No se me importa un
pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida. Oliverio Girondo.
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida. Oliverio Girondo.
Podemos
vivir sin poesía incluso sin literatura. Pero es casi imposible que alguien
pueda vivir sin música porque la música antecede al habla, porque la música
navega sin timón en nuestros recuerdos, en las canciones que aprendimos en nuestra infancia y
adolescencia. La música evoca el amor y el olvido, la nostalgia y el placer… La
música es universal.
Por eso
hoy les voy a hablar de música, de Sergio Alzola, un cantautor que desde
muy joven empezó a rasguear la guitarra y a aprender acordes y a escribir los
primeros signos musicales. Pronto encontró los ritmos y las letras, la forma artística para expresar sus
palabras y sus sentimientos, para hacer poesía con su guitarra y dialogar con
los latidos del salitre y el baile de las aguas de Las Canteras, para murmurar
al alisio de la tierra en la que nació, como ese tema titulado Agua:
Soy agua, el mar de
Las Canteras de mi infancia/ una romería, un timple en arroró, un niño a la
sombra de Triana…/
Pero también sabe trasmitirnos su propia visión de la
realidad con una música comprometida, repleta de sentimientos, de temas
sociales o cotidianos, de las relaciones amorosas y del alma. De la vida que se
desliza entre cánticos y silencios.
Alzola
es un músico, compositor, letrista cantante y poeta. Sí, porque Sergio, igual que los grandes
cantautores como Perales, Serrat o el gran Leonard Cohen, compone letras
de calidad y originalidad con una gran versatilidad de ritmos. Un cantautor que se ilusiona con
su trabajo, que estudia, que trabaja duro leyendo todo lo que cae en sus manos,
ampliando sus conocimientos. Dejándose seducir por la vida, porque como él
dice:
Cada disco tiene un
principio, y no me refiero al inicio o el comienzo de un proyecto ilusionante
sino una especie de leitmotiv que envuelve tu creatividad.
Debutó
hace doce años en los escenarios de su isla y desde entonces no ha parado de dar
conciertos, más de un millar, de participar en encuentros de cantautores, en
festivales, en homenajes a poetas. Su música y sus letras están inspiradas en
los países donde ha residido, porque él igual que un caballero andante ha
caminado por esos mundos de Dios, por la Península Ibérica, Chile, Argentina,
Brasil, Cuba. Y esos retiros le han servido para crecer como cantante y
compositor. En su CD “Tricontinental” le dedica composiciones a Julio Cortazar, a Juancho Armas Marcelo
por transmitirle su amor por Cuba y canta:
Así en la Habana como en el cielo, se pasea
el malecón por las verdades del Caribe/ medio siglo de Revolución hay quien
vive por amor y quien no vive…/
También
a Carlos Salem, por ayudarle a combatir
todos sus miedos, a Benedetti, entre otros. Se lo dedica al enamoramiento y
al deseo sexual. Al amor con mayúsculas.
Su
primera experiencia con el trabajo discográfico
fue “Ciudadano del mundo (2005) después en el 2007 llegó “Contagia tu
sonrisa” editado por el Gobierno de Canarias en los estudios de Multitrack
(Tenerife) bajo el sello “Canarias me suena”. En el 2011 el autor engloba toda
la experiencia vivida durante cuatro años en tierras suramericanas y nos
presenta “Tricontinental” una muestra de su gran sensibilidad por
hermanar pueblos y culturas. Una muestra de que nuestro cantante, se mantiene
despierto, y toca la
tierra, y vuela de manera ascendente y constante.
Todavía recuerdo con emoción el recital que Alzola nos
ofreció las pasadas Navidades en el entorno de Vegueta, en Las Palmas de Gran
Canaria, cuando casi en la oscuridad, junto a una fuente antigua y unas
gárgolas que retumbaban de frío, Sergio con su pasión y cercanía, con su
entusiasmo y profesionalidad consiguió crear una atmósfera de diversión y
energía. Consiguió que su voz se escuchara, que los sonidos emergieran y que
nos sintiéramos envueltos en una nebulosa sutil y cálida, consiguió atraparnos
con su lenguaje musical.
Consiguió el estremecimiento de las cuerdas de su guitarra y
las entregó a tod@s los que lo arroparon aquella noche.
facebook/rosariovalcarcel/escritora
Hay que seguirlo
ResponderEliminarUn cantautor honesto, que trabaja su poesía, que la canta bien. Felicidades.
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