lunes, 30 de marzo de 2015

“Poemas”, Consuelo Rodríguez, una poeta palmera

El amor se alimenta de la imaginación, que nos hace más sabios que lo que sabemos, mejores de lo que sentimos, más nobles que lo que somos; que nos capacita para ver la Vida como un todo, Oscar Wilde, De Profundis 

Conocí a Consuelo Rodríguez por uno de esos misteriosos azares de la vida. La conocí a través de las redes sociales, y en seguida me contó que ella escribía poesía y que tenía un nuevo libro titulado “Poemas”. Me invitó a presentarlo en la isla de La Palma, en Los Llanos de Aridane. Y la verdad, esa petición me pareció algo tan inocente y al mismo tiempo tan bello, teniendo en cuenta mi cariño por esta isla y por sus habitantes, que le pedí que me enviara un libro para leerlo. Desde la primera lectura, me propuse esbozar unas líneas. Presentarlo.

Porque “Poemas” es un libro cargado de amor y de nostalgia, de esa poesía que podríamos llamar romántica, que tiene una estrecha vinculación entre el paisaje y el alma de la poeta, de su proyección sobre el mundo. Un libro que me ha hecho recordar a aquella poesía que Antonio Machado escribió con gran desenvoltura.


Y no es de extrañar que Consuelo se salga del mundo convencional y se transporte a su origen, al lugar de su nacimiento, al encanto de bosque de pinos, sauces, almendros, agrupaciones fayal-brezal: al pueblo de Puntagorda. A una naturaleza donde se cumple ese dicho popular de que vivir en La Palma es solo para quien Dios se lo permite.

Y nos cante ese paisaje suyo: al barro como signo de fertilidad, al agua o a las flores, a la tarde o la noche, a la luna o las estrellas, todos ellos presentes en su obra. Oigamos a nuestra poeta:

Cuando el viento calla el suspiro
y pone alas a la penumbra,
yo sigo aquí para amarte,
así sin amarras, sin sogas ,
bebiéndome tus enjambres
contaminados de espuma.
Y cuando el agua corre deprisa, clara, potente,
entonces se hace mi amor más grande,
luminoso.
Cuando el miedo cubre mis párpados
fríos y las tinieblas corren mis mejillas,
entonces yo vuelvo a mirarte,
fijamente a los ojos y me digo:
Cuántas veces no adiviné tu rostro
calcando en un libro tu boca poderosa
y amante, buscando el beso, que me apartara
del silencio que me aterra.
Cuando yo cruzaba los mares de plomo
azul y venías con los pájaros cantando
melodías de sirenas de papel,
mi cuello hacía un collar de conchas.
Yo volvía a acariciar tus manos
hambrientas, y con la tarde calmaba
el latido del mantel encima de los muslos.
Entonces yo volvía a nacer
comenzaba a averiguar
las flores que la primavera había dejado en el camino.
Hoy, pobre, desanimada, urgente, vuelvo a los
almanaques para bautizar los días y solo encuentro
Números, letras,  ¿Habrá querido la primavera
ocultarse para siempre?

La lírica de Consuelo Rodríguez está construida en torno a ese paisaje de su infancia que nos va mostrando como refugio de su vida sentimental, del desencanto ante un destino que no la llevo a la nupcialidad, ni a la fecundidad. A una lírica basada en la sinceridad, en el amor, en el mirar la realidad como en un ensueño que la transporta a los cristales, a lo frío. A su casa y a sus muñecas anheladas. A la ventana de su niñez desde la que veía caer la lluvia, desde la que esperaba.

Esperaba con emoción, como la espera poética, del frío y la unión amorosa que plasmó Lorca en su poema “La casada infiel”: “Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío”
….Espero tu vuelta como la mañana espera/ el sol para enfurecerse/ con el grito opaco de los hombres, / espero sin remedio que seas tú el último/ Paisaje/ que acude a la mañana dejando herida/ esta lluvia humedecida/ que madruga en mi ventana...

