viernes, 30 de agosto de 2013

CANDIDATOS DE ESCAPARATE

“Ella o vos…”, “Juntos podemos…”, “Ar-gen-tina”, "Todo vuelve", “Un hombre distinto”, manifiestan, acompañados de la foto de sus desagradables rostros maquillados, desde miles de afiches y gigantografías, pegados en gastados muros, la fauna de candidatos ridículos a las elecciones legislativas que se llevarán a cabo un domingo de estos en la República Argentina, según lo pautado en nuestra bien ganada democracia procedimental.


Artículo enviado por Eduardo Sanguinetti, filósofo rioplatense.
Esta democracia procedimental se ha instalado en el espacio alineado del abominable tiempo político y social en que vive esta nación, por el que transita nuestra existencia de ciudadanos, ajenos a participar en el devenir de los acontecimientos… Salvo, claro, con nuestro voto “obligatorio” eligiendo a nuestros verdugos.
No pretendo ni mucho menos construir una escritura del dolor y la rebeldía, tampoco volverme profesional del desdén, de la suficiencia, del exilio interior “ni de nada”, simplemente pertenezco a lo moderno, joven siempre y disconforme, batallador como constante actitud ética y estética. Es apasionante, vale la pena y le da un sentido a la vida, sobre todo en un presente crítico que exige reflexionar sobre nosotros mismos y nuestras circunstancias, para luego actuar de manera decisiva, con un discurso directo, sin dobleces, denunciando el teatro “bufo” del cual somos espectadores.
Frente a la imposición del olvido de nuestra historia presente y a la reconciliación amnésica del relato del poder, me obligan a interrogarme sobre la ficcionalización de la historia nacional y su pensamiento oblicuo.
¿Cómo narrar la historia de hoy? ¿Qué puede decir la ficción literaria sobre los acontecimientos pasados silenciados? ¿Cómo narrar a partir de los blancos y lagunas que deja sin llenar la docta versión oficial? ¿Cómo reordenar esa masa informe de hechos, esa cadena de datos inconexos y falaces que nos llega como ruina textual y degradante? En definitiva, ¿qué quedará cuando intente suturar este presente que será pasado abolido?
Hemos vivido enfrentamientos armados y de ideas, censuras, exilios… Hemos visto morir a miles luchando por ideales que jamás llegaron a cristalizarse… Solo una farsa es la que se ha enquistado en una realidad travestida y en una verdad ausente. El dolor por el absurdo en que nos debatimos en este tiempo nos atraviesa y debemos soportar a los incontinentes e inútiles sicarios de la política y sus discursos, siempre años detrás del tiempo que nos toca vivir, pontificando sin responsabilidad, sin conocimiento y sin compromiso real para una comunidad temerosa, aterrada y sin ánimos de replicar nada, del sin sentido en que se arrastran sus existencias, asimiladas al rito del consumo, en la levedad de sus existencias anestesiadas.
Ningún periodista o informador “especializado”, hoy, en Argentina, desde ninguna columna de opinión ni programa televisivo de aire o por cable tiene los cojones de centrar el debate con la historia del presente, tan brutal en la imposición de una realidad al margen de la verdad y del deber ser, sin prohombres, sin proyecto de futuro, sin sensibilidad por recuperar el sentido de una vida digna de ser experimentada.
Por último, sostengo que el ser humano es tal en la medida en que puede usar el pasado para el presente, y llama “hombre histórico” a aquel cuya visión del pasado lo conduce al futuro, lo alienta a perseverar en la vida y le da esperanza en la justicia de lo por venir.
Este “hombre histórico” debe interrogar el pasado sin remordimientos, juzgarlo y condenarlo en la medida que la injusticia de algo se haga obvia, tal como hoy sucede; debe tener la fuerza para romper el pasado, pero también, aplicarlo para vivir.
En este sentido es que el estudio, o el uso de la historia está al servicio de la vida, como pareciera no agradarle ni convenirle a todos estos candidatos hoy en oferta, “de ocasión”, penetrados por la infecta mentira global al servicio de intereses mínimos y demasiado epidérmicos, que me hace preguntarme cuál es nuestro anhelo para el futuro, como metáfora para repasar lo que fueran nuestros proyectos de un destino trascendente.
facebook/rosariovalcarcel/escritora

facehe

martes, 27 de agosto de 2013

Grabación repentizada de una noche en donde la música y la poesía lo dominaron todo.




Alfonso Baro un auténtico cantautor repentizó un poema de Rosario Valcárcel titulado "No hay que llegar pronto a  Ítaca"

Una velada entrañable.Una noche extraordinaria.

