lunes, 30 de diciembre de 2013

DOS POEMAS DEL “HIMNO A LA VIDA” ganador del XVI Premio de Poesía “Domingo Acosta Pérez.

Las ánimas danzan

Quiero olvidar, arrojar el camisón nupcial
al calendario de los sótanos. Y soñar,
soñar que estoy sujeta a la infancia
                                               de alma inmortal.

Pero me despierta el temblor del silencio,
el crujido de unos pasos en el zaguán,

la canción de cuna de una araña.
Retumban las letanías del mar.

Las alas de una mariposa dormida
tembletean como si soñaran con volar.
Quieta, no toso ni respiro,
un frío helado me invade.
Mi corazón late con desorden.
                               Me santiguo.

A mi alrededor las ánimas danzan,
flotan los ojos de los muertos,
las voces de las campanitas,
el espejismo de un gato negro.
Las cosas malas.

Quiero olvidar, resurgir de los entierros
que atraviesan la casa.
Olvidar los pájaros mudos
y la convulsión de los tambores.
Quiero emerger del son de la flauta
que corrompe los sueños,
del amasijo de la reconciliación:                           
                                aborto fugaz.


Sapore de sale, sapore di mare

Rebroté del cuarto oscuro
donde gritaba Barba Azul,
del amor muerto que me vigilaba,
dispuesta a buscar los placeres entre los charcos del mar.

Rebroté como los guerreros de Homero
                               a vencer o a morir.
A veces el amor es insufrible hacha
                               que nos corta el alma.

El viaje me arrastró al mestizaje de algas húmedas,
a la aromática cadencia del cri-cri de los grillos,
al gozo y la lascivia de margaritas
                               con sal y limón.

No puedo contener mi risita nerviosa
e igual que una niña que acaba de surgir
al mundo, ardo en deseos de algo nuevo.
Brindo por el rubor de la tierra,
las vestiduras de gaviota.
Muevo las piernas, las caderas, las nalgas.
Río a carcajadas.
Protegida por la exultante luna
alzo la copa y pido un deseo.
Uno los sueños a la vida.
Hago locuras. 

Al ritmo de maracas y palos tarareo:
Sapore di sale, sapore di mare.
La única canción que puede hacerme
                               creer una mentira.


Dos poemas entresacados del poemario “Himno a la vida” que resultó ganador del XVI Premio de Poesía “Domingo Acosta Pérez”, que organiza el Centro de Día de Mayores de Santa Cruz de La Palma y del que me siento orgullosa de haber recibido.

Porque recibir un premio siempre es una alegría sobre todo si ese premio, como es este caso procede de la isla de La Palma, a la que yo considero también mía, a la que he adoptado.

Dicen que uno es del lugar del que canta, del lugar que vive. Pero yo quiero creer que también somos del lugar en donde tenemos vínculos sentimentales, recuerdos de infancia, sueños con los que hemos crecido, con los que nos hemos enamorado, placeres, diversiones.

Evocaciones que cada día reconstruyo, que transformo y que igual que si fuera un tesoro desentierro.
Gracias al jurado de la presente edición compuesto por Julio Marante DíazRamón Araujo Fernández, María Teresa García Escudero y Francisco J. Acosta Felipe, actuando como secretario con voz pero sin voto, Francisco Hernández Betancort.

Gracias por haber elegido “Himno a la vida”, gracias porque en definitiva fueron ustedes, los lectores, los que le dieron el sentido poético a ese conjunto de palabras que yo escribí.

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fotos: Noche Estrellada Van Gogh, Cezanne Lénlèvemet,  Marc Chagall Amantes en el techo.





jueves, 26 de diciembre de 2013

¿EXISTE LA NINFOMANÍA?

El sexo es una cosa interesante pero no tiene una importancia decisiva. O sea es menos importante, desde el punto de vista fisiológico, que la defecación, Bukowski

Se cree que la ninfomanía puede suceder por el deseo placentero e indeliberado de obtener cuantiosos y variados orgasmos dando lugar al llamado furor uterino.

La Ninfomanía (ninfa del griego: nymp  lie: muchacha, joven mujer, esposa. Otros opinan que proviene del vocablo latino nympha, una palabra que se usaba para referirse a las diosas muy bellas y graciosas de un rango inferior, que poblaban los bosques, montañas y los ríos ofreciéndose con espontaneidad al deseo sexual de los hombres “hermosa doncella en la mitología griega” y manía “locura erótica” –hipergenitalidad-  “obsesión o anormalidad mental”. Insaciabilidad sicalíptica  de la mujer, en el pasado describía a toda mujer con propensión sexual, ya que estaba mal visto que alguna pudiera disfrutar del sexo.

Norbert Sillamy la define como una “exageración del apetito sexual en la mujer”.

En el lenguaje popular, se confundía frecuentemente este estado con el histerismo, quizás porque la encontramos sobre todo en las crisis de excitación psíquica. También se ha dicho que la ninfomanía, en ocasiones, suele estar ligada a un mal funcionamiento del sistema  hormonal o ser causa de angustia y de obsesiones cuando la mujer lucha contra sus deseos. (Diccionario de la Psicología. Barcelona, Ed. Plaza y Janes (2ª edición), 1970.

En 1878 el Dr. Tartenton en su libro titulado “Higiene de los órganos genitourinarios del hombre y de la mujer escribe textualmente: Esta enfermedad nerviosa específica de la mujer también es llamada furor uterino y se caracteriza por una tendencia irresistible a los placeres del amor. Esta enfermedad se reconoce por los siguientes síntomas: imaginación ardiente, deseos violentos, rostro pálido Y añade el texto: No es raro que la muerte llegue para terminar con estos horribles sufrimientos…
 
La satisfacción de los apetitos sexuales agravaba más el padecimiento en vez de aliviarlo, por eso se aconsejaba apartar a la paciente de toda causa de excitación. Incluso si era necesario secuestrarla o aislarla. Y para aliviarla usaban de tratamiento baños prolongados y medicamentos antiespasmódicos empleados a dosis elevadas.

