70 años sin Frida, la mexicana más universal
Sábado 13 de Julio de 2024 - 10:09
El 13 de julio de 1954, hace setenta años, murió Frida
Kahlo. Fue un martes muy lluvioso. Al día siguiente la comunidad artística le
rindió homenaje en el vestíbulo del palacio de Bellas Artes. Fue la primera
mujer en recibir tal reconocimiento. Algunos piensan que Frida Kahlo es un
producto de la mercadotecnia y del cine, pero la leyenda que es Frida ella
misma la empezó a construir desde su infancia. Cuando murió ya era una figura
de primer orden en las artes de México. De no ser así, hubiera sido impensable
que se le rindiera homenaje en Bellas Artes, aun siendo la mujer de Diego
Rivera.
¿Por qué es tan importante Frida? Es indudablemente la
persona mexicana con mayor proyección internacional. Por sí solo esto debería
ser suficiente. Pero hay muchas razones: la calidad intrínseca de su trabajo;
la resistencia al dolor y a la adversidad; su gran importancia como precursora
del feminismo; la libertad sexual que ejerció; y lo ya mencionado: es el
símbolo por antonomasia de México en el mundo.
Una gran artista
Hay personas que comparan a Frida con algunas otras
pintoras de la época y afirman que si no hubiera sido esposa de Diego Rivera,
nadie la hubiera volteado a ver. Y claro, nadie puede negar la grandeza de
María Izquierdo, Aurora Reyes, Cordelia Ureta, Remedios Varo o Leonora
Carrington. Pero aquí no se trata de comparar. El trabajo de Frida es en sí
mismo extraordinario, tanto en su factura como en su contenido. Es sumamente
original y ha sido elogiado por grandes creadores, empezando por Diego, pero
también André Breton, Nickolas Muray, Kandinski, Duchamp y hasta el mismo
Picasso. Si toda esta pléyade de grandes artistas reconoció sin titubeo la
calidad de Frida, ¿quién es uno para ponerla en duda?
Resistencia y resiliencia
Frida sufrió un horrible accidente en 1925. Un
travesaño le atravesó el sexo cuando el camión en el que viajaba fue embestido
por un tranvía en las calles del centro de la Ciudad de México. Tenía
diecinueve años y fue un milagro que sobreviviera. Se fracturó la columna
vertebral en la región lumbar, se fracturó tres costillas, se rompió en tres
partes la pelvis y en once partes la pierna derecha, se dislocó el pie, se
descoyuntó el hombro izquierdo y sufrió daños en el riñón. Fue también un
milagro que no quedara paralítica. Pasó tres meses inmovilizada. Las lesiones
tuvieron secuelas terribles. Fue sometida a treinta y dos cirugías durante el
resto de su vida. Frida resistió este sino con una dignidad y una entereza
verdaderamente conmovedoras. Ya no le fue posible ser madre, lo que le produjo
gran tristeza. A pesar de que al paso de los años estaba cada vez más limitada
y sufría más dolor, no cesó su actividad como pintora. No hubo obstáculo que
pudiera detenerla.
Precursora del feminismo
Frida es un símbolo del feminismo. Hacer arte al tú
por tú en un mundo dominado por machos alfa como Diego Rivera, Siqueiros u
Orozco, fue una gran proeza. Nunca se dejó intimidar por nadie. Su trabajo y su
actividad como artista desafiaron las ideas tradicionales de feminidad, los
roles de género y hasta de la belleza. En esos tiempos las mujeres eran un objeto
más de la casa y lo que se esperaba de ellas se circunscribía a las labores del
hogar. Frida rompió estos prejuicios en una época en que culturalmente estaban
arraigados hasta la médula. Frida mostró que las ideas de la belleza femenina
que tienen los hombres, y en general la sociedad, son en realidad prejuicios
que sirven para someter más a las mujeres. En sus autorretratos, Frida se
mostraba tal cual era, con su gran ceja y su bigote, y lo hacía sin ningún
complejo, en franco desafío a lo que socialmente se esperaba de la
representación pictórica de la belleza femenina. La idealización de la mujer en
el arte, particularmente de los artistas hombres, era cosificante y burguesa.
