Hazme justicia Señor
porque soy inocente
Porque he confiado en ti
y no en los líderes
Defiéndeme en el Consejo de Guerra
defiéndeme en el Proceso de testigos falsos
y falsas pruebas
No me siento con ellos en sus mesas redondas
ni brindo en sus banquetes
No pertenezco a sus organizaciones
ni estoy en sus partidos
ni tengo acciones en sus compañías
ni son mis socios
Lavaré mis manos entre los inocentes
y estaré alrededor de tu altar Señor
No me pierdas con los políticos sanguinarios
en cuyos cartapacios no hay más que el crimen
y cuyas cuentas bancarias están hechas de sobornos
No me entregues al Partido de los hombres inicuos
¡Libértame Señor!
Y bendeciré en nuestra comunidad al Señor
en nuestras asambleas
porque soy inocente
Porque he confiado en ti
y no en los líderes
Defiéndeme en el Consejo de Guerra
defiéndeme en el Proceso de testigos falsos
y falsas pruebas
No me siento con ellos en sus mesas redondas
ni brindo en sus banquetes
No pertenezco a sus organizaciones
ni estoy en sus partidos
ni tengo acciones en sus compañías
ni son mis socios
Lavaré mis manos entre los inocentes
y estaré alrededor de tu altar Señor
No me pierdas con los políticos sanguinarios
en cuyos cartapacios no hay más que el crimen
y cuyas cuentas bancarias están hechas de sobornos
No me entregues al Partido de los hombres inicuos
¡Libértame Señor!
Y bendeciré en nuestra comunidad al Señor
en nuestras asambleas
Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
El poeta y sacerdote
nicaragüense Ernesto Cardenal ha fallecido este domingo en Managua a
la edad de 95 años a causa de daños renales y cardiacos, informaron
fuentes cercanas al literato, uno de los principales exponentes de la poesía
latinoamericana. Cardenal era uno de los más destacados representantes de la
llamada Teología
de la Liberación. Su compromiso político le hizo apoyar la lucha armada
contra la dictadura de Somoza, una dinastía que gobernó Nicaragua por más de 40
años, y más recientemente plantar cara al Gobierno del presidente Daniel
Ortega, cuyos desmanes y arbitrariedades denunciaba allá donde viajaba a
presentar su poesía. Su compromiso con los más pobres y contra las injusticias
lo convirtieron en la voz moral de la revolución sandinista, un proyecto con el
que se comprometió a fondo y le valió la reprimenda del papa Juan Pablo II,
para quien un sacerdote no podía inmiscuirse en los asuntos políticos.
“¡Nicaragua sin Guardia Nacional, veo el nuevo día! Una tierra sin terror. Sin
tiranía dinástica”, había escrito en uno de sus poemas más celebrados, Canto
Nacional.
Nació en Granada (Nicaragua), el 20 de enero de 1925.
Heredero de una sólida tradición poética –con poetas prominentes como Rubén
Darío–, Cardenal estudió Literatura en Managua y México y cursó otros estudios
en Estados Unidos y Europa. En 1965 fue ordenado sacerdote y más tarde se
asentaría en el archipiélago de Solentiname, localizado en el Gran Lago de
Nicaragua, donde fundó una comunidad de pescadores y artistas primitivistas que
se hizo mundialmente famosa. Fue ahí donde escribió su célebre El
Evangelio de Solentiname. El archipiélago es un sitio de peregrinación de
los fieles lectores y seguidores del poeta. Cardenal pasaba sus vacaciones en
esas islas, donde leía las obras completas de Darío, escribía o dirigía la misa
de Semana Santa en la pequeña iglesia de la localidad. Allí será despedido.
El escritor Sergio
Ramírez, premio Cervantes y amigo cercano del poeta, ha dicho de él que es
uno de los grandes innovadores de la lengua española, al crear una nueva forma
lírica, la de la narración en la poesía, que convirtió a Cardenal en un
cronista de su tiempo. “Mido a Ernesto primero por su don de innovación. Hay
muy buenos poetas que no logran hacer escuela, y eso no les quita peso a su
voz, pero Cardenal, desde el principio hizo escuela, tuvo seguidores, abrió una
brecha en la poesía de la lengua,” dijo Ramírez.