Por su parte Krafft-Ebing publicó en 1906 su obra Psychopahia Sexualis donde manifiesta: “La ninfomanía crónica debilita la moral y lleva a ofensas de la decencia. Pobre del hombre que caiga en las manos de tan insaciable Mesalina pues sufrirá de pesada neurastenia e impotencia. Estas infortunadas mujeres diseminan el espíritu de la lujuria, desmoralizan a su entorno y se convierten en un peligro para los hombres jóvenes...
Ahora bien lo que está claro es que parece que las mujeres con este “problema” tienden a estar en la constante búsqueda del “amor verdadero” tienen inconformidad con la vida, inquietud y buscan vanamente la satisfacción en las personas que se cruzan por su camino. En los hombres la hipersexualidad se denomina Andromanía, para no confundir los términos.

Pero no hay que confundir promiscuidad con ninfomanía, debido a que la promiscuidad implica un pensamiento deliberado hacia actos sexuales, con o sin deseo sexual.

Menos mal que actualmente dentro del deseo sexual no hay medidas ni reglas. Porque lo que una persona podría considerar un deseo sexual “normal” para otras podría ser entendido como excesivo o bajo.
Se cree que un seis por ciento de  la población la padece, y que solo el dos por ciento de los afectados son mujeres.

Ya lo decía Freud: el pulso sexual domina las emociones. Y cada vez son más las celebridades que confiesan que pasan la mayor parte de sus minutos... intentando calmar sus terrenales instintos. Entre los casos más conocidos o famosos podríamos citar, Rob Lowe,  Joan Crawford, Sharon Stone… En el caso de Michael Douglas llegó a internarse para intentar corregir su sexualidad insaciable. Reconoció sufrir "impulsos incontrolables", y se sometió a rehabilitación en 1993.

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lunes, 23 de diciembre de 2013

LA ILUSIÓN DE LOS POBRES

  Si no fuese por el soñar siempre..,  Fernando Pessoa.

       No sé por qué pero siempre he asociado el Sorteo Extraordinario de la lotería de Navidad con la ilusión de los pobres, con la ilusión de aquellos españoles que esperaban con ansiedad que al fin les tocara el gordo, con el personaje de Luces de Bohemia, con Max Estrella en la calle, ciego, enfermo, abandonado en un portal mientras su amigo Latino le saqueaba el billete de lotería, en aquel Madrid hambriento.
       Lo asocio con un rumor alegre, con un despertar diferente. Alrededor de la radio escuchando a los niños de San Ildefonso cantando números, cifras, entrando en la existencia de la gente, en los sueños oscuros, en la esperanza somnolienta. 
      En aquella España, no muy lejana en que ellas, amas de casa la mayoría soñaban con ganarse una suculenta cesta llena de felicidad. Soñaban con servir una mesa rebosante de vinos, de jamones y de esperanzas. Un Año mejor con las despensas llenas.
       Ellos fantaseaban también con la fortuna. Todos junto al televisor, en trance, contemplábamos los nuevos millonarios y la alegría de los propietarios de la administración de la lotería diciendo que el premio había ido a parar a gente trabajadora. Eso consolaba.
       El día transcurría y el sonido del canto de los niños se evaporaba junto con las ilusiones. La vida continuaba.
       Pero lo que me costaba comprender es el porqué no le tocaba al mejor hombre que he conocido, a mi padre, que sin querer se ponía triste cuando no ganaba ni el reintegro, aunque no se desanimaba, todo lo contrario con voz convincente razonaba que hasta que no mirara la lista oficial, no había nada perdido.
     Al final terminaba probando con el estímulo de los “Rascados” que es como se le llama a la lotería del Niño. Y me parece estarlo viendo, preso del hechizo, con sus gafas de carey, mirando una y otra vez los miles de números en aquella sábana impresa. Porque su ilusión, lo que verdaderamente le importaba era regalarle el décimo premiado a la parienta. Ese era uno de los sueños de su vida. Para dejarle unos ahorros, para que ella se pudiera comprar lo que quisiera, –y exclamaba por lo bajo-: un vestido bonito, un viaje, una buena casa…
         Pasaban unos días y lo escuchaba hablar con mi madre. Aspiraba, contenía la respiración y al final decía:
        -¡Ay Padrito! No me tocó por un número.
        Pero a pesar de que el mundo se le caía encima, de que se sentía desgraciado, sonreía con tristeza. Sonreía.

        FELIZ NAVIDAD Y MI ABRAZO APRETADO.

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lunes, 16 de diciembre de 2013

LAS MASCARAS DE AFRODITA, EN VERSIÓN ALEMÁN-ESPAÑOL

 Mi agradecimiento a tod@s los que el pasado día 12-12, me arroparon en el Museo Domingo Rivero en la presentación de la segunda edición bilingüe (español-alemán) de mi libro de poemas "Las Máscaras de Afrodita" Un poemario que esta vez ha editado LA NACE, Nueva Asociación Canaria para la Edición y que lleva una portada de la pintora Inés Melado. Gracias a tod@s por su presencia, por sus palabras, por los numerosos escritos. Gracias por esa mirada a mi obra. Gracias por los afectos. Gracias por hacer posible que el evento fuera un éxito. 



CUANDO LOS GLACIARES SE FUNDAN
se abrirán las cataratas del cielo,
las tapias y las conciencias.
Cuando remonten los barrancos, caminaré
sobre las aguas, me anegaré en ti.

Hierve la atmósfera, se apagan
tambores, halo rojo, calor hondo.
Escombros humeantes,
desaparecen nuestras huellas.

Tan insensatos,
que entrelazados  por la lujuria,
inoculamos el veneno.

Cuando los glaciares se fundan
                                                                  se incendiará el corazón del mar,
                                                                  volverá a reinar la somnolencia.
                                                                 Viviremos como gotas de agua
                                                                 ocultos en el vientre de la Tierra.


