miércoles, 28 de diciembre de 2016

ABDOULAYE DIOP, EXPOSICIÓN PERMANENTE

DESDE LO REAL A LO ABSTRACTO EN  Canary Fun, Vinoteca Maspalomas  



No estoy segura si Abdoulaye Diop ha pasado de lo real a lo abstracto o su recorrido haya sido el inverso. De cualquier forma al hablar de pintura real o figurativa podríamos argumentar que toda pintura es abstracta pues se separa, se sale de lo real, plasma el pensamiento, en el caso de Diop plasma un acto de libertad, de espontaneidad y del rápido movimiento de la mano.  

Nacido Abdoulaye en Senegal no puede escapar de su propia naturaleza fascinante de su país, por eso nos transporta a su particular universo emocional, a su realidad como ensueño, a su pincelada, a la seducción de la orilla ondulante del mar para acercarnos a la profundidad. Para mostrarnos una exposición que se concreta a través del juego de vibraciones producidas entre el espacio, el color y la música.

De una tierra afectada y saqueada, la suya. Y lo hace con una paleta informal, enérgica, matérica de abstracción, de amarillos y bermellón junto a sombras más oscuras. Manchas que parece que flotan, azules o grises quizás como representación del viaje, de la inmigración o de esa unión del pasado y el presente con el futuro.

De los viajes y las presencias, de la magia y la religión como espacio de salvación y de manifestación divina. Nos acerca con sus pinceles al viento, el agua, el fuego. La energía invisible.



Los  valores y aspiraciones de un país: África con una exposición magnífica que dirige y lleva el curador Diego Casimiro, por lo que los felicito, así como a Canary Fun, Vinoteca Maspalomas por la labor cultural que están llevando.

domingo, 25 de diciembre de 2016

FELIZ NAVIDAD A TODOS CON LOS TRES TENORES.

https://www.youtube.com/watch?v=ZYCVI87-rK0


Feliz Navidad a todos! Amor, Paz y Felicidad! Para revivir uno de los conciertos más memorables de los 3 tenores: Plácido Domingo, Luciano Pavarotti y José Carreras. El evento tuvo lugar en diciembre 1999, con motivo de la llegada del nuevo siglo XXI.




lunes, 19 de diciembre de 2016

¿QUÉ SÉ YO DE LA NAVIDAD?


Es la pregunta que se hizo Paul Auster cuando el New York Times le encarga un cuento navideño que finalmente se lo inspiró su amigo Auggie Wren, un fotográfo que retrata, diariamente la misma esquina del barrio de Brooklyn. Una historia que fue la simiente de la película Smoke. Un relato que recorre la realidad sentimental del alma humana. 

Porque la literatura descubre mundos nuevos, materializa el sueño en un papel, decía Patrick Modiano. A veces es inspiración de películas, un regalo que nos recuerda el significado de La Navidad, desde los clásicos de los hermanos Grimm y Andersen al Cuento de Navidad de Charles Dickens, al maravilloso film ¡Qué bello es vivir! de Frank Capra, retrato de la nostalgia navideña, una razón de ser y de estar en el mundo.

Películas inspiradas en hechos ficticios o reales. Familias que, en alas del progreso intentan infundir  la esperanza de que algún día podremos vivir en un mundo mejor. Y acogen a un mendigo en su mesa entre manjares, vinos y el arbolito que parpadea entre copas y acordes de villancicos, entre risas o llantos de la Noche Buena.

Películas basadas en ideales de dolor, en el caos, olvido e indiferencia de pueblos sometidos al terrorismo, violencia, guerra, en las que la fuerza de la Navidad solo es capaz de conseguir unas horas de tregua. No el fin del conflicto, esa paz tan deseada y recordada en estas fechas. La paz duradera que no se gana porque la guerra es un negocio repugnante de poderosas potencias militares que hieden.

¿Qué sé yo de la Navidad?     