La poeta no quiere negarse a los elementos poéticos de su isla: la lluvia, el viento, el frío, la hierba, el silencio… Elementos que no solo cobran protagonismo sino que conviven en su poesía como canales de sentimiento y de diálogo, quizás aprendidos  a través de los poetas que admira como Juan Ramón Jiménez, Neruda y el propio Lorca. O quizás como testimonio de una escritura autobiográfica:

Este dolor que crece/ con la hierba/ es remoto en mis días, /nació con la lluvia imperecedera/ de las hojas/ con la luz primera del habitáculo, / transformándose en ríos estelares/ o espacios nuevos. / Por eso no puedo negarme/ al mundo…/
Tampoco quiere negarse Consuelo Rodríguez, a las relaciones  humanas, ni al conocimiento inocente de lo íntimo, de sus recuerdos infantiles, tema recurrente como fuente de nostalgia, de paraíso perdido.
Y escuchamos:

Me quedo como una niña esperando el regazo/ bajo los tiernos árboles esperando el frío/ bajo las blancas nubes, esperando que/ rompieran a llover y llorando me abrigué/ para siempre bajo el pino que recuerdo, / en el lugar lejano que nunca hubo, / Descendieron como las estrellas a mis ojos/ cintas de colores, luces brillantes, juguetes, / muñecas anheladas y hadas de oro/ hasta que insinuando las mejillas rojas, / rompieron a caer lágrimas, y me detuve/ en el paraíso que el mundo me acercó/ como lánguidos fantasmas vestidos de sombras y luz.

El tema central del libro “Poemas” es el encuentro entre el amor y el desamor, sueños e irrealidades, la resistencia que esa pasión halla en el camino a través de herencias primitivas. El hecho humano convertido en sentimiento de ausencia, nostalgia y deseo de dialogar con el ser o los seres amados. El ansia de retorno.

…Y tú oculto atraviesas las cordilleras/ de la pequeña isla/ que la aurora/ ha contaminado/ entonces el sello de las cartas/ enmudece por siempre. Te esperaré y si no vuelves/ te escucharé sigilosa detrás de mí.

Consuelo Rodríguez está actualmente jubilada de la enseñanza y dedica su tiempo a la lectura y a escribir poemas.  Su quinto libro publicado por la editorial ArtGerus, luce una bonita portada e ilustraciones interiores realizadas por Goretti Rodríguez, una joven pintora autodidacta que, ha ilustrado libros para la E.S.O., para las escuelas de la Conserjería de Educación. Ha realizado también murales y exposiciones de pintura. Ha tallado en tea el escudo del Ayuntamiento de Puntagorda. Una familia de artistas, junto con su hermano Francisco Jonás, que hoy acompaña a su hermana Consuelo con unos acordes de contrabajo.

 “Poemas” de Consuelo Rodríguez es un libro que mantiene ese halo bucólico de la escritura sencilla, sensorial e intimista. Una poesía que da sentido a muchas cosas de la vida.

Foto portada del libro "Poemas" de Consuelo Rodríguez Rodríguez


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lunes, 16 de marzo de 2015

Relaciones sexuales, Zoofilia.

Leda y el cisne

Un golpe inesperado: las grandes alas baten
en la aturdida joven, las oscuras membranas
le acarician los muslos, siente el pico en su nuca
y la opresión del pecho en su pecho indefenso.
¿Cómo pueden los blandos, sobrecogidos dedos
apartar de sus muslos la emplumada grandeza?
¿Y cómo puede el cuerpo, envuelto en blancas ráfagas,
no sentir el extraño corazón palpitante?
Un espasmo en las ingles engendra con el tiempo
la muralla caída, la torre, el techo en llamas
y la muerte de Agamenón.
Tan sometida,
tan domeñada por la sangre bestial del aire,
¿tomó con su energía cierto conocimiento
antes que el pico indiferente la soltara?

William Butler Yeats – 1924,  Traducción de Antonio Rivero Taravillo

Los humanos somos capaces de humanizar todo lo que tenemos a nuestro alrededor, de sentir una llamada dulce, un cariño protector, compasión, piedad y deseo sexual, hacia objetos o animales.
Casi todos los estudiosos de la conducta sexual humana parecen estar de acuerdo en que la soledad, o la falta de un compañer@, o la torpeza en las relaciones sociales o el aislamiento, suelen ser las causas de que se produzcan relaciones sexuales entre personas y animales, hasta tal punto que muchos manifiestan que sus animales pueden llegar a ser más cariñosos, e interesantes que las personas que han conocido, y que los quieren más que a ninguna otra persona en el mundo.