WENN DIE GLETSCHER SCHMELZEN

werden sich die Katarakte des Himmels öffnen,
die Mauern und die Gewissen.
Wenn die Barrancos bergauf fließen, werde ich
auf den Wassern gehen, werde mich in dir auflösen.

Die Atmosphäre kocht, es schweigen
die Trommeln, rote Aura, tiefe Hitze.
Rauchende Trümmer,
es verschwinden unsere Spuren.

So vernunftlos,
dass, in der Wollust verstrickt,
wir das Gift zu uns nehmen.

Wenn die Gletscher schmelzen
wird das Herz des Meeres brennen,
wird die Schläfrigkeit wieder herrschen.
Wie Wassertropfen werden wir
verborgen im Bauch der Erde leben.
                                                            Übers.: Carlos Müller


Las Máscaras de Afrodita es un poemario en donde hago un elogio al amor, a la belleza, al gozo. A la locura de los sentidos. A la poesía de las emociones.
 Las máscaras de Afrodita entran en la vida de las parejas, en sus relaciones y en sus estados de ánimo. En los afectos y en los susurros. Los protagonistas son la sensualidad, el erotismo, el amor, el deseo y el sexo porque estoy convencida que son realmente las únicas fuerzas de la naturaleza que nos pueden salvar de lo cotidiano, de la fugacidad de la vida. De todo eso que rodea al individuo, del acoso al que está sometido en numerosas circunstancias, a la falta de libertad. Del terrible conocimiento de la muerte.


Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com 

domingo, 15 de diciembre de 2013

ELIGE

Artículo enviado por Eduardo Sanguinetti, 
Filósofo Rioplatense

Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor enorme, en el que verás toda la farsa 

mediática, que te degradará el cerebro. Elige lavadoras robóticas, coches 4X4 chatarra para los caminos que jamás

recorrerás. Elige equipo de música con orquesta incluída . Elige el smartphone de última generación con microndas 

inlcuído. Elige buena salud en la tienda de accesorios, colesterol bajo pastillas y seguro dental, para dibujarte una sonrisa que 

venderá tus bondades patinadas Elige una  hipoteca On Line, piso piloto, ropa deportiva, traje de marca, bricolaje, tele-concursos, 

comida basura, niños atomizados, paseos por el parque artificial de tus sueños de 

country periférico. Elige tú jornada de nueve a cinco, jugar bien al golf, lavar el coche, jerseys elegantemente

confeccionados para otros, navidades en familia clánica y regalos que te hagan olvidar que Santa Claus no existe,

 planes de pensiones fantasmas, desgravación. Elige a tú verdugo en las elecciones que se celebran

 "religiosamente" cada cuatro años. Elige tu futuro con seguro de muerte...elige ser un dron...Saludos a los que 

eligieron la libertad y un sendero angosto por el que transitan, sin prisas y con ánimos de ser sentido.

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miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL CINTURON DE CASTIDAD

Se piensa que el cinturón de castidad se inventó en Oriente Próximo llegando a Italia en el medioevo conociéndose como “cinturón florentino”.

 Desde tiempos inmemoriales se creyó que el semen es un flujo limitado que no se debe desperdiciar. Así en tiempos pretéritos para evitar que atletas, gladiadores y cantantes perdieran sus facultades se les colocaba antes de su actuación pública lo que se llamaba una fíbula, una especie de cinturón de castidad o dicho de otro modo, unas bragas de cuero que les impedían los placeres de Onán.

El origen del cinturón de castidad lo podríamos hallar en lo que han llamado como base de la cultura occidental; el mundo griego. Su sentido tendría un origen mítico relacionado con el nudo de Hércules, cinturón de virginidad, hecho de lana, que debía ceñir la mujer griega al llegar a la pubertad y que solo el marido desataría en la noche de bodas. El sentido de esta prenda lleva implícito el valor masculino de la fuerza, representado en Heracles o Hércules

La opinión tradicional sobre el cinturón de castidad es que se usaba como prótesis ya que el impediría que el cuerpo disfrutara de los deleites de la carne. Porque no hay que olvidar que se creía que el cuerpo de la mujer era carne que corrompe, que llamaba al pecado. De ahí la idea de la vagina como un foso, como la entrada al infierno.Como la perdición.
Pero además garantizaba la fidelidad de las esposas durante las largas ausencias de los maridos, y sobre todo de las mujeres de los cruzados que partían para Tierra Santa. Quizás se emplearan alguna vez, aunque no como utilización normal, la “fidelidad” era de este modo “asegurada” durante periodos breves de unas horas o un par de días, nunca por tiempo más dilatado. No podía ser así, porque una mujer cerrada con llave de esta manera perdería en breve la vida a causa de las infecciones ocasionadas por la acumulación tóxica no retirada, las abrasiones y las laceraciones provocadas por el mero contacto con el hierro.
Durante la Edad Media la ley solo protegía a los hombres, dándoles todos los privilegios y los derechos. La mujer estaba subordinada a las exigencias de su marido, padre o hermano.

El cinturón de castidad lleva consigo no solo la castidad obligatoria, sino además la prohibición del placer y del autoplacer, el control de las pasiones.

 En el Palacio Ducal de Venecia se exhibe uno de 1388, de los más antiguos. Se cree que perteneció a Francisco II, tirano de Padua, quien obligaba a su mujer que lo usase continuamente para asegurarse de la honradez en su ausencia. Está forrado de cuero y provisto de dientes muy afilados alrededor de cada orificio. 

Aunque también hubo otro uso muy diferente. Constituyó una barrera contra la violación, una barrera frágil pero suficiente en determinadas ocasiones, por ejemplo, en épocas de acuartelamiento de soldados en las ciudades, durante estancias nocturnas en posadas durante los viajes…Tanto que sabemos por muchos testimonios que las mujeres se colocaban el cinturón por iniciativa propia. 

