La cólera vieja/ y sumisa que se agolpa/en mi puño prieto, /rojo, tenso
pequeño;/como semilla germina,/revienta y florece diáfana/al roce del rayo
blanco… Ana Déniz
Ana
Déniz era la bibliotecaria del pueblo de Santa Brígida, y además era una
gestora cultural, una persona con poder imaginativo que animaba a músicos, a
grupos musicales, a fotógrafos, a escritores: Propiciaba el diálogo
cultural.
Pero
sobre todo era una poeta intimista, una poeta que amaba el amor y la
naturaleza, y tanto describía un amanecer frío como un invierno de su tierra,
como un día transparente lleno de luz o un paisaje de palmeras, de árboles.
Lugares de su tierra, como de la ficción.
Y
pudimos comprobarlo en el homenaje que se le hizo el pasado sábado en la Casa
de la Cultura del pueblo que la vio crecer. Un acto que fue amparado por el
Ayuntamiento de Santa Brígida y amenizado por la música en vivo de un grupo
musical. Y dirigido
por Rubén Díaz que lo llevó con entusiasmo pero al mismo tiempo con una emoción contenida y
organizado por los escritores José
Miguel Junco y Santiago Gil. Asistieron
al acto, vecinos y amigos gente de la cultura. Y poetas que señalo a
continuación porque ellos fueron los que pusieron la voz a unos poemas de Ana pero también leyeron otros dedicados a ella. Un recital repleto de tanta belleza que enseguida se hizo grande, más íntimo.
Marcos
Alonso, Antonio Arroyo, Aquiles García Brito, Javier Cabrera, Nicolás ángel
Díaz, Santiago Gil, Juan Francisco González, Isa Guerra, Pepe Junco, Felipe
Landín, Félix Martín Arencibia, Leonilo Molina, Tino Prieto, Ángel Ramos,
Purina Santana, Dunia Sánchez, Pedro Socorro y Rosario Valcárcel.
Y estos
son algunos de los poemas que se leyeron, que recorrieron la palabra de
Ana Déniz, su poesía:
Cuando pintas los bordes de la silueta/y sigues el camino sinuoso del
color;/la mariposa etérea y cristalina del arte/que crece y vive donde gestan a
los astros,/guía tu lápiz a través de la perlada hoja…
Hoy,/tus palabras/transeúntes/no jugarán/en las calles/de mi mirada,/ni
correrán/extasiadas/por las aceras/de mis ojos,/ni bailarán/en sus pupilas…
Cuando las olas rompan en la orilla de mi corazón,/cuando el mar salado
cure mis oscuras heridas,/cuando el agua se filtre en la arena de mi piel… Ana Déniz
Ana Déniz
una poeta que escuchaba su corazón y al mundo que le rodeaba. Una poeta que yo
la recordaré con un diálogo reposado y una sonrisa tímida. Una poeta que
permanecerá en la memoria de todos los que la conocieron.
Facebook/rosariovalcarcel.blogspot.com,
rosariovalcarcel.com
Bello, hermoso acto de solidaridad, el del homenaje en el antiguo cine de Sataute. Un buen grupo de escritores y de amigos, tal como nos cuenta esta emotiva crónica.
ResponderEliminarHola Rosario, así fue, tal cual lo cuentas.
ResponderEliminarTe mando un abrazo.
Gracias, Rosario, por recordarme esa emoción compartida con la palabra de Ana Déniz.
ResponderEliminarHermoso homenaje a alguien que por lo que "siento" a traves de la lectura de tu texto fue (y sigue siendo sin duda, por lo que despierta en ti y los que la conocieron) ternura y sensibilidad...
ResponderEliminarGracias casi hermana. Cuánto me alegra tenerte por aquí. Mi abrazo apretado.
ResponderEliminarGracias Luis, gracias Alfonso Baro por tus palabras desde la distancia.
ResponderEliminarBesos
Un honor el haber participado en tan entrañable acto en recordatorio de la vida y la obra de la sentida poeta Ana Dénis. Gracias a los escritories José Miguel Junco y Santiago Gil por la convocatoria. Y que no caiga en el olvido la publicación del libro con la poesia de Ana, entre todos podemos hacerlo.
ResponderEliminarGracias Antonio, Juan Francisco. Fue realmente un homenaje emocionado.
ResponderEliminarSaludos cariñosos.
Siento un poco, casi bastante, sana envidia de no pertenecer y participar en ese núcleo cultural que tienen estos amigos en Las Palmas que siempre nos sorprenden con nuevos actos, exposiciones, homenajes... Sentirse uno en medio de un desierto cultural, por mucho que se escarbe, sólo encuentra arena.
ResponderEliminarExcelente tu reseña del acto.
ResponderEliminarExcelente tu reseña del acto,Rosario.
ResponderEliminarA veces, pocas por desgracia, se reconocen los méritos de los enraizados en la tierra que les vió nacer o en la que incrustaron sus raíces. Enhorabuena a la homenajeada y a todos los que se sintiesen de alguna forma representados.
ResponderEliminarSaludos
Un día entrañable y lleno de humanidad. El cielo le regalo a Ana, unas gotas de su armonía, en pleno acto compartido.
ResponderEliminarEnviarles todo mi cariño y la actitud tan hermosa de todxs.
Les quiero mucho.
Tienes razón Paco. Pero este caso ha sido emotivo, distinto. Me atrevo a decir que muy bello.
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