Este tipo de prácticas también se encuentra en muchos de los mitos griegos, en los que se describen usos con animales domésticos como vacas o burras, ovejas, carneros o caballos y yeguas o gallinas, terneras…  Y también relaciones sagradas con animales totémicos como águilas, ocas, cisnes o serpientes. 

Los fenicios sentían un gran respeto por los dioses, sabían que tenían que agradarlos, porque podían ser crueles y vengativos. Por eso el culto religioso estuvo presente en todas las actividades de la vida cotidiana. Y se preocuparon de extender a los pueblos mediterráneos  sus costumbres, sus ritos religiosos y las relaciones sexuales con animales, tanto masculinas como femeninas, posiblemente para favorecer la fertilidad de los animales y para que la cosecha fuera abundante.

El sacrificio como acto ritual, ha acompañado estrechamente al propio concepto religioso. El tipo de ofrenda consistía en piezas de ganado, aves, o productos de tipo agropecuario, no obstante estos ofrendas podían llegar a su extremo más cruel con el ofrecimiento al dios, de víctimas humanas.
El pueblo romano presenciaba espectáculos en los que hombres y mujeres capturados eran expuestos a animales adiestrados para mantener relaciones sexuales coitales o anales con humanos, y ocasionalmente muertos, para regocijo y diversión de los espectadores.


En la época prehispánica, los indios del área andina, hombres y mujeres, eran dados a este vicio, con los animales que criaban. También se habló de la convivencia de india con perro y de indio con perro y de indio con mona. Los nicaragüenses eran propensos a la cópula con los chumpipes o pavos. Los andoas del Amazonas ecuatoriano fueron acusados por los jesuitas, de dedicarse a la bestialidad con “todo género de animales y pájaros “.

Entre los yuroba de Nigeria era costumbre que el varón copulase con el primer antílope que cazase. En la sociedad ponapé, de los estados Federados de Micronesia, se admite el uso de hormigas que, colocadas sobre el clítoris sirven como medio de satisfacción femenina, los hombres de esta cultura suelen lamer un pececillo vivo introducido a medias en la vagina de su pareja. 

En los famosos estudios de Kinsey (1948 y 1953) realizados con 8.000 hombres y 12.000 mujeres, un 3,6% de mujeres y un 8% de hombres reconocían haber tenido contactos sexuales con animales, de estos el 17% pertenecía al ámbito rural.

Las mujeres limitaban generalmente sus contactos a permitir que su gato o su perro les realizaran un cunnilingus, es decir, solían untarse la zona vaginal con miel o azúcar y permitían que el animal, con el que les gusta dormir, les lamiera hasta conseguir su orgasmo, pocas reconocieron realizar coitos con sus perros. Los hombres de vida rural, reconocían coitos con animales de granja como vacas, terneras, ovejas o cerdas; estas prácticas habían comenzado durante la niñez o la adolescencia, y solían ser la consecuencia de haberse sentido excitados a ver copular a estos animales.

Suecia no considera la zoofilia como delito siempre que el animal con el que mantienen relaciones sexuales no resulte dañado físicamente. A los libaneses les está permitido tener relaciones sexuales con animales hembras pero no con animales machos. Desde enero de 2012, hay 34 Estados en Estados Unidos que condenan explícitamente las relaciones sexuales con animales como crimen contra la naturaleza.

El mito de Europa se sitúa en la antigua Fenicia y relata cómo Europa, hija de Teiefasa y de Agenor o Fénix, (Mosch. II 30-99; Ovid. Met. II 875), que estando un día recogiendo flores junto a sus compañeras en las playas de Tyro o de Sidón, reparó en un toro de color blanco que pastaba entre los rebaños de su padre. La joven princesa, entre asustada y maravillada, se siente atraída por un animal tan bello y apacible y, no sospechando que se trata del propio Zeus/ Júpiter, que se ha metamorfoseado en toro para seducirla, le acaricia, le ofrece flores como pasto, le adorna con guirnaldas y termina por subir a su grupa. Y como colofón de toda una secuencia de seducción amorosa, que tiene su cénit durante la travesía marina, se consuma la unión junto a una fuente y bajo un plátano que, en recuerdo de estos amores, obtuvo el privilegio de no perder nunca las hojas.

