domingo, 30 de septiembre de 2012

SOLOS EN CASA.


  ¡Ábreme la puerta! Ábreme la puerta o soplaré y soplaré y tu casa tiraré.

              Del cuento Los tres cerditos.                   

                                                                                               A todas las abuel@s 

                     En casi todas las casas en donde habitan niños el despertar se transforma en un sobresalto, en un correr de un lado a otro con los mismos movimientos, repitiendo las mismas cosas, el mismo cantar. Todo debe funcionar correctamente para que los quehaceres cotidianos y las demandas culturales y sociales puedan ser atendidos. 
    La vida cada día transcurre como en un acto circense: las madres y padres caminan sobre una cuerda floja, corren, se ven agobiados por la multiplicidad de sus vidas, pero no les importa porque la educación física e intelectual de sus hijos es lo primero.
    Pero lo que más desborda a las parejas es el llevar y traer a los niños a sus colegios, el compaginar los horarios de clases con los de los trabajos de la familia, el qué hacer con los niños cuando se han acostado sanos y se levantan con fiebre o simplemente quien va a buscarlos a la escuela cuando finalizan sus clases. Este es otro cantar.
      Ahora bien casi siete millones de niños al regresar del colegio llegan a una casa vacía, llena de sonidos, de cosas, están solos para desvelar el tiempo, un tiempo indefinido que ahora se le llama no estructurado. Están solos para indagar y resolver el manejo de un hogar con sus miles de peligros: la cocina, el fuego, personas desconocidas, el acceso a Internet…
      Cuando yo era pequeña las ocupaciones de las mujeres eran digamos más creativas o contemplativas. No teníamos nunca suficiente dinero y vivíamos trincados pero creíamos tener todo lo que deseábamos, vivíamos para el hogar, para saborear el parloteo ya que no existía la televisión.
    Y cuando llegabas del colegio las madres estaban en casa, esperándonos con una sonrisa humana. Sí, la mayoría siempre estaban en casa, estaban en todo momento. Momentos que con el paso del tiempo los recordamos con cierto romanticismo.
     Más tarde esa labor de las madres fueron sustituidas por l@s maravillos@s abuel@s, pero el mundo ha cambiado, afortunadamente para ellas. Así las que pertenecen al siglo XXI son muy, muy diferentes de aquellas que conocimos, tienen intereses y deberes, son personas dinámicas, activas, necesitan un tiempo de tranquilidad, de lectura y en algunos casos de estudio. Se lanzan a reconquistar el tiempo perdido, a viajar, a descubrir. No pueden ocuparse de la crianza ni del acompañamiento de sus nietos. 
     Por lo que llegamos a la conclusión que aquella generación que enriqueció la infancia y los sueños de los niños, esa generación de abuel@s que desató la imaginación de sus nietos y los llenó de ensueños ya no volverá del mismo modo.
    Porque hoy los niños pasan su infancia encerrados en casa delante del televisor, del ordenador. No salen a jugar solos, libres. Ya no se ven corriendo por las calles, ni saltando al teje, ni montando en bici. A algunos se les llama “niños de la llave” porque llevan una llave colgada al cuello para abrir un mundo lleno de lobos, un mundo de miedos, de soledades. De ausencias.
    Ahora parece que la solución es que haya colegios abiertos, centros de convivencia, más guarderías. De momento los padres y las madres hablan con sus hijos les enseñan con gran sutileza a enfrentarse a los peligros y amenazas, planes de emergencias. Les enseñan cómo jugar y soñar en las largas esperas, cómo sentirse a salvo.
   Confían en la aventura de existir y les procuran herramientas imprescindibles para su seguridad.

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jueves, 27 de septiembre de 2012

Una poeta, Teca Barreiro

Hace ya unos años que conocí a Teca Barreiro Llorente. Pero la primera vez que la oí recitar un poema fue con motivo de la presentación del número II de la revista de la Asociación Canaria de Escritores, Insularia,  aquel día, ella leyó el poema “Encuentro con el pasado” Y debo confesar que me impactó su forma de leer poesía, el timbre de su voz, español- portugués, la expresión, el tono con el que pronunciaba cada palabra, el entusiasmo, la atmósfera. Cómo era capaz de crear el fenómeno poético, parecía que estaba enamorada de la poesía.

A partir de aquel día, entablamos una amistad tanto con ella como con su marido Noel Olivares, poeta también, y de quien puedo decir, buen amigo. Una amistad  basada principalmente en la literatura. .Compartíamos de vez en cuando los mismos espacios y poco a poco comprendí que Teca también es un ser especial. Me contó que había nacido en Salvador de Bahía y que desde los años ochenta residía en Gran Canaria. Licenciada en psicología ejercía como terapeuta. También me reveló que para ella la poesía es comunicación, gestos cotidianos, contar acontecimientos, vivirlos y por qué no soñarlos.

Pero un día, la vida le presentó un aviso y tuvo que suspender su actividad profesional, dedicarse a acciones de tipo contemplativo. Y suele decir que “desde que corre menos siente que llega más lejos”. Oyéndola me hizo recordar a ese ese refrán que dice -que no hay mal que por bien no venga-,  porque este imprevisto le ha dado la oportunidad de realizar encuentros literarios, así como impartir talleres de escrituras a grupos de mujeres. Y tan a gusto se siente que se ha convertido en su actividad principal. 
Ha participado en proyectos literarios colectivos, tanto de relatos como de poesía, y ha colaborado en revistas con sus poemas. En la actualidad está gestionando la publicación de un poemario bilingüe: español-portugués.

 “Encuentro con el pasado”  Un poema de la nostalgia, del paso del tiempo, de la memoria.  
Porque Teca sabe recrear el estado poético almacenado en su memoria. Lo recuerda porque ella, como tod@s los poetas,  tiene una memoria capaz de albergar aquellos detalles que pasaron desapercibidos para otro. Y cuando lo recuerda, no evoca la vivencia en sí,  sino la conciencia soñadora, el paisaje interior y externo del recuerdo, que durante un tiempo ha permanecido en su memoria. Y con ese sentimiento ahonda en él y habita en su conocimiento, en el encuentro.  
Encuentro con el pasado

las raíces del ser se ocultan
tras la ventana rota
la vieja cortina
eclipsa la silueta del paisaje

Ir hasta el fondo del pasillo
de esquinas oscuras
sentir el miedo frío
en la carne distante
la herrumbre en las verjas
de los sueños olvidados
la niña tiembla de duda:
huir con los ojos cerrados
o sonreír a los fantasmas sin rostro.

El pasado es un circo
con payasos dormidos
y sin público
un sunami que inunda
la playa de algas secas
y viejas caracolas
nidos de mar petrificados
por la salitre del tiempo.

No hay vuelta atrás.

