enviado por Roberto Samper
En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme no ha mucho tiempo que había una sanidad pública, verdaderamente pública, sin trucos de mano, recortes salvajes ni centros privados de amigos que se beneficien de cierres y traslados impíos. Pero se convirtió en gigante el partido que molía nuestros intereses, o al menos eso nos pareció ver, cuando sus aspas semejaron tijeras que cercenaban sin compasión los más básicos derechos. Cuando sacaron pecho de sus medidas sin que todo fuera una charada en Barataria y vistieron armaduras de blancas lunas para despertarnos del sueño de una España más amable, más igualitaria y avanzada. Ladraban, a pesar de que no cabalgásemos ya nosotros, pues se había servido en una sueca cadena nuestro rocinante en forma de hamburguesas. Y entre tanta hambre, moradas inciertas que la usura nos arrebataba y contratos laborales que requerían incondicional pleitesía, tuvimos Dolores de los que no curan los bálsamos de fierabrás, pues eran de apellido Cospedal, y explicaban en la secretaría de su partido como “fue un despido en diferido, lo que viene siendo una indemnización en diferido” y demás argumentos que no debían estar expresados en lenguas vernáculas pues no hubo en el reino nadie capaz de entender su mensaje.
Pero a pesar de esas sobrecogedoras noticias, nos impactaba más que las dulcineas tuvieran que enfrentarse a alguaciles de agitados brazos y silbantes porras por robar sólo leche y pañales, mientras las grandes fortunas, los caciques y las infantas mantenían sus tradicionales privilegios, riendo sin disimulo al ver que no quedan casi hidalgos dispuestos a luchar, dando su vida si es preciso, para que se cumpla el código de caballería.
No quiero recordar el nombre de ese lugar de la Mancha, porque no es éste un relato sacado de libros de caballería, llenos de fantasía y hechos ficticios. No he perdido la razón al creer que son ciertas sus historias, sólo al permitir como mayoría silenciosa que sean los noticiarios y no ejemplares novelas, las que narren estos tristes hechos.
Editorial del programa "la mancha" emitido el jueves 19/09/2013 en Radio la Granja, 102.1 fm en Zaragoza.
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Fotos y pinturas de: Jairo Riano Gómez y Rubén de Luis
Una visión desgraciadamente actual y muy viva sobre esta perversa sociedad y su lamentable monarquía
ResponderEliminarEl comportamiento de los políticos tanto del gobierno como de la oposición, en plan suave, es manifiestamente mejorable, pero no sólo es preocupante las penurias que muchos hogares están pasando, me inquieta que va a pasar en las próximas elecciones, porque va a ser difícil conseguir mayorías para gobernar y en el actual sistema democrático, lo normal es que haya alternancia en el poder, pero el partido que teorícamente tiene más posibilidades parece diezmado sin una visión de Estado, obsesionado con el caso Bárcenas y la dimisión del Presidente del Gobierno, que saben perfectamente que la forma de hacerlo es con moción de censura, para la que no están preparados para que prospere, en lugar de sentarse todos a tratar de establecer normas de transparencia y modificar todo lo que sea necesario para que en la próxima legislatura funcione, además de afrontar problemas separatistas con una división dentro de su propio partido.Me gustaría que como máximo cada 8 años hubiera alternancia, pero que los temas importantes que se trate de consensuar y no que cada vez que gobierna un partido se dedica a dejar sin efecto lo del anterior. Con demagogia no se solucionan los problemas.
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