Me gritaron negra
https://www.youtube.com/watch?v=754QnDUWamk
Tenía siete años apenas,
¡Qué siete años!
¡No llegaba a cinco siquiera!
De pronto unas voces en la calle
me gritaron ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
“¿Soy acaso negra?”- me dije
¡SÍ!
“¿Qué cosa es ser negra?”
¡Negra!
Y yo no sabía la triste verdad que aquello escondía.
¡Negra!
Y me sentí negra,
¡Negra!
Como ellos decían
¡Negra!
Y retrocedí
¡Negra!
Como ellos querían
¡Negra!
Y odie mis cabellos y mis labios gruesos
y mire apenada mi carne tostada
Y retrocedí
¡Negra!
Y retrocedí . . .
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Neeegra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
Y pasaba el tiempo,
y siempre amargada
Seguía llevando a mi espalda
mi pesada carga
¡Y cómo pesaba!…
Me alacié el cabello,
me polvee la cara,
y entre mis entrañas siempre resonaba la misma palabra
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Neeegra!
Hasta que un día que retrocedía , retrocedía y qué iba a
caer
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¡Negra! ¡Negra! ¡Negra!
¿Y qué?
¿Y qué?
¡Negra!
Si
¡Negra!
Soy
¡Negra!
Negra
¡Negra!
Negra soy
¡Negra!
Si
¡Negra!
Soy
¡Negra!
Negra
¡Negra!
Negra soy
De hoy en adelante no quiero
laciar mi cabello
No quiero
Y voy a reírme de aquellos,
que por evitar -según ellos-
que por evitarnos algún sinsabor
Llaman a los negros gente de color
¡Y de qué color!
NEGRO
¡Y qué lindo suena!
NEGRO
¡Y qué ritmo tiene!
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO
Al fin
Al fin comprendí
AL FIN
Ya no retrocedo
AL FIN
Y avanzo segura
AL FIN
Avanzo y espero
AL FIN
Y bendigo al cielo porque quiso Dios
que negro azabache fuese mi color
Y ya comprendí
AL FIN
¡Ya tengo la llave!
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO NEGRO NEGRO
NEGRO NEGRO
¡Negra soy¡
Victoria Eugenia Santa Cruz Gamarra, nació el 27
de octubre de 1922 en La Victoria, provincia de Lima y murió el 30 de agosto de
2014, en Lima. Compositora, coreógrafa y diseñadora, exponente del arte
afroperuano.
Su padre, Nicomedes Santa Cruz Aparicio, fue escritor y
dramaturgo, y su madre, Victoria Gamarra, quien provenía de una familia muy
ligada a la pintura, fue una gran bailarina de zamacueca y marinera. Victoria
se convirtió en la voz del arte negro peruano. “Encontré en lo que había
heredado justamente como ancestro, África, la base para ponerme de pie. Tuve que
empezar por el negro, por esas combinaciones rítmicas africanas que hemos
heredado y conservamos tan celosamente a través de cuatrocientos años, fue lo
que me hizo decir un día el negro no fue nunca esclavo, porque nadie pudo
esclavizar su ritmo interior, que es la única guía del ser humano. Que no me
diga nadie que no es racista antes de serlo, hay que serlo primero”.
Se inició en el mundo de las tablas con el grupo Cumanana
(1958), junto a uno de sus diez hermanos, Nicomedes, quien también era estudioso
del folklore peruano: “Cultura viene de cultivo, y si el hombre a través de sus
manifestaciones no se cultiva no está haciendo nada, sino vivir en el sueño.”
Sus estudios se realizaron en un contexto donde la
discriminación era mucho más acentuada. Becada por el gobierno francés, viajó a
París para estudiar en la Universidad del Teatro de las Naciones (1961) y en la
Escuela Superior de Estudios Coreográficos, allí se destacó como creadora y
diseñadora del vestuario de la obra “El retablo de don Cristóbal”, de Federico
García Lorca, y en “La rosa de papel”, de Ramón del Valle Inclán.
En 1968 fundó Teatro y Danzas Negras del Perú, comenzando
una nueva etapa de su estudio. El folklore no era considerado por ella como
algo exótico ni pintoresco, sino como vida pura.
Viajó difundiendo la cultura negra de Perú y fue una de las
pocas mujeres, latinoamericanas y negras, catedrática en la Universidad
Carnegie Mellon (Estados Unidos), de la que quedó como profesora vitalicia.
En 1973, fue designada directora del Conjunto Nacional de
Folclore del Instituto Nacional de Cultura (INC) de Perú, cargo en el que se
mantuvo hasta 1982.
Los últimos años, antes de su voluntario retiro, los dedicó a dictar talleres
en Estados Unidos y Europa.
Su actitud rebelde y sus escritos transgresores son una
invitación para navegar entre las páginas de sus libros y contagiarnos así de
su arriesgada valentía y de su sabia desobediencia, ya sea en su vida personal
o en su labor literaria
Foto, Victoria Santa Cruz
Material de las redes sociales.