jueves, 27 de junio de 2013

El MITO DE DAFNE

Explica por qué el laurel es uno de los símbolos del dios Apolo. Desde la antigüedad el laurel se ha utilizado para coronar a los vencedores de los concursos poéticos. Hoy en día se corona con él, por ejemplo, a los ganadores de la Fórmula I. Asimismo, la corona de laurel es el emblema del premio Nóbel. De él derivan “laurear, “laureado” y aunque no lo parezca, “bachillerato” (baccae lauriatus)
Este mito inspiró a muchos poetas. Un ejemplo de  ello es el famoso soneto XIII de Garcilaso de la Vega.


A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro escurecían.

De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!



....Estaba Dafne cazando en el bosque cuando Apolo la vio por primera vez. Al punto, quedó prendado de ella. Nunca se había enamorado. La joven le parecía muy hermosa y la quería para él. No sabía el dios que Dafne no quería casarse ni tener relaciones con los hombres, pues era émula de la virgen Minerva y, como ella, odiaba el matrimonio.
Apolo se había enamorado de ella. Sus ojos, sus dedos, sus brazos, su boca... todo le resultaba hermoso. Cuando la veía correr por el bosque con el pelo desordenado, deseaba peinarla. Si estaba junto a la fuente, quería ofrecerle agua...
Un día se acercó a ella, pero Dafne nada más verlo, huyó. "Por favor, detente,- le decía el dios corriendo tras ella. Ten cuidado, no te vayas a caer.  No vayas por ahí que hay zarzas. No sabes quien soy 
Así le decía Apolo mientras la seguía. Soy el hijo de Jupiter.... Detente y escúchame
Dafne no se detenía. Como una cierva herida y perseguida por los perros del cazador corría por los bosques... 
Pero cuando se vio cerca del río notó como sus fuerzas se iban menguando y no dudó en pedir ayuda a su padre: Padre mío ayúdame, socorre a tu hija. Cambia mi figura y haz que el que me persiga desista del empeño.
De pronto notó que sus piernas se endurecían. Todo su cuerpo iba cubriéndose de una fina corteza y sus cabellos se transformaban en hojas, sus brazos en ramas y sus dedos en ramitas diminutas. Sus pies aún calientes por la carrera, eran ya raíces inamovibles. Su cabeza era una hermosa copa de árbol. el dios que estaba a punto de alcanzarla, se detuvo y contemplo estupefacto la transformación. 
Aunque ya no era una ninfa, sino un árbol, aún seguía queriéndola pues notaba dentro de su pecho la llama del amor... Así con mucha delicadeza cogió una rama y le dio forma de corona y se la puso encima diciendo: Puesto que ya no puedes ser mi esposa, al menos serás mi árbol y te llevaré siempre conmigo.


La obra poética de Garcilaso de la Vega, compuesta por cuarenta sonetos, cinco canciones, una oda en, liras, dos elegias, una epístola tres églogas y siete coplas castellanas y tres odas latinas, se publicó por vez primera en 1543 a modo de apéndice de las Obras de Juan Boscán La producción lírica de Garcilaso de la Vega, máxima expresión del Renacimiento castellano, se convirtió, desde muy pronto, en una referencia inexcusable para los poetas españoles, que desde entonces no pudieron ignorar la revolución métrica y estética operada por él en la lírica española.

Foto de Apolo y Dafne de John William, Waterhouse
texto entresacado de Metamorfosis, Ovidio. Antología 

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domingo, 23 de junio de 2013

EL PELUQUERO

Artículo enviado por Eduardo Sanguinetti, filósofo y poeta rioplatense

Un día, un florista fue al peluquero a cortarse el pelo. Luego del corte pidió la cuenta y el peluquero le contestó: - No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El florista quedó agradecido y dejó el negocio. Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta.

Luego entró un panadero para cortarse el pelo, y
 cuando fue a pagar, el peluquero respondió: - No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El panadero se puso contento y se fue. A la mañana siguiente cuando el peluquero volvió, había una nota de agradecimiento y una docena de donas esperándolo en la puerta.

Más tarde, un profesor fue a cortarse el pelo y en el momento de pagar, el hombre otra vez respondió: - No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El profesor con mucha alegría se fue. A la mañana siguiente, cuando el peluquero abrió, había una nota de agradecimiento y una docena de diferentes libros, tales como ' Cómo mejorar sus negocios' y 'Cómo volverse exitoso'.


Entonces un senador fue a cortarse el pelo y cuando fue a pagar el peluquero nuevamente dijo: - No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El senador contento se alejó.


Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de senadores, 10 diputados, 15 concejales ,el alcalde con sus secretarios, la esposa del alcalde y 6 hijos , haciendo cola para cortarse gratis.


Esto, querido amigo, muestra la diferencia fundamental que existe, actualmente, entre los ciudadanos comunes y los miembros del "corrupto" grupo de ciudadanos que nos gobiernan. .


Por favor, en las próximas elecciones , vota con cuidado...y escoge con conciencia, vota por ti mismo.

Atentamente,


EL PELUQUERO


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sábado, 22 de junio de 2013

NOCHE MEIGA

Resultaba increíble que estuviéramos otra vez juntos, después de tantos años nos tropezamos en su tierra.
La verbena se celebraba en la playa de Panxón. En la arena las tinieblas nos observaban, parecía que estábamos a punto de contemplar un eclipse total. Dos grandes fuegos comenzaron a inflamarse. Se movían dentro del agua, los rayos láser alumbraban la hora mágica de la noche de San Juan. Pensé que medio país estaba haciendo el amor. Brotaron las hogueras, surtidores de acuarelas, y el ruido de los petardos, cohetes y bengalas se oyó por toda la ciudad. El alma del cielo se liberaba, lucía vestida de miles de colores. Sentí escalofríos y él me pasó el brazo por encima, no sé si fue un intento de proporcionarme calor o de protegerme de los poderes ocultos del fuego. Mi corazón latió con gran fuerza.

