En el corazón del Valle, y a los pies del Bejenado, ofrécese a la vista Los Llanos de Aridane, que forma y conforma la imagen de un abanico abierto, cuyo vértice, en místico reposo parece tomado por la mano de Dios. Dijérase que esta ciudad es aquella de los ensueños de un mundo enajenado que vive eternamente soñando. Ella muestra un perfil de serena tranquilidad franciscana. Empero, conviene adentrarse en su interior para saber de su vida, de su ritmo, de su ambición y de su espíritu.
Vayamos por esta calle asfaltada, limpia, decorada de lado a lado con árboles en simetría. Veamos casas almidonadas, con celosías en las ventanas, de donde se atiende el trajín de la calle sin que se advierta del exterior. Hagamos un recorrido por las demás calles regulares y paralelas a la primera, así como por las que taladran a esta, y palparemos un aire de pulcritud que ya quisieran para algunas ciudades que se precian de singulares en este aspecto. Reparemos en esta fuente, situada en el pulmón de la ciudad, antesala de la calle del cementerio, que hace de fontana día y noche y evocaremos los versos del poeta:
-Anda
caminante, ven, –ven y aprende de esta fuente, - que en silencio eternamente -
a todo el pueblo hace bien
Contemplemos esta plaza, con sus laureles
centenarios, sus baldosas relucientes, sus bancos de hierro, donde todos los
años, ininterrumpidamente, se celebra la fiesta de arte de más renombre del
archipiélago.
Veamos, más allá, la Casa Consistorial, de estilo
canario, en un armonioso conjunto de líneas. Y aquí, en el otro lado, la
Iglesia, donde se venera la Virgen de los Remedios, Patrona del Valle.
Son todas estas cosas, en su conjunto armónico, las
que cautivan e invaden nuestro espíritu, dejándolo anonadado, embriagado en el
éxtasis de una contemplación; y muy particularmente en esa hora tibia de la
tarde, en que el sol se va hundiendo, en la lejanía crepuscular de una visión
pensativa y grave
Felipe
Lorenzo.
El poeta y cronista Felipe Lorenzo nació en
Tazacorte (La Palma). Vivió en México. Fija su residencia en Santa Cruz de
Tenerife. Comienza a publicar en revistas literarias y suplementos culturales.
Colabora con la prensa insular. Y publica Lampos e isla novia (1953); Brumas y
Lampos (1958) reúne una selección de su obra. Este último volumen se reedita en
el año 2.000. También publicó otras obras en prosa como Aspectos (1971) y
Aspectos II (1974.
Su poesía, igual
que los de su generación, se nutre de la tierra y el cielo, de los motivos
clásicos sobre el mundo y la naturaleza humana. Recurre con frecuencia a
motivos relacionados con la tradición literaria y simbólica de la isla de La
Palma.
Información,
Programa Fiesta de La Patrona, Los Llanos de Aridane,1964, y revista literaria bienmesabe.org
Rosario Valcárcel, poeta y narradora
Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
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