En España existe otra leyenda curiosa (no es historia oficial). Se refiere a Rodrigo Díaz de Vivar, teniendo el Cid que partir por largo tiempo por haber sido desterrado por su Rey, tuvo que dejar a su esposa Jimena en casa y temiendo que esta le fuese infiel le hizo poner un cinturón de castidad.
No obstante hay muchas dudas sobre su uso real que se apoyan en el hecho de que entre los siglos XIV y XVI no se encuentra ninguna alusión a los mismos en la sátira erótica de Bocaccio, Bardello o incluso de Rabelais, que trataron la sexualidad de la gente común, los celos y las artimañas para engañar a cónyuges y a amantes. Sátiras de los siglos XVI a XVII

Pero el cinturón de castidad reaparece en las obras satíricas y en las artes figurativas de los siglos XVI a XVII para demostrar la estupidez del hombre que le impone el cinturón a la mujer, mientras ella entrega las llaves a un varón joven, una escena repetida que entraña una moraleja: «A la mujer no se la puede tener encerrada».

En el siglo XVIII Voltaire usa el concepto de castidad como la estulticia del hombre y 30 años después uno de los padres de la Ilustración, Diderot, lo presenta como el símbolo de la oscuridad en el Medievo. Es en el siglo XIX cuando los cinturones, más refinados, pequeños y ligeros, son usados por algunas mujeres de Inglaterra y Francia para evitar la violencia carnal y como garantía de fidelidad, además de ser impuestos también a adolescentes de la clase media para evitar las masturbaciones nocturnas que, se creía, podían comportar enfermedades físicas y mentales.

Las funciones represoras que la Ilustración atribuía a la Edad Media entran sin embargo en la práctica en el siglo XIX.


Actualmente, en una zona rural de Boca del Río, Veracruz, en México se ha dado el caso que durante diez años, cada mañana antes de irse a trabajar un campesino mexicano le ponía un aparato con candado de seguridad al pantalón vaquero de su mujer. Ella lo denunció porque no soportaba más el dolor de estómago producto de la imposibilidad de hacer sus necesidades fisiológicas.
Qué mundo!!!!

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sábado, 7 de diciembre de 2013

Muere el poeta egipcio Ahmed Fuad Negm, símbolo de la poesía árabe comprometida

Fragmento de uno de los poemas del poeta fallecido, 
AHMED FUAD NEGM

Son de los príncipes y de los sultanes
Ellos son los que tienen riqueza y poder
Y estamos los empobrecidos y privados
Usa tu mente, supongo...
Adivina ¿quién gobierna a quién?
¿Quiénes son y quiénes somos nosotros?
Lo estamos construyendo, somos los trabajadores
Somos Al- Sunna , Somos Al- Fard
Nosotros somos el pueblo en altura y anchura
Desde nuestra salud , la tierra plantea
Y por nuestro sudor , los prados se vuelven verdes
Usa tu mente, supongo ...
Adivina ¿quién sirve a quién?
¿Quiénes son y quiénes somos nosotros?
Son de los príncipes y de los sultanes
Son las mansiones y los coches
Y las mujeres seleccionadas
animales consumistas
Su trabajo es sólo para rellenar las tripas
Usa tu mente, supongo...
Adivina quién está comiendo quién?
¿Quiénes son y quiénes somos nosotros?
Somos la guerra, sus piedras y fuego
Somos el ejército de la liberación de la tierra
Somos los mártires
Derrotado o exitoso
Usa tu mente, supongo...
Adivina ¿quién está matando a quién?

 Conocido como el poeta del pueblo y Fogammi, Ahmed Foaud Negm está considerado uno de los mejores poetas en el dialecto árabe egipcio por la belleza, la calidad y el lirismo de su obra, la cual abarca desde canciones de amor a sátiras radicales.

 De origen humilde y sin miedo alguno a dirigir su sarcasmo hacia los gobernantes y los poderosos, se convirtió en una especie de héroe para las masas populares. Fue muy apreciado tanto en las calles de El Cairo como por todo el mundo árabe por dar voz al espíritu del movimiento popular para la justicia social.

 Negm utiliza de manera creativa el rico lenguaje coloquial, sus ritmos y las tradiciones de
canciones, evocación y, en especial, del humor, para dotar de vibrante expresión inquietudes y
aspiraciones de la gente.
Nacido en 1929 en la provin cia de Al Sharquiya, en el delta del Nilo se convirtió en uno de los poetas más importantes en lengua coloquial en Egipto. De origen humilde, vivió en un orfanato y trabajó como pastor, unas experiencias que impregnaron sus poemas de alusiones a los pobres y de denuncias de las injusticias sociales de Egipto.

Con una mente abierta y liberal. Negm recordaba a su público la diversidad religiosa y
étnica del legado de Egipto, sus raíces profundamente pluralistas y humanistas, y sus valores
universales de mutua coexistencia y solidaridad social. Aun estando prohibidas las actuaciones en
público en la década de los 70 y 80, el público asistía para presenciar las carismáticas actuaciones
underground de Negm junto al legendario músico el Jeque Imam, a pesar de que ello entrañaba un
alto riesgo. Combinando la poesía y la música de esta forma tradicional, Negm expandía su mensaje. 

Falleció el pasado martes 3 de diciembre de madrugada a la edad de 84 años. Ayer fue enterrado en la mezquita de Hussein, en el centro de El Cairo, a la que asistieron cientos de sus seguidores.

Negm nunca abandonó su humilde barrio cairota del Bulaq, ni tampoco su reivindicación de justicia social y condición de voz de los desvalidos.

Entre sus poemas más conocidas, El hombre valiente es valiente. Negm recibió numerosos premios durante su carrera. Uno de los últimos, este mismo año, fue el prestigioso Príncipe Klaus de Dinamarca. Sin embargo, ningún premio le pudo dar tanta satisfacción como el hecho de que sus sus canciones y las del Sheij Imán fueran coreadas por la multitud que ocupó la Plaza Tahrir durante la Revolución que depuso a Hosni Mubarak en 2011.