Leda y el Cisne ha estado presente en los mitos clásicos, en los relieves etruscos del Museo Británico, en Leonardo da Vinci en 1505,  en la pintura moderna y contemporánea como Picasso René Magritte, De Chirico, Klee y en otros muchos. El pintor canario Néstor Martín-Fernández de la Torre realizó en sus años de juventud una representación del mito.

Pintura de KATERINA SPEVÁKOVÁ
 
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sábado, 14 de marzo de 2015

EXPOSICIÓN "ESTRELLAS DEL CINE DE ORO MEXICANO..

 CENTRO COMERCIAL EL MUELLE, Las Palmas de G.Canaria. Abierta hasta el 12 de abril

Hay personas que coleccionan joyas, coches, romances. Pero Andrés Padrón lo que ha coleccionado a lo largo de su vida ha sido fotos. Fotos de cine. Esa ha sido su pasión. Y lo ha hecho con tal ardor que se ha convertido en uno de los más importantes coleccionistas a nivel mundial,  reconocido por el escritor Terence Moix, el Director Luis García Berlanga o El Director de la Cinemateca francesa, entre otros.



Desde muy pequeño se sintió atraído por los artistas, tanto que me contó que cuando se rodó Moby Dick en Las Palmas de Gran Canaria, en las Navidades del 54-55, él se acercó a Gregory Peck y le pidió un autógrafo. Desde entonces no ha dejado de sorprenderse con los cromos que reproducían fotografías de las estrellas, con los programas de cine que repartían en el cine al comprar la entrada, con ese gran lienzo de la pantalla que iba descubriéndose entre el claroscuro y el silencioso clamor de la sala. No ha dejado de rejuvenecerse con las películas y de los excelentes intérpretes, de cómo las conoció, de los secretos y las anécdotas, de las fantasías y de aquel inalcanzable glamour. Y sus palabras nos demuestran, el entusiasmo y el sentimiento, esa pasión palpitante que siempre ha sentido por el Séptimo Arte.

Su vida ha estado dirigida por su gran amor y dedicación al cine y al coleccionismo cinematográfico. Ha estado llena de esas diosas del celuloide, de todo ese repertorio de mujeres de cuerpos ligeros y caras guapísimas,  alegres y  frívolas, desahogadas y locuaces, de esos mitos de carne y hueso y de azarosas vidas que parecían prometernos otro cielo. De imágenes que han dado vueltas y más vueltas al mundo y al horizonte de Andrés Padrón.

Porque Andrés Padrón junto con su mujer, Montse Rivero han coleccionado miles de fotografías, postales, revistas, carteles, guías publicitarias, documentación editada por los grandes estudios del cine, han visitado a numerosos artistas que se han convertido en sus amigos. Han seguido sus huellas y han recibido cartas dedicadas, de grandes figuras del cine.

La exposición que hoy se presenta ha sido posible gracias al Área Cultural Diego Casimiro, Centro Comercial El Muelle y Enmarcaciones Vidal. Forma parte de la recopilación que Padrón ha hecho a través de toda su vida. Hoy con una temática especial, México. Un país al que nuestro coleccionista adora, un país con él que estuvo en contacto durante casi cincuenta años a través de la empresa en la que trabajó Tropical Films de Canarias  como distribuidores exclusivos para España de la marca PELI- MEX, que exportaba todo el material de esta industria.

Y gracias a eso le permitió atesorar grandes retratos de estrellas como la gran María Félix, figura inmortal de la cinematografía mexicana y personaje mítico dentro de la cultura nacional o a Dolores del Río, de la que se cuenta que fue la primera artista mexicana en protagonizar películas en Hollywood y que llegó a ser considerada una de las mujeres más bellas de su tiempo. Imágenes también de Silvia Pinal, Jorge Negrete, Pedro Armendáriz, entre otros muchos.