De esa Noche que nace el Niño Dios, de aquella infancia en que Papá Noel golpeaba la puerta de nuestra casa y, sin saber qué hacer, ni qué decir: gritábamos, movíamos las manos y los brazos con gran alboroto, mientras él agitaba una ruidosa campana y se acercaba a cada uno de nosotros que lo observábamos con cierto temor.

Entonces, sin prisas y con aire de bondad, se inclinaba ante el árbol navideño que habíamos adornado con tanto amor, y depositaba a sus pies numerosos regalos colmando las aspiraciones de todos. Mientras yo, a escondidas tras los pantalones de mi padre, miraba como se despedía.

Han pasado muchos años pero todavía estoy poseída por ese hombre del que no estoy segura de que fuese de carne y hueso, de que fuese real, por lo que al igual que Auster, confundida, me pregunto:

                                                                                   ¿Qué sé yo de la Navidad?  

facebook/rosariovalcarcel

miércoles, 14 de diciembre de 2016

BONIFACE OFOGO, Los cuentos de los antiguos, Vídeo

Sembrando cuentos bajo el árbol de la palabra

https://www.youtube.com/watch?v=5nwY-t75rwg

 “Había un anciano en mi pueblo que era el más viejo, no trabajaba y, sin embargo, era el más importante del pueblo. Él se sentaba en la plaza y todos acudían a pedirle consejos.
Un día llegó un joven con una forma de caminar muy insegura y le dijo que quería quedarse a vivir en el pueblo porque en su hogar había mucha sequía.
El anciano que estaba fumando una pipa le preguntó: cómo es la gente del pueblo de dónde usted viene.
El joven contestó que muy buena, amable y que allí se respetaba a los ancianos. Además, que los conflictos se resolvían hablando.
El anciano respondió que la gente de este pueblo era igual y que sería bien recibido: ¡bienvenido joven!
Al rato llegó otro joven, de caminar desafiante y también pidió vivir allí. Sin embargo, a las preguntas del anciano respondió con alevosía y habló mal de sus parientes.
El anciano le dijo que la gente de este pueblo también era mala y no sería bien recibido.
La moraleja de la historia, más allá de las respuestas del anciano es que quien cree en el sentido de la amistad y ama sus raíces, vaya a donde vaya siempre le irá bien”.


El escritor español Manuel Rivas solía asegurar que los cuenteros escriben en el aire y que sus palabras no son arrastradas por el viento, sino que germinan en la imaginación de los espectadores, Boniface logra captar en el público oyente esa mágica sentencia, y hace que cada uno encuentre algo dentro de sí mismo, haciendo posible que todos en algún punto sean mejores, que todo merece ser aprendido.

Boniface Ofogo Nkama,  nació en Bogondo, pueblo situado en el centro de Camerún, en 1966. Termino el bachillerato, hizo Filología Hispánica y obtuvo una beca del Gobierno español para seguir sus estudios en Madrid a donde llegó en 1988.

Ha sido mediador social y cultural en varios ayuntamientos de la Comunidad de Madrid. Desde 1992 se dedica a escribir y a narrar cuentos africanos. Es autor de Una vida de cuento, una autobiografía en la que se resalta la importancia de la tradición oral en África. También ha publicado el libro El león Kandinga, que forma parte de la inagotable tradición oral de los bantú, una tribu que vive en las sabanas y selvas africanas, desde el centro de Camerún hasta Sudáfrica.

Es especialista en fábulas, leyendas, mitos y tradiciones del África negra. Ha actuado por toda España (Maratón de Cuentos de Guadalajara, el Fórum de las Culturas de Barcelona en 2004, los Festivales de Oralidad de Jaca y Elche). También ha visitado Francia, Brasil, Costa Rica, Colombia y Argentina.


 Narrador oral y mediador intercultural, ha publicado los libros Una vida de cuento y El león de Kandinga.
Foto Boniface Ofogo Nkama

domingo, 11 de diciembre de 2016

DOS POEMAS DE OMAR KHAYYAM, Persia, hacia el año 1040


I. La caravana en el desierto, Rubaiyat»:   
1
¡Despertad! Que ya el sol desde el remoto Oriente
dispersó las estrellas de su sesión nocturna,
y al escalar de nuevo el cielo iridiscente
la regia torre ciñe con su lazada ardiente.