Foto de J. Pérez Curbelo La Noche de S. Juan en La Playa de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria 
Regresó la música, el eco conquistó las voces. Todos bailábamos de una forma enardecida, abrazados a nuestras parejas sin pronunciar una palabra girábamos y girábamos. Las meigas, acompañadas de un enorme griterío, invadían el paseo marítimo. Era un baile de amanecida, quizás esperábamos ver danzar al sol junto a los gigantes y cabezudos. Los olores característicos de los recitales, los perfumes calientes, dulzones. Los humos de la madera quemada y los efluvios de sudor me bloquearon. Terminaron emborrachándome.

Reconozco que mi primera reacción fue de sorpresa, incluso de enfado, pero mi corazón y mi sexo no se ponían de acuerdo. Me dejé llevar, sus pasos de baile eran pegaditos, aprisionados. En medio de la oscuridad y de la muchedumbre, su pierna entre las mías. Tuve que hacer un esfuerzo horroroso, no quería que notase mi apetito. Sus actos eran decididos, su masculinidad, sus embestidas. La cabeza no me obedecía. El ritmo era tan frenético que en algunos momentos mi cuerpo semejaba una pelota agitándose velozmente para conseguir –a través de la música chillona- la posición adecuada. Empujaba, me atraía hacia él con violencia. Susurraba la letra de la canción que estábamos escuchando. 

Yo estaba ciega de alcohol. Enloquecida, daba vueltas y más vueltas: uno… dos… tres… Me apretujaba con sus fuertes brazos, me flaqueaban los pies. Levantaba mi falda, tocaba mis piernas sin rumbo, o quizás en una dirección segura. Encontró mis pliegues más íntimos, más oscuros. No se detuvo. Los arañó. Yo no respiré. No veía a nadie. Palpaba su sexo caliente, grande. Ahora bailábamos muy pegados, me estremecí igual que si hubiese metido el dedo en la corriente eléctrica. Mi madre no me había aleccionado, sólo prevenir y refrenar. No me aconsejó como debía, se dedicó a sermonearme: una chica decente no debe hacer esto o aquello, es mejor que no hagas lo de más allá. Cerré mis oídos.

 En la arena las tinieblas nos observaban, parecía que estábamos a punto de contemplar un eclipse total. Dos hogueras grandes  comenzaron a inflamarse. Se movían dentro del agua, los rayos láser alumbraban la hora mágica de la noche de San Juan. Pensé que medio país estaba haciendo el amor. Brotaron las hogueras, surtidores de acuarelas, y el ruido de los petardos, cohetes y bengalas se oyó por toda la ciudad. El alma del cielo se liberaba, lucía vestida de miles de colores. Sentí escalofríos y él me pasó el brazo por encima…
       Parpadeé y tuve la impresión de retroceder a través del tiempo, de regresar a los primeros años de mi infancia en la isla. Nos pasábamos varios días recogiendo trastos viejos por todo el barrio, preparando la base de la hoguera. Recorríamos las casas de los vecinos y coleccionábamos gran variedad de enseres. Era la ofrenda a las llamas: ropas inservibles, sillas viejas, mesas destartaladas, cajas que quizás contuvieron cartas secretas. Revistas y periódicos que nunca se leyeron. Pedazos de mobiliario llenos de historias. Debíamos quemar el mal. Por las calles los papahuevos anunciaban la fiesta. ¡Me divertía tanto corriendo tras ellos! Sonaban tambores, maracas y cornetas. Desfilaba. Ellos bailaban, saludaban se acercaban a los niños. Se abalanzaban. Los asustaban.

En la arena hicimos un montón con los cachivaches que habíamos recolectado. Era la noche para la liberación, para exorcisar malos tiempos. El chico que más me gustaba me cogió la mano, me la apretó…
Las parejas que habían bajado a la arena anhelaban que oscureciera, los chiquillos del barrio practicaban canciones, saltos y brincos. Jugaban se divertían. Esperaban que pronto ardieran las hogueras y escalaran alto, tan alto como las casas. Que se abrieran de par en par los castillos fantásticos y las princesas encantadas se desencantaran. Esperaban que dieran las doce.

           Chocolate, molinillo, corre, corre
            que te pillo.
           A estirar, a estirar,
           Que el demonio va a pasar.

Si las hogueras estaban a punto de ser prendidas. Hacíamos coros. Satanás también pretendía bailar alrededor de nuestras almas. Aquella noche no iba a dormir. Era la fiesta del infierno.
El fuego era el protagonista….
 Fragmentos de “La noche meiga” entresacado de mi libro “El séptimo cielo”, Anroart, 2007
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jueves, 20 de junio de 2013

LO TRANSEXUAL AL DESNUDO SE TRASLADA AL EDIFICIO MILLER, ESPACIO VISIBLE, PARQ. STA. CATALINA

Lo transexual del 21 al 28 de junio de 19 a 23 horas. Organizada por la Asociación Gamá, el Colectivo LGTB  y el Área Cultural Diego Casimiro.


