cariños para el matrimonio. (La represión
sexual en la España de Franco. Barcelona Ed. Luis de Caralt, 1977 pag. 74.
Menos mal que los tiempos y los pensamientos han cambiado...
Fotos: Obra de Klimt y retrato de Johannes Secundus.
Menos mal que los tiempos y los pensamientos han cambiado...
Fotos: Obra de Klimt y retrato de Johannes Secundus.
facebook/rosariovalcarcel/escritora; www.rosariovalcarcel.com
Los besos no solo son pecado sino que muchas jóvenes de la España imperial quedaban embarazadísimas solo con un beso o, incluso, con dejarse coger la mano. Así que ojito.
ResponderEliminarEstupendo reflejo de las prohibiciones del pasado, interesante el poema de Secundus.
Bendito pecado (jejeje...en mi boca esta expresión suena a blasfemia) y magnifico el poema de Secundus que viene además aderezado con esa fuente de conocimiento que nos traes ...un placer leerte siempre...
ResponderEliminarSí Luis, un reflejo de la antigua España pero también de la antigua Europa.
ResponderEliminarEl placer es el saber que siempre hay amigos que están ahí, que me siguen y que además comenta estas pequeñas pinceladas que yo subo sobre erotismo, sobre literatura, pintura, sobre la vida.
Un beso grande, grande.
Estupendo poema de besos y aunque en determinadas épocas se prohibieron, por razones de salud, salvadas éstas, si son pecados, habrá tiempo de arrrepentirse, pero hay algunas cosas, entre ellas el beso, dependiendo con quién, ¡que cuesta mucho arrepentirse!
ResponderEliminarMuy interesante como siempre Rosario. Novedoso, muy buen blog. Abrazos desde Valdivia sur de Chile.
ResponderEliminarana rosa bustamante
http://itinerariosparanaufragos.blogspot.com
Gracias Juan, Me ha gustado tu comentario.
ResponderEliminarGracias Ana Rosa Bustamente. ¡qué bueno que te hayas puesto de seguidora, así yo también te seguiré.
Un beso grande, grande para los dos.
Gracias Rosario por acercarnos estos poemas, son preciosos.
ResponderEliminar¡Ay! yo suspiro por los besos que no damos...
Un beso y nunca mejor dicho, ya que la cosa va de BESOS.
Gracias por tu beso de fresa y chocolate.
ResponderEliminary los besos ausentes los que no damos a donde van?
ResponderEliminarMuy buena pregunta Jorge.
ResponderEliminarPero el problema no es a dónde van, sino por qué no lo dimos...
Recibe un beso grande, grande.
gracias Rosario como en el poema te lo devuelvo pequeno para que no sea igula al tuyo ,para que sea distinto ,y para que despues no se pierda y alguien se pregunte a donde van por que no lo dimos,un saludo de un cubano de miami
ResponderEliminarDe más está decir que hay besos de mil maneras. No haré referencia a esos besos. Se me ocurre pensar que la juventud de ahora, tan promiscua, tan adelantada, tan volátil, no conoce aquel beso prohibido, el que robábamos cuando éramos tan jóvenes, como ellos ahora.
ResponderEliminar¡¡Vaya deleite!! Precioso... me ha hecho esbozar una gran sonrisa y me quedo con:
ResponderEliminar"bésame siempre de otro modo,
que esto ha de ser un juego que siempre cambia".
Me ha encantado Rosario, muchísimas gracia por compartirlo.