2
Antes que el brillo fatuo del alba se extinguiera, 
oigo una voz que dentro de la taberna grita:
-«Si el altar todo en luces para la fiesta espera,
¿por qué el tardo devoto duerme en la sombra afuera?»

3
Canta el gallo, y el grupo que a la intemperie queda,
-«¡Ea, abridnos, pues! -grita- nos resta un breve instante
de aguardar nuestro turno, pues al girar la rueda,
¡Quién hará que a este sitio volver otra vez pueda?»
                                                                                           
Y ahora el nuevo año, removiendo ansias muertas,
al alma pensativa llama a la soledad,
donde Moisés asoma sus blancas manos yertas,
y Jesús resucita las llanuras desiertas.

5
Iram llevó sus rosas a donde nadie sabe,
con la septanulada ánfora de Jamshid;
¡Oh! pero aún destila del vino el rubí suave
y la fuente en el huerto canta su salmo grave.

6
Ya, de David los labios selló la última arcilla,
mas el Bulbul en sacro y mimético Pehlví,
-«Vino!» a la rosa ofrece en rauda seguidilla
para teñir de púrpura su marchita mejilla.

7
Ven a llenar mi copa, y en primaveral anhelo,
echa de ti ese manto de contrición y dudas;
El ave-tiempo apenas tiene luz para el vuelo,
y -¡mira! ya sus alas está tendiendo al cielo.

8
Ya en Babilonia impía, ya en Naishapur, mi cuna,
ya la copa os ofrezca dulce o amargo vino,
el de la vida filtra con tarde importuna,
y las hojas sin savia van cayendo una a una.

9
El alba de mañana nos traerá primorosas
nuevas rosas, mas ¿dónde se fueron las de ayer?
Pero el Estío llega desbordante de rosas,
y Kaikobad, Jamshid, volverán a sus fosas.

10
¡Y deja que se vayan! Libre el mundo se vea
de Kaikobad el Grande o Kaikosrú el potente;
y de Rustúm los gritos llamando -«¡a la pelea!»
y Hatím-Taí -«¡a la orgía!»- allá se vayan, ¡Ea!

11
Ven tú conmigo al margen de este oasis florido
que pone nuevo verde al valle pedregoso:
Aquí «esclavo» y «sultán» duermen igual olvido,
y -«paz a Mahmoud»- clama amor compadecido.

12
Aquí con un mendrugo, entre el gayo ramaje,
una ánfora de vino, un manojo de versos,
y tú conmigo, sola, cantando entre el boscaje,
es para mí un paraíso el yermo más salvaje.


.-.-.-._.-.-.-.-.-.
III. Ayer, hoy, mañana

27
A aquellos que en el hoy aguardan su ventura,
y a los que en el mañana fijaron su esperanza,
un muezín les grita desde la Torre Oscura:
-«¡Locos! ni aquí, ni allí, vuestra paga es segura!»

28
En sueños, otra voz, que me repite, advierto:
-«La flor abrirá al beso de la nueva mañana»;
mas un rumor que pasa, me dice, ya despierto:
-«La flor que ayer abrió, dio su aroma y ha muerto».

29
Y los santos, y sabios, y rígidos ascetas
que de ambos universos el estudio agotaron,
son arrojados fuera como locos profetas,
sus bocas y palabras del mismo polvo prietas.

30
¡Oh! cuando yo fui joven ávido he frecuentado
los santos y doctores, y oí cosas sublimes
sobre esto y sobre aquello: mas siempre me ha pasado
volverme por la puerta por donde había entrado.

31
Yo he sembrado semilla de aquel saber arcano,
y la ayudó a crecer la labor de mi mano:
y ésta fue mi cosecha: -«yo vine como el agua,
y me voy de este mundo como va el viento vano».