Frida rompió con eso y en esa medida dio los primeros golpes para derribar el
edificio del patriarcado-fálico-religioso-tradicionalista.
Libertad sexual
Frida era bisexual y ejercía su sexualidad
abiertamente, y con ello desmitificó y desacralizó la “pureza” y la “castidad”
del rancio conservadurismo. Si la libertad sexual en los Estados Unidos vivió
su efervescencia en los años sesenta, Frida inició la revolución sexual en
México desde los años treinta. Sabemos muchos aspectos de su vida sexual porque
ella misma los escribía y los compartía. Sostuvo amistades eróticas –para usar
el término de Milan Kundera– con personas muy relevantes de las artes: Dolores
del Río, Chavela Vargas, Picasso, Breton y su esposa, Tina Modotti, Josephine
Baker, Isamo Noguchi, Giorgia O’Keefe, Josep Bartolí; y fuera del ámbito de las
artes, sostuvo una amistad erótica con León Trotsky. Y todo ello en una época
machista en la que la libertad sexual de la mujer era satanizada.
Símbolo por antonomasia de México
Para el mundo, Frida es símbolo de México. Yo creo que
es una síntesis de lo que es nuestro país. Por el lado materno, tiene origen
español y mestizo; por el lado paterno, tiene ascendencia judía centroeuropea.
Cuando yo veo una foto de Frida Kahlo, de alguna manera siento que estoy viendo
una personalización de México. Hay una foto muy famosa que le tomó Nickolas
Muray: ella en primer plano, vestida en negro, de tehuana, y un fondo verde y
blanco con flores. Frida era una mujer de gran belleza. En esta imagen veo a la
Frida europea, pero también veo a la Frida indígena; veo a “Las dos Fridas”, y
contemplo que esa es la síntesis de México: la fusión y la amalgama indisoluble
de lo europeo y lo indígena, el mestizaje, la mexicanidad. No hay ningún
símbolo que hacia el extranjero represente más a México que Frida Kahlo; ni
siquiera la Virgen de Guadalupe. A un ruso, a un japonés o a un hindú, la
Virgen de Guadalupe no les hace sentido; pero para cualquiera de ellos, Frida
Kahlo los remite a México.
He tenido ocasión de hablar con gente de otros países
y me impresiona el grado de conocimiento que se tiene de Frida Kahlo: en toda
Europa, en las Américas, en Estados Unidos y Canadá, en China, Corea y Japón.
Será producto de la mercadotecnia y de la publicidad –un film de Hollywood es
un detonador de tremenda fuerza–, pero Frida Kahlo es sinónimo de México en el
orbe; sinónimo de México en una forma que ningún otro mexicano podría igualar.
Quizá se diga que su fama se debe a su tragedia y en gran medida a Diego
Rivera, y ello quizá no estaría alejado de la verdad; pero ese no es el punto.
Lo importante es la profunda e íntima identificación que se hace en el
extranjero del binomio Frida=México: es el icono mexicano por antonomasia para
el mundo entero.
Magdalena Carmen Friede Kahlo y Calderón nació y murió
en Coyoacán. De sus tres nombres, castellanizó el Friede, que significa paz en
alemán. Frida es hoy una de las figuras más importantes del arte, del feminismo
y de la identidad cultural de los mexicanos. Ahora que conmemoramos el 70
aniversario de su muerte es un gran momento para reflexionar sobre su legado. Frida
me inspira y me emociona. Al celebrarla no sólo estamos honrando a una
extraordinaria artista, sino también a una enorme mujer cuyo espíritu seguirá
resonando más allá del tiempo y las fronteras. Su vida misma fue una obra de
arte.
Periódico el economista.com
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