 A aquellos y aquellas que se ríen y sonríen…/ que creen saber lo que son…, de dónde vienen y/ adónde van…/ A aquellos y aquellas que  quieren vigilar y controlar.  Ni hombre, ni mujer/ Estoy naciendo y estoy muriendo…, ya puedo ver y estoy llegando…  Casi femenino, casi masculino….
                      (Manifiesto anti-género, MarcosLuczkow Buenos Aires)
    
Foto de Fran Quintero...............................
Lo transexual ha descansado sobre el artificio, la fantasía, el juego de los signos indumentarios o gestuales, sobre el cambio de sexo...   abajo, a la derecha: Foto del caballero Deón travestido.

El mito de la liberación sexual en la pintura existía en la mitología griega con sus variantes  andróginas y hermafroditas. Incluso al propio Nerón se le puede llamar travestido, ya que  aparecía en público vestido con atuendos femeninos. Pero no es de extrañar ya que esta costumbre existe en todas las edades del hombre. Así en el siglo XVIII el caballero Déon decidió vestirse de mujer y se hizo retratar y estuvo tan asociado a la ambigüedad de género que el psicólogo Havelock Ellis acuñó un término denominado “enonismo” para describir el travestismo y otros comportamientos transexuales. A Déon se le conoce como la “Patrona de los travestis”. Y Gerda Wegener, pintora danesa de acuarelas lésbicas, se casó con el también pintor Einar, quien más tarde sería conocida con el nombre de Lili Elbe, fue el primer transexual del siglo XIX que aparecía  en actos públicos vestido de mujer.   
         
Más recientemente hemos sabido que a Warhol le fascinaban los transexuales y que afirmó valientemente su homosexualidad. La serie Most Beautiful Boys, muestra imágenes de jóvenes efebos, genitales y primeros planos eróticos.


Y un salmantino, Madame Arthur fue el primer hombre que tuvo las agallas, en plena dictadura franquista, de transvestirse en un escenario.

El sexo, La homosexualidad y lo transexual, a pesar de haber sido temas tabúes en algunos ambientes del arte, han sido tratados audazmente a través de la historia, el cine, la escultura, la pintura, la fotografía, la literatura.

HoyLO TRANSEXUAL AL DESNUDO se traslada la Edificio Miller Espacio Visible Parque Sta. Catalina organizada por la Asociación Gamá y el Colectivo LGTB y el Área Cultural de Diego Casimiro como Curador de la exposición nos proponen un nuevo ámbito estético, una magnífica exposición que aglutina a unos cincuenta artistas con obras la mayoría  en acrílicos y óleos, algunas en técnica mixtas sobre diferentes soportes. Otras son collages, dibujos, fotografías y esculturas. Artistas que amplían las fronteras del arte porque la metamorfosis es posible, porque quizás quieren ir más allá de los cuerpos para presentarnos una parte natural del amplio espectro del comportamiento humano.

Así podemos disfrutar de obras basadas en los diferentes enfoques o posibilidades de una pintura, de lo masculino a lo femenino y viceversa. Obras que reflejan el sexo en la oscuridad fosforescente, el lirismo del color, la música y los olores. Los efluvios de hermosas doncellas de senos desnudos, de mujeres que se sacaron el corsé y las vendas de los pies, que abandonaron el canto sumiso. Hombres viriles mirándose en espejos donde reinan y triunfan sus prominentes músculos, su falo, su piel pilosa para transformarla en una piel femenina suave y aterciopelada. Y mujeres que aspiran a remedar a los dioses griegos, a las divinidades del Olimpo.

Artistas que igual que verdaderos poetas plasman uno de los anhelos del género humano: la liberación. La total liberación de la expresión dentro del registro sexual, en donde el amor, el deseo, las pasiones, las transformaciones carnales, las representaciones de animales, que simbolizan con frecuencia los vicios y las virtudes, son elevadas a modelos de vida, a modelos del hombre moderno o, incluso, de la propia condición humana, de los sueños y del subconsciente.
 Plasman el misterio de la carne, la expresión física, los accesorios. Buscan la explosión interna de las emociones. La exaltación de lo erótico. 

Lo Transexual se mueve en  el camino de lo sexual a través de los siglos, entre los deseos y las pasiones, entre los más próximos sentimientos humanos, entre la tradición de las artes plásticas. Porque siempre los artistas se han liberado de las estructuras sociales rígidas para recrear nuevas formas de expresión. Han aspirado a la libertad en el arte, porque como decía el filósofo alemán Hegel: Todas las formas como todas las ideas están al servicio del artista, cuyo talento y cuyo genio no se ven ya obligados a limitarse a una forma particular del arte.    
  
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martes, 18 de junio de 2013

ANA CHACETA EN LA FERIA DEL LIBRO

Ven que la abuelita te quiere contar
muchas cosas bellas del grandioso mar
Hay pececitos de intensos colores
¡y otros muy grandes que son tiburones!
El Sr. Pulpo que tiene ocho rejos
¡cambia de color marchándose lejos!...
                                     Ana Chaceta.....

Así comienza una de las narraciones delos cinco cuentos de la colección “Cuentos de la abuelita Ana, de la escritora Ana Chaceta. Una de las escritoras de cuentos infantiles que en la pasada Feria del Libro del Parque de San Telmo de Gran Canaria participó contando cuentos a un grupo de niños muy pequeños.

Desfilaban ante nuestra vista. Sentados, algunos cogidos de la mano otros ladeando la cara primero a un lado, después al otro, como siguiendo la mirada de la escritora o persiguiendo a los pececitos de los que Ana les hablaba. Balanceándose  como  si fuesen olas. Niños que clavan la mirada a la contadora o que se quedan con la boca abierta, que creen que Ana es la persona más sabia que ellos han conocido.

Ana les guiña el ojo, les sonríe, imita al escarabajo y a la mariquita, baila con los delfines, con los personajes que flotan en el aire. Es la única manera de asegurarse el auditorio mientras habla: De unos delfines que bailan saltando, son muy felices cuando están jugando.