Gracias amigos por compartir con nosotros conversación, cena, música,sonrisas, baile y la poesía que lo dominó todo

.http://www.goear.com/listen/c74e3ec/no-hay-que-llegar-muy-pronto-itaca-alfonso-barorosario-valcarcel

facebook/rosariovalcarcel/escritora 

viernes, 23 de agosto de 2013

ARQUEOLOGÍA de Montserrat Cano

               Aquí abajo, en lo profundo,
               pero muy por encima del corazón ardiente de la tierra,
              sobre fuegos y piedras y metales,
              sucedieron los humanos.
             Parece lo profundo pero apenas es mirada, Montserrat Cano.

Desde el mundo antiguo y desde todas las culturas nos han llegado composiciones poéticas que nos acercan a la historia de los pueblos, a la historia del hombre, del origen de las especies y de la evolución. A una historia que depende de las palabras, de esa poesía que narraba alabanzas y que los antiguos la identificaron con la épica. A la poesía histórica de la palabra.

A la arqueología, como en el caso de Monserrat Cano que ha hecho historia con la poesía, que ha abierto una ventana lírica titulada Arqueología: un poemario que es un viaje de memoria y sensibilidad, de filosofía y moral, de historia y arte. De voces y eternidad.

Unos metros encima estuvieron las ciudades/ aquellas que configuran las leyendas/ las que añoramos doradas y sabemos de adobe. / Desde arriba hemos visto el perfil de sus reyes, / las tiaras de las reinas, / los pechos de las esclavas, / los delirios convertidos en dioses. / También hubo mazmorras/ pero la crueldad deja menos señales. /

Y nos trae la poeta versos rotundos, versos en los que quizás espera encontrar respuesta.

Omar miraba la espalda de un muchacho/ y sentía el universo en las venas. / De Dios, como del desierto, / nunca le llegaron más que viento y sequía.

O rememora acontecimientos e igual que Penélope teje recuerdos, se aproxima a una realidad, al Universo de la mujer, al despertar del deseo sexual.

¿Quién sino las mujeres/ para reconquistar el gozo?/ Los culpables, los sucios, los parias, / los que nunca tuvieron ni alma ni piel/ ni deseos ni estómago ni ensueños, / entendieron a las muchachas desnudas, /adornadas con flores, /que regalaban sexo y no pedían nada, /jugaban con el amor/ y convertían la osadía en virtud. /Así sin lazos y sin miedo, /aprendieron los humanos/ la danza de la vida.

O se limita a describir una situación que conmueve por lo que relata y por las estremecedoras imágenes que se desatan frente a los ojos del lector. 

Se horroriza cuando ve en televisión/ a ciertas mujeres tapadas con un velo/ y a otras extirpando el clítoris a sus hijas. / Se pregunta qué clase de hombres/ inventan tales cosas/ y en nombre de qué espantosos dioses. / Su dios y su marido la tratan bien/ y por ello les está agradecida: / le han dado doce hijos/ y a los treinta y seis años odia el sexo, / lo que, además, / le garantiza el cielo/ cuando muera.

También poetiza el lenguaje coloquial, la evocación o esa soledad que nos emociona.

Cada noche, antes de acostarse, / marca su número/ para despertarla con un beso; / cada mañana nada más llegar a la oficina, / conecta el ordenador/ y le dice que la quiere/ mientras su imagen tiembla un poco en la pantalla. / Los separan cuarenta mil kilómetros/ y diez horas/ Pero nada más.

Ahora bien la poesía también está bajo el signo de los tiempos, de la técnica que ha conquistado el mundo.

Por eso en Arqueología nuestra poeta nos invita a reflexionar sobre el devenir histórico y el horizonte real, sobre el fluir de los años, del hombre y su espacio, sobre temas que tanto ayer como hoy tienen que ver con la cultura, con las manifestaciones sociales y con las humanas y lo hace con una mentalidad casi científica, con un lenguaje que se aleja de las fórmulas clásicas, con un verso libre pero lleno de musicalidad y de ritmo.

Montserrat Cano licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid ha ejercido puestos relacionados con la cultura. Ha publicado libros de relatos. Retrato de la felicidad, Equilibrio inestable, Dios y sus dados y Cielo abiertoEl libro de viajes La Gomera y el arrebato y los poemarios Arqueología y La mujer desarmada, además de colaboraciones en diversas obras colectivas.

 Ha recibido numerosos premios, entre los que destacan: Gabriel Miró, Teodosio Goñi, Tomás Fermín de Arteta... Ha impartido talleres de Género y Literatura en Cisjordania y la República Dominicana. En ñla actualidad eds redactora de la revista digital Con la A.

En Arqueología Montse Cano ha realizado un viaje a través de la poesía, un viaje que abre paredes que destila naturalidad, que mira con los ojos abiertos el presente, pero que igual que Lot, sin miedo, mira hacia atrás y entre las pisadas del destino se sobrecoge, se pierde en la tremenda infinitud y crea Arqueología con un vocabulario sencillo, sin pretensiones excesivamente poéticas, pero con una estructura llena de una belleza tan desgarradora que consiguió ganar el premio Dionisia García de la Universidad de Murcia en 2003. 


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