Andrés Padrón nos descubre su universo: Retratos, caras y gestos, la vida y la belleza de numeros@s protagonistas de la Época de Oro del cine mejicano. Fotos de actores sociales y oficiales, directores, cuyo objetivo es adentrarnos al mundo de los sueños. La presencia de sus voces que se nos acercan, el eco lejano de las películas.

Hoy inauguramos fotografías históricas sobre el mundo del cine en México, imágenes perfeccionistas y tiernas que buscan reflejar la belleza y la elegancia. Retratos que nos transmiten sentimientos, que cobran vida, personajes de ayer y de hoy, unidos por una enorme carga de emoción. Figuras eternas de ese mundo paralelo, que es el cine. Estrellas que, de nuevo, vienen a nuestro encuentro.

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martes, 10 de marzo de 2015

¿Por qué celebramos el día de la mujer?

 …Si te pegan un palo no llores Lola
                   vale más llevar palos que dormir sola. Eres, eres
                   eres como la alpispa junto a la Sieca
                                   La alpispa de Néstor Álamo.

      Cuando yo era pequeña existía un periódico que se llamaba “El Caso” un periódico que, unía lo oscuro y lo terrestre, lo sustancial y lo misterioso del género humano, tenía una gran difusión. Y recuerdo que un día apareció una noticia que me quitó el sueño durante mucho tiempo. Estaba aterrorizada.

      La crónica hablaba de un padre de familia, al parecer un dechado de virtudes que sin saber el por qué había matado a sus tres hijos y a su mujer que dormía plácidamente en su cama.
      Él los había matado con un hacha.

      Aquellos hachazos sonaron en mi cabeza, en mi conciencia, durante mi niñez. Estallaron en un miedo absurdo hacia todos los padres, hacia todos los hombres. Poco a poco me fui calmando, jugué con mi padre, hablaba, encarnaba el símbolo paternal maravillosamente. Me enseñó a desenterrar miedos, a librar la lucha del recelo, de esa alma infantil que necesita que se le abrigue y proteja. Me entendía con esa emoción sincera suya, innata. Respetaba a mi madre, compartía cosas con los amigos. Supo disipar mi intranquilidad, fabricarme una vida de amor, de tal forma que su ejemplo, me ha servido para mantener una conversación ininterrumpida con el mal llamado sexo fuerte.

      La mujer por instinto da, nutre, acepta. Ha sido el eje de las relaciones, obligaciones y actividades del día a día. Nos gusta compartir, tener inquietudes, experiencias intensas, retos. Formadas sabemos formar. Sabemos relacionar el amor con el espacio que nos rodea, con hombres y con mujeres. Se podría decir que somos el principal sujeto de la creación, de la humanidad.

     Estos días que, de nuevo, se celebra el Día Internacional de la Mujer, el día que reivindicamos y luchamos hacia la igualdad de los derechos y oportunidades con los hombres, el día en que nos planteamos una vez más en qué tipo de amig@s elegirías, que tipo de amor, de trabajo, de sociedad... he reflexionado de nuevo en todo esto, y he pensado en el por qué celebramos el día de la mujer, porque mientras haya que diferenciar a las mujeres por la lucha, por los derechos… estaremos en desventaja.

      Además no debemos olvidar que ya desde la antigua Grecia, Lisístrata empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a las guerras. En la Revolución Francesa las parisienses que pedían “libertad, igualdad y fraternidad”, marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino.

     Estas reflexiones vienen a cuento porque la violencia doméstica, machista o de género, da igual el nombre, no se erradica, todo lo contrario, está a la orden del día, tanto que en España cerramos el año 2014 con un total de 51 mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas, amantes, da igual, en manos de seres que no tienen nombre. Y como consecuencia 40 menores huérfanos. 

      Y lo peor es que también existe otro tipo de violencia, esa violencia de género psicológica, los chistes, el maltrato emocional, que no deja de ser sino una variante muy frecuente entre las modalidades de violencia contra la pareja, que se refleja en múltiples actuaciones, como las críticas constantes o los atentados a nuestra autoestima que van seguidas de una pelea en que, muchas de las veces, la mujer acaba rompiendo a llorar, cubriéndose la cara con las manos, dando rienda suelta a lágrimas. En resumidas cuentas ese vivir sintiendo que día a día te roban tus sueños, ese vivir sintiendo que te hacen“Luz de Gas” Amén de otras actuaciones mayores.