Encontro com o passado
As raízes do ser escóndem-se/ detrás de janela quebrada/ a velha cortina/ opaca silueta da paisagem/  
Ir até o fundo do corredor/ de esquinas escuras/ sentir o mêdo frío/ na carne distante/ a ferrugem nas grades/ dos sonhos esquecidos/ a menina treme de dúvida:/ fugir com olhos fechados/ ou sorrir aos fantasmas sem rosto/
O pasado é um circo/ com palhaços adormecidos/ e platéia vazía/ um sunami que inunda/ a praia de algas sêcas/  e caracóis envelhecidos/ ninhos de mar petrificados/ pela salitre do tempo/
nâo há volta a tras.           Salvador –Bahía-Brasil, mayo/2005

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sábado, 22 de septiembre de 2012

EROS EN LA POESÍA

Mis piernas palpitan/ prisioneras, pugnan por abrirse/ 
Quiero alzarme sobre el mar que hierve,/ emerger en tu humo de fuego,/ explorar los abismos de tu lecho./
Quiero la vibración de tu aliento, fundirme en tu fragua, moldearme en tu oleaje./
Mis piernas palpitan,/ palpitan en otro cuerpo sin sosiego,/ enajenan mi razón, gritan de escalofríos./
Ansiosa quiero vivir con el huracán,/ romper con las manías de Satanás.
                                                       Rosario Valcárcel

Este ha sido el título de una de las actividades programadas por Juan Francisco González-Díaz dentro de los actos concebidos por el Segundo Festival Atlántico de Poesía “Canarias al mundo”
Y de nuevo un recital poético, una actividad que se desarrolló en El café arte “El Gallinero” Y del que podemos decir que fue un encuentro especial. Un acto dirigido al erotismo. Una noche donde estuvimos con buenos amigos para hablar de la poesía, para rencontrarnos con lo Absoluto, para disfrutar de diferentes visiones sobre la experiencia poética de treinta escritores que con el registro de Eros no han hecho más que reflexionar sobre el disfrute del amor, la pasión, la expresión del deseo. La poesía.
Presentó el acto Juana Olivia Falcón y lo dirigió Teca Barreiros que con ese timbre de voz tan peculiar: español-brasileño, de la que ella hace gala, llenó la sala de musicalidad y sensualidad. De un ritual que podríamos decir que fue casi mágico.  Y comenzó su presentación diciendo:
  
Hoy 21 de septiembre, último día del verano, la estación del año donde más sensualidad se respira.
                Los cuerpos se muestran de forma más generosa, la piel tostada es una invitación a las miradas. Las curvas hacen derrapar el deseo, libre para volar hacia los espacios más inverosímiles, donde un universo de fantasías y fetiches adornan el imaginario erótico de cada  persona.
                El erotismo, la sensualidad ese maravilloso impulso que todo ser VIVO posee y que ha estado envuelto en tabúes en diferentes culturas, no es un terreno acotado a determinada etapa de la vida donde las carnes prietas rezuman el fuego de la juventud. Ni pertenece únicamente a los cuerpos estereotipos de belleza estándar. Sino que es una manifestación de toda persona que vive en conexión consigo, que se sabe dueña del espacio  que ocupa y del magnetismo natural de ser ella misma.
                Canarias es una tierra llena de poesía y erotismo: el mar, el sol, los barrancos abruptos, la belleza de sus gentes…
                Esta noche vamos a homenajear a Eros, la deidad que personifica lo erótico,   con los poemas,  el rojo,  el fuego de nuestras presencias…
              Después habló de la trayectoria literaria de Rosario Valcárcel de sus libros en prosa erótica y de sus poemarios.
                Rosario es un icono en la literatura erótica insular. Lo avalan sus publicaciones en el mencionado género:
                 3 libros de relatos:   “DEL AMOR Y LAS PASIONES”  (2007) “EL SÉPTIMO CIELO”  (2007)  “SEXO, CORAZÓN Y VIDA”  (2010) EL POEMARIO  “LAS MÁSCARAS DE AFRODITA”  (2009)  
             Rosario consigue con sus palabras despertarnos la capacidad de placer, el potencial gozoso a veces adormecido. El miedo al placer es en suma el miedo a la libertad de ser uno mismo. Y Rosario en eso es una maestra: se permite ser ella misma. 
                Por ello trasluce sensualidad en sus escritos y en su persona, con una mezcla muy personal de frescura e ingenuidad de la niña que lleva dentro y la picardía de la mujer que es.

Después Teca fue presentando a los treinta poetas que fueron:
Antonio Arroyo, Dunia Sánchez, Isabel Guerra, Octavio Arroyo, Javier Cabrera, Yolanda Diaz, Irma Ariola, Montse Fillol, Noel Olivares, Teresa Delgado Duque, Juana Olivia Falcón, Juan Francisco González, Julia Gil, Berbel, Helio Ayala, Desiré Jiménez, Mari Carmen Cruz Santana, Leonilo Molina, María Jesús Lozano Cáceres, Moisés Morón, Maruca Vega, Agustín Delgado, Ana Cendrero, Octavio Macías, Teresa García Miranda, Patricia Roberts, Orlando Bravo de Laguna, Aquiles García, Ana Chaceta y Rosario Valcárcel.
Todo un despliegue de la palabra poética, de poemas, de voces y sensibilidades, en  un espacio repleto de un  público que quizás entiende la poesía como una de las claves para entender al mundo.  
Finalmente me hubiese gustado poder subir todos los poemas pero como eso no es posible les dejo con el poema “No se puede borrar” de Antonio Arroyo.
No se puede borrar /el magnetismo que/la tierra deja en la/ piel o acaso en el alma/

tampoco se puede/borrar la huella de/tus pies sobre la tierra/el sudor de tus manos/ en el liquen del muro

 ni un beso para ti/ en la salada roca.   

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jueves, 20 de septiembre de 2012