32
Llegado a este Universo el  porqué ignorando
y el de dónde, como agua que, quiera o no quiera, corre,
salgo de él como el viento que el desierto cruzando,
sin saber hacia dónde, quiera o no sigue andando.

33
¿Y qué, y así me traen desde un donde cualquiera
y desde aquí hacia allá, sin pulsar mi albedrío?
¡Si el cielo, al menos, darnos siempre el vino quisiera,
que ahogue este recuerdo que la mente lacera!

Nació en Nichapur, Persia, hacia el año 1040 de la era cristiana, y vivió cerca de ochenta años.
Libertino, sibarita, ácido, místico y profeta, estudió Matemáticas y Astronomía, reformó el calendario musulmán, cultivó el Derecho y las Ciencias Naturales, pero todo le resultó insuficiente a la hora de resolver el misterio del Universo, las pasiones humanas y la existencia misma.
Se destacó en el plano de las letras por sus famosas «Rubaiyat», que constituyen una alabanza al brindis, una enorme plegaria fragmentada en estrofas que remiten a la celebración del vino y del goce del instante, frente a la finitud de la vida.

Los siguientes textos han sido tomados de la obra «Rubaiyat» en la versión yuxtalineal de Joaquín V. González,   de la versión inglesa de Edward Fitzgerald. 



viernes, 9 de diciembre de 2016

NUESTRO MUNDO HAMBRIENTO

…/El hambre paseaba sus vacas exprimidas, / sus mujeres resecas, sus devoradas ubres, /
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas / frente a los comedores y los cuerpos salubres… Miguel Hernández

En estos días prenavideños que celebramos alegres el Black Friday, que en los Centros Comerciales no cabe ni un alma y los supermercados están a rebosar, mi corazón ha desandado los pasos y me he acordado de mi madre, de la mesa de Navidad y los olores de mi niñez, de la carne de conejo en salsa, los turrones, el vino dulce. Las truchas que cocinaba con amor y sabiduría para regalar a los vecinos a pesar de que en aquellos tiempos tenía que vencer a un enemigo: al fantasma de la pobreza. 



Un fantasma que persiste en este mundo injusto en el que viven hambrientos. Seres silenciosos, seres que buscan sobras de alimentos en cubos de basura para vencer el hambre. Porque, a pesar de que la FAO afirma que en los últimos veinticinco años el mundo en desarrollo casi ha reducido a la mitad su tasa de hambre, aún hoy mata alrededor de diez mil personas diarias en el mundo.

Casualmente estos días he visto una película titulada “Amar peligrosamente”, un drama que recrea los campamentos que existieron en el norte de África en los años 80. Dirige el film Martin Campbell y nos acerca más allá de nuestro confort, nos muestra el desamor de los países poderosos, las miradas de eros y tánatos, la falta de víveres, la desnutrición infantil, la muerte. Una realidad que hace latir el alma del espectador. 

Un mundo incongruente que priva de los dones imprescindibles a millones de personas ante otro mundo que vivimos en la opulencia, que nos atiborramos hasta hartarnos y desperdiciamos y tiramos y tiramos toneladas de alimentos, los desechamos aún comestibles. Lo hacemos desde nuestras casas, desde las industrias por problemas de fechas de caducidad, envases demasiado grandes, por comprar sin control.

En estos días prenavideños el corazón ha desandado mis pensamientos me he acordado de las peripecias que pasan algunos personajes literarios en las novelas de Galdós o en el “Lazarillo de Tormes” para no morir de hambre. Me he acordado de una escena que se sigue repitiendo a pesar del progreso y el desarrollo económico y social. Me he acordado de aquellos seres pobres, harapientos, aislados de la sociedad que iban de puerta en puerta, de casa en casa pidiendo: -Una limosnita, por el amor de Dios.

Y entonces he pensado: ¿Hemos progresado?

Foto : redes internet.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

ESCRITORAS EN LAS CALLES CANARIAS

Acción de Roque de las Muchachas en Santa Cruz de la Palma.

Qué: Intervención artística y callejera del colectivo Roque de las Muchachas. Autoras: Rosa ChacelSafo y Julia Uceda. Cuándo: miércoles 30 de noviembre de 2016. Dónde: Santa Cruz de la Palma.


