Paqui Fernández Aguilera nació en Francia, hija de andaluces emigrantes, a los siete años su familia se traslada a los Rosales, Tocina, Sevilla y un 8 de enero de 1998 llega a la isla de La Palma con sus dos hijas Estefanía y Patricia. Comienza una nueva etapa para ellas, una aventura, en un mundo por descubrir.
Al año comenzó a trabajar en Comisiones Obreras como asesora sindical. Y, al mismo tiempo, se incorpora en la Asociación de Padres 25 años de Paz y en el IES Pérez Pulido del Valle de Aridane. Luchadora y tenaz, trabaja como voluntaria en la Asociación de Cruz Roja. Da visibilidad a la mujer rural, ayuda a derribar barreras y estereotipos. Organiza talleres de empoderamiento femenino, campañas de sensibilización contra la violencia. Da charlas de libertad, igualdad, equidad y solidaridad.
Tal vez, sin ser consciente de las razones que la habían alejado de sus
orígenes, sitúa su trabajo en el área social y feminista y, se pregunta sobre
las formas de vida de una sociedad que la acoge.
Paqui, es una mujer que está hecha a la vida, llena de amor por dentro y por
fuera. Una mujer que entiende que la historia de las almas es más interesante
que la suya propia, porque ¿Quién puede decir que el amor, el duelo y el dolor,
no son único y universales?
Una voz activa que habla con desparpajo sobre el amor, el empoderamiento de
las mujeres, la libertad, la felicidad. Y me comenta que su madre le dice:
-Tú eres argualera de adopción y nunca vas a ser feliz mientras veas una
necesidad.
Hoy, veintiséis años después, Paqui evoca como Los Llanos de Aridane la
envolvió desde el primer momento en sus limitaciones y su abundancia, en la
belleza y en la dicha que había que conquistar.
Y fue entonces cuando Paqui Fernández Aguilera la hizo suya.
Foto, Paqui Fernández A y Rosario Valcárcel
Rosario Valcárcel, poeta, narradora.
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