COQUETEOS CON LOS YANQUIS


 Artículo enviado por José M. Balbuena 

Yo no se a ustedes, pero personalmente no me hace ninguna gracia que anden merodeando últimamente por estas islas la US Navy y esas fundaciones u organizaciones norteamericanas cuyo objetivo “es la ayuda humanitaria”a los países del Sahel, la  eliminación del yihadismo,  o  atender, desde el punto de vista alimenticio o sanitario al  continente africano, en general.
Y no me gusta porque conocemos las tácticas de esta nación para introducirse, para expoliar, para invadir, para reirse de los derechos humanos y de todo lo que suene a racional.
Los gobiernos de la derecha de este país son muy proclives a coquetear con el Imperio, y ya tenemos suficientes pruebas para pensar que es así: la invasión de Irak y el apoyo de Aznar; las andanzas y triquiñuelas de agentes de la CIA, llevando prisioneros a la base de Guantánamo, pasando sus aviones por aeropuertos canarios; las intrigan de estos individuos, verdaderas armas letales al servicio de una de las naciones más poderosas de la tierra, que no suelen brillar precisamente por sus escrúpulos y buenos sentimientos. Solo les interesa “la seguridad nacional”, sin importarles los medios que tengan que utilizar para justificar sus acciones y conseguir sus objetivo.
Aquí, en Canarias, algunos empresarios y políticos consideran que la llegada de los norteamericanos, como un nuevo Plan Marshall, es la panacea para solucionar los problemas económicos de estas islas.
No piensan en lo que hay detrás, en cuales son las verdaderas intenciones de los yanquis. Yo no me olvido de lo que han hecho  los norteamericanos en contra de los intereses de España y de los españoles. Su intromisión en las guerras de liberación de Cuba, de Puerto Rico o Filipinas, que aunque tenían derecho a liberarse, Estados Unidos se metió por medio en asuntos que bien incrementaban su territorio, o fijaban su influencia en el resto del continente, que para ellos está habitado por “gente de condición inferior”, por no anglosajones. Así, invadieron México, robaron parte de su territorio, se mezclaron en otras aventuras en Centro América, apoyaron dictaduras en los países latinoamericanos y, en lo que respecta a España, apoyaron la dictadura del general Franco, porque a cambio obtuvieron bases militares en el territorio español, que hoy, por desgracia aún persisten. Ni siquiera Rodríguez Zapatero, fue capaz de pararle los pies a Estados Unidos y echarlos de sus bases en España.
Ahora lean la prensa isleña. Ahí verán ustedes la proclamación de Gran Canaria “como base logística” para Estados Unidos y sus aliados para intervenir en el Sahel. No debemos olvidar que tienen la justificación de que España forma parte de la OTAN, aunque Canarias se mostró contraria a la integración en esa organización. ¿Qué esperan que ocurra? Pues en primer lugar, controlar los recursos mineros (principalmente el petróleo) o forestales que existen en algunas de estas zonas sobre todo  en África occidental y ecuatorial estas zonas.(en peligro de extinción).  En segundo lugar, impedir el desarrollo de democracias y que persistan dictaduras que no se ocupan de sus pueblos, ni de su bienestar, ni modernizar las estructuras e infraestructuras de esas “naciones”( por llamarles algo) y que son unos auténticos “vendepatrias”. Y  en tercer lugar, reavivar las guerras, las guerrillas, las masacres, el negocio de las armas y de la muerte. O sea, ocurrirán los mismos fracasos que en Irak, en Afganistán, en Somalia, en Vietnam, en Corea, donde han tenido siempre que marcharse con el “rabo entre las patas”. Ahora les toca África entera. Y como ya sabemos, también intentan “colonizar” Marte para, si fuese posible,  contribuir a arrasarlo, como han hecho con la Tierra, tanto ellos como sus múltiples cómplices, insensibles ante la necesidad de conservar el mundo en que vivimos y hacerlo sostenible.
¿Por qué Estados Unidos no se ofrece a erradicar, con la ayuda de Francia y de España, el tráfico de estupefacientes, de seres humanos, de armas, que se desarrolla en determinados países de África? ¿Es que forma parte del “negocio” que se desarrolla en esas zonas y que beneficia, tanto a Europa como a los delincuentes que lo llevan a cabo? Las reacciones que existen en buena parte del globo contra los norteamericanos no son solamente producto del fanatismo religioso o  ideológico, que también, ni de la envidia cochina que puede haber contra ellos, sino por sus actuaciones en numerosos países del mundo que han concitado el odio y el desprecio de una inmensa parte de la humanidad.¿Y por qué no se ayuda al desarrollo integral de Canarias, a su agricultura, su pesca, sus nuevas industrias, su mejora del turismo, la conservación de su naturaleza, etc. etc.? ¿O es que nosotros no tenemos derechos también a vivir mejor?
Ya nos amenazan en Canarias que la base de Gando y el Arsenal de Las Palmas (que ya tendría que haber desaparecido del centro de una ciudad como Las Palmas) son enclaves estratégicos para la operación militar O sea, que ahora ya no nos amenaza el petróleo que el ministro español, señor Soria, y Repsol quieren extraer de las cercanías de Canarias (les recuerdo los vertidos de golfo de México, los del Exxon Valdez, los del Prestige-Chapapote, , etc. etc.) sino que  ahora  caerá sobre nosotros otro peligro más: la acción descontrolada de terroristas, talibanes, o desquiciados, tanto contra nuestra población como contra las instalaciones militares.

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sábado, 15 de septiembre de 2012

POEMAS AL MAR: homenaje a Néstor Martín-Fernández de la Torre

Exposición de 36 pintor@s en el Museo Poeta Domingo Rivero, Torres, 10
 (del 14 al 28 septiembre 2012 de lunes a viernes de 16.30 a 20.00)

   El mar tiene un encanto, para mí único y fuerte;
su voz es como el eco de cien ecos remotos
donde flotar pudiera, más fuerte que la muerte,
el alma inenarrable de los grandes pilotos…  
Tomás Morales
               
De nuevo estamos ante un nuevo proyecto de Diego Casimiro, esta vez en el marco del Segundo Festival Atlántico de Poesía Las Palmas de Gran Canaria, de “Canarias al mundo” y como todo lo que él programa, se ha convertido en algo mágico, en algo que ya es un éxito.
Porque nos ha invitado al mar, a su representación pictórica, al principio de los tiempos, al origen de la vida, a la memoria. Al mar que nos lleva a las Hespérides. Al misterio y a las Iniciaciones en la obra del pintor Néstor Martín Fernández de La Torre. Al mar como principio y fin de la vida.  
A los poemas del mar y de la tierra, a ese paisaje luminoso, edénico de nuestras islas, que nuestro pintor refleja en la flora y en la fauna, en los caseríos blanqueados por la cal, en las casas campesinas que trepan hacia los riscos, en sus pueblos marineros. En la globalidad del paisaje insular.
A ese mar que nos aleja y nos acerca, que nos une y nos separa, a ese mar de la esperanza y del aislamiento, benéfico y maléfico. Al mar del viaje y de la aventura, al mar como claustro materno y generador de la poesía. Al mar de Tomás Morales, de Alonso Quesada, de Saulo Torón, de Pedro García Cabrera, de Domingo Rivero.
A unos paisajes creados por treinta y seis pintor@s. A la interpretación de una realidad precisa, fantástica y simbolista. Trabajadas con técnicas mixtas: acrílico, óleo, collage. Fantasmas de colores como diría el poeta francés Jean Cocteau.
Así con alma de pintor podemos apreciar un mar surrealista, el chapoteo de una luna amarilla. La calma. O una marina que se fusiona en acordes de color, en bucles rojos entre luminiscencias. O al reflujo de las aguas, a los charcos y a las piedra que brotan entre el alba de la espuma. Esas piedras que Neruda define como estrellas rotas.
Óleos que compiten con la Naturaleza como el resurgir de las Afortunadas. Barcas que como signos de vida se bambolean, o la imagen espectral de la proa de un pecio que irrumpe en la oscuridad. Una isla mordida por el inmenso añil y las fauces de un cono volcánico, y otra imaginada que parece ascender como si quisiera llegar al Paraíso.
Y el paisaje Atlántico de mares interactivos que se sumergen en el curso sinuoso de sus olas. Y conchas, y caracolas que si nos las pusiésemos al oído podríamos escuchar el rumor del mar o las últimas palabras de un ahogado. Rompientes que se convierten en celajes turbulentos, plenos de color. Orillas que descubren un naufragio, restos de botellas que reflejan los colores del arco iris y que quizás contengan un mensaje como en el relato de Stevenson para hacer realidad nuestros sueños.
Borrascas en donde el mar se derrama formando remolinos agitados en las bocas de una tormenta. Un gran pez de color azul nos devuelve la mirada y otro que igual que el dios sol atraviesa el horizonte para advertirnos ante cualquier peligro. Seres representativos del agua: grandes, pequeños y multicolores que se besan o que nadan. Vuelan y bailan un vals por los largos caminos del océano. Destellos de un mar juguetón que enfoca a niños, a medusas, a pulpos y quizás a salemas o gueldes. A caballitos de mar. Morenas que espían entre las rocas y las sebas. Fulas que parece que emiten sonidos, que ronronean en el gran azul.
Alegorías marinas cargadas de unos niños que surcan las aguas sobre rascacios o que flotan a través de la luz de un mar en reposo. Secretos y pinceladas tenues que desvelan la dialéctica atlántica. Barquitos de papel y el cortejo de Poseidón donde Tritones y poderosas Nereidas atraían a los navegantes bajo la atenta mirada de un Merman.
Conducen nuestr@s pintor@s sus fantasías más allá de lo imaginable. Y comparten con nosotr@s sus ensoñaciones eróticas con personajes enigmáticos de piel morena y labios sensuales. Abrazos amorosos que se retuercen por el deseo y el arrebato de la pasión. Pero también les surge a nuestros artistas el deseo de incorporar las voces de las olas al chocar con la línea del Castillo cuando rebotan en su fortín redondo y sus antiguos almenares.  Y plasman nuestros caseríos escalando por Riscos multicolores, que crecen sobre barrancos tapizados de una pequeña vegetación, y que son como espíritus inmortales.     
Treinta y seis obras inolvidables que ustedes guardarán a buen seguro en sus retinas durante mucho, mucho tiempo.   
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viernes, 14 de septiembre de 2012

El embajador estadounidense en Libia fue violado sexualmente antes de ser asesinado, la prensa norteamericana no lo ha dicho todavía.


