Sobre el oficio de escribir
El novelista, en mangas de camisa, metió en la máquina de
escribir una hoja de papel, la numeró, y se dispuso a relatar un abordaje de
piratas. No conocía el mar y sin embargo iba a pintar los mares del sur,
turbulentos y misteriosos; no había tratado en su vida más que a empleados sin
prestigio romántico y a vecinos pacíficos y oscuros, pero tenía que decir ahora
cómo son los piratas; oía gorjear a los jilgueros de su mujer, y poblaba en
esos instantes de albatros y grandes aves marinas los cielos sombríos y
empavorecedores.
La lucha que sostenía con editores rapaces y con un público
indiferente se le antojó el abordaje; la miseria que amenazaba su hogar, el mar
bravío. Y al describir las olas en que se mecían cadáveres y mástiles rotos, el
mísero escritor pensó en su vida sin triunfo, gobernada por fuerzas sordas y
fatales, y a pesar de todo fascinante, mágica, sobrenatural.
Julio Torri. Fue escritor, maestro y abogado.
Nació el 27 de junio de 1889 en Saltillo, Coahuila, Ciudad de Mexico; murió el
11 de mayo de 1970. Ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua como miembro de
número el 21 de noviembre de 1953. Fue el 5° ocupante de la silla número XII. uno de los escritores nacionales
que con mayor fortuna cultivó la literatura reflexiva. Su obra, que se
caracteriza por el cuidado estilo y el lirismo, incluye ensayos como Sentencias
y lugares comunes (1945) y La literatura española (1952)
y recopilaciones de cuentos (De fusilamientos, 1940). Uno de los escritores nacionales que
con mayor fortuna cultivó la literatura reflexiva. En 1987 se publicaron los
textos inéditos de este mejicano en un volumen titulado El ladrón de
ataúdes. (Texto extraído de mcnbiografías.com)
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