miércoles, 16 de enero de 2019

Dos poemas de Juan Jiménez



Poema seleccionado de su segundo libro:

No es por el peso del sol por lo que cae

A golpes de mochazo el sol, ardiendo.
A pasos de barranco el sol ardiendo.

El camino lleno de sol,
el patio lleno de sol,
el mundo lleno de sol,
mis hermanas llenas de sol,
las manos
llenas de sol
no pueden
más
ramírez tristes,
estupiñanes tristes,
milanes tristes, sánchez tristes,
cabreras tristes, santanas tristes,
el sol ardiendo sobre la tierra blanca
de la mesa.
Más no sufras no obstante, muerto bueno.
Desde hace cientos de años esta tierra levanta
un muro con tu sombra".


Todo lo que perdura es esto y nada más ahora. 


Tu cuerpo arriba eres el cielo y das que tienes
un largo olor de millo rebosando.
Bajo tu falda

el mes de mayo es hembra.
Es hoy el primer día del verano
y mayo
queda en ti, clavado
contra tu frente,
clavado a pedazos contra tu frente
como el dolor de amar cuando se ama
después de mucho tiempo.

Pero para nosotros no.

No nunca eso.

Ni tú ni yo estamos para olvidar
que al tiempo muerto va a yacer la hora,
la hora y el día entero, el hombre
y su mujer,
la cabra, lo otro y lo otro, y la mirada
más alta.

Y, más al sur de nosotros, el deseo
y el olor del azufre, el tomatero
y el ron
quemado, ron de rones, mi señor proletario.

Para nosotros sólo de noche el mar viniendo de la tumba,[doblando
guitarrón y metalúrgico



Autor de los poemarios: “Canción necesaria con María C.” (1966), “Y no es por el peso del sol por lo que cae” (1968), “Itinerario en contra” (1980) que recopila toda su obra poética hasta entonces, y Epigramas (1995), editado por el Gobierno de Canarias, se enmarca en su última etapa poética.

Juan Jiménez Santana nace en El Carrizal, Ingenio, en el año 1940 y estos días hemos recibido la triste noticia de su muerte. Nunca estamos preparados. ¿Cómo nos podemos preparar para despedir definitivamente a un gran poeta, a un amigo? ¿Cómo nos podemos preparar para no ver nunca más a María y a Juan juntos?  A la pareja recorriendo la calle Mayor de Triana. ¿Quizás enamorándose y desenamorándose, leyendo los mismos libros, compartiendo tantas cosas… viviendo las mismas historias en los más de cincuenta años que estuvieron juntos? Siempre juntos cogidos del brazo.

La mañana del lunes, María Castro, su mujer a quien él dedicó “Canción necesaria con María C, lo vistió con el traje, la camisa, la corbata… que él lució aquel día del 2016 en que recibió el Can de Plata, de manos del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales y que guardaba para otra gran ocasión.Y lo pensó bien, qué mejor ocasión que nuestro último viaje. 

Habría que reeditar su poesía completa. Su memoria lo merece. Ahora nos quedamos con las palabras de Manuel García Ramos en su ensayo Tres Perfiles de la Poesía Canaria última: Juan Jiménez, Ángel Sánchez y Juan Pedro Castañeda, publicado en la Revista de Historia Canaria,  

La originalidad de la obra de Jiménez radica, amén de en la reconfiguración del lenguaje poético heredado, en haber sabido dar una justa versión de este proceso desde la estricta historia personal; en haber sabido proyectar en su circunstancia individual los rigores diversos que la sociedad española experimentaba en un silencio de retreta.

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