lunes, 29 de octubre de 2012

Halloween, el día de los difuntos.


     flores, flores... para los muertos!
                         "Un tranvía llamado deseo"

El mes de Noviembre es el mes de la nostalgia, del misterio que nos roza, de los recuerdos.
Y cuando llegan épocas de crisis se revive la añoranza, aquellos tiempos en que algunos teníamos sueldos decentes, dinero para despilfarrar. Se revive la nostalgia de pasar las tardes-noches en casa viendo la televisión que nos parecía maravillosa con series como El fugitivo, Embrujada o Los ángeles de Charly. Y tardes de lluvias y de partidos de fútbol y los hombres sentados delante del televisor seguían escuchando la retransmisión a través de un transistor.
Pero la programación estrella de la tele del mes de noviembre era El Tenorio de Zorrilla. 

"Estudio Uno" se constituyó en guardián de la cultura y emitía una serie casi siempre teatral donde afrontaba los misterios del corazón o un Tenorio que intentaba dar una explicación a esas preguntas que sobre la vida y la muerte nos hacemos los humanos con un Don Juan seductor y burlador de mujeres que asesinaba a hombres y deshonraba a los muertos. Un Don Juan que raptaba y seducía a una bellísima Doña Inés.
Y en el teatro como en el cine no puedo olvidar una secuencia inolvidable ¿Quién teme a Virginia Woolf?  El momento en que Edward Albee hace un homenaje a Tenenesse Willians y entra Burton con un ramillete de flores secas repitiendo la famosa frase de "Un tranvía llamado deseo" ¡Flores, flores para los muertos! Y el grito desgarrador de Elizabeth Taylor porque su marido ha roto el pacto y ha asesinado al hijo ficticio.
Lo peor es que cuando llega el día de los difuntos y el de todos los santos me resulta triste pensar en nuestros seres queridos. Y no sé por qué vuelven a flotar esas palabras de la obra de Williams, la temperatura del aire desciende, se respira un intenso frío que va acompañado de recuerdos, de generosidad, de inteligencia, de amor. Por unos días nos contaminamos del efluvio de la muerte y dejamos atrás los egoísmos y los resentimientos. Y en silencio lloramos nuestras pérdidas.

El origen de la noche de Halloween, se remonta a la cultura céltica. Y era la noche en que los espíritus de los difuntos eran libres y vagaban por la Tierra. Creían que las almas benditas regresaban a la tierra, nos visitaban por unas horas. En una ocasión hubo entre esas almas un espíritu malévolo que iba por las casas pidiendo “truco o trato” y la leyenda asegura que lo mejor fue hacer un trato, es decir pactar con el espíritu, para librarse de las posibles maldiciones Y como protección surgió la idea de crear horrendas calabazas y encenderlas por dentro, no para darles luz como hacemos nosstros con nuestras velitas ardiendo sino para espantarlos, para evitar encontrarse de nuevo con el espectro.
  
En la cultura anglicana y en la  luterana también cobraban vida los espíritus tanto que en algunas zonas la gente no dormía en sus camas esa noche para que los difuntos tuvieran un fugaz descanso.

En Méjico el día de los difuntos fue un culto anterior a la llegada de los españoles, ellos conservaban los cráneos como trofeos y los mostraban durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento. Aún hoy mantienen la representación de la muerte. Construyen altares en su casas y en espacios públicos, les hacen fiestas en los cementerios, e incluso les depositan sus alimentos preferidos como agua símbolos de la vida, velas, pan de los muertos, frijoles o arroz. La imagen de las calaveras esta presente. Sin embargo, ahora llegan a colocar fotos de sus hijos disfrazados de calabazas o de brujitas.

Y en España combinamos las costumbres tradicionales con otras más pintorescas llegadas del otro lado del Atlántico, así los cementerios se siguen visitando para enflorar y limpiar las tumbas de nuestros seres queridos que cobran vida. Les hablamos de acontecimientos presentes o pasados, de cosas que compartimos juntos. Pero con la muchedumbre los diálogos se entrecruzan y sin querer se crea malentendidos y miradas de extrañeza y de silencio y vagamos de un tema a otro.

En definitiva los que poseemos una ciega fe religiosa rezamos por los que se fueron pero no por el fin de su vida, sino por la continuación de un ciclo. Eso nos da un efecto tranquilizador.

Pero cuando llegamos a una edad respetable entramos en una pesadilla y aturdidos rezamos más por nosotros, les pedimos a los que están más allá y a todos los dioses habidos y por haber para que nos ayuden con una muerte serena, en paz y con rapidez. Todo con la esperanza de que no nos trasladen a una mala residencia de ancianos o evitar ser durante un tiempo enfermos terminales, una pesada carga familiar. Deseamos morir sin molestar a los demás.