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Poema ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL




miércoles, 4 de diciembre de 2013

CLUB DE LAS POETAS MUERTAS EN EL MUSEO DOMINGO RIVERO

El pasado día 3 de diciembre en el Museo Poeta Domingo Rivero se rindió un homenaje a nuestras poetas fallecidas, a esas que siempre estarán con nosotros.

Coordinado por María del Pino Berbel todos los participantes leímos un breve curriculum  sobre la vida y la obra de poetas canarias. Y como el poeta vive en su poesía leímos un poema de cada una de ellas, nos acercamos a sus pensamientos, a la pasión y a la esperanza de un mundo mejor. 

El amor todo lo excusa, / lo cree todo, todo lo espera, todo lo tolera, el amor no pasa jamás. (Himno al amor , S. Pablo)

FERNANDA SILIUTO BRIGANTY (La Laguna, Tenerife, 1834 – Puerto de la Cruz, Tenerife, 1859). Romántica en vida y obra. Falleció en el ex convento de Santo Domingo. En la partida de defunción se lee: "falleció día 23/04/1859... (...) y no recibió los Santos Sacramentos.



Su novio se va a las Américas en busca de fortuna y ella romántica en vida y obra al verse sola, ingresa a vivir en el convento. Ella estaba enamorada. Él no volvió.


¿Falleció o se suicidó?  No se descarta la posibilidad de un suicidio porque padecía también mal de amores. Sus restos fueron hallados por las monjas y amortajado con el traje de novia que había confeccionado para las deseadas nupcias con su primo. Sus poemas nunca se publicaron en formato libro.



                A UNA NUBE

            ¡Nube errante, nube errante

            que al cruzar en raudo vuelo

tiendes tu velo flotante

sobre el claro azul del cielo!

¡Fueran cual tú las sombrías
nubes que eternas se mecen
en el cielo de mis días
y que mi senda oscurecen.
¡Del sol las rubias guedejas
sólo ocultas un instante,
y para siempre te alejas,
nube errante, nube errante!

Mientras cual fúnebre manto,
cual señal de eterno duelo,
las contemplo con espanto,
siempre flotando en mi cielo.

Cielo en que triste fulgura,
cual sol de la vida mía
la estrella de desventura
que llaman Melancolía.


¡Y si levísimos rastros
dejas ¡oh nube!, al pasar,
y como antes los astros
de nuevo se ven brillar!

Y ¡ay! En mi cielo se placen
esas nubes tristemente…
¡O si se alejan lo hacen
tan lenta, tan lentamente!

Y en el pobre pecho mío,
que suspira por amor,
dejan un velo sombrío,
sombrío como el dolor.

Dejan en mí un desaliento
y una congoja, un afán…
que ignoro si es más tormento,
si vienen o si se van.
Por eso, al ver que los cielos
recorres, digo anhelante:
“Fueran como tú mis duelos,
Nube errante, nube errante”.

Intervinieron  Chicha Reina Jiménez, Albertine Orleans, Orlando Rodríguez Cabrera, Rosario Valcárcel, Guadalupe Martín Santana, Teresa García, Antonio Luis González Pérez, Alicia Llarena, Santiago Gil, Isabel Guerra García, Astrid Ramos, Leonilo Molina Ramírez, Olivia Falcón, Macu Vidal, José Miguel Junco, Blanca Brescia, Javier Cabrera, Jorge Miranda, Margarita Ojeda, Noel Olivares, Isabel Padilla Santervaz, Teca Barreiro, Elsa López, Pepa Aurora, Juan Francisco González-Díaz, Félix Martín Arencibia, Purina Santana, Antonio Arroyo Silva, Aquiles García Brito, Antonio Luis González Hernández y Guillermo Bueno Marrero.


Gracias Berbel. Un acto emotivo lleno de ternura
Fotos de Miguel Antonio Hernández

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sábado, 30 de noviembre de 2013

ALMUDENA GRANDES "LA LITERATURA ERÓTICA SE HA MUERTO DE ÉXITO"

artículo tomado de El Comercio.com

 Corría el año 1989. La escritora española Almudena Grandes publicó la novela Las edades de Lulú. La trama: una quinceañera se inicia sexualmente. Más tarde se introduce en tríos, variantes de sadomasoquismo y homosexualismo. 
Grandes tenía 29 años y un modesto trabajo como redactora en una editorial. Ganaba poco. El repentino éxito en ventas de su libro (sólo en España se vendieron alrededor de un millón de ejemplares) hizo que replanteara su vida, que se hiciera escritora. Pese a la acogida comercial que tuvo su obra, la crítica no le restó valor literario; algo que no suele pasar. Logradas imágenes sexuales que provocaron aplausos tan incandescentes como las escenas de cama de Lulú.

Debut y despedida. En adelante, Grandes no escribió otra obra exclusivamente erótica. Abrió el abanico a otros géneros. Sin embargo, sus posteriores libros no han podido evitar, aunque sea en breves párrafos, insertar extractos sexuales con el mismo rigor veinteañero.

Grandes es una de las invitadas de la Feria del Libro, Arte y Erotismo, que se inauguró el último jueves en Guayaquil y continuará hasta el próximo 15 de octubre.

Las edades de Lulú fue publicada poco después del fin del franquismo. ¿Un libro erótico fue una respuesta política a los rezagos que quedaban de la dictadura?

Sí. Los jóvenes necesitábamos demostrar que vivir el sexo sin culpa era posible. Mi infancia transcurrió en un país donde la iglesia Católica formaba parte del Estado. Durante 37 años, los españoles habían vivido en un país donde el pecado era un delito, donde por besarte en la calle o por llevar minifalda te arrestaban, donde un hombre y una mujer no podían tomar un cuarto en un hotel si no demostraban que eran esposos. La represión sexual era tan fuerte como la política.
Pasaron de la censura sobre lo sexual a una actualidad en la que el erotismo es el género predilecto de las editoriales.

