A aquellos y aquellas que se ríen y sonríen…/ que creen saber lo que son…, de dónde vienen y/ adónde van…/ A aquellos y aquellas que quieren vigilar y controlar. Ni hombre, ni mujer/ Estoy naciendo y estoy muriendo…, ya puedo ver y estoy llegando… Casi femenino, casi masculino….
(Manifiesto anti-género, MarcosLuczkow Buenos Aires)
Foto de Fran Quintero...............................
Foto de Fran Quintero...............................
Lo transexual ha descansado sobre el artificio, la fantasía, el juego de los signos indumentarios o gestuales, sobre el cambio de sexo... abajo, a la derecha: Foto del caballero Deón travestido.
El mito de la liberación sexual en la pintura existía en la mitología griega con sus variantes andróginas y hermafroditas. Incluso al propio Nerón se le puede llamar travestido, ya que aparecía en público vestido con atuendos femeninos. Pero no es de extrañar ya que esta costumbre existe en todas las edades del hombre. Así en el siglo XVIII el caballero Déon decidió vestirse de mujer y se hizo retratar y estuvo tan asociado a la ambigüedad de género que el psicólogo Havelock Ellis acuñó un término denominado “enonismo” para describir el travestismo y otros comportamientos transexuales. A Déon se le conoce como la “Patrona de los travestis”. Y Gerda Wegener, pintora danesa de acuarelas lésbicas, se casó con el también pintor Einar, quien más tarde sería conocida con el nombre de Lili Elbe, fue el primer transexual del siglo XIX que aparecía en actos públicos vestido de mujer.
Más recientemente hemos sabido que a Warhol le fascinaban los transexuales y que afirmó valientemente su homosexualidad. La serie Most Beautiful Boys, muestra imágenes de jóvenes efebos, genitales y primeros planos eróticos.
Y un salmantino, Madame Arthur fue el primer hombre que tuvo las agallas, en plena dictadura franquista, de transvestirse en un escenario.
El sexo, La homosexualidad y lo transexual, a pesar de haber sido temas tabúes en algunos ambientes del arte, han sido tratados audazmente a través de la historia, el cine, la escultura, la pintura, la fotografía, la literatura.
Así podemos disfrutar de obras basadas en los diferentes enfoques o posibilidades de una pintura, de lo masculino a lo femenino y viceversa. Obras que reflejan el sexo en la oscuridad fosforescente, el lirismo del color, la música y los olores. Los efluvios de hermosas doncellas de senos desnudos, de mujeres que se sacaron el corsé y las vendas de los pies, que abandonaron el canto sumiso. Hombres viriles mirándose en espejos donde reinan y triunfan sus prominentes músculos, su falo, su piel pilosa para transformarla en una piel femenina suave y aterciopelada. Y mujeres que aspiran a remedar a los dioses griegos, a las divinidades del Olimpo.
Artistas que igual que verdaderos poetas plasman uno de los anhelos del género humano: la liberación. La total liberación de la expresión dentro del registro sexual, en donde el amor, el deseo, las pasiones, las transformaciones carnales, las representaciones de animales, que simbolizan con frecuencia los vicios y las virtudes, son elevadas a modelos de vida, a modelos del hombre moderno o, incluso, de la propia condición humana, de los sueños y del subconsciente.
Plasman el misterio de la carne, la expresión física, los accesorios. Buscan la explosión interna de las emociones. La exaltación de lo erótico.
Lo Transexual se mueve en el camino de lo sexual a través de los siglos, entre los deseos y las pasiones, entre los más próximos sentimientos humanos, entre la tradición de las artes plásticas. Porque siempre los artistas se han liberado de las estructuras sociales rígidas para recrear nuevas formas de expresión. Han aspirado a la libertad en el arte, porque como decía el filósofo alemán Hegel: Todas las formas como todas las ideas están al servicio del artista, cuyo talento y cuyo genio no se ven ya obligados a limitarse a una forma particular del arte.
Interesante exposición que ahora viene a la ciudad, justo en víspera de la fecha fundacional, 24 de junio, San Juan. Enhorabuena a la comentarista y que vaya mucha gente a verlo.
ResponderEliminarEn la literatura de Canarias es complicado que lo transexual se manifieste al menos desde un punto de vista erótico o desde el punto de vista de la sensibilidad del autor. Y creo como tú, como Diego y como todos que el Arte, sea pintura, poesía o cualquier manifestación es Arte. Eugenio Millet era un poeta de Tenerife que murió de SIDA hace mucho tiempo. Apenas lo conocí, sólo por su colaboración en nuestra revista "La Menstrua Alba" y de verlo alguna vez por las ramblas y en alguna marcha lagunera. Posteriormente a su muerte Baile del Sol publicó su obra completa con el título "Pasto lascivo" pero su obra no ha transcendido y podemos tener la certeza de por qué. Aquí una muestra:
ResponderEliminarALMUERZO AL DECLINAR EL SOL
Oh aparición cierta.
Abundante sed,
padeciendo fiebres, muchacho,
bebe agua, no temas,
tiéndete, embriaga,
recuesta sobre el cántaro:
necesitas descansar, beduino desmayado.
Higuera leche y sombra
tendrás que mirarme;
afligido anhelarás siesta,
estancia aire tu piel
oliendo pasado sudor,
duerme salud oasis
alivio del sol,
vuela quietud,
viento ligero mueve tus vestidos,
ah costados,
suplica caricias la arena,
salvos en frío súbito
tomarte frente al cielo.
El desierto contempla lascivo
y no intimida -pero yo sé
que su deseo te toca,
te posee fresco cuando te aproximas.
Pájaros claman roca,
charco diáfano,
piedra roza tu torso,
risas,
eco tienta juegos.
Suerte pasión miras,
leve favor
bajo naturaleza esencial;
gozarte lenguaje
lamiendo precioso lugar.
EUGENIO MILLET
Gracias, gracias Antonio por esta aportación. He estado leyendo estos días a Eugenio Millet y me parece un poeta erótico espléndido. Así que totalmente de acuerdo contigo de que la obra no ha trascendido porque primero el erotismo se considera un registro menor y segundo porque no se considera ni literatura.
ResponderEliminarYo podría escribir una pequeña novela con las anécdotas, comentarios y críticas que se me han hecho sobre mis libros eróticos o mi poesía desde que empecé a publicar erotismo en el 2006, cuando no estaba de moda.
No me extraña, Rosario. Si la crítica es ciega y hasta enceguecedora, imagino a la gente de a pie. Pero nunca hay que cejar, porque qué manera más maravillosa de educar a los lectores de esa manera genial que tú haces.
ResponderEliminar