El mismo Cardenal se definía como el fundador de un nuevo
estilo, lo que él llamó en entrevista con EL PAÍS “poesía científica”. “Creo
que soy el único poeta, o al menos el único que yo conozco, que está haciendo
poesía sobre la ciencia, poesía científica. Para mí es casi como una oración
leer libros científicos. Veo en ellos lo que algunos han dicho que son huellas
de la creación de Dios”.
La poesía de Cardenal está fuertemente ligada a la
revolución sandinista, que en 1979 derrocó a la dictadura de Somoza. En poemas
como Hora Cero o El Canto Nacional el poeta
destacó las proezas de Augusto Sandino y los guerrilleros sandinistas. Esa
íntima vinculación a la política hizo que la nomenclatura de la Iglesia
católica lo rechazara, a tal punto que el papa Juan Pablo II lo amonestó
públicamente cuando visitó Nicaragua en 1983, en plena era sandinista.
Cardenal, sin embargo, mantenía
un profundo amor cristiano, expresado a través de obras como Los
Salmos, versos que demuestran su compromiso con la fe, pero también su
crítica contra las injusticias, la opresión y el sufrimiento de los más
desprotegidos. El poeta era un creador incansable, un hombre comprometido
políticamente hasta el final de sus días, y una voz profética, combativa e
incómoda para el poder.
El poeta ha vivido su propio martirio desde 2007, cuando
Daniel Ortega regresó al poder en Nicaragua. Desde entonces ha sido perseguido
por la justicia, controlada por el líder sandinista. “Ellos [Ortega y su esposa
Rosario Murillo] son dueños de
todos los poderes de Nicaragua. Tienen un poder absoluto, infinito,
que no tiene límites, y ese poder está ahora en mi contra”, dijo
Cardenal a EL PAÍS en una entrevista concedida en su casa de Managua en 2017. A
pesar de esa
persecución, Cardenal ha mantenido una actividad incansable. Ha dado
recitales en Europa y América Latina, denunciando, además, los desmanes de
Ortega. Él, que en su Cántico cósmico escribió que la poesía
es “el canto y el encanto por todo cuanto existe”, seguía trabajando a sus 95
años. El pasado 4 de febrero fue ingresado en un hospital de Managua debido a
una infección renal y aunque se pensaba que no saldría de esa, el poeta se
recuperó y semanas más tardes recibió a EL PAÍS en su casa de la capital
nicaragüense comiendo un nacatamal, un plato tradicional preparado a base de
maíz.
Tras décadas de purgación por parte del Vaticano, el poeta
fue rehabilitado por el
papa Francisco. Jorge Mario Bergoglio le informó en febrero del
levantamiento de la suspensión ad divinis (prohibición de
administrar los sacramentos) que Karol Wojtyla le impuso en 1984. En una
entrevista el mismo Cardenal había reconocido: “Me siento identificado con este
nuevo Papa. Es mejor de como podríamos haberlo soñado”.
Tras conocerse el fallecimiento del poeta, el Gobierno de
Ortega ha decretado tres días de duelo nacional, en una nota con el
inconfundible estilo de su esposa y vicepresidenta Murillo, que mezcla un
discurso místico religioso. En el decreto agradece a Dios por la vida de
Cardenal, contra quien mantenía un odio enconado. Lo llama "hermano",
así como "gloria y orgullo" y afirma "admirarlo profundamente".
El documento oficial comete una falta grave, al afirmar que el poeta era premio
Cervantes. En realidad, Ernesto Cardenal recibió el Premio Reina Sofía de
Poesía Iberoamericana en 2012.
Nicaragua pierde a uno de sus escritores más queridos, el
hombre que logró ser un profeta en su tierra y que deja una larga producción
literaria que en este país de catástrofes y desmanes de sus políticos es
repetida como plegaria, como el canto de una nación presa de sus propios
errores, pero ansiosa de romper con su historia de opresión.
Información del periódico el país.com/cultura
PRECIOSO POEMA
ResponderEliminarUn rebelde, un revolucionario de verdad a quien perdonó otro hombre notable: el papa Francisco
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