APAGUÉ LAS LUCES
Hacía
tiempo que el amor se había ido,
de grandes
colmillos. Arañaba mis entrañas,
mordía mi ternura.
Escarbaba
en las tumbas podridas,
buscaba
más adentro de mi corazón.
Escuchaba los augurios del cielo,
la superstición del eclipse.
Hablaba
con los muertos.
Mi cabeza
danzaba, imitaba los derviches
en una sinfonía anudándose y desanudándose,
en la luz turbia, en las
frívolas
noches en erupción.
Sometida a la metamorfosis de los
adioses,
los ojos de las rocas,
las flores enmohecidas, las cóleras
insumisas.
Apagué las luces
y me alejé de las lavas ardiendo,
de las personas que huelen a miedo.
De mi libro "Himno a la vida"
facebook/rosario valcárcel/escritora
Con orgullo y disfrute. Maravilloso poema:
ResponderEliminar"Himno a la vida, entonces, más que un canto a la alegría de vivir de la humanidad, es una oda a esa parte de la humanidad a la que no han dejado ser feliz y, de paso, a la otra porción que aún sigue pensando que la felicidad se logra a base de dominio y sumisión".
Hermoso, Rosario, como todos los tuyos.
ResponderEliminarGracias, Antonio, gracias Carlos. Un beso grande, grande. Y Feliz septiembre.
ResponderEliminarPrecioso poema Rosario, gracias, gracias, Un abrazo inmenso
ResponderEliminarComo siempre, tus poemas me hacen reflexionar y acabo con carne de gallina. Llegas a las entrañas gran poeta y amiga.
ResponderEliminarTambaleó al son el viento la oscuridad, en mi pecho resonó la oscura.Los enjambres de las rosas mostraron sus espinas..Temblé al mirarte y tus ojos anidaron en mi como una mariposa negra El sol sucumbió por las cuatros esquinas de la casa....creo que el alma se tuerce a veces de soledad y desasosiego.Para mi parecer eres una gran poeta una gran poeta!!Espero les guste este trozo de poema que he dedicado a la autora de este poemario del Himno a la Vida de Rosario Valcárcel.
ResponderEliminarGracias Celia, Estela, Consuelo. Un beso grande, grande.
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