La literatura erótica se ha muerto de éxito. Antes tenía que ver con lo clandestino, con lo oscuro, con lo prohibido. Ahora ha aparecido una nueva modalidad de literatura erótica, que es la de consumo. Está dirigida a una capa muy amplia de la población que son las mujeres heterosexuales de mediana edad.

Si el campo de acción de la literatura erótica es lo clandestino, ¿tiene sentido el género en una actualidad en la que el sexo está socialmente aceptado en las letras? 

Ya no hace falta de la literatura erótica para hablar sobre sexo. El erotismo ya no necesita circular por los márgenes. Puede hacerlo por las avenidas principales. Pese a eso, el apogeo de determinadas formas de literatura eróticas, como (la novela) Cincuenta sombras de Grey, me parece un retroceso.

¿Por qué? ¿De qué valores estéticos carece esa novela?

Maneja la estructura de un cuento de hadas: idilio-conflicto-idilio. Una chica que no es guapa que enamora a un millonario guapísimo, que tiene un yate, un helicóptero. En España hay un chiste que tiene mucho éxito: "¿Por qué las chicas ven películas pornográficas? Para ver si al final de la historia, se casan". Cuando leí el final de Cincuenta sombras de Grey, y vi que se casan y tienen hijos, no lo podía creer. ¡Es el chiste español convertido en libro!

¿Sadomasoquismo rosa?

Es un sadomasoquismo light. El supuesto sádico no da miedo. Es un falso dominante.

¿Qué insumos hacen que un texto sea literatura erótica de calidad? 

Cualquier literatura tiene que cumplir con los requisitos de naturaleza emocional y de profundidad. La literatura tiene que ver con las preguntas, no con las respuestas. El problema de estos libros es que dan respuestas muy facilonas. Eso es nocivo para la literatura.
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martes, 26 de noviembre de 2013

A D I V I N A N Z A, PIETRO ARETINO


Yo tengo, señoras, mías 
cierto objeto que,
aunque es de dos,
el amor lo hace uno;
vosotras lo tenéis también.
Es de color blanco,
Su cabeza es púrpura
Y su pelo es negro cual la tinta.
Se levanta si se le toca,
Siempre tiene leche en la boca;
a menudo crece y disminuye;
no tiene ojos, pero atiende,
no tiene orejas, pero oye,
no tiene nariz, pero olfatea,
gusta, toca y penetra.
Ahora mis señoras, a fe vuestra,
¿podéis decirme lo que es?  (Pietro Aretino)


Pietro Aretino  1492 -1556 fue un escritor italiano, dramaturgo, poeta y escritor satírico, Ejerció una enorme influencia en el arte y la política contemporánea y moderna e inventó la pornografía alfabetizada.  Nacido fuera del matrimonio en Arezzo ( Aretino, "de Arezzo"), y casualmente educado luego desterrado de su ciudad natal, Aretino pasó una década formativa en Perugia, antes de ser enviado, muy recomendable, a Roma. Un rico banquero y mecenas de Raphael lo tomó bajo su ala.

Cuando Hanno el elefante, mascota del Papa Leon X murió en 1516, Aretino escribió un panfleto satírico titulado "La Última Voluntad y Testamento del Elefante Hanno." El panfleto fue un éxito tal que comenzó la carrera de Aretino y lo estableció como un satírico famoso.

Conocido principalmente por sus escritos licenciosos (sobre todo por sus Sonetos lujuriosos), inspirados en los grabados erótico-pornográficos del pintor Marcantonio Raimondi sobre dibujos de d Giulio Romano.
SONETO I  (Un poeta recita a su amada bellos versos, hasta que ésta, furiosa, reclama menos palabras y más hechos)

-Amémonos sin tasa ni medida/ puesto que para amar hemos nacido/ adora mi gorrión cual yo tu nido/ pues sin ellos ¿valdría algo la vida?/ Y si aún luego de ésta extinguida/fuese posible amar, bien querido, / a gritos pediría el bien perdido/ para seguir gozándote todavía./ Gocemos cual lo hizo regiamente/ la primera pareja de mortales/ bien aconsejados por la serpiente

En el mismo periodo escribió la obra teatral La cortigiana (La cortesana), comedia ambientada en las fechas anteriores al Saqueo de Roma (1527) y paródica de Il cortegiano (El cortesano) de Baldassarre  Castglione. 

Desarrolló obras moralizantes que le congraciaron con el ambiente cardenalicio que frecuentó. También es digno destacar los "Raggionamentti" o "Diálogos Amenos" que relata las aventuras de la Enana, una prostituta que se iniciara como tal en un convento, donde descubre la vida oculta de monjas y frailes, y presencia las más descabelladas y aberrantes escenas de sexo, en las que participan desde el obispo y la abadesa, hasta el último de los sirvientes, donde se practican toda clase de perversiones y se inventan algunas hasta entonces impensadas. Y que le dieron a su autor una fama inmortal.

Es uno de los intelectuales más representativos del espíritu renacentista italiano y una de las figuras que mejor muestran la superación de la visión teológica y ética medievales.

 Sus escritos sobre arte y sobre Tiziano especialmente, propiciaron múltiples encargos e incidieron en el prestigio internacional de este pintor.
Aretino es recordado sobre todo por sus letras, llenas de adulación literaria que pudiera recurrir a un chantaje. Estos escritos le valieron el apodo peligroso Ariosto le dio: flagello dei principi ("azote de príncipes"). Las primeras traducciones al inglés de algunos de los materiales más subida de tono de Aretino están empezando a llegar a los mercados.



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sábado, 23 de noviembre de 2013

Poema a mi libro MOBY DICK EN LAS CANTERAS BEACH

ADAGIO DEL AMOR
QUE NO QUIERE MORIR
(Moby Dick)
A mi amiga Rosario Valcárcel

Los recuerdos abrazados
al palimpsesto de la necesidad.

En un primer origen
que da respuesta
al crisol postulante en los estanques.

Y aunque estás lejana
un delirio de pasos quedos
se detiene en las arquerías del Ser.

El mar se ha vuelto
más alto girando como un tío-vivo
en un adagio sin fronteras.