Noticia que nos llega a través del feis de Zoe Valdés
Impresionada copio una noticia que está circulando a través del feacebook. No subo ninguna foto porque realmente daña la sensibilidad.

La noticia ha saltado en algunos blogs libaneses de ultra izquierda. Los autores de la masacre en la embajada estadounidense en Libia torturaron salvajemente al embajador norteamericano, Chris Stevens, violándolo sexualmente, antes de asesinarlo. Luego emprendieron una danza festiva y macabra, trajinando el cadáver de un lado a otro

http://zoevaldes.net/2012/09/14/el-embajador-estadounidense-en-libia-fue-violado-sexualmente-en-libia-antes-de-ser-asesinado-la-prensa-norteamericana-no-lo-ha-dicho-todavia/ 

martes, 11 de septiembre de 2012

La tía Carmen Nieves se muda a la residencia de pensionistas (Una historia verdadera)


 La tristeza no dura más que un momento
Y cuando estamos despiertos,
La felicidad no ha sido más que un sueño  Junichiro Tanizaki

Cuando la tía Carmen Nieves cumplió los noventa años estaba fantástica, vivía sola, a trancas y barrancas se preparaba su comidita, enjuagaba los vasos y los platos, se lavaba su ropa íntima, regaba sus plantas y hasta salía al portal a coger unos rayitos de sol, pero sin saber cómo se le presentó una infección pulmonar. Los médicos le quitaban importancia, decían que eran cosas de la edad, que quizás experimentaría alguna mejoría. Pero a los pocos días notamos que casi no oía, que cuando hablaba arrastraba las palabras y que era incapaz de dar un paso por ella misma.  
Teniendo en cuenta su estado de salud y que la tía era una persona difícil de las que no quieren vivir con nadie, tuvimos que tomar una decisión. La trasladamos a un lugar para personas de edad avanzada, donde hay mucha demanda para entrar. Un Centro en el que pudieran atender todas sus necesidades, hacer actividades en grupo, rehabilitación, juegos. Un lugar donde su salud quizás no mejoraría, ni el ambiente iba a ser como en su casa, pero podría ir tirando una temporada más y llevar una vida más digna entre otros seres que se encuentran en situaciones parecidas. 
El primer día que fui a verla me encontré a la tía sentadita en su silla de ruedas, en un pabellón amplio, controlado por alguna enfermera que entraba y salía. Acompañada por una treintena de compañer@s que estában en la misma situación. Un lugar sencillo y limpio que olía a medicinas. Eché una ojeada y creo que pensé más o menos lo mismo que ustedes hubiesen pensado.
Tod@s miraban un televisor. Al verme casi no me miró, se limitó a sollozar mientras apretaba mis manos, las besaba. A mi se me rompió el alma. Demostraba así su agradecimiento. Estaba desorientada. Me preguntaba por su casa, por sus parientes, se quejaba de esto y de lo otro. Su ánimo había decaído mucho y hablaba sin levantar la cabeza. Evitaba las miradas de sus compañeras. No quería estar allí. 
No le gustaba la tele, aunque se resignaba a mirarla de vez en cuando. Así juntas compartimos la retrasmisión de la procesión de la Virgen del Pino. Y embargada por la emoción se santiguaba una y otra vez al mismo tiempo que miraba por la ventana al cielo. Después bajamos a un patio con flores le di una vuelta, hablamos del sol y de las flores. Mas tarde mientras nos tomábamos un helado expresó con una mirada vacía:
-¡Señor, llévame ya! Pero enseguida recapacitó, y resignada añadió que sabía que aún le quedaba lo peor por sufrir, que aun no había cumplido su cuota de sufrimiento.
Por los pasillos nos encontramos a otros seres que aún podían caminar o que se movían con sus sillas de ruedas, con su andador, que todavía ejercían algún control sobre sus destinos.  
Cuando llego el final de la visita, tuve que dejarla de nuevo en el pabellón, en la enfermería en donde la había encontrado. Entonces rompió a llorar y con frenética desesperación grito:
-¡No me dejes aquí!
Al escucharla no supe qué hacer ni que decir, me tembló el cuerpo del dolor. Me sentí como una delincuente.
Hoy al recordar de nuevo a la tía Carmen Nieves, a nuestros ancianos, abuelos, tíos, padres que no oyen, que apenas nos reconocen, que no se les entiende, que bostezan, gritan, gesticulan. O que quizás no quieren decir nada porque sus bocas son ya como tumbas vacías, que hablan consigo mismo o quizás hablan con sus muertos. Se me rompe el alma.

cuadro: anciana Van Gogh
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viernes, 7 de septiembre de 2012

“LA LLAMA SILENCIOSA, POETAS CANARIOS EN EL HIERRO”