Una niña con su carita redonda y su pelo rizado, al ver a la escritora imitando a los delfines se estalla de la risa.Otra cierra los ojos quizás  para imaginar a  la vaca que es blanca y negra,  que vive en un prado que despide olor a hierba. Y nos da leche, para la merienda. Quizás tod@s quieren volar igual que Peter Pan con ese conejito que es saltador o con Esas cabritas que suben montañas.

De esta forma los personajes de los cuentos recorren el recinto ferial hasta que deciden volver al mar, al campo, a sus verdaderos hogares.  Así, poco a poco la voz de Ana Chaceta se va desvaneciendo pero antes de marcharse siempre les pide un besito. Entonces los niños le echan los brazos al cuello y contentos le dan un beso

  Foto: Ana Chaceta con el editor, Jorge Liria,  

Ana Chaceta nació en Sevilla pero llegó a nuestra isla siendo aún muy niña. Por lo que después de muchos años conviviendo con nosotros, trabajando como Auxiliar de Enfermera se puede decir que es una canariona más. Una canariona que gracias a su abuela Ana le cogió el gusto a la literatura. Aunque empezó a escribir mucho más tarde, cuando comenzó a pensar en las cosas tristes de la vida, cuando la soledad se le arremolinó en su alma.

Entonces  escribió versos, numerosos versos y buscó a tientas otros proyectos literarios, así llegó a escribir una novela que se titula “El manuscrito de Inés” y que según la propia autora aún no ha visto la luz. 
Pero realmente cuando sintió la necesidad de dar el paso de lectora, de cuenta cuentos fue al nacer su nieta Ingrid, en ese momento sus poemas se convirtieron en cuentos infantiles, en versos para niños. Y Anroart ediciones le edita la colección “Cuentos de la abuelita Ana”, que consta de cinco cuentos ilustrados con llamativos colores por Pilar Camino Alcón. 

Una colección relacionada con la Naturaleza, escrita con versos cortos rimados. Una colección para niños en edades comprendidas entre cuatro y seis años y que se titula: El mar, el campo, la mariquita, el escarabajo y los planetas.

Los cuentos que Ana Chaceta cuenta sirven para divertir, entretener, animar... y también para enseñar porque nuestra escritora conoce bien lo que quiere contar y sabe contarlo.

Una colección que es  una excelente excusa para fomentar el diálogo sobre la coeducación entre la escuela, la familia y el ambiente en donde se mueven los niños. 
Una colección  para ese momento en que los niños deben ir a dormir pero no tienen sueño, para ese momento en que los niños solo tienen ganas de que les cuenten un cuento. 

Foto: Ana Chaceta y Rosario Valcárcel. Al fondo Luis León Barreto.


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viernes, 14 de junio de 2013

REPORTAJE FOTOGRÁFICO CEDIDO POR GUIAHISTORICOCULTURAL. PRESENTACIÓN DE MOBY DICK EN TELDE

ENLACE CON GHCT-noticias.com

Este jueves, día 13, en el Casino La Unión de Telde se presentó el libro "Moby Dick en Las Canteras Beach", con intervenciones de Luis Roca Arencibia, Antonio Mª González Padrón y Conchi  Vera, quien coordinó el acto.

Entre otras cosas Luis Roca dijo que estimula comprobar que en el libro de Valcárcel hay muchas anécdotas extraídas directamente del proyecto "Salvar la Memoria 50 años Tirma y Moby Dick . Narradas por nuestros héroes locales, donde la escritora honra a sus potagonistas llamándolos por sus nombres reales como Manuel Marqués el figurante grumete al que dieron un bañador que se inflaba al contacto con el agua, pues no sabía nadar o a Francisco Correa administrativo de la Casa Miller que tradujo las directrices del jefe de construcción Mr. Jolly en los talleres Hull Blyth de la Compañía Carbonera del Puerto de La Luz.

D. Antonio M. González Padró hizo un breve repaso por las distintas escenas isleñas.Y elogió la labor creativa de Valcárcel, asimismo añadió que Moby Dick en Las Canteras Beach es un libro que se asemeja a "Faycán" de Victor Doreste, un libro que debería  formar parte de las lecturas de los colegios e institutos, ya que nos podría ayudar a entender como era la isla en aquellos años.

Finalmente Conchy Vera me hizo una pequeña entrevista para que el público me conociera mejor. Y entre las cosas que comenté fue que he disfrutado con la llegada  de los artistas  al  aeropuerto,  con la llegada del hidroavión, con el bautizo de Moby Dick. He escuchado anécdotas  como las de las gaviotas o el día que se echaron a volar al mar  unos dólares en una partida de póker y unos de los canarios que trabaja en el film los recupero. He escuchado el  bullicio del Juan Pérez y del Hotel Madrid.
Que he escuchado los ruidos y los silencios de Moby Dick. Un personaje especial,  un personaje del mundo de la ficción pero que a medida que me iba acercando a ella iba comprendiendo lo  hermoso de la diversidad y lo pequeño que somos los humanos en comparación con otros seres vivos.  Me he detenido en sus emociones ingenuas y he observado su expresión bondadosa, y me ha llegado a la memoria la serenidad de su mirada el latir de su corazón, aquel candor tan infantil que emanaba de ella desde la primera vez que la vi. 

A pesar de que el tiempo amenazaba lluvia, asistió un buen grupo de personas y me sentí muy arropada. Gracias a todos los que hicieron que esta presentación fuera un éxito.  Mi abrazo apretado.