 Desgraciadamente existe aún una malentendida memoria histórica, donde las mujeres podían ser castigadas por los hombres si éstas los miraban a la cara o le hablaban sin su permiso, o aún peor si golpeaban a una mujer, eso era motivo de orgullo, pues eso demostraba su superioridad.

       La violencia contra las mujeres es la violación de los derechos humanos más universales.

      Dice el Fondo de las Naciones Unidas que una de cada tres mujeres en el mundo ha sido golpeada, violada o padecido algún tipo de abuso.Y lo más sorprendente es que los países con mayor número de asesinatos de mujeres por sus parejas o ex parejas son los más civilizados y desarrollados de Europa: Finlandia y Suecia.

     Sabemos que la conquista de la Igualdad de derechos y oportunidades no ha dejado de avanzar, a los resultados me remito. Queda mucho por hacer  Por eso en estos días en que los políticos hablan y hablan, prometen y prometen, deben tener presente que las leyes, la seguridad e independencia económica, no es suficiente, no solucionará el problema.

    Porque la verdadera solución tendrá que ir acompañada de una educación en valores de respeto y de igualdad entre los sexos si no todo seguirá perdido. Una educación que parta del seno familiar, del buen hacer en los hogares porque los niños aprenden a través del ejemplo. Una educación permanente en las guarderías, colegios, institutos… Una educación donde toda la sociedad esté comprometida.


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viernes, 6 de marzo de 2015

ELIZABETH BISHOP, la primera mujer en recibir el Neustadt International Prize for Literature.

 Nació en Worcester, Massachussetts el 8 de febrero de 1911 Muere el 6 de octubre 1979 en Boston. Es una de las más conocidas poetas de los Estados Unidos. Sus obras, que son relativamente pocas, siguen saliendo hoy en día en nuevas ediciones.

A pesar de no ser muy prolífica (en total publicó alrededor de 100 poemas en su vida), ganó un premio Pulitzer de poesía  en 1956 por su libro North & South — A Cold Spring, que agrupaba varios poemarios. Posteriormente recibiría el  Narional Book Award y el National Book Critics Circle Award así como dos becas de la Fundación Solomon R. Guggenheim y otra de la Ingram Merrill Foundation. En 1976, se convirtió en la primera mujer en recibir el Neustadt International Prize for Literature. 

En la sala de espera 
 En Worcester, Massachusetts,
acompañé a Tía Consuelo
a una cita con el dentista
y me senté a esperarla
en la sala de espera del dentista.
Era invierno. Anocheció
temprano. La sala de espera
estaba llena de personas mayores,
catiuscas y abrigos,
lámparas y revistas.
Mi tía estuvo dentro
lo que me pareció una eternidad
y mientras esperaba leí
el National Geographic
(ya sabía leer) y observé
las fotografías con atención:
el interior de un volcán,
negro y lleno de cenizas;
después aparecía vomitando
ríos de fuego.

Osa y Martin Johnson
vestidos con pantalones de montar,
botines y cascos de protección.
Un hombre muerto colgando de un poste
-“Gran Cerdo”, rezaba la inscripción-.
Bebés con las cabezas puntiagudas
enrolladas con vueltas y más vueltas de cuerda;
mujeres negras, desnudas, con los cuellos
enrollados con vueltas y más vueltas de alambre
como el cuello de las bombillas.
Sus senos eran horripilantes.
Leí todo esto sin pausa.

Demasiado turbada para parar.
Y después contemplé la portada:
los márgenes amarillos, la fecha.
De pronto, desde dentro,
surgió un ¡ay! de dolor
-la voz de Tía Consuelo-
ni excesivamente alto ni prolongado.
No me sorprendió en absoluto;
por entonces ya sabía que ella era
una mujer tímida, estúpida.