Ayer, día 6 de septiembre  se presentó en el museo poeta Domingo Rivero, en Las Palmas de Gran Canaria un libro de poemas “La llama silenciosa. Un libro que lleva el nombre de un poema de Manuel Padorno.  La iniciativa, enmarcada en el proyecto global World Poetry Movement, persigue un fin solidario con los habitantes herreños tras la reciente crisis volcánica, destinándose los fondos que se recauden con su venta a un proyecto solidario y cultural
.Los organizadores comentaron que después de 13 meses de trabajo persistente, en tareas de organización interna, gestión y comunicaciones, podemos decir que nuestro proceso de compleja construcción apenas comienza, ya que se trata de una organización mundial sin antecedentes en la historia de la poesía. Restinga."
Fue un encuentro hermoso, una fiesta poética donde todos los poetas que estaban presentes y formaban parte del libro leyeron sus poemas. Una experiencia bella, una reflexión sobre la escritura y sobre la isla del Hierro. Estos son los primeros versos de los poemas que se leyeron aunque el libro contiene muchos más. La lectura continuará el próximo día 8 en la Librería de Mujeres de la isla de Tenerife.   Gracias al Museo  Domingo Rivero por acogernos. Gracias Samir por el prólogo, por tu esfuerzo. Gracias a Javier Cabrera y a todas las personas que han hecho posible la palabra:  La poesía
La llama silenciosa de Manuel Padorno.
Oigo la música terrestre. Escucho/el mar: es una orquesta silenciosa./ Es una inmensa orquesta azul enfrente/ La música terrestre el oleaje/Escucho el mar dormido desde siempre,/El mar es una llama silenciosa.
Alicia Llarena.- Soy la que crece entre la soledad y el viento de   La soledad me hace fuerte/ y el viento/ el viento me otorga esta silueta/ y esta sabia postura/ con que hago frente a la vida/ día tras día…
Alonso Herrera de Abreu.-Magama ferroso.-  Occidental y meriodinal/ Valverde, Frontera y El Pinar/ Dorsal, acantilada/ Salmor, El Golfo y la Estaca/ Traquea ardiente/ Magma ferroso…
Antonio Arroyo Silva.-La Restinga.- Créelo/ lo has creado de tu propia costilla/ Con tu barro sensible amasaste su forma/ su primer pensamiento su saliva al decir/más allá de la aurora/ tú le diste ese toque…
Berbel.-Isla Meridiana.- Desde las entrañas sagradas de la vida/ se abrió de par en par el corazón de un planeta viejo/ para quebrar los días arañando los mapas…
Franca Dimar.´-Paisaje férreo (autorretrato).-  Ni tiempo muerto, ni tiempo henchido/ ni tiempo escueto ni mojado; /algarabía en los zapatos. Tiempo para cerrar la herida…
Isa Guerra.-Restingolitas.- Restingolitas/ que afloran/ en la superficie/ del mar/ de Las Calmas/ dentro/ en lo profundo/ de los corazones/ en secreto/ late el fuego/el deseo/ de salir/ al exterior/ incandescente…
Javier Cabrera.-premonición de la niebla (más lejos que el faro del inicio del nuevo mundo) Esta vez la isla gaviota prendida al albur/ de la sustancia vívida por donde declina/ la vida: en el graznido del pájaro suspenso/ bajo el rumor del aire que amortigua la luz/ o contra un zumbido sordo de silencio…
José Miguel Junco.-Las rocas en que vivo (Tocando la isla de El Hierro con la yema de los dedos) Las rocas en que vivo han generado/ un extraño y preciso movimiento:/ se buscan con las manos bajo el agua/ y tejen una red casi invisible/ de lazos y junturas fraternales…
José Rafael Hernández.-Al volcán del Hierro.- El mar mece/ en su cuna azul/ al volcán/ recién nacido/ Y las olas,/ para que duerma, / le cantan / una nana al oído…
Juan Carlos de Sancho.-El Pájaro de Hierro.-  A esta temperatura no hay pájaro/ que resista la poesía/ ni tan siquiera esa nube cúbica/ que no hace más que girar y venir/ desde La Restinga a Valverde…
Lidia Ramírez Mesa.- Cuando la isla dormía.- Era verde/ era negra/ en los charcos transparentes/ mis piernas se bañaban/ y el mar acunaba mi cuerpo/ con un movimiento salado…
Luis León Barreto.- Para el Hierro.- Fui sin claras naos ni remeros/ pero llevaba conmigo la Verdad/ la reconciliación con el origen/ Ben Awara basaltos y dioritas/ cresterías cabocos hondonadas/ en ella el aire es dulce y la gente rumia mucho las cosas…
Marcos Alonso Hernández.- Mi isla.- Mi isla no es de tierra/ ni de mar,/ ni es de espesas brumas,/ de sudor salado/ que transpira entre sus heridas abiertas/ y se hunde en sus raíces/ para buscarse siempre..
Mari Carmen Martín Mendoza El rey de las Calmas (Volcán)     Comenzó con un retozar ruidoso desde las entrañas calientes de la Madre Tierra. No detuvo su movimiento y se revolvía desesperado porque quería asomar la nariz y respirar aire puro. Pero su inquietud y desespero lo llevó a meterse allí donde no debía…
Montse Fillol Ferrín.-  La isla eres tú.- Volverá a la isla cuando te encuentre,/ ella sabrá esperarme con su atardecer nublado/ y su orilla cerrada. Mientras tanto seguiré atenta/ al tacto de cualquier mirada…
Noel Olivares.- Rostro no revelado.- Quiero rescribir mi carne en el lienzo del mar/ Como el primer día del mundo/ La primera sombra indolora fecundadora de abismos. Quiero rescribir el amor que da traspiés…
Octavio R Arroyo.- Nunca soñé otras islas.- Nunca soñé otras islas ni mi memoria confunde sus luces/ oceánicas avanzan jardines fogosos para medrar onírico/ ni su encaje más ávido que sus embelesos del oleaje/ para ver el esplendor irisado oh viajero que te ausentas…
Rosario Valcárcel.- Cuando los glaciares se fundan/ se abrirán las cataratas del cielo, / las tapias y las conciencias./ Cuando remonten los barrancos, caminaré/ sobre las aguas, me anegaré en ti…
Sabas Martín.- Erupción.- El magma lampa/ Sangra el cráter/ La agonía alumbra/ La belleza es calidad en la muerte/ Llama el mar.
Samir Delgado.- La siesta de los volcanes.- Tinguaton Masdache  Tajuya/ Chaorra Tao Mambroque/ Tahiche/ Tacande/ Teneguia/ Echedey/ La vez primera que nuestros antiguos/ señalaron con su dedo/ y pusieron el nombre a los volcanes…
Sara Godoy.- No quiero pensar.- Hoy quisiera hablar de ti, mar. / ¿Qué puedo decir cuando gente/ sabia ha escrito hasta la saciedad? Solo lo que miro desde mi deseo de verte…
Teca Barreiros.- Mar de Las Calmas.- Engañoso mar/ escondes en tus entrañas/la rabia letal del fuego/ el golpe inesperado de la piedra/ aparente calma que oculta/ la ira trémula de la tierra…
Teresa Delgado.- De azul en azul. Arriba, arriba, flor de las flores/ que yo me muero por tus amores/ Isla pequeña/ lava que late/ fuego en el pecho/ corazón grande…
Thelvía Martín Mederos.- El Hierro.- Es un volcán el verbo: la poesía,/ es lava de pasión que El Hierro funde/ en fragua universal. Es la palabra/ luna en acecho, para dar cabida…
Tino Prieto.- El mar que vive adentro.- El mar que vive adentro/ es mi desconocido/ son las dos, las tres, que importa/ susurra o golpea cualquier hora/ me mira y se echa a olar de madruagada…
Yolanda Soler Onis.- Lección de geografía.- Aquí la tierra tiembla/ al margen de los sismógrafos/ se agita cada noche suavemente/ como si un rayo/ la navegara estremecido…
Dunia Sanchez.-Vives.- Vives así entre el magma que se expande/ A través de tus entrañas y el azulado océano/ Donde revive la naturaleza de antaño/ Llamas con la luz del norte a las sabinas…
Finalmente Alicia Llarena cerró el acto con la lectura del poema de nuestra amiga Maribel Lacave, que como bien dijo Alicia fue un broche perfecto para finalizar.
 Invierno en la isla de Quinchao.- Somos islas y en islas nos convertiremos/ flotando entre la lluvia./ Adónde se nos fue el sol de mediodía// te pregunto entre sueños/en esta orilla perdida/ sin olas amorosas que laman/ las piedras y la arena…
Gracias también a Eduardo Galeano por enviarnos el abrazo desde Montevideo, por sus bellas palabras.
Con mi abrazo apretado. 
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jueves, 30 de agosto de 2012

¿POR QUÉ LAS CORRIDAS DE TOROS GUSTAN TANTO?