La existencia recuerda tu nombre
posada en la resurrección de otra resurrección.

Ese Tiempo con un clavel en la solapa
que semeja a un nuncio
abriendo ventanas de tres en tres.
Ausente de obeliscos  Saturado de guirnaldas,  Luís Ángel Marín Ibáñez

También define Luis Ángel Marín la escritura de Rosario en Moby Dick en Las Canteras Beach y dice:

 Cuando la palabra va más allá de la palabra y se convierte en Tiempo quedamos atrapados en un umbral desconocido y es aquí cuando la voz de Rosario Valcárcel emerge como un laberinto de colores imaginarios y nos sentimos preludio y final de ese testamento inacabado que es la novela maravillosa-Moby Dick--delatando el susurro invisible y también el aliento mediúmnico de los signos que no han dejado de cantar...te felicito mi querida amiga ante tanta grandeza...me has regalado un pedazo de infinito. Mil y mil veces gracias.

Luis Ángel Marín Ibañez nacido en Zaragoza, licenciado en Filosofía y Letras, poeta de vocación tardía comienza a escribir en el 1998. De su primer poemario Romances del Alma, dijo el cultural ABC:  El poeta se erige como creador por antonomasia, crea y recrea, su universo poético, se fragua como acontecimiento único, detiene el Tiempo en caracolas de agua.

Concierto  de las horas pensativas, se funde en él, la razón el ensueño y el delirio.

Los atabales del Silencio es un doble poemario que estructura en dos partes. La primera Del Silencio a la música mantiene el proceso de integración con el Silencio y la Música, mientras que el segundo “En la frontera de lo no visible”
Otro poemario El imperio del Haiku, está presidido por el simbolismo y el intelecto.

Con tres conceptos de escritura y nos presenta Trivium. Y por último nos entrega Los Altares de Eros.  Un poemario que el prologuista Alejandro Lattapiat lo define como canto y búsqueda que se ha extendido a través de los tiempos y habita a la sombra del poema y es una luz muda que solo el poeta puede dictar en su palabra.

Luis Ángel Marín ha recibido numerosos premios de poesía tanto en España como en Buenos Aires o en Estados Unidos.


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lunes, 18 de noviembre de 2013

UN DÍA DE CIRCO

                                                                                                                   A la isla de La Gomera
El deseo es el motor del universo, el origen del
hombre y su final, y nada podemos contra ello, Marqués de Sade

                Si yo hubiese estado casada, igual no me habría fijado en Roque. 
 
                Yo esperaba un hombre. Acababa de conocerlo y lo observé con curiosidad. Parecía un ser prehistórico, superviviente milagroso de algún movimiento telúrico. Lo miré desde lejos y pensé que no se había adaptado a las nuevas exigencias del mundo. Era faquir en el circo que había llegado a San Sebastián de La Gomera, donde yo vivía. Las instalaciones las ubicaban entre el Cielo y la tierra en una explanada muy cerca del muelle. Me acuerdo que me puse muy contenta. Nunca había visto un faquir de cerca, sólo en la televisión; por eso un deseo irresistible me empujó a acercarme a ese hombre, a hablarle.

                -Hola, me han dicho que usted trabaja en el circo. A mí de pequeña siempre me atraían los circos, especialmente cuando actuaba Pinito del Oro, una trapecista canaria que sabía jugar con una silla encima de la barra del trapecio.

Se sonrió con mi recuerdo y estrechó mis manos entre sus fuertes manos. 

Su pecho lo llevaba descubierto y por pantalón dos pedacitos de seda. Ah, y unas cuantas lentejuelas sabiamente distribuidas sobre su carne desnuda. Entonces me comentó que el circo se construye todas las noches, una lucha por fomentar alegrías y sueños, una batalla donde no cabe el desánimo, la desolación, ni las convalecencias. Yo lo seguí. Me fui con él. Los que estaban en la cola empujaban. Uno de ellos me gritó que me había colado. Los colores de las banderas y de la carpa se desplegaban. Les volví la espalda a todos y cogida de su brazo entré orgullosa en aquella gran arena.

         -Este trabajo es una pequeña comuna.

         Lo observaba, parecía una estrella de cine. Tenía un cuerpo sensual, macizo, robusto, sabía el modo de explotarlo. Lucía una muy bien cuidada barba negra para infundir respeto. No pronunció frases galantes pero los pelos se me pusieron de punta cuando me dijo:
       -¿Te atreves a ir a la cama de clavos conmigo?

       -¿Estás seguro de que estaré cómoda? –le contesté riéndome.

      -Sí, sí, estarás a gusto. Los clavos acariciarán tu piel como si fueran mis dedos.

Me puse colorada igual que un tomate, mis mejillas ardían. Estaba poseída por el furor de vivir la experiencia más delirante de mi vida.

                ¡El espectáculo va a comenzar!

                El mar estaba muy cerca, se insinuaba con lentitud. Algunos días se aproximaba a la carretera y la bañaba. Quería alcanzar el asfalto, recuperar el terreno que poco a poco le habían ido arrancando. Los saltimbanquis, payasos, domadores, trapecistas, acróbatas y muchos más hacían el desfile con atuendos sugerentes. Bordeaban la pasarela del escenario, bañados de escotes sensuales con inscrustaciones de plumas y grandes capas en lamé doradas. El corazón me dio un vuelco. La arena del redondel se volvió pegajosa, olía a lujuria, a apareamiento, a supervivencia.

No entendía como aquel cuerpo, con el torso en cueros, ungido con una crema protectora, podía soportar el dolor. Me conquistó su cercanía, su cintura, los hombros cuadrados, sus enérgicas piernas, su vanidad, su perturbación. Estaba segura de que tendría los riñones destrozados. Se le saltaron unas lágrimas, a mí también. Nos miramos y comprendí que le excitaba, se deleitaba. Le gustaba descender a los infiernos, jugar con el sufrimiento, rozar la muerte. Mi corazón se aceleró y, sin darme cuenta, estaba temblando. 

