ALDABA 1
¿Por qué no atiendes mi llamada?
Lo proclama tu aroma en la madera.
Estás.
Dentro estás. Lo anuncia
El sol que te acaricia
Más allá de los frutos permitidos,
Más allá del deseo.
Los vitrales te dan su compromiso.
Callan.
Y tú callas.
Te buscas en tus ojos,
Sombra y luz de tu gozo indescifrable.
Sigo el rastro
Del pálpito del aire
Y me vuelvo al encuentro
De mi último recuerdo.
En Playa de las Américas (9-1-2012)
En Playa de las Américas (9-1-2012)
ALDABA 17
No puedo escribir y verte sola entre las olas.
Ellas te llevan, te traen y, de pronto, desapareces.
Te busco, y en la memoria mi soledad te
Trasfigura.
Cambio la aldaba por un grito unánime.
Estás y no estarás, todo es posible
En este apenas mar embravecido.
Y de pronto advierto cómo surges
Desde el piélago y vuelves a tu arena.
Un sorbo de cerveza me recorre
Y busco las palabras que te acerquen.
El
Medano (Granadilla de Abona)
Hace unas
semanas, el escritor Anelio Rodríguez hablaba sobre el último libro de poesía
de Antonio Abdo, Aldabas. Hablaba
sobre un amigo, un ser cálido, un escritor, un hombre de teatro. Disfrutábamos
de la charla. Celebrábamos el Primer Encuentro de Escritores Félix Francisco Casanova, en la Real, 21, Los Llanos de Aridane,
A los pocos minutos,
Antonio Abdo, que parecía darle vueltas a algo, echó una mirada a todos los
asistentes y afirmó que le gustaba la palabra aldaba, que le gustan las palabras que empiezan por al. Esas palabras del árabe hispánico en
la que uno de las principales peculiaridades fue la incorporación al inicio de
la palabra del artículo al. No podemos olvidar que el árabe es, después del
latín, la lengua que más léxico ha aportado al castellano.
-Me gustan
las aldabas y las palabras que comienzan por al repetía y enumeraba una nueva y otra y otra.
Y quizás, al
poeta le gustan las aldabas porque
ha descubierto el poder que han tenido en las ciudades como museos al aire
libre. El poder de esconder un lenguaje propio, un mundo gráfico que le ha
servido a Antonio Abdo para iniciar un diálogo, para abrirse a su realidad,
para utilizarlas como testigo de su dolor. Un dolor que expresa como reflexión.
En el
Poemario Aldabas, el poeta se acerca
a través de esos llamadores a los afectos, a los recuerdos, a una cotidianidad
aguda y punzante, al abismo de lo humano que lo golpea en espirales sucesivas. A
una realidad, y lo manifiesta a través de sus emociones. De unas emociones
condicionadas por la historia del momento en que se expresan.
Palpita en Aldabas el miedo y la soledad de la
noche. Recuerdos de voces y silencios, de palabras sumergidas en el delirio. En
el amor que de forma subyacente o emergiendo a la superficie está presente en
unos versos hechos de aflicción ante la enfermedad de su esposa, Pilar Rey.
Ante el naufragio emocional del autor.
En
definitiva Aldabas es un libro en el
que habita Eros y Thánatos en forma de confesión o de diario íntimo. Es la
actitud vital del hombre que no desfallece.
Antonio Abdo
Pérez nació en Los Realejos, Tenerife, de padre libanés y madre canaria.
Estudió la carrera de Derecho Ha sido
Locutor de Radio Juventud de Canarias, Actor y Director teatral, con premios
nacionales de interpretación en Cuenca y Manzanares -Ciudad Real. Ha codirigido con Pilar Rey la
Escuela Municipal de teatro de Santa Cruz de La Palma desde 1981 hasta 2009.
Ha escrito
teatro, obteniendo el Premio “Francisco Martines Viera” en 1977, por su pieza
El violoncelo, estrenada en el Festival Internacional de Teatro de Stiges, en
1978. Ha publicado los poemarios. El
silencio se estremece, Piel de gato
con dibujos de Pedro Fausto, Playas,
Puzlzles.
Junto a Pilar Rey realiza una gran labor de investigación teatral. Ha realizado conjuntamente el trabajo
de transcripción documental para sucesivas ediciones de la Historia de la
bajada de la Virgen de Las Nieves de la Palma y la Historia del Teatro en esa
isla.
Ha sido
profesor de interpretación, ortofonía y verso clásico en la Escuela Municipal
de Teatro de Santa Cruz de La Palma. Actualmente junto a Pilar Rey dirige la Compañía
de Teatro que lleva sus nombres.
Fotos: Nicolás Mellini
facebook/rosariovalcarcel
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