El colectivo artístico Roque de las Muchachas ha intervenido los nombres de tres de las calles de Santa Cruz de La Palma. Sucedió el pasado miércoles 30 de noviembre, cuando —por unas horas— la calle O’Daly, más conocida como calle Real, cambió su nombre por el de la poeta Safo; la calle Pérez de Brito se rebautizó como Julia Uceda; y la calle Doctor Pérez Camacho pasó a llamarse calle Rosa Chacel. Con esta acción, Roque de las Muchachas «pretende reivindicar la importancia de la mujer en las artes y en la sociedad».





«Varias generaciones de mujeres artistas de inmenso talento no fueron reconocidas justamente en su tiempo y ni siquiera ahora aparecen en los libros de historia ni en los manuales de estudio de nuestro sistema educativo, poniendo de manifiesto que el espacio artístico es un lugar más donde se demuestra la discriminación hacia las mujeres», han declarado. Para su acción en las calles de Santa Cruz de La Palma, el colectivo Roque de las Muchachas ha querido inspirarse en una frase de Safo: «os aseguro que alguien se acordará de nosotras en el futuro».


© Roque de las Muchachas
Rosa Chacel (Valladolid, 1898-Madrid, 1994) fue la novelista más relevante de la Generación del 27, aquella que brilló en los versos de Cernuda o García Lorca, y que ocultó los nombres y las obras de muchas mujeres valientes y pioneras. El compromiso con la República la llevó al exilio. Obtuvo el Premio de la Crítica por Barrio de Maravillas (1976), y su obra Memorias de Leticia Valle (1945) fue llevada al cine. Sin embargo, su legado más firme a la literatura española lo constituyen sus volúmenes de diarios, pioneros en la escritura memorialística de nuestro país y de nuestra lengua: Alcancía I. Ida (1982), Alcancía II. Vuelta (1982) y Alcancía, estación Termini (1998). También escribió cuento, ensayo y poesía. Obtuvo el Premio Nacional de las Letras (1987) y el Premio Castilla y León de las Letras (1990).


© Roque de las Muchachas
Julia Uceda (Sevilla, 1925) es una de las poetas españolas más relevantes de la actualidad, gracias a una personalísima poética que —por circunstancias estéticas y cronológicas— la sitúa a caballo entre generaciones, fuera del canon. Estudió Filosofía y Letras, materia en la que se doctoró y de la que ejerció como catedrática. En su carrera se suceden los premios, pero quizá los más importantes hayan sido el Premio Nacional de Poesía (2003) —fue la primera mujer en ganarlo en democracia— y el Premio de la Crítica (2006). Se exilió durante décadas en la dictadura, trabajando como profesora en universidades de Estados Unidos e Irlanda. Casi toda su obra se ha recogido en el volumen de poesía reunida En el viento, hacia el mar(2002), salvo algunos libros posteriores; el más reciente, Hablando con un haya(2010).


Noticia entresacada de Estandarte. del  04 de diciembre de 2016.  

