Diego Casimiro ha sido un gran coleccionista. Desde niño se
aficionó a coleccionar cosas. Coleccionó monedas, sellos de correo que
intercambiaba con sus amigos y conocidos. Coleccionó tableros de ajedrez y
libros, todo tipo de libros: ensayo, poesía, narrativa, libros antiguos que
ahora se dedica a regalar a sus amigos, porque quizás la colección que mejor ha
sabido hacer a través de su vida sea esa la de la amistad.

Pronto se sintió atrapado por la pintura. Y quizás entendió
aquello que dijo Antonio Muñoz Molina
“El arte adquiere toda su dimensión cuando te enseña a mirar la vida”. Y
esa relación con artistas, galeristas, museos y cultura le ha llevado a
investigar en profundidad la técnica pictórica, le ha despertado a través de
los años el conocimiento y el interés, la confianza en sí mismo, el amor por el
arte. Le ha llevado a realizar actividades culturas, a construir y gestionar
exposiciones de pinturas colectivas e individuales, tanto con artistas noveles
como Dagne Cortés, Javier Rodríguez López, Dunia Sánchez… como con artistas de
gran prestigio como Emilio Machado, Francisco Lezcano o Isabel Echevarría entre
otr@s.
A comprar lo mejor del artista, a poner ilusión y tiempo, a coleccionar
durante varios años un conjunto de pequeños tesoros artísticos, de telas
poderosas, repletas de manchas, colores, texturas, surcos que exaltan el color.
A investigar en profundidad estallidos de óleos, acuarelas, esculturas. Ese
lenguaje impresionante que es la pintura.
Y desde el día 11 de
junio hasta el 2 de julio Diego Casimiro nos presenta en la Sala del Centro Comercial
El Muelle de Las Palmas de Gran Canaria, su colección particular “Estelas del
Mediterráneo”

Muchos de ellos han sido premiados y distinguidos en
prestigiosos certámenes, otros representados en museos internacionales,
nacionales, instituciones oficiales o privadas o en colecciones particulares
repartidas por todo el mundo.

Pero lo maravilloso es poder penetrar en ese mundo del
coleccionista, en ese mundo de Diego Casimiro en donde la belleza y la verdad habitan
en unas obras que piensan y dialogan entre sí. Que nos cuentan historias y conviven
con un ser que le expresa sus necesidades, sus sueños y sus deseos.
En donde los artistas plásticos le dan la vuelta a la
realidad, a la existencia, a la aventura, con esa capacidad que tiene el arte de emocionarnos, de entender el sentido
de estar vivo.