Tal vez debiera haberme sentido avergonzada,
pero no lo estaba. Lo que me tomó
completamente por sorpresa
fue que había sido yo:
mi voz, en mi boca.
Sin darme cuenta
yo era mi estúpida tía,
yo -nosotras- estábamos cayendo, cayendo,
con los ojos fijos en la portada
del National Geographic,
febrero, 1918.

Me dije: tres días
y tendrás siete años.
Estuve diciendo esto para detener
la sensación de estar cayéndome
del redondo, giratorio mundo
hacía un frío espacio azul marino.
Pero sentí: tú eres un yo,
eres una Elizabeth,
eres una de ellos.
¿Por qué tienes también tú que ser única?
Apenas me atrevía a mirar
para averiguar lo que yo era.
Eché un vistazo de reojo,
-era incapaz de mirar más arriba-
hacia las sombrías rodillas grises,
los pantalones y faldas y botas
y diferentes pares de manos
que yacían bajo las lámparas.
Sabía que nunca había sucedido
nada extraño, que nada
extraño podría suceder jamás.

¿Por qué debía yo ser mi tía,
o yo, o cualquier otra persona?
¿Qué afinidades
-botas, manos, la voz familiar
que había sentido en mi garganta, o incluso
el National Geographic
y esos terribles senos colgantes-
nos mantenían tan juntos
o nos hacían uno solo?
Cuan -no conocía ninguna
palabra para designarlo- cuan “improbable”…
¿Cómo había llegado yo hasta aquí,
igual que ellos, y había oído por casualidad
un grito de dolor que hubiera podido ser
peor y más estridente pero no lo fue?
La sala de espera era luminosa
y estaba demasiado caldeada. Se desvanecía
bajo una gigantesca ola negra,
otra, y otra más.
Entonces regresé.

La Guerra estaba en marcha. Fuera,
en Worcester, Massachussets,
había la noche y la nieve aguada y el frío,
y era aún cinco
de febrero, 1918.
*Versión de Roser Amills Bibiloni

In the Waiting Room

In Worcester, Massachusetts, / I went with Aunt Consuelo / to keep her dentist's /appointment / and sat and waited for her / in the dentist's waiting room. / It was winter. It got dark/ early. The waiting room / was full of grown-up people, / arctics and overcoats,/ lamps and magazines./  My aunt was inside/  what seemed like a long time/  and while I waited and read/  the National Geographic/ (I could read) and carefully/ studied the photographs:/ the inside of a volcano,/ black, and full of ashes; /then it was spilling over
in rivulets of fire…

La escritura de Bishop estuvo fuertemente influenciada por la poeta Marianne Moore.  Bishop viajó ampliamente y vivió en muchas ciudades y países, muchos de los cuales están descritos en sus poemas. Apunta el realizador brasileño Bruno Barreto al estrenar la película "Luna en Brasil". Su casa, Brasil "Era su santuario, su paraíso personal. Allí Elizabeth dejó que su poesía se impregnase de luz, colores y vida, con aquel derroche de sensibilidad visual, y Lota creaba y construía con la belleza y el ritmo de los poemas de Bishop".

Elizabeth tuvo varias relaciones con distintas mujeres y dos relaciones estables. La primera fue con la arquitecta brasileña, Lota de Macedo Soares. La otra gran relación de Elizabeth fue con Alice Methfessel, a quien Bishop conoció en 1971. Methfessel se convirtió en la pareja de Bishop y, tras su muerte, heredó los derechos literarios de la obra de su pareja.

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martes, 3 de marzo de 2015

PIES, ZAPATOS DE TACÓN, COMO FETICHE SEXUAL

A tus pies, /sublime fin de tus encantos/me hinco adorador y apasionado. / Amo la curva de tus plantas, / donde mis labios acuden presurosos / a beber el néctar de tu piel. (Anónimo)

 La historia del zapato comenzó a partir del año 10.000 a C. y ya en el siglo XVIII fue típico el fetichismo del calzado separado del pie. Había organizaciones que estudiaban devotamente los modelos de calzado femenino, y llegaban a verdaderos éxtasis cuando recibían como presente un zapato de la dama de sus sueños. Se decía que el calzado era andrógino, ya que la abertura para meter el pie era una vagina y su tacón un pene.


