Un libro militante:
no solo constituye un canto apasionado en pro de la libertad y la alegría de
vivir sino que toma partido por la mujer, en la medida en que ha sido la parte
sumisa y dominada de la humanidad. La autora denuncia las discriminaciones, las
injusticias, la falta de libertad de las mujeres a lo largo de las
civilizaciones, la mujer que padece todavía la ablación de la conciencia
femenina, cuerpo maltratado.
Según Antonio
Arroyo, autor del prólogo, Rosario Valcárcel cree a pie firme que el amor es
una continua rotación entre Eros y Thanatos, el amor como una pequeña muerte,
la muerte como la culminación del amor: no una suerte de transcendencia, como
preconizaba Quevedo, sino como una inmanencia que desemboca casi en una mística
de lo carnal (como la de San Juan y Santa Teresa), tal como se parecía en
fragmentos de una gran intensidad poética:
Desenvaino,
la espada y con su luz atravesó
El pespunte
de mis labios rojos, el hervidero
De los
líquenes, la pelambre de Baudalaire.
E igual que
árboles abatidos por una tormenta,
Nos precipitamos
el uno en el otro.
El acto estará amenizado por la clarinetista Celia Sánchez.
Al término de la presentación se servirá un vino.
Al término de la presentación se servirá un vino.

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