Unei statui de cenuşă
E viaţă viaţa mea de
astăzi? Nu!
E moarte oare? Nu.
Nici moarte nu-i.
E moarta-mpărăţie-a
nimănui,
În care nălucim doar
eu şi tu.
Absentă, dar mai vie
ca oricând,
Cu ochii tăi de
neagră catifea,
Mai vie, mai prezentă, mai a mea,
Decât mi-ai fost cândva, în trup şi-n gând,
Mai duh, mai vis decât ai fost cândva,
Acceptă-mă, nemernicul ce sunt!
Tu, moarta mea! Tu,
neuitata mea!
Eugen Dorcescu
Eugen Dorcescu
A una estatua de cenizas
¿Es mi vida de ahora vida? ¡No!
¿Acaso muerte? Ni tan siquiera eso.
Nada ni nadie impera en este reino
En el que ya solo erramos tú y yo.
Ausente, pero más que nunca viva,
Con un abismo negro en la mirada,
Que incluso antes, te sueño cada día.
¡Recíbeme! Yo, solo en esta nada,
Yo, golpeado y perdido en esta isla.
Tú, mi muerta, mi imborrable fantasma.
(La versión
español: Coriolano González Montañez)
El autor de la preciosa escultura es Aurel Gheorghe Ardeleanu. Perfecta hasta en el más mínimo detalle de Eugen Dorcescu y su esposa, Olimpia Octavia.
Al leer el poema de
Eugen Dorcescu, siento una especie de parentesco con Olimpia-Octavia, un
gozo de lo humano. De la belleza de los seres, de la Tierra, del mar y del
aire. De ese manantial interior que es la soledad. De una mujer
Olimpia-Octavia, fundida en el Universo.
facebook/rosariovalcarcel/escritora.
Mil gracias, maravillosa Rosario! Por ta generosidad, por tu noble amistad, por tu solidaridad en el sufrimiento. Por este encuentro en la eternidad del Espiritu.
ResponderEliminarTuyo amigo fiel,
Eugen
No hay muerte más viva que la que se vive con plenitud
ResponderEliminarEstoy sin vivir en mi...
Hermoso poema, hermoso amor más allá de la muerte La poesía es vida
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