viernes, 19 de octubre de 2012

El paraíso azul de Eduardo Luis Garoz

Yo era un niño y era ella una niña junto al mar, 
En el reino prodigioso que os acabo de evocar…    Edgar Allan Poe

Lo que me une a Eduardo, más que la pintura es su atracción hacia el mar, hacia el amanecer como símbolo de comienzo, de la luz y de la magia de la creación.
Una atracción que se extiende a su pintura, al paisaje del mar, al horizonte lejano, a la contemplación del flujo y el reflujo que se troca en unos azules infinitos. En unos azules que trata en un tono sensual, apelando a los sentimientos, a los placeres sencillos, a la necesidad de captar sus sensaciones cromáticas, a la luz de cada instante, a su esencia casi irreal.  Al goce de los sentidos.
Por eso refleja el mundo del mar de una forma desenfadada  y alegre, y  pinta el silencio de unas piedras verdes o malvas, amarillas o grises. Las pinta entre los charcos y el murmullo de sus olas completamente alejado de los problemas cotidianos, con un estilo amable y un colorido brillante, porque él al igual que Sorolla, al que admira desde su juventud, ha encontrado el alma del mar, sus orígenes. Ha descubierto la relación misteriosa que rodea al hombre con la inmensidad azul, esa relación en la que lo natural y lo sobrenatural interactúen juntamente.
 Así, lo mismo que el pintor valenciano, Eduardo Luis Garoz perfila escenas familiares como el retrato de su pareja, Lidia Monzón,  y personajes infantiles femeninos que gozan al aire libre,  alrededor de los baños, en un mar cálido, en la playa con olas o sin ellas. Y podemos ver en uno de sus óleos un homenaje a la infancia: a una niña que penetra en el azul de Maspalomas con su bañador rosa. O una pintura que nos traslada a la costa de su memoria, a San Pedro de Alcántara, en Málaga, en donde con una cierta ternura plasma a dos de sus hijas disfrutando de un día de verano..
Quizás nuestro pintor se inspira en el azul omnipresente del Mediterráneo, cuando se bañaba en la costa de la Malagueta, en su luz profunda y mágica. Pero pinta también el mar de Agaete y el de Maspalomas, y el mar de Playa Blanca donde podemos reconocer como era la ciudad por allá, por los años 80. Contemplar los acantilados y los reflejos de las grúas amarillas que brillan como símbolo de poder.
Porque nuestro pintor sabe captar con sutiles pinceladas el viento y el olor a salitre. Y esa brisa insinuante que  arranca olas y nos deja ver sus fauces espumosas desde donde surgen calles imaginarias que parece que convergen en ese punto en que se funde lo vivo con lo muerto. O ese mar sereno con los matices del centelleo del sol sobre la orilla como el de “Bella mañana en Maspalomas” o el “Océano de Agaete”  rompiendo contra piedras trenzadas de colores y de destinos.
Pinta Eduardo escenas  de amaneceres o de mediodías. Y transita entre olas arrolladoras, en el intermedio entre una vida y otra, cuando  la cresta salpica por los azules apasionados  y  por la espuma blanca, con una obra que da vida al cartel anunciador de esta exposición, una obra con gran movimiento visual sobre el mar de la playa de Las Canteras, en el momento de la Exuberancia. 
Eduardo Luis Garoz ha sido periodista y ex director de Radio Cibelio durante muchos años. Pero tuvo la suerte de tener  a un profesor de EGB llamado Enrique Pérez Almeda,  que era pintor y que logró despertar en él, el entusiasmo por las artes plásticas. Así pronto se sintió tentado y empezó a ejecutar dibujos con lápices con una gran exactitud. Y complacía a sus padres y amigos cuando le pedían que le pintara una casa, un paisaje o un Cristo para su abuela. Pero el fantasma que lleva el artista le ha perseguido. Y no ha dejado de pintar, de capturar el mundo de sus sueños.
Y hoy Eduardo Luis Garoz, igual que Juan Ramón Jiménez, se ha llenado de lirismo y de sencillez para brindarnos su pintura, su mar, sus niñas. El paraíso azul que no es más que ese sueño de abrazar la eternidad de las cosas.

Exposición abierta al público en el Círculo Mercantil desde el 18 de Octubre al 8 de noviembre 2012
Facebook/rosariovalcarcel/escritora;  www.rosariovalcarcel.com

4 comentarios:

  1. Quien tiene lirismo y habilidad para comentar las exposiciones de arte es precisamente Rosario Valcárcel, que en poco tiempo casi se ha "consagrado" en este menester. Por suerte, ahora en la isla hay un gran movimiento de poetas, pintores, gente que llega al arte, gente que se anima a hacer cosas. Suerte a todos.

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  2. Nadie mejor que Rosario para presentar la exposición de La vida en azul de Eduardo Garoz, con el que comparte su pasión por el mar, inicia su presentación con una cita de Edgar Allan Poe, muy apropiada para la ocasión y continúa detallando en que consiste esa atracción desde el paisaje del mar del horizonte lejano a la contemplación del flujo y reflujo que se troca en azules infinitos y como no podía ser de otra manera, por la influencia de su autoría de literatura erótica, la presentadora, capta el aspecto sensual, en busca de los placeres sencillos que en definitiva redunden en el goce de los sentidos.
    A continuación habla de la forma en que Eduardo refleja el mundo del mar de una forma desenfadada y alegre, detallando las cosas relacionadas con el mar que pinta, con estilo amable y brillante, llegando a compararlo con Sorolla del que Eduardo al que admira desde su juventud, ha encontrado el alma del mar, lo que le lleva a descubrir la relación misteriosa que rodea al hombre con la inmensidad azul.
    También habla que el pintor valenciano perfila desde escena familiares alrededor de los baños en el mar tanto de su pareja, personajes infantiles o de sus hijas, con las que el autor deja entrever la ternura que ellas provocan en él.
    Nuestra presentadora expresa su duda en cuanto a la fuente de inspiración, de que quizás proceda omnipresente Mediterráneo cuando se bañaba en la costa de Malagueta, pero también pinta playas de nuestras islas, con las que se puede advertir que nuestro pintor capta con sutiles pinceladas, el viento y el olor a salitre, comentando además distintos momentos que plasma desde Las mañanas de Maspalomas, pasando por los Oceano de Agaete hasta el mar de la Playa de las Canteras.
    Además, la presentadora comenta la actividad profesional del pintor y la influencia que sobre el mismo tuvo su profesor de EGB Enrique Pérez Almeda, que despertó su entusiasmo por las artes plásticas.
    Termina este acto, la presentadora equipara a Eduardo con Juan Ramón Jiménez en el sentido de compartir con el mismo el lirismo y sencillez, de lo que es reflejo de la vida en azul, motivo de esta exposición.
    Juan Tejera.

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  3. Bello comentario el tuyo también lleno de lirismo y por lo que observé de la exposición muy certera en tus apreciaciones.
    Qué bella confluencia entre la literatura y la pintura en el Círculo Mercantil, ayer fue un día inolvidable. Hasta percibí el recuerdo de Manolo Millares.
    Luis, esperemos que no nos recorten la imaginación (no cabe en las cuentas de los "listos" morlecos), cuando nada hay, la imaginación se multiplica.
    Un abrazo a tod@s. Y a ti otro grandote, Rosario.

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  4. Gracias Luis, Juan Tejera, Antonio por las palabras sobre la exposición de Eduardo. Una exposición llena también de poesía.

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