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viernes, 30 de agosto de 2024

Entrevista El poeta Antonio Arroyo Silva. / LA PROVINCIA

Por Sara Hernández

Las Palmas de Gran Canaria 28 AGO 2024 17:00

Usted nació en La Palma en el año 57. ¿Cómo recuerda su infancia y a la sociedad de aquella época? 

Mi infancia para mi poesía es fundamental porque, como decía Rilke, la patria es la poesía de la infancia. Es cierto, lo he comprobado, porque mi infancia en Santa Cruz de La Palma, pese a que realmente no fuese tan ideal, está plagada de grandes recuerdos. Tengo grandes amigos en la isla, aparte de mis padres. También recuerdo la presencia de Elsa López. Yo me siento palmero aunque lleve viviendo en Gran Canaria desde hace unos cuarenta años, más o menos.

¿Por qué dice que su infancia no fue idílica?

Vivíamos en un barrio pobre que hoy día cuenta con un montón de carencias. Quizá eso me dio un impulso a la hora de escribir, por ejemplo, o a la hora de estudiar o de forjar mi futuro. Debo agradecérselo a mi madre, porque permanecí dos años encerrado en casa a causa de una infección de hígado. No podía ir al colegio, y en ese tiempo, ella me enseñó todo lo que tenía que saber en calidad de estudios, como redactar y esas cuestiones.

Consiguió licenciarse en Filología Hispánica en la Universidad de la Laguna en plena etapa de la Transición. ¿Cómo se vivía siendo estudiante en una época tan convulsa en la historia de España?




Pues la verdad es que fue muy complicado. En el 67 asesinaron a Javier Fernández Quesada y yo lo presencié desde la azotea del Colegio Mayor de San Fernando. Vi exactamente cómo sucedió todo, e incluso un amigo mío, también poeta, estuvo al lado de Quesada cuando lo mataron. Ese momento fue tremendamente impactante y claro, venía de La Palma, donde no ocurría nada, y de repente sucedieron las revueltas estudiantiles, con muchas manifestaciones y etcétera. Puedo decir que aquellos momentos fueron donde más libre ha sido la sociedad canaria. 

Aparte de poeta, también es profesor jubilado. Impartía la asignatura de Lengua y Literatura en varios centros de las Islas. ¿Considera que la educación de la actualidad es de calidad?

Yo creo que la educación de ahora no es de calidad. Lo digo por experiencia, porque yo estoy jubilado, pero trabajé como profesor de Lengua y Literatura durante treinta años. No es de calidad porque hay unos contenidos que, o no se dan, o no se pueden impartir, o no están presentes en las programaciones. Por ejemplo, destaco la ausencia de la Literatura, sobre todo la canaria. Solo se habla de Benito Pérez Galdós y poco más, aparte de que los contenidos son pobres. Además, si en un área determinada, como la Lengua, no se aprueba la Literatura, esa asignatura no puede darse por aprobada y, sin embargo, se puede pasar de curso. En mi época como estudiante de Filología en La Laguna, nosotros descubríamos las materias y los conceptos de manera que nosotros mismos hacíamos los planes de estudio. 

¿Qué es lo que más destaca de la pluma de Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro?

El tema del misterio y, sobre todo, el tema del tratamiento de la palabra. Hay unos poemas de Bécquer que, como decía alguien, son «poemas alimenticios». Luego existen otros que más se acercan a la definición del poema tradicional, esos donde la palabra lucha contra el verso. De hecho, aunque he mencionado a Bécquer, me gusta bastante más el tratamiento poético que realiza Rosalía de Castro.

Acercándonos a su trayectoria como poeta, ¿en qué momento se enamoró de la poesía y cuáles son sus autores favoritos?

La poesía entró muy temprano a mi vida, en concreto, con Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. También descubrí poetas que estaban prohibidos en esa época, como Blas de Otero. Ahora mismo, esos poemas no los conservo, pero ahí comenzó mi andadura. Ya cuando estudiaba en La Laguna me tomé más en serio la lectura de poemarios.

¿Cuál es el proceso que sigue para escribir un poema, desde que viene la idea hasta que la plasma con su pluma?

Cuando me viene una idea, dejo que viva dentro de mí. La poesía tiene que ser algo de la vida, de lo cotidiano. Como dice un amigo mío que se dedica a la crítica especializada, esa cotidianidad es deconstruida. Por ejemplo, me asomo a la ventana y veo a unos pájaros en el jardín. Me inspiro más con las imágenes que con las palabras. A partir de ahí, empiezo a escribir una serie de poemas que están relacionados con esa visión en particular. Ahí dejo que el poema duerma y, cuando vuelva a leerlo, ya no lo consideraré algo mío, sino parte de la poesía en general.

En 2018, ganó el Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez. ¿Qué supone obtener un galardón de este calibre?

Al principio no me lo creía. De 600 poemarios presentados, de todo Hispanoamérica, Canarias y demás, no me esperaba ganar. Supuso una gran alegría pero, sobre todo, supuso una reflexión de que eso había que mejorarlo. Digamos que afectó más a la manera que tengo de escribir poemas.

Este año ha lanzado un nuevo poemario titulado En tu casa o en la mía, con prólogo de la autora Rosario Valcárcel. ¿Cómo describiría esta obra y qué contenidos se hallan en sus páginas?

En principio definiría el poemario como erótico, tal y como dice Rosario Valcárcel en el prólogo. También está el tema del juego de palabras, es decir, que aunque defina el poemario como sensual y erótico, también esconde temáticas como el amor. 

blog-rosariovalcarcel.blogspot.com

 

3 comentarios:

  1. Para mí siempre es una alegría y un motivo de agradecimiento aparecer en tu blog. Gracias, querida Rosario.

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  2. Muchas gracias, para mí es un honor estar en tu blog. Un fuerte abrazo. Antonio

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