La poeta Consuelo Rodríguez presenta en el Museo
Poeta Domingo Rivero su poemario Naufragio de amor, un acto literario arropado por las
voces de una docena de poetas. Una noche de emociones y amigos amenizada por el
piano de Menchu Mediavilla.
“Empecé a escribir a los doce años para
revelarme contra mí misma, pero la timidez me impide desvelar mis sentimientos”, Consuelo Rodríguez
Conocí a
Consuelo Rodríguez a través de las redes sociales: por casualidad. Y en seguida
me habló de su poesía, de un nuevo libro titulado “Poemas”. Me invitó a
presentarlo en la isla de La Palma, en Aridane. Y la verdad, esa petición me
pareció algo tan inocente y al mismo tiempo tan bello, teniendo en cuenta mi
cariño por la isla y por sus habitantes, que le pedí que me enviara un libro
para leerlo. Desde la primera lectura me propuse esbozar unas líneas.
Presentarlo.
A partir de
ese momento creció entre nosotras una estrecha amistad que me llevó a la
lectura de sus poemarios: “Poemas” y “Naufragio de amor”, libros que me han
servido para alcanzar ese inusitado enigma que encierra la poesía suya. Para
aceptar y reconocer que el verso de Consuelo da cabida a todos y a cada uno de
los temas esenciales del ser humano: la pérdida, la melancolía, el amor, y
siempre el desamor.
Después, /de tanto tiempo sin venir/
llegaste a mí/ vestido con carros/ de fuegos celestiales, / yo entonces te
hubiera querido. / Y mi alma se hubiera convertido/ en un sí…
Siempre el
desamor, como si la poeta sintiera dentro de ella un árbol que echa raíces, que
se despliega, le oprime las entrañas y conquista su propia soledad. Una soledad
que ella desgrana de la memoria y de la experiencia amorosa, de los deseos
insatisfechos y el crudo desencanto por la existencia, por ese caminar
asfixiada, al borde del abismo igual que una náufraga. Tanto que cabría
preguntarnos ¿Son estos versos autobiográficos? Y nos responde el poema:
Consuelo
Rodríguez siempre está dispuesta a recuperar los recuerdos y a construir
imágenes poéticas, historias de amor y de desamor que bullen en su cabeza.
Poemas que exhalan por un lado la pasión estremecida y por otro un olor a
tristeza contra el mundo y su destino personal. Un proceso poético que no es el
resultado de una búsqueda sino la plasmación de un encuentro.
Para ello
simboliza los sentimientos en imágenes desgarradas que abren sus fauces al
paisaje de su Tierra, a las canciones y los cuentos, a la magia de la vida
cotidiana. A la contemplación de la lluvia y la monotonía de los días, al paso
del tiempo y la sensación de que nunca sucede nada en la isla de La Palma.
Y en sus
noches de insomnio en que le asaltan repentinos accesos de miedo, Consuelo
rememora con energía desatada los sentimientos, los sueños, los amores
perdidos, la desesperación… Entonces se aferra al borde del naufragio, e igual
que una breve historia de amor machadiano, sueña el poema. Lo crea.
Recuerdo el hogar/ y un suspiro
inquieto al entrar la noche oscura. / Lloraba recordando los días que me
entregué/ a ti como una espiga de trigo/ abierta al roce de los pies/ pero
distantes muy distantes de la diosa Nyx/ que mojaba la noche bajo su manto.
“Naufragio
de amor” es un libro con una bella portada de Goretti Rodríguez, editado por
NACE, Nueva Asociación Canaria para la Edición, en el que Consuelo Rodríguez
explora la siempre literaria imagen del naufragio, de ese naufragio mudo, de ese naufragio del
espíritu del que hablaba el poeta Luis Natera, de esa “pasar humano” por la
vida, alcanzar la isla y sobrevivir.
Pronto se reirán de mí los suburbios.
/ Los acompasados / Relojes del tiempo muerto/ Las vasijas llenas de vino que
derraman la noche. / Pronto, pronto llegará la luz, reiré a carcajadas. / Y
oiré música detrás de los juncos del Nilo.
O momentos
para la profunda pasión y los sueños puros, para amar la vida con intensidad,
observar esas parejas cogidas de la mano retornando el vuelo hacia su
adolescencia, volviendo a resucitar con el sol, como afirma la poeta. Momentos
llenos de esplendor con la palabra y con sentimientos hechos melancolía, sombra
y dolor.
Un descubrimiento Consuelo Rodríguez, una poeta fiel a sí misma que escribe para proyectar su realidad en direcciones múltiples, dolientes, reflexivas, profundamente humanas.
Fotos cortesía de Soplos de Brisa Cultural y Fernando Gómez Hernández, Olivia Falcón...
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