El sexo
es una cosa interesante pero no tiene una importancia decisiva. O sea es menos importante, desde el punto de vista
fisiológico, que la defecación, Bukowski
Se cree
que la ninfomanía puede suceder por el deseo placentero e indeliberado de
obtener cuantiosos y variados orgasmos dando lugar al llamado furor uterino.
La
Ninfomanía (ninfa del griego: nymp lie:
muchacha, joven mujer, esposa. Otros opinan que proviene del vocablo latino
nympha, una palabra que se usaba para referirse a las diosas muy bellas y
graciosas de un rango inferior, que poblaban los bosques, montañas y los ríos
ofreciéndose con espontaneidad al deseo sexual de los hombres “hermosa doncella
en la mitología griega” y manía “locura erótica” –hipergenitalidad- “obsesión o anormalidad mental”.
Insaciabilidad sicalíptica de la mujer,
en el pasado describía a toda mujer con propensión sexual, ya que estaba mal
visto que alguna pudiera disfrutar del sexo.
Norbert
Sillamy la define como una “exageración del apetito sexual en la mujer”.
En el
lenguaje popular, se confundía frecuentemente este estado con el histerismo,
quizás porque la encontramos sobre todo en las crisis de excitación psíquica.
También se ha dicho que la ninfomanía, en ocasiones, suele estar ligada a un
mal funcionamiento del sistema hormonal
o ser causa de angustia y de obsesiones cuando la mujer lucha contra sus
deseos. (Diccionario de la Psicología. Barcelona, Ed. Plaza y Janes (2ª
edición), 1970.
En 1878
el Dr. Tartenton en su libro titulado “Higiene de los órganos genitourinarios
del hombre y de la mujer escribe textualmente: Esta enfermedad nerviosa
específica de la mujer también es llamada furor uterino y se caracteriza por
una tendencia irresistible a los placeres del amor. Esta enfermedad se reconoce
por los siguientes síntomas: imaginación ardiente, deseos violentos, rostro
pálido Y añade el texto: No es raro que la muerte llegue para terminar con
estos horribles sufrimientos…
La
satisfacción de los apetitos sexuales agravaba más el padecimiento en vez de
aliviarlo, por eso se aconsejaba apartar a la paciente de toda causa de
excitación. Incluso si era necesario secuestrarla o aislarla. Y para aliviarla
usaban de tratamiento baños prolongados y medicamentos antiespasmódicos
empleados a dosis elevadas.
Por su
parte Krafft-Ebing publicó en 1906 su obra Psychopahia Sexualis donde
manifiesta: “La ninfomanía crónica debilita la moral y lleva a ofensas de la
decencia. Pobre del hombre que caiga en las manos de tan insaciable Mesalina
pues sufrirá de pesada neurastenia e impotencia. Estas infortunadas mujeres
diseminan el espíritu de la lujuria, desmoralizan a su entorno y se convierten
en un peligro para los hombres jóvenes...
Ahora bien lo que está claro es que parece que las mujeres
con este “problema” tienden a estar en la constante búsqueda del “amor
verdadero” tienen inconformidad con la vida, inquietud y buscan vanamente la
satisfacción en las personas que se cruzan por su camino. En los hombres la
hipersexualidad se denomina Andromanía, para no confundir los términos.
Pero no hay que confundir promiscuidad con ninfomanía,
debido a que la promiscuidad implica un pensamiento deliberado hacia actos
sexuales, con o sin deseo sexual.
Menos mal que actualmente dentro del deseo sexual no hay
medidas ni reglas. Porque lo que una persona podría considerar un deseo sexual
“normal” para otras podría ser entendido como excesivo o bajo.
Se cree que un seis por ciento de la población la padece, y que solo el dos por
ciento de los afectados son mujeres.
Ya lo decía Freud: el pulso sexual domina las emociones. Y
cada vez son más las celebridades que confiesan que pasan la mayor parte de sus
minutos... intentando calmar sus terrenales instintos. Entre los casos más
conocidos o famosos podríamos citar, Rob Lowe,
Joan Crawford, Sharon Stone… En el caso de Michael Douglas llegó a
internarse para intentar corregir su sexualidad insaciable. Reconoció sufrir
"impulsos incontrolables", y se sometió a rehabilitación en 1993.
facebook/rosariovalcarcel/escritora
Una entrada muy interesante, Rosario. De todas maneras, reconociendo su importancia en el desarrollo normal de la personalidad y la "vida humana", soy de los que piensa que la buena educación ayuda muy mucho a moderar los instintos, sin encorsetarlos.
ResponderEliminarTODO ES EXCUSA PARA EL COITO...EL RESTO VANIDAD Y CORRER TRAS EL VIENTO...E.S.
ResponderEliminarEL SEXO MANIPULA LAS VIDAS Y DE QUE MANERA, LAS LÍBIDOS NOS HACEN TRANSITAR POR NIRVANAS E INFIERNOS...PERO QUE PLACER, NOS INUNDA CUANDO NOS ZAMBULLIMOS, ENTRE GEMIDOS, ALARIDOS Y SUSURROS, EN EL CUERPO DE LAS MUJERES (EN MI CASO), DONDE ABREVAR DE SUS FLUJOS, QUE EMERGEN DE LOS TAJOS ARDIENTES Y ANOS DILATADOS, AGUARDANDO LA PENETRACIÓN DE LA VERGA ERECTA...LES DA SENTIDO A NUESTRAS EXISTENCIAS...AY NIÑA!
Totalmente de acuerdo HArendt. la educación es la base para equilibrar o armonizar los instintos. De todas formas tristes historias relacionadas con el sexo vivieron muchas mujeres en el pasado. Tristes generaciones.
ResponderEliminarMi querido Eduardo: CUANDO NOS ZAMBULLIMOS lentamente ENTRE GEMIDOS, ALARIDOS Y SUSURROS, Conseguimos un estado de excitación enfurecido y tan inesperado que me pareció que juntos ascendíamos al séptimo cielo...
Gracias,HArendt,. Eduardo.
Feliz Navidad.
Un artículo interesantísimo. Claro, y el hombre que tenía la misma inclinación al desenfreno era y es res naturae. Muchos argumentos para cegar el deseo, sobre todo en la mujer. Bien por las Ninfae, a ver si acabamos con tanta santurronería.
ResponderEliminarPues no sé, el macho de la mantis religiosa muere agradecido, según dice el poeta peruano Westphalen en su poema.
Besos.
SIIII! QUERIDÍSIMA ROSARIO...ASI FUE...LUEGO SERÁ, LUEGO
ResponderEliminarComo siempre, doña Rosario Valcárcel da en la diana con sus análisis de los temas sexuales, vitales, de emociones en el amor y en la unión de las personas
ResponderEliminarMuy interesante el artículo Rosario. Todo depende del prisma desde el que se mire. Quizás cuesta reconocer que la mujer pueda tener más deseo sexual que el hombre, y ceder al desenfreno total, aunque eso sí, de forma consciente.
ResponderEliminarMuy interesante tu punto de vista, Inma Flores... Gracias por compartirlo. Y Feliz 2014.
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