Mi querida amiga Rosario, 
Ya leí tu libro de poemas “Himno a la vida”. Y lo leí con
  suma atención y lo releí, por eso la tardanza en no decirte nada, no soy de
  leer muchos libros ya que me gusta estudiarlos. 
Estos poemas vuelan de alma a alma donde el lector se siente atrapado en tu silencio y en tu inconsciente, es un juego dramático del hombre frente a la vida. Algunos poemas como bien diría Platón están lejos de "la fría razón"...y podrían estar escritos en los espejos cóncavos y convexos... y me gusta como sugieres y no plasmas brutalmente las ideas, dejando al lector el placer de la reconquista... 
Un abrazo enorme desde mi querida isla de La Palma, que
  también es la tuya 
Luis Ángel Marín Ibáñez 
CADA VEZ QUE TE PIENSO 
 A todos los
amantes del mundo 
Cada vez que te pienso   
vuelo por encima
del mar, respiro 
los
sinsabores húmedos, 
inhalo las corrientes y
abismos,  
el sosegado barranco  
en donde habito. 
Tú, tan lejos, vuelves a
ser volcán,  
prendes brasas, escarbas la
angustia  
de mi equipaje. Consigues romper  
los nudos de la exhalación. 
Deseo regresar al limo de tus aguas, 
estirar y estirar las piernas,  
girar el vientre, 
chapotear igual que gaviota 
en ese lugar bendito  
que tú juegas a crear. 
Déjame zarandear la conciencia, retoñar 
el sueño de una vida loca,  
beber y beber, 
brindar por el olor de tu piel, 
por las arenas de tu mar, 
por el temblor de lo insaciable. 
Déjame con los ojos cerrados 
tantear la raíz de tu lengua,  
besar tu carne que asciende, 
sentir el rayo de tu cuerpo, la lujuria 
que germina  
bajo nuestro aliento. 
Déjame exorcizar la tristeza del adiós. 
A Toñi y Antonio Arroyo 
Y a Vicky y Aquiles García  
Después de la lluvia  
Después de
la lluvia, puedo matar 
el amargo
sueño, asesinar la distancia,  
caminar
entre careyes y caguamas,  
entre
mosquitos que cositean. 
Después de
la lluvia, la luz sin miedo 
al mañana se
enardece feliz 
y las
nereidas agitan los brazos,  
me enseñan
las gracias del oleaje 
y me acuerdo
de ti.   
Entonces
resucita el vuelo de mi alma, 
                        es
como regresar a casa.  
Excitada,
sucumbo.  
Abrazo el
estallido del arco iris,  
el lupanar
de lagartijas. 
Capturo cada
instante 
y pienso que
Mallarmé está equivocado: 
la eternidad
sí está al alcance de los vivos. 
facebook/rosariovalcarcel/escritora Foto: Luis León Barreto, Rosario Valcárcel  | 
sábado, 19 de diciembre de 2015
DOS POEMAS DEL LIBRO "HIMNO A LA VIDA" de Rosario Valcárcel y Crítica del
poeta Luis Ángel Marín 
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Si Rosario Valcárcel posee una escritura plena de vivencias y fugacidad que dan pie al lector a sentirse en esos versos fugaz valga la redundancia , en la eternidad de la vida , como acto único irrepetible
ResponderEliminarMaravillosos poemas! Maravillosos versos! Su tema? El misterio, la felicidad y el inconmensurable dolor del Ser. Tiene razón el salmo: “El hombre es insondable, su corazón es un abismo”. Tus poemas expresan este abismo. Conozco muy bien “la tristeza del adiós” y espero que la eternidad esté “al alcance de los vivos”. Recibe, por favor, querida Rosario, desde el oscuro “barranco en donde habito”, mis felicitaciones y mi abrazo fraterno. Tu amigo, Eugen
ResponderEliminarGracias, gracias Consuelo, gracias Euge Dorcescu. Reciban mi abrazo apretado y mis mejores deseos de salud, paz y creatividad para este Nuevo Año que está a punto de comenzar.
ResponderEliminarEntre nardos o líquenes seatropellarán
ResponderEliminarmis horas, reverdecerán los pensamientos que aun florecen por indagar más adentro, no pondré límites , el estar vivo es priviledio de los hombre y aqui cabe la eternidad. Como dices la eternidad si está al alcance de los vivos.