La esposa del presidente de EEUU, Melania Trump, y la del francés, Brigitte Macron, estaban llamadas a acaparar ayer todo el protagonismo de la otra cumbre, el programa paralelo para consortes lejos de la reunión de la OTAN en Bélgica. Una agenda paralela entre museos, tiendas de lujo y el Palacio Real en Bruselas.
Sin embargo, cuando llegó la hora de la foto de familia,
todos los ojos se desplazaron hacia el marido de Xavier Bettel, el
primer ministro de Luxemburgo. Gauthier Destenay fue el único hombre de la
imagen, icono de la ruptura que supone que un jefe de gobierno hable
abiertamente de su homosexualidad, se comprometa con su pareja y comparta con
ella las grandes citas mundiales. Todo un primer caballero entre primeras
damas. Ni la norteamericana ni la francesa, ni la turca Emine Erdogan con su
pelo cubierto ni la anfitriona, la reina Matilde de Bélgica.
EFEDe izquierda a derecha: la primera dama francesa,
Brigitte Trogneux; la primera dama turca, Emine Gulbaran Erdogan; la primera
dama estadounidense, Melania Trump; la reina Matilde de Bélgica; la mujer del
secretario general de la OTAN, Ingrid Schulerud; la mujer del presidente
búlgaro Desislava Radeva; la mujer del primer ministro belga, Amelie
Derbaudrenghien; y en la segunda fila: el marido del primer ministro de
Luxemburgo, Gauthier Destenay; la mujer del primer ministro esloveno, Mojca
Stropnik; y la primera dama finlandesa, Thora Margret Baldvinsdottir.
Xavier Bettel se casó en mayo de 2015 con su pareja de hecho
desde 2010, el arquitecto belga Gauthier Destenay, en lo que fue una de las
primeras bodas homosexuales en el Gran Ducado, meses después de que el
Parlamento aprobase la unión legal entre personas del mismo sexo. Destenay ha
destacado siempre por su discreción, hasta el punto de que se conocen pocos
detalles de su vida.
Nadie llamó tanto la atención como él, hasta el punto de que
su imagen, sobria, sonriente, se ha convertido en un acontecimiento viral en
las redes sociales. Pero él está ahí porque es el esposo del primer ministro de Luxemburgo y reivindica su sitio.
Algún día la estampa será tan natural que dejará de ser noticia, pero mientras.
- Redacción
ElHuffPostAgencias
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