Si yo hubiese estado casada, igual no me habría fijado en Roque.

Tenía treinta y cinco años. Todas mis amigas me hablaban de sus maridos, de lo galantes, locos, amenazadores o tiernos que eran. De sus noches de amor, de sus excitaciones y hasta de sus jadeos. Le rezaba a San Antonio de Padua, le encendía unos cirios, le rogaba que me enviara un novio. Deseaba tener un hombre en mi cama. Me negaba a vivir dormida como mi isla.

Por eso aquella tarde lo miré con peligrosa intimidad, me prometí no dejarlo.

Cerré las páginas de mi existencia. Siempre creí que los hombres estaban hechos de otra materia y en este caso no estaba equivocada. Antes de comenzar su actuación Roque encendió unas velas a su alrededor formando un círculo. Se tragaba una docena de clavos igual que si fuese una hamburguesa, se convertía en domador o en la trapecista más famosa del mundo. Las ceras ardieron hasta consumirse. Fue un signo propicio.

Un coro de voces angelicales anunció de una forma más divina que humana la llegada de una jaula de leones. La comitiva parecía sacada de un cuento de hadas. Al pasar por mi sitio, me besó la mano. El gentío bullanguero aplaudía él -igual que un pavo real- saludaba con mucho ringorrango al público. Entró en la celda de los animales vestido como un antiguo luchador romano, manejaba con violencia el látigo mientras articulaba gritos para provocar a sus fieras. Las sensaciones eran intensas, sus movimientos eran rítmicos, afanosos. Me acosó con su erotismo, me soliviantó. El corazón me latía muy deprisa. En la distancia me invitaba con sus grandes ojos. Parecía en trance.

Si hubiese estado casada, igual no me habría fijado en Roque.

Yo esperaba un hombre y él me cautivó, me cautivaron su coraje, sus gestos, su humor, su expresión. Me produjo una emoción de regocijo. Había tenido algunos novios, experiencias sexuales y amores pero el deseo no me dejaba llegar a la felicidad, por eso cuando lo vi no le di más vueltas, me olvidé del frenesí, de la salvación de mi alma, de los principios morales y hasta de los religiosos. No me importaba si era bueno o malo. Ese hombre me había impresionado más de lo normal y quería llevármelo a mi casa. Intentaba concentrarme pero un único pensamiento me distanciaba: lo veía salir de su gran jaula con el látigo en la mano, saltar sobre mí y azotarme con tal pasión que la piel se me caía a tiras.

En la arena Roque luchaba. Yo estaba frente a frente, en las primeras filas. Cerré los ojos para no distraerme, me sumergí en la caricia de sus manos a través de la fusta, recorrí la silueta de su cuerpo, noté sus piernas desnudas junto a las mías, palpé todos los rincones. Me salpicó hasta su sudor, escuché los chasquidos de la vara y los aullidos de las fieras. El poseía esa energía efervescente, ese fuego, ese arte delicado que sirve para mantener a una mujer en continua exaltación. Lo más terrible de todas esas sensaciones era que yo me había sumergido en su quimera. En su strip-tease mental. Sabía que la muerte podía merodear dentro de aquella gran celda, pero inconscientemente lo buscaba. Al igual que a los leones el olor a carne fresca me volvía hambrienta, quería cebarse.

Ocupaba el corazón de todos los espectadores. Me dejé llevar por el espejismo, escuché los aplausos, el palpitar de su piel en cada movimiento, el tintineo de los dientes, su agitación envolvente. Me sonreía, me mordisqueaba con fuerza pero sus besos no eran de vida sino de muerte. Me sacudía aquella perturbación. Tenía una habilidad especial. Gustaba a los hombres y enloquecía a las mujeres. Tuve miedo de no volver a verle nunca más.

Los sonidos se arremolinaban. Su lengua áspera recorría todas las guaridas de mi cuerpo. Me recreaba viendo el látigo en sus manos, me torturaba. Confieso que descubrí bienestar. Me entregué. Fue una borrachera de placer doloroso.

Dicen que durante el reinado de los emperadores se ideó una nueva especie de cacería en la cual los “bestiarios” no daban muerte a los animales feroces. Los abandonaban al pueblo, que se precipitaba en la arena donde se habían plantado árboles que le conferían la apariencia de una selva. Masacraban a todos los que podían. El despojo pertenece siempre al victorioso. Me dominaba la pasión y el presentimiento de la muerte.

De repente, Roque perdió su don de agilidad. Un león con las pupilas encendidas de cólera, los hombros hacia arriba y las orejas hacia atrás, le dio un zarpazo y ¡bum! Cayó en el aserrín, en la hierba seca, como si hubiese sido de plomo. El rey de los animales bramaba después de dar algunas vueltas por la arena. Rugió con satisfacción y orgullo, desafiando al universo.

-¡No te muevas! –le gritaban-. ¡No te muevas!

Salí corriendo de la carpa. No quise saber cuál fue su destino. En los alrededores se había instalado un mercadillo circense. Vendían toda clase de artilugios. Yo seguía corriendo y me encontré con el mar, su costa acantilada, su arena azabache y sus aguas adormiladas. A mucha distancia las terrazas y los bancales, las brumas deshaciéndose. Los palmerales y el paisaje encantado con sus roques gigantescos. Pensé en zambullirme, pero seguí corriendo. El viento de la muerte sacudía mis sentidos. Parecía que me llegaba el olor de la arena y de las piedras. No podía detenerme. Sabía que el circo se marcharía y no lo volvería a ver. Estaba triste, el esplendor de lo desconocido había nublado mis ojos. El azar quiso que el deseo por Roque se apoderase de mí. 


Seguía corriendo, cuando a lo lejos escuché:

-Compren y no se arrepentirán.

 En la tómbola la gente jugaba a descubrir su futuro.

-Ganarán el reloj que marca la hora exacta de la muerte.


Relato entresacado de mi libro DEL AMOR Y LAS PASIONES.

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