Facebook/rosariovalcarcel/escritora;  www.rosariovalcarcel.com

7 comentarios:

  1. Como siempre, Rosario Valcárcel muestra su animada prosa, su sentido de la observación, su alegría de vivir. Halloween: me gusta más la fiesta de Finados, es más nuestra

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  2. Como nos tiene acostumbrados, Rosario ha hecho una descripción certera del comportamiento de nuestra sociedad de hace unas cuantas décadas, así como la influencia americana de Halloween. Aunque también se describen las costumbres de otras culturas, lo que más me interesa resaltar son las tradicionales de visitar los cementerios, limpiar los nichos o tumbas y ponerles flores, que practicamos las personas mayores, pero las siguientes generaciones son diferentes, me preocupan que las tumbas o nichos queden abandonadas/os, cuando ya no estemos, por eso, tal vez la solución fuera la incineración y no dejar esa carga a nuestros hijos/as.
    En cuanto a rezar, siempre es bueno, independientemente de que lo crea cada cual, no sólo te puede ayudar ante situaciones difíciles sino para prepararnos para el viaje sin retorno que llegará cuando menos lo esperemos., aunque me preocupa la moda del ateísmo o agnosticismo que está surgiendo en las nuevas generaciones.
    Finalmente tratas un tema muy delicado, de rezar para no caer en una situación de dependencia. Situación en los que los familiares que están al cuidado tratan de sacar la mayor tajada posible, cuando hay bienes por medio y otros herederos, llegando al maltrato físico o psicológico si no acceden a la voluntad de este tipo de personas, no es generalizado, pero desgraciadamente conozco algunos casos y termina con el loable deseo de “deseamos morir sin molestar a los demás”, cuyo deseo comparto, pero mientras, disfrutemos de este atardecer de la vida de la mejor forma posible y compartiendo con nuestros familiares y amigos, las cosas buenas de la vida. (Juan Tejera)

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  3. Como nos tiene acostumbrados, Rosario ha hecho una descripción certera del comportamiento de nuestra sociedad de hace unas cuantas décadas, así como la influencia americana de Halloween. Aunque también se describen las costumbres de otras culturas, lo que más me interesa resaltar son las tradicionales de visitar los cementerios, limpiar los nichos o tumbas y ponerles flores, que practicamos las personas mayores, pero las siguientes generaciones son diferentes, me preocupan que las tumbas o nichos queden abandonadas/os, cuando ya no estemos, por eso, tal vez la solución fuera la incineración y no dejar esa carga a nuestros hijos/as.
    En cuanto a rezar, siempre es bueno, independientemente de que lo crea cada cual, no sólo te puede ayudar ante situaciones difíciles sino para prepararnos para el viaje sin retorno que llegará cuando menos lo esperemos., aunque me preocupa la moda del ateísmo o agnosticismo que está surgiendo en las nuevas generaciones.
    Finalmente tratas un tema muy delicado, de rezar para no caer en una situación de dependencia. Situación en los que los familiares que están al cuidado tratan de sacar la mayor tajada posible, cuando hay bienes por medio y otros herederos, llegando al maltrato físico o psicológico si no acceden a la voluntad de este tipo de personas, no es generalizado, pero desgraciadamente conozco algunos casos y termina con el loable deseo de “deseamos morir sin molestar a los demás”, cuyo deseo comparto, pero mientras, disfrutemos de este atardecer de la vida de la mejor forma posible y compartiendo con nuestros familiares y amigos, las cosas buenas de la vida. (Juan Tejera)

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  4. Como nos tiene acostumbrados, Rosario ha hecho una descripción certera del comportamiento de nuestra sociedad de hace unas cuantas décadas, así como la influencia americana de Halloween. Aunque también se describen las costumbres de otras culturas, lo que más me interesa resaltar son las tradicionales de visitar los cementerios, limpiar los nichos o tumbas y ponerles flores, que practicamos las personas mayores, pero las siguientes generaciones son diferentes, me preocupan que las tumbas o nichos queden abandonadas/os, cuando ya no estemos, por eso, tal vez la solución fuera la incineración y no dejar esa carga a nuestros hijos/as.
    En cuanto a rezar, siempre es bueno, independientemente de que lo crea cada cual, no sólo te puede ayudar ante situaciones difíciles sino para prepararnos para el viaje sin retorno que llegará cuando menos lo esperemos., aunque me preocupa la moda del ateísmo o agnosticismo que está surgiendo en las nuevas generaciones.
    Finalmente tratas un tema muy delicado, de rezar para no caer en una situación de dependencia. Situación en los que los familiares que están al cuidado tratan de sacar la mayor tajada posible, cuando hay bienes por medio y otros herederos, llegando al maltrato físico o psicológico si no acceden a la voluntad de este tipo de personas, no es generalizado, pero desgraciadamente conozco algunos casos y termina con el loable deseo de “deseamos morir sin molestar a los demás”, cuyo deseo comparto, pero mientras, disfrutemos de este atardecer de la vida de la mejor forma posible y compartiendo con nuestros familiares y amigos, las cosas buenas de la vida. (Juan Tejera)

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  5. Completamente de acuerdo con Luis:una prosa llena de vitalidad y que describe a la perfección esas vivencias respecto a la muerte, aunque yo prefiero San Martín, es más cálida y la echo de menos. En cuanto a esa época en que sólo había un canal de televisión y los jueves santos sólo ponían El Tenorio no me quiero ni acordar; la verdad sea dicha, ahora que hay tantos canales ya no me gusta la tele.
    Respecto a ese mar adonde van a parar los ríos de tu prosa, completamente de acuerdo contigo.
    Un abrazo grande.
    Antonio.

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  6. Me ha gustado Rosario! Por cierto que la película de ¿Quién teme a Virginia Woolf? es de mis preferidas :$ es un peliculón! ....Lógicamente de los tiempos que nombras no me acuerdo, pero el saber un poco de donde viene Halloween es interesante...y el final, pues concluye de una manera muy real...y es que nadie quiere ni sufrir ni ser una carga (a no ser que sea masoquista xD) Un abrazo Rosario! :D (K)

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  7. A mi también me encanta ¿Quién teme a Virginia Woolf? Es un peliculón. Dos artistas maravillosos.

    Buen finde largo, largo.

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