domingo, 4 de diciembre de 2016

Un Poema Victoria Santa Cruz, Me gritaron negra. Vídeo

 Me gritaron negra

https://www.youtube.com/watch?v=754QnDUWamk

Tenía siete años apenas,
¡Qué siete años!
¡No llegaba a cinco siquiera!
De pronto unas voces en la calle
me gritaron ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
“¿Soy acaso negra?”- me dije
¡SÍ!
“¿Qué cosa es ser negra?”
¡Negra!
Y yo no sabía la triste verdad que aquello escondía.
¡Negra!
Y me sentí negra,
¡Negra!
Como ellos decían
¡Negra!
Y retrocedí
¡Negra!
Como ellos querían
¡Negra!
Y odie mis cabellos y mis labios gruesos
y mire apenada mi carne tostada
Y retrocedí
¡Negra!
Y retrocedí . . .
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Neeegra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
Y pasaba el tiempo,
y siempre amargada
Seguía llevando a mi espalda
mi pesada carga
¡Y cómo pesaba!…
Me alacié el cabello,
me polvee la cara,
y entre mis entrañas siempre resonaba la misma palabra
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Neeegra!
Hasta que un día que retrocedía , retrocedía y qué iba a caer
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¿Y qué?
¿Y qué?
¡Negra!
Si
¡Negra!
Soy
¡Negra!
Negra
¡Negra!
Negra soy
¡Negra!
Si
¡Negra!
Soy
¡Negra!
Negra
¡Negra!
Negra soy
De hoy en adelante no quiero
laciar mi cabello
No quiero
Y voy a reírme de aquellos,
que por evitar -según ellos-
que por evitarnos algún sinsabor
Llaman a los negros gente de color
¡Y de qué color!
NEGRO
¡Y qué lindo suena!
NEGRO
¡Y qué ritmo tiene!
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO
Al fin
Al fin comprendí
AL FIN
Ya no retrocedo
AL FIN
Y avanzo segura
AL FIN
Avanzo y espero
AL FIN
Y bendigo al cielo porque quiso Dios
que negro azabache fuese mi color
Y ya comprendí
AL FIN
¡Ya tengo la llave!
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO
¡Negra soy¡



 Victoria Eugenia Santa Cruz Gamarra, nació el 27 de octubre de 1922 en La Victoria, provincia de Lima y murió el 30 de agosto de 2014, en Lima. Compositora, coreógrafa y diseñadora, exponente del arte afroperuano.

Su padre, Nicomedes Santa Cruz Aparicio, fue escritor y dramaturgo, y su madre, Victoria Gamarra, quien provenía de una familia muy ligada a la pintura, fue una gran bailarina de zamacueca y marinera. Victoria se convirtió en la voz del arte negro peruano. “Encontré en lo que había heredado justamente como ancestro, África, la base para ponerme de pie. Tuve que empezar por el negro, por esas combinaciones rítmicas africanas que hemos heredado y conservamos tan celosamente a través de cuatrocientos años, fue lo que me hizo decir un día el negro no fue nunca esclavo, porque nadie pudo esclavizar su ritmo interior, que es la única guía del ser humano. Que no me diga nadie que no es racista antes de serlo, hay que serlo primero”.

Se inició en el mundo de las tablas con el grupo Cumanana (1958), junto a uno de sus diez hermanos, Nicomedes, quien también era estudioso del folklore peruano: “Cultura viene de cultivo, y si el hombre a través de sus manifestaciones no se cultiva no está haciendo nada, sino vivir en el sueño.”
Sus estudios se realizaron en un contexto donde la discriminación era mucho más acentuada. Becada por el gobierno francés, viajó a París para estudiar en la Universidad del Teatro de las Naciones (1961) y en la Escuela Superior de Estudios Coreográficos, allí se destacó como creadora y diseñadora del vestuario de la obra “El retablo de don Cristóbal”, de Federico García Lorca, y en “La rosa de papel”, de Ramón del Valle Inclán.

En 1968 fundó Teatro y Danzas Negras del Perú, comenzando una nueva etapa de su estudio. El folklore no era considerado por ella como algo exótico ni pintoresco, sino como vida pura.
Viajó difundiendo la cultura negra de Perú y fue una de las pocas mujeres, latinoamericanas y negras, catedrática en la Universidad Carnegie Mellon (Estados Unidos), de la que quedó como profesora vitalicia.

En 1973, fue designada directora del Conjunto Nacional de Folclore del Instituto Nacional de Cultura (INC) de Perú, cargo en el que se mantuvo hasta 1982.
Los últimos años, antes de su voluntario retiro, los dedicó a dictar talleres en Estados Unidos y Europa.


Su actitud rebelde y sus escritos transgresores son una invitación para navegar entre las páginas de sus libros y contagiarnos así de su arriesgada valentía y de su sabia desobediencia, ya sea en su vida personal o en su labor literaria

Foto, Victoria Santa Cruz
Material de las redes sociales.