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lunes, 10 de junio de 2013

EL PUNTO “G”. o punto Gräfenberg

YA SE DONDE ESTÁ MI PUNTO G

En el bosque rojo donde me deseas.
entre San Borondón y el Edén,
en el fondo del mar, en la cima
del Teide, en tu falo encendido,
en la puerta del Infierno.
Escondido en el nido de una urraca,
en los Jameos del agua.
En tus ojos tristes, en tu voz cascada,
en tus manos dulces, en tu piel morena.
En ese mágico lugar que compite con            
la conciencia: en la mente.
                                              de mi libro  “Las máscaras de Afrodita”

Se cree que el punto G es un cúmulo de terminaciones nerviosas, venosas y glandulares, sumamente sensibles, situadas detrás del pubis, alrededor de la uretra. Una zona que produce gran excitación y lubricación. La búsqueda del punto G tiene la finalidad de llegar al embrujo, a la  cumbre del placer sexual.

 La zona tiene una textura áspera o estriada que se diferencia de la superficie suave y lisa del resto de la vagina y que al ser estimulada, tiembla, aumenta de volumen, vibra en crescendo. Se aturde de felicidad.  
Pero no todas tenemos nuestro punto G en el mismo lugar, tanto que existe la hipótesis de que el punto G es en sí una extensión del clítoris y que esto es la causa de los orgasmos vaginales.

Lo cierto es que la única forma de encontrarlo es que la pareja se deje arrastrar por la pasión y lentamente ella permita que el juego de su pareja fluya por su palpitante vagina. Sin dejar de acariciarla con los dedos índice y medio en una especie de danza con un ritmo parecido a un mar que sube y baja.Y sin olvidar que este  tipo de caricia requiere mucho tacto ya que  la pareja puede acelerar o  ralentizar, entonces puede ocurrir que la música deje de sonar o por el contrario que suene de una forma estrepitosa y nos lleve a alcanzar la Gloria. Nos lleve a alcanzar el logro del orgasmo del Punto G.

 Foto: Amantes, Picasso.

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sábado, 8 de junio de 2013

MOBY DICK EN EL CASINO DE TELDE EL PRÓXIMO DÍA 13, A LAS 8.00 DE LA TARDE.

BITÁCORA DE MOBY DICK EN LAS CANTERAS BEACH DE ROSARIO VALCARCEL. 

Artículo enviado por Antonio Arroyo Silva

     Según el mito mapuche del Trempulcahue, cuatro ballenas  llevan en sus lomos el alma de los muertos, en su último viaje, a Mocha, una isla situada en la costa de Chile frente al límite de la Región de Bio Bio y la Región de Araucanía. De entre las brumas de la leyendo y la realidad surge la historia del cachalote albino Mocha Dick, que Herman Melville recogió en su célebre novela  con el nombre de Moby Dick.
     La obra está basada en dos acontecimientos reales. En primer lugar, el de un cachalote albino que en el siglo XIX merodeaba la isla antes mencionada, llamado globalmente Mocha Dick y que la cosmogonía mapuche vistió como un hecho más de la leyenda aludida al principio de este escrito. En segundo lugar, la epopeya que padeció el ballenero Essex, de Nantucket, Massachusetts, cuando fue atacado por dicho cachalote. Tras ser hundidos por éste, vagaron por el Océano Pacífico hasta la Isla Henderson en donde padecieron hambre y sed, llegando al canibalismo. 91 días después fueron rescatados y desembarcados en Valparaíso (Chile). Dos de los ocho supervivientes relataron el suceso, del que Melville tuvo sobrado conocimiento. Moby-Dick, indudablemente, está también basada en las experiencias personales de Melville como marinero.
Posteriormente, la novela fue llevada al cine en varias ocasiones:
En 1926 se realizó una película muda, The Sea Beast (La bestia del mar), protagonizada por John Barrymore.
En 1930 se filmó otra versión con el mismo título y con Barrymore nuevamente.

En 1956 se filmó Moby Dick, de John Huston, con Gregory Peck en el papel del capitán Ahab, con un guion del escritor estadounidense Ray Bradbury.
En el West End de Nueva York se representó el musical Moby Dick, basado en una producción escolar de la novela.
En 1998 se realizó una película para televisión protagonizada por Patrick Stewart.

Ya en el presente siglo, el cineasta francés Philippe Ramos hizo una adaptación personal de la novela en un corto (2003) y una película (2007), llamada Capitaine Achab (El capitán Ahab). El film es un drama que cuenta la historia del protagonista en varios capítulos narrados por personajes que lo conocieron, hasta concluir con su encuentro con la ballena.
En 2012, la escritora Rosario Valcárcel publica la novela Moby Dick en Las Canteras Beach, que trata sobre la filmación de las escenas finales de la película de John Huston en Las Palmas de Gran Canaria y el recuerdo de la lectura de la novela de Melville de una joven narradora llamada María Teresa, que supuestamente procede de la memoria autobiográfica de la autora, “aunque no siempre”—manifiesta la misma Rosario. Razón que también sugiere uno de los epígrafes que abre su novela, tomado de Trilogía de Nueva York, de Paul Auster: «La memoria es una gran bendición. La mejor después de la muerte». La muerte como página en blanco, la memoria es la tinta y la creación, la mer, la mer, toujour reconmencêe, que diría Paul Valêry.