          Llámale con el pañuelo, llámale con garbo y modo/ Échale la escarapela al otro lado del lomo.
                Llámale majo al toro./ Torero, tira la capa; torero, tira el capote;/ mira que el toro te pilla, mira que el toro te coge.
                Majo, si vas a los toros, no lleves capa pa torear,/ que son los toros muy bravo, y a algún torero le van a matar

                                                                                                                                           Canción castellana
Lo llamaban Topacio porque ―según decían muchos― sus ojos eran de color ámbar y en su piel dormían los matices del invierno, y en su mirada se veía un no sé qué que me atrajo, quizás un murmullo de inocencia o una sombra de dolor. Sólo su rabo reclamaba  juguetón un hogar.
                Se le veía cansado, siempre asustado, y si alguien intentaba acercarse se escondía. No es que tuviera el defecto de ser arisco, sino que a sus padres se los llevaron hacía unos meses y no los había vuelto a ver. Qué desdichado se sentía.
                ―Nunca me acostumbraré a estar solo.-
                Eso decía por lo bajo dando un resoplido mientras paseaba con su pena por los vericuetos de las dehesas. Se consideraba inferior a sus compañeros y creía que había nacido en un lugar equivocado. Recuerdo la noche en que lo separaron de su madre: lloraron y bramaron con tal brío que el eco de sus voces aún hiere en el aire.
 Dicen que el dolor de la orfandad suele durar una semana, pero Topacio no perdía la esperanza de reencon-trarse con ella. Intuía que ella nunca lo olvidaría aunque estuviese flaca, vieja y ciega, porque lo había acariciado y lamido, y ese aroma maternal no se nubla jamás. Quizás cualquier día –pensaba― sin darse cita, mientras vague con sus hermanas de camada, las memorias se reconozcan.
                Pero no era la única desgracia que acompañaba a Topacio. Con frecuencia le decían sus amigos:
            ―No me gusta tu cuello, no está creciendo con esbeltez y tus pitones no están armónicos.
                Topacio se sentía muy aturdido por los comentarios, parecía como si las desgracias trajeran más desgracias. Él sabía que un toro con un cuello corto malamente podía embestir. Y, aunque eso a él no le importaba, le afectaban los rumores malintencionados. No era brusco, ni alborotador, ni espantadizo y además tenía buenos andares; ese detalle era muy significativo porque revelaba su manera de ser y lo que llevaba dentro.
                Cierto día los numerosos toros y vacas que poblaban nuestro cortijo vieron llegar a un joven con aire de orgullo y pasos solemnes que se le acercaba a Topacio y le gritaba con satisfacción. Y  como si sintiera sangre torera en su cuerpo intentó darle algún capotazo con su camiseta roja. Mi pobre torito lo contempló con mirada generosa. Entonces aquel osado, con arrojo de diestro valiente y creyéndose descendiente de un gran señor feudal, recordó los lances de capa que había presenciado en alguna corrida de toros.
Y se sumergió en el tapiz de la arena con tal pasión que oyó los clarines y los timbales, percibió el paseíllo, antesala de un hecho atroz. Fascinado en su maldito desasosiego invocó la llegada violenta de aquel ser audaz y de mirada nublada. Redoblaron sus latidos cuando vio salir a los picadores que sustentan la perversión y la humillación y contaminado por un deseo asesino se le enturbió la inteligencia y se transformó en uno de aquellos toreros.
Hurtó el cuerpo con una soberbia verónica y se arrimó con penosa arrogancia  a lo que él creía una fiera. Se imaginó a un público levantándose de sus asientos… Pero el pobre animal sin trapío, anovillado, lanzó un mugido, escarbó la tierra y tomando carrerilla se alejó todo lo que pudo de aquel muchacho. Nadie socorría a mi torito y sin embargo era él quien huía del acecho de la muerte, quien abría los ojos en busca de un espacio infinito.
A partir de aquel día en que Topacio no acató su destino, los compañeros se hacían tristes reflexiones.
                ―Tendrá que resignarse a lidiar en plazas de segunda.
                ―Y será un barrabás ilidiable y cobardón.
                Es cierto que aquella tienta, aquella demostración de bravura, no tuvo resultados satisfactorios; sabía que no podía culpar al viento ni al frío, había un día pleno de luz, pero aquélla no era su faena. Él no podía admitir la arrogancia y frivolidad con que los humanos, entre juegos de tanteos, con muletas o sin ellas, le obligaban con codicia a aguantar una pelea desleal.
                Un día en que Topacio se hallaba despuntando unas hierbas y apartando moscas con el rabo, se le acercó un amigo y dijo:
                ―Topacio, te traigo una buena noticia.
                -¿Sí? ¿Cuál?
                ―He visto a tu madre.
                -¿Está viva? ¿No me engañas?
                ―Ven conmigo y lo verás.
                Los dos emprendieron el camino, subieron una colina árida y triste y cuando llegaron a un cerro el amigo se retiró y Topacio continuó solo, caminaba con sensación de dicha pero de pronto un lento malestar empezó a sangrarle su mente. Escuchó  el siseo de las escopetas, vio los cepos asesinos y miró el cielo plomizo como enlutado, algún mal presagio le perseguía. De pronto el camino se le tiñó de amargura, encontró a su madre cerca de un riachuelo, escuchando inmóvil el silbido de los cazadores.
                ―Tu padre acaba de morir.
                A Topacio se le saltaron las lágrimas y sin entender nada preguntó:
                -¿Sufrió mucho?
                La madre no podía contarle; sólo entre hipidos acertó a decirle que, cuando lo iban a apuñalar en la nuca con una gran espada, en un intento desesperado por sobrevivir se resistió a caer en la arena, e hizo esfuerzos casi milagrosos por encaminarse hacia la puerta por la que entró, esa que llaman de chiqueros. Pero su aliento era un susurro de dolor y en ese momento la plaza se vino abajo, todos los que estaban en el círculo pedían entre aplausos, pitos y pañuelos que le perdonaran su fatal destino. Qué ironía. ¿Perdo-narles ellos la vida? ¿Acaso les pertenecía?
                Mientras se lo contaba, Topacio pensó en lo fría y cruel que debió ser la agonía, o mejor dicho el lento asesinato. Se sintió paralizado también ante la indiferencia y el placer de los humanos, que dicen amar a los animales. Sin poder realizar movimiento alguno, asfixiado, no en su propia sangre como había muerto su padre sino en su propia rabia e impotencia. Madre e hijo se  abrazaron en el dolor y juraron luchar con todas sus fuerzas por transmitirle al público y al gobierno que muevan los pañuelos una vez más, no para que salga un torero a hombros tras una faena sanguinaria, sino para exponer abiertamente que esta herencia medieval ya no es un emocionante festejo como antaño, que hemos progresado.
                ¿Hemos progresado?

Relato entresacado de mi libro “La Peña de la Vieja y otros relatos” Ediciones Anroart.
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lunes, 27 de agosto de 2012

¡Peligro! ¡Cuidado! Una ballena en la playa de El Confital, de Las Palmas de Gran Canaria




Por Juan Francisco González-Díaz


Moby Dick en las Canteras Beach, Rosario Valcárcel, Anroart Ediciones, S.L., Madrid-Gran Canaria, 2012. Novela-testimonio de 209 páginas donde la poeta y novelista, grancanaria, nos brinda un documentado fresco de los pormenores del rodaje en las aguas de la playa de El Confital, del filme británico Moby Dick, con John Huston de director, Ray Bradbury como guionista y Gregory Peck en el rol protagónico. 


