Cuando yo era pequeña leía cuentos procedentes de la tradición oral escritos entre los siglos XVII y XIX. Pequeñas joyas
repletas de crueldad y melancolía.
Cuentos rescatados por Charles Perrault o por los hermanos Grimm.
Con el tiempo el Imperio Disney ha suavizado los temas y las
formas, ha introducido expresiones de afecto, quizás porque no eran demasiado
apropiadas para los niños. La verdad es que yo sentía mucho miedo y por la
noche me despertaba con pesadillas. Sin embargo leer este tipo de historias
dicen algunos psicólogos que es necesario porque forma parte de la vida, ya que
tarde o temprano no solo tendremos que afrontar el desasosiego sino que
tendremos que aprender a gestionar el miedo.
Lo cierto es que esos cuentos o relatos han cumplido en
todas las sociedades, incluidas las africanas, diversas funciones, una de
ellas es describir su origen e inculcar a los niños y a los más jóvenes los
valores de la comunidad. Sin olvidar que escuchar relatos, leyendas, cuentos,
poemas o asistir a teatros, fortalece el
vínculo familiar y la educación emocional. Favorece el desarrollo del lenguaje, la adquisición
de normas tan sencillas como esperar turnos de conversación o salvarse del miedo, cuando con las manos entrelazadas escuchan los cuentos.
En el otoño del 2018, la causalidad quiso que llegara a mis
oídos la existencia de un libro de relatos sobre Gambia. El país más pequeño de África y con muy pocos
recursos naturales de importancia. Mis viajes me han permitido recorrer las
casas de algunos amigos, me han permitido entender el efecto de las emociones
sobre la pobreza y la alegría, el color y el bullicio. Me han permitido conocer
la gastronomía y la subsistencia, las tradiciones familiares, Compartir el ágape
y observar el fervor por la religión
musulmana.
El libro de Sona Mariama lo busqué en un viaje a Tenerife,
sin éxito. Más tarde me puse en contacto
con Lorenzo García, Presidente de la Asociación Correcaminos Solidarios de la
isla tinerfeña. Y comentamos las afinidades y el atractivo que posee para
nosotros Gambia. Finalmente llega a mis
manos Sona Mariama. (Librería Azulia). Un libro que nos relata
historias parecidas, idealizadas en un amoroso vuelo común que, responde a
los porqués del misterio de la Naturaleza. Historias de seres que como dice el
poeta Eduardo Galeano viven cada día como si fuera el primero y cada noche como
si fuera la última. Relatos en las que el desconocimiento y lo desconocido se
van trocando en creaciones ubicadas en distintos lugares de África, como un
árbol o un cocodrilo que habla:
-Niño, por favor,
ayúdame. Hace tres días que estoy aquí sin comida. Si me dejas seguramente
moriré.
-El cocodrilo se
llamaba Bambo. Pensó que el chico sería una buena comida…
Doce cuentos que fueron recopilados entre gente mandinga que
viven en diferentes aldeas de Gambia, concretamente en los distritos de Jarram
Badidbu y Kombo. Manuel Arechavaleta ha
traducido y editado este conjunto de relatos con la Asociación Correcaminos
Solidarios de Tenerife con el fin de construir y mantener un colegio en
proyecto. En el prólogo de Sona Mariama,
Pablo Martín Carbajal nos habla del fuego y la naturaleza. Nos habla del
narrador:
-El contador de historias utiliza canciones, gestos y
personificaciones para cautivar a la audiencia. En particular los cánticos o
estribillos son un elemento central en los cuentos populares de África
Occidental.
Sona Mariama y otros cuentos populares de Gambia defiende la
recuperación de la memoria, la necesidad de no olvidar los orígenes, la
importancia de la tradición, la oralidad, la palabra silenciada.
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