No deja de ser un tipo de parafilia que consiste en exteriorizar el deseo no en relación a una persona, sino a una parte de ella que desmenuza, escinde, deshumaniza. Toma parte de ella y la convierte en objeto de una especie de culto ideal erótico, hasta tal punto que esa parte se convierte en el único instrumento capaz de llevarte al orgasmo.

En el mundo occidental siempre han sido amantes del calzado, pero fue en la Inglaterra del siglo XIX donde la palabra fetichismo adquirió la categoría de nombre propio, cuando la represión victoriana y el puritanismo dieron origen a nuevas formas de expresión sexual. La campaña para ocultar el pie femenino bajo faldas ampulosas e interminables y botas ajustadas obtuvo tanto éxito que el mero acecho del tobillo de una mujer ya era causa de excitación y, por prolongación, sus zapatos o sus botines se convirtieron en símbolos de partes del cuerpo más ocultas y misteriosas, y el desear con vehemencia sus pies o su calzado, se convirtió en algo estrictamente mágico y prohibido.

El zapato y los pies han representado una sensual historia llena de fetichismo. No olvidemos la importancia de la talla del zapatito de cristal en la Cenicienta de Perrault o los coturnos de madera, que hacían caminar como muñecos a los actores que salían a escena en el siglo V antes de Cristo, y posteriormente el glam rock americano llevó al extremo con las plataformas de Kiss o las despampanantes drag queens de New York como RuPol.

Pero fue en el Reino Unido, donde se diseñó para la reina Victoria en 1840 las primeras botas de señora y, diez años más tarde ya existía un mercado clandestino de pornografía que mostraba espléndidos-ostentosos zapatos con 15 cm. de altura. También apareció la costumbre de beber champagne en los zapatos de las bailarinas. Y Christian Louboutin, francés y diseñador de zapatos, traslado su genio fetichista al cristal y convirtió su diseño en una reivindicación del zapato de Cenicienta como objeto de deseo absoluto. 

Hoy ha transcurrido más de un siglo de la existencia de revistas con nombres significativos como Hihg Heel Honeys y Super Spikes, y esos altos y estrechos zapatos fetiche ya no pertenecen solo al mundo de los travestidos y a las prácticas sadomasoquistas. Hoy, existen empresas que trabajan zapatos de tacones de todas las alturas imaginables, en líneas sexys, atrevidas, eróticas. Por algo llego a decir, Marilyn Monroe: «dale a una mujer los zapatos adecuados y podrá conquistar el mundo»
Lo cierto es que en Occidente la altura del zapato es símbolo de erotismo y de poder, insinuante y anguloso como una daga.  Sin embargo en  Oriente los pies son objeto del deseo desde el siglo X, pero el calzado recuerda más bien la lencería, realizado con retales de satén y suelas delicadamente bordadas. La emperatriz Taki, hija del emperador chino Song, nació con una malformación, con unos pies muy pequeños y obligó a sus cortesanas a disminuir sus pies, envolviéndolos con vendas, lacerándoles, para que no crecieran, (pies de loto),  como signo de respetabilidad. Esta costumbre fue abolida por un decreto imperial a comienzos del siglo XX.

Recordemos el zapato surrealista de tacón de Salvador Dali con un vaso de leche, o el zapato que eligió Luis Buñuel, con hebillas cuadradas de plata para la protagonista, Catherine Deneuve, en Belle de Jour. Realizó el director un gesto de especialista: Las hebillas son usadas tanto por los empleados con librea, como por las altas superioridades de la Iglesia. De este modo quiso simbolizar la doble vida de la protagonista, dama de día y criada de noche –en los placeres del amor.

Y en la gala de Las Drag Queens, concretamente, en  Las Palmas de Gran Canaria, los zapatos forman parte del espectáculo, de la vestimenta. Porque la finalidad de la Drag Queen es marcar un halo diferenciador, elegante, lujurioso. Y lo han logrado se ha convertido en una cultura tan atrayente que hasta uno de los grandes de la moda, el palmero, Manolo Blahnik ha sucumbido a los encantos, al arte de la exaltación y el deseo.

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