Desde el primer renglón, una narradora testigo en primera persona del presente, nos prepara y anticipa para lo que va acontecer: “Los recuerdos son como el mar: van y vienen.”. Y acto seguido rememora, desde un “hoy”, donde se ha puesto a “ojear fotografías”, y del que le llega “…un recuerdo conmovedor, unas Navidades especiales: las del año 1954-1955, cuando la ballena blanca flotó en la playa de Las Canteras… Moby Dick se iba a rodar en nuestras aguas…”.  Preámbulo, siempre en presente, para todos los que nos adentremos en el libro. Instante inatrapable, donde empezamos a apreciar el sutil magisterio de la Valcárcel en su narratura, sobre todo para jugar, como le venga en ganas, con el tempo. 


Después, del punto y aparte del “…Moby Dick se iba a rodar en nuestras aguas.”; desde ahí,  a manera de flashbak, o analepsis, somos atrapados en el cuerpo de un pasado que actualiza esta novela-testimonio. Con maneras amenas y un tanto desenfadadas, desde un cierto tono de ingenua picardía adolescente, que nos va dando a conocer el personaje principal. Aquel narrador testigo del que habíamos hablado, Maria Teresa, ese  indiscutible alter ego de Rosario. 


De manera paulatina, en el desarrollo de la novela, vamos a saber de ella, de María Teresa, quien al momento de la filmación tiene quince años. Una hermana de trece, Lucía del Carmen. Y un novio, “por aquel entonces”, José Antonio. Al término de la primera página, refiriéndose al arribo a la isla de las principales figuras del filme, ella nos dice: “Mi hermana, Lucía del Carmen y yo teníamos la intención de ir a recibirles a la Terminal de Gando,  pero…”


Pero, para eso, tendrán que acceder a la gratificante y placentera lectura de este imprescindible título de la región canaria y de la nación española: Moby Dick en las Canteras Beach. Que, desde lo literario y sin hacerle concesiones a otros géneros, nos cautiva con la gracia de lo inefable, en lo epocal histórico de esos años. Al ponernos  de relieve, y casi sin que nos demos cuenta, aspectos imprescindibles e inmanentes de los más variados de cursares y conformaciones, que han ido conformando la idiosincrasia del ser canario. 


Doña Rosario Valcárcel, a partir de las fuentes de la literatura oral y los testimonios escritos, crea su más reciente libro, sobre la filmación de mayor trascendencia en Canarias. Destacando la construcción en uno de los astilleros de Gran Canaria de la maqueta de la enorme ballena blanca, para la decisiva secuencia final de la película y la presencia en la isla de dos mitos del cine del siglo XX, John Huston y Gregory Peck.


Moby Dick en las Canteras Beach recoge y recrea todas esas leyendas. Y nos las lega, al dejarlas registradas, en forma de libro, en novela-testimonio, que va a ir pasando, -pasará-, a ser evidencia tangible de lo canario y un fiel exponente de lo mejor de su  literatura.

jueves, 2 de agosto de 2012

UNA RUPTURA


                                                                    Toma mi corazón
                                                                    Y yo lo tendré más todavía.
                                                                    Cyrano de Bergerac

       Lo peor de las parejas sucede cuando llega la ruptura.
       Daba igual que fuera domingo o Carnavales, eran raros los días que Ezequiel lo pasaba bien. Desde que Carla le dijo que no quería seguir viviendo con él, no puede comer, ni dormir, está de malhumor. Lo pasa fatal.
       Lo conozco porque sus padres han vivido toda la vida en la planta alta  de mi edificio, y cuando era pequeño venía a jugar con mi hijo Raúl.
       Siempre lo he considerado de la familia.
       Llevaban siete años viviendo en pareja, y –aunque nunca se casaron- a todos los efectos eran un matrimonio. Tenían una niña de seis años, preciosa. La llamaban Paula. 
       Ezequiel había vuelto con sus padres pero esa vuelta le parecía un retroceso. No acaba de creérselo, la vida sin Carla ya no era lo mismo. No podía entender cómo había descubierto el engaño. Se juró a sí mismo que nunca más volvería a serle infiel. Le resultaba difícil vivir sin su niña, que hablaba y hablaba hasta por los codos.        
        Yo no supe bien lo que había pasado hasta que una tarde al salir de casa me lo encontré en el zaguán, sigiloso. Hablaba solo y se había quedado en los huesos. Pero cuando me vio, hizo un gesto con la mano para que me acercara, después se inclinó hacia mí, me dio dos besos y dijo:
       -Es el final. No quiere vivir conmigo.
       -¿Quién?
       -Carla, mi chica. Me dijo que no aguanta más mis infidelidades, que ha sido desgraciada durante demasiado tiempo y que ahora estaba con otra persona. Fue horrible, no podía creer lo que me decía. Según ella ha encontrado el hombre de su vida y me ha gritado llena de odio que he destruido la confianza de mi hija. No quiere saber nada de mí.
       -¿Y qué le has hecho? ¿Qué ha pasado?
       Él bajó la cabeza y avergonzado me contó lo sucedido. Me contó que tuvieron una pelea porque ella se había enterado de su aventura con una compañera de trabajo. Ella albergaba todavía la ilusión de que el matrimonio es una aventura romántica. Se consideraba amargamente defraudada. Él se preguntaba una y otra vez cómo habría descubierto el engaño cuando había sido su secreto mejor guardado.
      -No te preocupes. Ya te perdonará y harán las paces. ¿Dónde demonios va a encontrar una persona cómo tú?
       Ya se sabe que los hombres son propensos a exagerar, pero los remordimientos y la frivolidad de los hechos lo paralizaron  y yo sentí por él algo parecido al instinto maternal. Me miraba sin pestañear como un niño que busca a su madre. Le invadía la angustia, la culpa, el dolor. Atravesaba una crisis de melancolía. Había caído en esa tristeza que absorbe el agua de la vida, como dice la canción de Tres tristes tigres del Mago de Oz.
       -¡La echo tanto de menos!, pienso en ella a todas horas, sobre todo cuando llega la noche, cuando la sentía a mi lado, cuando la abrazaba como si quisiera hacerla cautiva. Cuando gravitaba con movimientos lentos sobre su cuerpo desnudo, cuando la poseía y sentía sus gemidos.
     Lo dijo como embrujado y sus ojos vidriosos reflejaron su pasión animal. Debo confesar que a mí me empezó a entrar un calor sofocante, un intenso fuego, una necesidad física de hacerlo.  Húmeda, el vestido se me pegaba a mi cuerpo y mi imaginación volaba y volaba, no podía detenerla. No quería entrar en mis deseos.
      Sabía que él se estaba dejando llevar un poco por el ardor del momento. Miraba para mi escote, para el nacimiento de mis voluminosos pechos y sin dejar de hablar me cortejó con los ojos, me cogió las manos, me acarició con la yema de sus dedos. Llena de confusión y temblorosa sentí que las olas se precipitaban sobre mí. No las aparté. No quise romper el hechizo.
      Pero mi bulliciosa excitación sexual se incrementó al ver su rostro lujurioso. Entonces me dio miedo mi impaciencia, me encontraba en el límite de mi resistencia pero me vino a la mente la piel arrugada, los cuernos, la desnudez y la forma grosera de la representación del diablo. De la traición. Estaba dispuesta a evitar el apasionamiento. Pero los dos sentíamos unas ganas intensas, vigorosas, inaguantable. De pronto no me importaba lo más mínimo que se propasase y me relamí como una gata en celo.
     Y es que Ezequiel despertó esa ternura que existía entre nosotros, despertó mi deseo salvaje, por eso cuando sentí su cuerpo junto al mío, me sentí muy excitada y decidí hundir mi cabeza en su hombro abandonarme a sus besos locos, al calor de su lengua.
     Todo fue muy rápido. El roce de sus manos en mis nalgas me hizo perder la razón y me dejé llevar por su sexo desgarrador, que igual que una serpiente, vibraba y se retorcía en mi gruta. Él parecía disfrutar con su dolor, con nuestro placer que se filtraba en los escondrijos del zaguán.
   Aquel día Ezequiel comprendió que la vida nos había juntado. Comprendió que los sentimientos y las fisuras que las relaciones amorosas producen determinarían su futuro


