Hoy jueves, día 3 de
diciembre a las 20.00 horas se inaugurará en el Centro Comercial “El Muelle”
(segunda Planta) “Experiencias y visiones” una exposición colectiva. Cuatro
pintores y un escultor. Comisariada por Diego Casimiro.
La belleza perece en
la vida pero es inmortal en el arte, dijo en una ocasión Leonardo da Vinci.
Desde la antigüedad el arte ha servido al hombre de alivio para sus desvelos existencialistas o para sentirnos unidos a una colectividad. Quizás porque el arte evoca el sentido de transcendencia y nos conecta de alguna forma con la inmortalidad, con lo poético, a través de elementos sutiles, de una atmósfera envuelta en nebulosas en el que destaca una mancha de color.
Como el color rojo que en la simbología antigua representa
el cuerpo, la tierra o el “Aura del amor”
que marca el estilo apasionado de Saro Armas, plasmados en unos retratos que se aproximan al
expresionismo, al desgarro, al sufrimiento y la soledad del mundo femenino. Al
sexo con o sin género, porque lo que ella realmente quiere representar es el
amor, los afectos, los ideales, la espiritualidad, los espacios del alma.
Por eso ahonda en los desnudos, trabaja la superposición de
figuras bellas y proyecta su aliento, y
al igual que Munch tiñe su obra de drama
y de dolor, y plasma el juego de la similitud en “Los gritos del alma” quizás
porque Saro necesita exorcizar las tristezas…
E invitarnos a
reflexionar, y eso es lo que hace también el pintor Clodobaldo González con la muestra
que nos presenta hoy “La miel en los ciclos vitales" en donde pretende
despertar la atención, igual que lo hicieron en el pasado poetas y estudiosos,
desde Virgilio hasta Darwin. Hacernos pensar sobre la vida de las abejas a
través de su obra pictórica.
De sus óleos donde
nos muestra una nueva figuración en base
a la seducción y a la búsqueda de la belleza sensorial. Ejecuta
Clodobaldo con una pincelada suelta y una atmosfera vaporosa cuerpos de mujeres y hombres, parejas, en
movimiento. Gestos iluminados por el resplandor de la miel de abeja que los
cubre pero que se escapa como símbolo del tiempo que pasa. Y lo realiza
con un tratamiento original y un acento muy personal.
Y moderno como la
pintura de Lilian Campo, con óleos sobre lienzo donde nos muestra con una
tendencia realista, elementos sensuales. Caballos en movimiento, saltando
en el aire vacío, “equinos” realizados con gran vigor o el óleo llamado
invernal, que nos acerca al frío abrazo del invierno.
Pero lo más que
define la obra de Lilian es que sabe encender el cuerpo de los amantes,
explorar en llamaradas de excitación y revuelos de placer: metáforas de la
realidad que la artista desdibuja en sombras azules. Esa transformación de
seres que cohabitan junto a sus amantes como efecto del hechizo erótico o la
figura sobrenatural en el “Ángel en azul”.
Y un canto al
recuerdo son las escenas bucólicas de Manuel Romero, un alma viajera al que le gusta llenar la copa de las emociones, pintar
ciudades calladas o bulliciosas como Venecia
Granada y Ronda, o los ecos de Los Pueblos blancos de Cádiz, casas cándidas
sobre el monte. Caseríos que brillan, y puentes y tuneras y musgo. La aldea que
entre el verdor y los charcos huele a aves de corral, a agua, a piedra y a
cielo.
Todo un espectáculo
que convierte sus obras en estallidos sonoros, en perfumes de sol, de
humedad y de enredadera, de reposos de luz. Urbano y rural, Romero se adentra en otros rincones en patios solitarios y nos pinta mimosas malvas y rosas y
dalias y geranios, y nos deja la sensación de que la belleza natural es un
aliciente para el espíritu, un estímulo para elevar el alma.
O para crear esculturas como las de Román del Pino que mantienen un
diálogo directo, con quien las mira, unas veces realizadas en un realismo
amable otras con un tratamiento simbolista pero siempre partiendo de una idea
preestablecida, como el homenaje al saxofonista alemán, Andreas Prittwitz , con
su particular obra la Cantanta del Mencey Loco.
blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
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