Decía en mi artículo sobre La Peña de la Vieja, recientemente editado en mi libro La palabra devagar (Idea-Aguere, 2012), que «después de tanto tiempo, en el corpus del texto se produce un alejamiento entre narradora y persona que vivió y aún transita las calles del territorio de su infancia desde su madurez. Se ha roto el “pacto”, el hilo umbilical se quebró y alguien se aleja a su nueva habitación a sentir en lo más íntimo de su ser. Es como si la narradora ya no se reconociera en esa persona que late fuera del texto, esa persona adulta y plena que ya conoce las respuestas a muchas preguntas sin resolver entonces, y, sin embargo, llega a su niñez con el espejo de su escritura». En esta nueva entrega, Moby Dick en Las Canteras Beach, Rosario Valcárcel sigue en este laberinto de recuperación de la memoria a través de ese recurso de guiños o trasvases entre la autora y la protagonista supuesta alter-ego. Entre la inocencia y la realidad escondida bajo un telón, entre la realidad y el deseo (el sensual y el escritural, que aquí se hacen uno).  Rosario, partiendo de los pasos dados en la obra aludida, en lo que a temas—digamos autobiográficos—se refiere, junto a una renovada soltura y elegancia narrativas, añade el bagaje que la trilogía  erótica (Del Amor y las Pasiones, El Séptimo Cielo y Sexo, Corazón y Vida)  y el poemario Las Máscaras de Afrodita, le han proporcionado, sobre todo en cuanto a la huida de los estereotipos y moldes y la captura de todos los sentidos a la hora de expresarse, sin ningún tipo de prejuicios, pero con eficacia y precisión.  Y llega a una propuesta muy genuina y creativa. Vean mi llamada simbiosis entre La Peña de la Vieja de Rosario Valcárcel y su literatura erótica:

«Pero de pronto me entraron unas ganas tremendas de acercarme a los visitantes, soy demasiado nerviosa para estarme quieta en un sitio, además aquello era algo nuevo, diferente.» [p. 17]

No en vano nuestra autora sigue utilizando el estilo autobiográfico. Apreciamos una narradora-protagonista que ha crecido dentro de su tempus narrativo [bajo otro nombre, pero qué más da…] y que ahora se mueve entre esa inocencia casi ya perdida y el sentido sensual que le provoca “lo prohibido” por los cánones morales vigentes de la época franquista de los años 50 y 60 del siglo pasado.
A esto se une la pasión por el cine que ya se aprecia desde La Peña de la Vieja y en su obra posterior, por ejemplo, en su libro de relatos El Séptimo Cielo:

«Un día me confesó que se sentía seducida cuando el noble Judah Ben Hur apretaba sus dientes desnudos cuando abrazaba a su amada...»
"El Séptimo Cielo" Editorial Anroart 2007.

Cosas que ni las tijeras de la censura franquista ni los discursos condenatorios de los comités de “buena conducta” de las secciones femeninas, ni los atrios de los curas de antes del Vaticano II  pudieron recortar: las hormonas de las adolescentes. Todo lo más que lograron fue que éstas identificaran el fuego del infierno a que aludían con el fuego de esa pasión que empezaba a manifestarse. Pero esto fue casi un incentivo: los caminos de la mente humana son inextricables y, a veces, senderos que se bifurcan. Y las sesiones de matiné hicieron mucho en este sentido. Ya que la liberación de los deseos era impensable para una joven de esos tiempos, el cine jugó un papel muy importante en lo que a imaginación se refiere (algo que ni las mayores dictaduras pueden recortar ni mermar en una mente que se está formando en su singularidad femenina frente al anquilosamiento del sistema impuesto). De esta manera, aquellos héroes bíblicos, trasuntos de los clásicos, pero edulcorados por la moral establecida, se transforman en personajes de películas interpretadas por seres de celuloide, pero más de carne y hueso. Y de hecho, ya no importaban las acciones que éstos interpretaban, sino la buena presencia, la hermosura física, sus gestos y todo ese feeling. La vamp del cine expresionista alemán, que tanto éxito tuvo en Hollywood y el adonis procedente de los héroes clásicos, entre un bien manifiesto y un mal que queda en el misterio. Ese toque maligno, a fin de cuentas, no-tan-malo, sino sensual, atractivo, atrayente:

«La verdad es que  todas las chicas de mi edad tenían una gran curiosidad por conocer a Greg, sus secretos, sus proyectos y cómo era su vida en familia» [p.117]

Y aquí cabe resaltar el efecto que Moby Dick en Las Canteras Beach produce, que no se queda en el simple testimonio sino que llega a las generaciones actuales, no únicamente por su manera tan especial de ahondar en el pensamiento de la mujer adolescente, sino porque también profundiza en sus ansias más íntimas y eternas. La eternidad del cuerpo en ebullición, el cuerpo vivo, vibrante se queda en la expresión, de la misma manera que en la piel, pulsátil.
En este sentido, Rosario Valcárcel encuentra—aporta— un nuevo valor que va más allá del profundo simbolismo que supone la obra de Melville entre la alegoría y la épica, todo teñido de temas que van desde la religión al pragmatismo sin dejar intersticios. En este Moby Dick de Rosario está el hecho de que el director John Huston decidiera venir a Las Palmas de Gran Canaria a rodar las últimas escenas de la película homónima. Una historia sobre otra historia que a su vez está entre lo legendario y lo real. Paralelamente y quizás de forma tangencial, una intrahistoria en un lugar de nuestras Islas Canarias, tan alejadas, incluso más, como la misma metrópolis inmersas en su impuesto reclinatorio. Fuera de órbita, de la velocidad del mundo.

