lunes, 19 de mayo de 2014

UNA ESPAÑA, DOS PARTIDOS, José M. Balbuena


Uno no acaba de entender las historias que se montan los políticos españoles en sus campañas electorales, sean europeas, nacionales, regionales o municipales. Aparte de las sandeces que pregonan muchos de ellos, se arman unos rifirrafes de insultos, descalificaciones,  buenas intenciones, promesas, etc. que dejan al ciudadano bastante desorientado y preguntándose si esas personas están en sus cabales y si son dignos de regir los destinos de un país.

En estas elecciones para elegir representantes de España en Europa resulta que se organizan debates públicos y sólo acuden dos partidos políticos, el PSOE y el PP, como si fueran los únicos que existen en España. Es como si quisieran eternizar e institucionalizar el bipartidismo, estilo yanqui , y se olvidaran de la pluralidad política hispánica.

 Uno de los debates que seguí con cierto interés, para ver si descubría algo original y positivo para esta nación, fue el que realizaron la señora Valenciano, del PSOE, y el señor Arias Cañete, del PP. El ex-ministro pepero, ceñido a un discurso, que probablemente le escribieron, ofreció una cara populista, poco imaginativa, prepotente y, a veces, sin control y cierto titubeo, especialmente cuando se salía del guión. Además, como es propio en este partido, recurrió a  la consabida “herencia recibida” del PSOE, pero obviando, claro está, la suicida política de austeridad impuesta por Bruselas, que solo ha beneficiado a los poderosos de este país,y a los políticos que tienen a sus órdenes.

La representante del PSOE le dio un buen repaso a Cañete y venció por goleada, a pesar de los consabidos tópicos que sacó a relucir su contrincante. Pero ella  lo hizo más reposada, más contundente, más puesta en su papel de defensa de las clases trabajadoras y demás desencantados de esta España cupletera, que no cambia ni avanza, para no variar.

Pero esto tiene otras lecturas. Los pesebreros y gente conservadora de toda la vida, dieron la victoria a Arias Cañete, sin reconocer que se había equivocado y de que no tenía razón. Y hablando de Razón, ahí tenemos al omnipresente Maruenda, director del periódico de Ansón, que no debe tener mucho que dirigir porque no falla a ninguna tertulia y debate de los medios “desinformativos” de España. En ellos le vemos con su gesto de contrariedad y nonista cuando habla un oponente, que parece que él y sólo él, es el único que se lo sabe todo. La verdad es que simpático no es.

La otra lectura se refiere a la guinda puesta por el señor Arias Cañete en su declaración posterior, alegando que no quiso machacar a la Valenciano, intelectualmente hablando, para que no lo considerara un machista. Palabras que han causado precisamente, el efecto contrario, poniendo en duda que este personaje pueda defender a España y al feminismo  en el Parlamento europeo. Por cierto, no se está hablando mucho en los debates de esta embrollada Europa, que no nos da sino disgustos y recortes. Se prevé que en las elecciones del 25 la abstención será bastante notable y que el resultado será equilibrado para los dos principales partidos. Sólo sus fans enfervorecidos y admiradoras masoquistas pueden defender la actitud de este ministro venido a menos que quizás sepa bastante de economía y de agricultura, pero de sicología,  muy poco. El ex-ministro, lo único que ha hecho con su barrabasada, es favorecer a la señora Valenciano y al PSOE. Creo que el PP no está ya para cometer más equivocaciones de las cometidas, que no tienen nada que ver con la “herencia recibida”, sino que es ya herencia propia. Han creado un clima de inestabilidad laboral pavoroso  y han favorecido a un banca voraz, con nuestro propio dinero y eso la gente, el pueblo, no lo olvida. Salvo los que solo tienen lagunas en su memoria, que también los hay...


Aparte de lo dicho, los españoles se percatan de que antes de estas elecciones ha habido disidentes, o traidores, como les llaman algunos, que han abandonado sus partidos para crear otros nuevos. La racha la inició años atrás Rosa Díez, que abandonó el PSOE siguiéndole otros socialistas. Después vinieron Vidal Quadras y otros más que se han montado sus chiringuitos taifianos en diversas partes de España, para predicar su verdad y su mesianismo salvador. 

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