Artículo enviado por José
M. Balbuena Castellano
Me
llamó la atención un artículo del obispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo
Vallejo, que lei en uno de los últimos números
de la revista Mundo Negro. En el mismo, resalta que en estos
momentos de crisis religiosa se multiplica una serie de actuaciones, que
denomina lo espurio, de redentores que realizan determinadas
prácticas, más o menos supersticiosas, o creencias de origen oriental o
africano, con las que tratan de suplantar la creencia en un Dios todopoderoso,
generoso y omnipresente.
Tal
vez la Navidad que acabamos de pasar, con toda su parafernalia y puesta en
escena, nos podría servir para tratar de reflexionar y pensar en asuntos más
trascendentales y salirnos de ese entorno tan materialista materialista que
esclaviza a muchos No soy muy dado a la teología o a las discusiones de tipo
religioso, pero sí he leído sobre sobre esa institución que sostiene a parte de
la cultura y las tradiciones española, porque la mayoría de su población la
profesa, o al menos está inscrito como católico, aunque después muchos declaren
que “no son practicantes”.
Un mundo dirigido por hombres, poco democrático,
impositivo, dogmático, donde, a veces, en el pasado (no muy lejano) su
comportamiento no ha sido nada ejemplar
ni de acuerdo con las enseñanzas del que tanto se dice que vino como Redentor
de la Humanidad. Un mundo en el
sobresalía más la ambición por obtener el poder temporal que el
espiritual y, al mismo tiempo, escandalizaba con su degradación moral, afán de
riqueza, crueldad, torturas, muertes, falta de caridad y de perdón, etc. que
han motivado el desafecto de muchos que
se consideran cristianos hacia esta
institución, o ha sido el origen de la proliferación de cismas, sectas o de
herejías que empezaron a proliferar pocos años después de la creación del cristianismo.
El
citado prelado hace alusión a toda esa corte de videntes, nigromantes,
adivinos, quirománticos, gurús, creyentes del vudú, etc. que en los últimos
tiempos atraen a muchísimas personas desesperadas, por algún que otro motivo (y
no todos son ignorantes o fácilmente sugestionables) han perdido la fe en ese Dios omnipotente o
en las religiones tradicionales. Son seres humanos que, quizás, ven en estas prácticas
un consuelo, o un remedio a sus carencias de tipo espiritual. Otro fenómeno
existente en la entrada a saco de filosofías o creencias exóticas y hasta
extravagantes,, o de diversas sectas protestantes que los neoconversos se toman con mucho entusiasmo.
“Productos
esotéricos que se ofrecen como remedio eficaz para solucionar casi todas las
penurias humanas”, escribe monseñor Amigo. Por otro lado, afirma que existen
campañas que intentan “desprestigiar a Dios”. A juicio del prelado, “creer en
Dios es fiarse de Él, adherirse incondicionalmente a lo que Él ha querido
revelar a la humanidad y asumirlo como algo propio, no solo como una norma de
conducta moral, sino como quien toma posesión por completo de la vida y el
pensamiento del hombre”.
Menciona la carta Lumen fidei de Benedicto XVI
y Francisco I, en la que tratan de iluminar el camino de todas las personas
“que buscan a Dios”. Va dirigida, tanto a quienes tienen fe como a los que aún
no la ha encontrado, incluso, a los que se declaran ateos, “a los que quizás la
oscuridad del camino no les deja ver la Verdad, la Gran Verdad”, escribe
monseñor Amigo. También incluye a los
que “no tienen tiempo para creer” porque están agobiados y envueltos por
múltiples problemas; a los que sufren, a los que han perdido sus hogares, sus
trabajos, su familia y su salud. A los que andan como sonámbulos errantes en un
mundo en ebullición, lleno de maldades y odios, rebosantes de desesperanzas y
desafectos. A los que han pensado alguna vez
que sería mejor estar muertos que enfrentarse a los hechos, luchar y
superarse para darle algún sentido a nuestro paso por la vida.
Las
asociaciones de ateos y librepensadores dicen: “Probablemente Dios no existe.
Deja de preocuparte y disfruta de la vida”. El obispo emérito replica a esa
invitación: “no puede haber mayor engaño. Si quieres, de verdad, disfrutar de
la vida, cree en Dios y en su providencia y preocúpate, lo más que puedas, de
ayudar y hacer felices a quienes te encuentras por el camino”.
Ahí
queda eso.
Foto: Arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo.
facebook/rosariovalcarcel/escritora
Interesante tema, amiga. Gracias por compartírnoslo.
ResponderEliminarAbrazos
http://eclipses-pichy.blogspot.com
"...hacer felices a quienes te encuentras por el camino” de eso está falta este mundo.
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