«Todos en el Puerto aprendimos la famosa frase: Do you Speak  English?« [p. 99]

Así, en María Teresa, la narradora-protagonista, confluyen dos puntos de vista: la de su lectura de la novela de Melville manifiesto no sólo en las citas sino, como contrapunto y a veces hilo conductor, dentro de la narración de Moby Dick en Las Canteras Beach (quizás en el futuro la película misma que dirigió Huston); y, en segundo lugar, uno de los principales motores de la novela: la presencia física del protagonista de la película: Gregory Peck.  Además toda la parafernalia de Hollywwood, claro está. Ver  ante sí al héroe del celuloide como un ser de carne y hueso; y, al mismo tiempo, verlo interpretar a un personaje de su novela favorita. Y en eastmancolor.
Si el ballenero Pequod es una representación de la Humanidad, pues ahí hay personajes tan variados como de Chile, Francia, Islandia, Holanda, Italia, Malta, China, Dinamarca, Portugal, India, Inglaterra, España e Irlanda, ahora se sumaba nuestro pequeño Archipiélago como parte de las escenas finales de la película. Y esa es otra de las vertientes de la novela de Rosario Valcárcel: la recuperación ya no sólo de una memoria de la adolescencia, sino la de un evento tan importante como éste, donde todo se vuelve súbitamente en color, delante de ese fondo gris reinante hasta entonces. Recuperación de unas huellas a través de la narración de esos momentos compartidos con actores y directores como Gregory Peck y John Huston capaces de detener el mundo con un pestañeo interpretativo, o un espacio en blanco en la filmación; pero, en ese instante, como seres reales con sus limitaciones y sus grandezas, que los hacían más fascinantes. Tangibles. Y a todo color, con estrellas y estrellitas incluidas.

Otro aspecto de la novela que hay que destacar es el del espacio narrativo y el de la ambientación. Digamos que es un asunto clave para la consecución de lo verosímil, y todavía más existiendo los planos narrativos, cinematográficos e intertextuales, que sirven de contrapunto. Los paisajes, lugares y ambientes retratados en este texto siguiendo—me atrevería a añadir—una técnica de film, son los exactos de la época que tratan. «La memoria es una bendición»—repito la cita de Auster. Una bendición fiel. ¿Cómo entender a los personajes de una época determinada si no los traemos al momento de la escritura en su propia habitación? De ahí el detallismo de nuestra autora al describir con ese sentido lírico, nada gratuito,  nada efectista, todo enfocado hacia el conjunto de la narración. Se entiende también el hecho de los actos preparados para conmemorar la estadía de los extranjeros, especialmente de Gregory Peck. Aquí apreciamos esa idiosincrasia del canario propensa a bien recibir a los extraños, es decir, a emprender diálogos interculturales, que aún sigue vigente de alguna manera.
Un acontecimiento que me emociona especialmente es el de la fabricación de Moby Dick en El Confital con gomaespuma y barcazas y la posterior botadura del cetáceo en el Puerto de La Luz

«La fiesta fue inimitable. Creo que nunca jamás volveré a vivir una celebración como aquella» [p. 138]

Pero, sobre todo, la impresión que provoca en nuestra protagonista, entre el miedo y el entusiasmo, pasando por la defensa de la vida de las ballenas:

«Eso pensaba cuando de repente me pareció escuchar el eco de las ballenas de mi sueño, pedían socorro. Tenía remordimientos, me asaltaban imágenes, demonios sueltos, y perdí la excitación y las alegrías que me habían dominado aquella tarde. No podía olvidar aquella pesadilla, no se me quitaba de la cabeza, no podía dejar de pensar en ellas.» [p. 141]

Y escuchó las cacofonías del mar, de ese mar tan profundo que custodia la vida marina extraordinaria. Veía al capitán Ahab de su lectura, a Gregory Peck y a todos nosotros narratarios pretéritos y futuribles en el lomo del gran trempulcahue hacia la isla Mocha, hacia todas las islas de esa memoria que son lo mejor después del THE END.
   Sardina, 30 de Marzo, 2013

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martes, 4 de junio de 2013

ODA A LA NALGA

Eres redonda y carnosa,
Tierna, grande y hermosa.
¿Por qué la humanidad te esconde,
por qué de ti se avergüenzan?
Nalgas tiene el patán, nalgas el conde,
nalgas los reyes y en los conventos

de ti abusan los novicios
juntando nalgas e instrumentos.
¿Es qué azotarte es un vicio?
Solo pido maravillas:
Una palmeta en la mano
y una nalga en las rodillas.
El que en privado te adora,
Cínico luego te ignora;
el que te busca en la sombra
en público no te nombra.
Yo te rindo homenaje,
Pleitesía, vasallaje
y postrado a tus pies
te suplico e imploro
que con un viento sonoro
mi cabeza bendigas
y me dejes azotarte
pues eres perfecta obra de arte. (Anónimo)  

Existe una gran atracción erótica en las nalgas tanto que casi podríamos decir que son una de las zonas más sensuales del cuerpo del hombre como de la mujer. Sobre todo esas nalgas femeninas que sobresalen y resaltan, que envían señales sexuales al andar.

También habría  que decir que acariciar o masajear las nalgas de la pareja de una forma fugaz y coqueta puede convertirse en una increíble experiencia de brindar y recibir placer.

Sus ojos reflejaron su pasión animal. A mí me entró un calor sofocante. Él miraba mis pechos, acariciaba mis nalgas… “Una ruptura” de Rosario Valcárcel

Es curioso pero el arte ha dado muestras exuberantes, incluso desproporcionadas de las nalgas como con las Venus Calípigas de Willendorf o de Lausell, para seguir con multitudes de copas y ánforas griegas, por el arte rescatado de Pompeya, por los traseros provocativos de la fachada del templo Khajuraho, nombre que proviene de la palabra Kajur, capital religiosa de los Chandella, una dinastía que gobernó esta parte de la India entre los siglos X y XII.