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domingo, 29 de julio de 2012

EL FUEGO EN NUESTRAS CUMBRES


 Una de estas  mañanas en que encendí el televisor, contemplé  aterrorizada como el fuego rugía.

Contemplé  atónita la fiereza de las llamas, la explosión de las hogueras avivadas por el viento. Cruzaban los escabrosos terrenos de nuestras cumbres, chamuscaban higueras, casas y cabañas, subían las paredes escarpadas, las montañas. La esperanza era que diluviara pero hacía calor, mucho calor, el día estaba soleado y sin una sola nube.
Se oían ladridos de perros, cabras balando, conejos corriendo como si el alma se la llevara el diablo. No había tiempo que perder. Los servicios contraincendios actuaban, unas mujeres rezaban y un chico filmaba la escena. Cientos de animales morían, aves atrapadas en la fase de la anidación. Gritos de dolor retumbaban en el aire.  
Al locutor le costaba mucho trabajo narrar los hechos pero decía: -Nuestro hábitat no es como el Parque Jurásico, una potente imagen de las fuerzas de la naturaleza. No debemos recrearnos en las cenizas de nuestro paraíso. Desgraciadamente, no podremos hacerlo volver.
El humo ennegreció los almendros, las tuneras, los olivos y eucaliptos, las palmeras centenarias con troncos gruesos. Los espacios y los rumores advertían la presencia del infierno. Entonces me  acordé de los espíritus: soliviantados pero silenciosos.
Se dijo que fueron las cosas de Juan, un inconsciente que había amenazado con quemar el campo. Las llamas se elevaban igual que las burbujas de jabón con las que los niños jugamos de pequeños. Poco a poco tocaban la cima de las montañas, las alturas. Se embebían entre las nubes.
Pero me consoló madurando que la isla tiene una fuerza particular. Estaba segura de que los pinos recuperarían de nuevo la sonrisa. Porque después del fuego, la tierra –en una especie de milagro- reverdece con nuevos brotes que crecen de las raíces que afortunadamente no fueron alcanzadas por las llamas. Pasado un tiempo el corazón de los árboles –no se sabe cómo- vuelven a latir.
Quizás sea el aliento, el tesoro que esconde el volcán. ..
Fragmento de mi libro “ El Séptimo cielo”
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miércoles, 25 de julio de 2012

Nicolás Calvo: Pintor-poeta


Lanzamos continuos mensajes al mar.

 Siempre ha habido pintores que nos han sorprendido con sus poemas, como fue el caso del gran Miguel Ángel que nos dejó poemas dedicados a su amor platónico Tommaso. Y más recientemente hemos sabido que el cantante Bob Dylan desde muy joven jugaba con sus musas. Las seducía.  Y que ha expuesto en Nueva York  una serie conocida con el nombre de “The Asia Series”. Muchos han sido los que han combinado la poesía con la música, la poseía con la pintura.
Pero hoy no quería hablarles del autor de Blowing' in the Wind" ni de Miguel Ángel. Hoy quería hablarles de Nicolás Calvo. Un pintor nacido en Gran Canaria que vive en Madrid y que comenzó su formación académica en la Escuela de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife y acabó sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid pero que en los último años coquetea con la poesía, un pintor que está en constante renovación. Un pintor que escribe quizás para olvidar este mundo aparentemente sin sentido, este mundo de desasosiego que vivimos. O escribe poesía como válvula de escape para sobrevivir o para deshacerse de sus demonios. O quizás igual que García Lorca se siente lleno de poesía y quiere ser todas las cosas. 
 Así podemos leer un poema suyo donde nos confiesa:
No es suficiente. Hay cosas a las que la pintura no llega. Cada medio tiene su capacidad y sus limitaciones/ Necesito hablar de otra forma

Una poesía que yo me atrevería a decir que saca de sus orígenes y la transforma, que se asoma al abismo para regresar simbólicamente a su cordón umbilical, para trasmitirnos aquello que recuerda. La lejanía, el misterio. La estrecha vinculación de nuestro poeta con la isla, con el paisaje y con el alma.

…El volcán al fondo, ahora extinto/ y las calcáreas laderas desplomadas/dan forma a la playa curvilínea, /circunstancia que cierra el hueco agreste/ entre la otra playa, su golfo/ y la atrayente punta de lava que se extiende.
Retumbante de mar y de mareas/ una barra de rocas se estremece/ con el ir y venir enronquecido.
Hay nada más allá del horizonte/ Tras la delgada traza de las olas/ tras el mar, el mundo acaba.

                        
Pero su pasión por el lenguaje lo lleva a una reflexión poética que va más allá de la isla. Lo lleva a construir versos con gran acierto, versos sugerentes, algunas veces simbólicos como si los hubiese escrito de dos pinceladas, sin luchar por un color porque lo que le interesa que quede realzado es el tono, La totalidad.
Amanece/ La persiana divide en franjas/ el naciente sol de la Primavera.  “Un temblor de luz”
Otras veces son versos que se desbordan que se hacen torrenciales, y reflexiona sobre la muerte, lo religioso, las relaciones amorosas y la perduración del mismo. Sobre la fugacidad de la vida.

Pero Nicolás Calvo es pintor y a través de su pintura nos relata cosas, porque aunque tiene la posibilidad del silencio a él le gusta la comunicación, las relaciones humanas, el movimiento, el espacio, el principio, la añoranza. E igual que Juan Ramón Jiménez evoca sus recuerdos, la luz de su tierra, su mar, el mundo de su infancia.
Últimamente ha vuelto a la representación de la figura humana. Personas en situaciones que despiertan nuestra extrañeza por su inanidad. Así nuestro pintor refleja el espacio y las figuras que juegan entre si para hablar de la soledad, del vacío, la incomunicación y el absurdo de la vida en los lugares que propicia la gran ciudad. Y pinta alegorías como expresión de sus emociones. Así vemos casas llena de ventanas desde la que contempla el mundo.
Su obra plástica ha tenido diversas influencias y etapas que pasan por la figuración académica, la abstracción gestual, el visceralismo, el POP, y la abstracción geométrica, etapa que se ha prolongado hasta fechas recientes.  Puede encontrarse sus obras en las colecciones de los Museos de Las Palmas de Gran Canaria y Tenerife, en la Casa de Canarias de Madrid y en la Spanska Statens Turystbira  de Estocolmo (Suecia) y en colecciones particulares de España, Suecia y Alemania.

Obra Nicolas Calvo: El Confital.
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