Nalgas desnudas como las de Leda de Miguel Ángel o las distintas variantes de las Tres Gracias llevadas a cabo por distintos autores: Rafael, Corregio, pasando por Boucher (mujer desnuda) hasta las rellenas mujeres de Rubens, Thomas Rowlandson y Peter Fendi. O las Ninfas de Bouguereau,  y El baño turco de Ingres. Tampoco podemos olvidar el Desayuno en la Hierba de Manet o el Sueño de Courbet. O El abrazo de Picasso o Los cachetes de Botero donde le da protagonismo al volumen o el anca más maravillosa de la Historia del Arte como define Antonio López a las nalgas de La Venus del Espejo de Velázquez. 

Y nalgas vestidas como las de Jennifer López que resguarda su trasero con pólizas millonarias. Y es que, aunque han sido objeto de admiración en varias ocasiones y quizás parezca una medida excesiva, ella conoce el valor de su parte anterior y los beneficios.

fotos: El sueño de Courbert y las 3 Gracias Rubens.

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domingo, 2 de junio de 2013

Vídeo THE PLATTERS-Smoke Gets In Your Eyes


El día cuatro de junio del pasado año moría en una residencia de Bostón con 83 años DicHerb Reed, la voz de bajo de los Platters y el último superviviente de su formación original. Se trasladó a Los Angeles con tres dólares en los bolsillos y consiguió formar con otros tres vocalistas los Platters en 1953, convirtiéndolos en un grupo de referencia entre las agrupaciones vocales de todos los tiempos. El manager Buck Ram resultó definitivo en su carrera aportando la mayor parte de aquellos éxitos inolvidables.

 Foto: DicHerb Reed                                                 El grupo, cuya formación incluyó a la vocalista Zola Taylor, ademas de Reed, David Lynch, Tony Williams y Paul Robi, logró tener cuatro singles en el numero uno de las listas estadounidenses entre 1955, 1958 con sus conmovedoras armonías pop.



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sábado, 1 de junio de 2013

LES RECUERDO QUE EL DOMINGO, DÍA 2 A LAS 8.00 TARDE CERRARÉ EL CICLO ERÓTICO QUE SE ESTÁ CELEBRANDO EN LA FERIA DEL LIBRO DEL PARQUE DE S. TELMO.

Ayer,  hicimos una lectura de mi trilogía erótica, de Sexo, corazón y vida… en el Triana Café Gallery  acompañados por amigos entrañables. Gracias por arroparnos. 

Y les recuerdo que el domingo, día 2 a las 8.00 de la tarde cerraré el ciclo erótico que se está celebrando en la Feria del Libro del Parque de S. Telmo. Hablaremos de sexo, firmaré libros y pasaremos un buen ratito.

Rosario Valcárcel ha destacado por practicar un tipo de literatura ligada al mundo de los sentidos. Según señala la poetisa Elsa López en el prólogo de ‘Sexo, corazón y vida’, “escribir narraciones eróticas y que el lector entienda y sienta en su carne los complicados resortes de la sensualidad y la sexualidad que hay debajo de las palabras, es una rara facultad que muchos de los que se dedican a la literatura erótica poseen”.

Para López, “Rosario Valcárcel posee ese raro don de escribir y contar para que el lector pueda sentir. En sus narraciones la autora domina la liturgia del sexo, los rituales secretos que conducen al placer”.
“La pluma de Rosario Valcárcel nos conduce sin estridencias hasta el lugar sagrado donde se va a producir la ceremonia ritual del apareamiento y nos hace sentir el cosquilleo del placer recorriéndonos los pliegues de la piel sólo con la virtud de su escritura”, apunta la prologuista de su última entrega literaria. “Cada uno de los cuentos de este libro encierra un secreto por el que lo hace especial dentro del género”, escribe.

A juicio del también escritor Santiago Gil, el mencionado libro de Valcárcel “cumple lo que contaba Umbral sobre la teoría de la morcilla. Ha de estar bien cerrada en los dos extremos: dentro cabe cualquier cosa; pero si encima lo de dentro está logrado, ya casi nos acercamos a lo que queremos encontrar en los libros: que no nos dejen igual, que nos golpeen en alguna parte de nuestro alma y que nos ayuden a volver un poco más habitable esta realidad tan marrullera y prosaica que habitamos hoy en día”.

Rosario Valcárcel nació en Las Palmas de Gran Canaria, junto a la playa de Las Canteras, lugar que influyó en su primer libro, ‘La Peña de la Vieja y otros relatos’ (Anroart, 2006), un homenaje al mar de la infancia, una recuperación de la memoria de la niñez y la ingenuidad. Su segundo trabajo, ‘Del amor y las pasiones’ (2007) y el tercero, ‘El séptimo cielo’ (2007) contienen diversos registros sobre la complejidad y el disfrute del amor. Su cuarto libro, ‘Sexo, corazón y vida’ (2010), es un compendio de relatos. También ha publicado un poemario erótico "Las máscaras de Afrodita"


En el  sexto y último, la escritora regresa a Las Canteras con el sugerente título ‘Moby Dick en Las Canteras Beach’, editado también por Anroart el año pasado.

La autora ha representado a Canarias en un libro colectivo titulado ‘Mapa infantil para un juego de damas. Poemas para conocer la situación de la infancia en España’, editado por la Plataforma de Organizaciones de Infancia, el Instituto de la Mujer y el Ministerio de Educación (2009), así como en una selección de textos de Canarias publicada en Berlín por Wagenbach y Verlag Claudia Gehrke (2010, 2011,2012)
Participa en presentaciones de libros y elaboraciones de prólogos. Así como en las críticas de pintura.

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