Su reino es el sueño perpetuo y camina sobre las aguas de la
sensualidad. Está hecha de arena y sentimiento, y se alimenta de sol. Es poeta
y como tal, puede ser turista en otras dimensiones y charlar de tú a tú con
habitantes mágicos, pero como narradora también es capaz de meterse
en la piel de comunes mortales y adentrarse en los terrenos de sus
insatisfacciones, dolores y ansias.
Eso y más es Rosario Valcárcel, una autora que es
considerada la pionera de la narrativa erótica canaria. Los invito a conocerla.
¿De qué manera influye el lugar donde ha nacido o su hábitat en la personalidad u obra de un escritor o creador? Usted que lo ha hecho en una isla, y obviamente, cerca al mar, ¿cómo se ve a sí misma y de qué forma interpreta su obra? ¿Qué le debe a ese entorno?
En mi obra siempre aparece de alguna manera el mar,
aparece el amor y el miedo que siento hacia él. Las imágenes tanto visuales
como auditivas de mi playa de Las Canteras, su arena blanca, el nombre de sus
piedras, la fauna marina. Las islas. Las calles en donde jugaba de pequeña, el
cine, el entorno en donde crecí y me enamoré. Todo ello ha ocupado un
lugar especial al que le debo alegrías, logros, emociones, nostalgias…
Su primera obra “La peña de la Vieja y otros
relatos”, como era de esperarse, tenía que ver con el
mar, pero con aquel de sus recuerdos,
¿obviamente existe un antes y un después en la visión que se tiene de algo
cuando somos niños y luego adultos? ¿Quién cambia en verdad,
el mar o el espectador, ninguno o ambos?
Concretamente en mi primer libro “La Peña de la
Vieja y otros relatos” es un homenaje a la playa de Las Canteras, al cine
de siempre, la Navidad, el Carnaval, a una ciudad más humana. A mi
infancia entre Gran Canaria, Tenerife, La Palma. Un libro escrito
sobre los recuerdos.
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Un libro que escribí en los años en que viví en Madrid.
Momentos en que se creó en mí una necesidad de evocar y transmitir. De escribir
sin nostalgias o acaso sí.
La visión que tenía del mar no ha cambiado, sigue siendo
aquel espacio sobrenatural, mágico en donde pasé mi infancia. Lo que ha
cambiado es la conciencia del mismo y eso es lo maravilloso.
¿Qué la lleva a escribir? ¿Qué recuerdos tiene de esos
primeros instantes con la literatura? ¿Qué temas la inspiraban? ¿Alguien
la alentó en su vocación?
Todos los isleños y especialmente los creadores nos identificamos
con el mar porque él nos transmite imágenes, nos cuenta cosas, ideas… Nos
inspira.
Pero
además yo tuve la suerte de entrar en la literatura y en el cine de la mano de
mi padre. Un ser que inventaba historias, que contaba cuentos y que llenó mi
universo de murmullos y sueños, de animales que hablaban. De cuentos que
él se inventaba.
También me inspira la realidad, la propia vida, el amor las
fotografías y sobre todo el cine de antes, ese cine clásico de mi adolescencia
en donde todo se imaginaba, se soñaba. Sueños que siguen siendo necesarios para
escribir.
Empezó con los relatos, pero también hizo poesía, ¿por
qué el cambio? ¿Qué necesidades no podía cumplir la narrativa?
No creo que haya sido un cambio brusco porque dicen que mi
narrativa es poética. Aunque en realidad escribir poesía es algo más hondo, más
profundo, más meditado, más potente, más silencioso. El camino hacia la
raíz. Con la poesía la palabra a veces tiembla y sufre, otras acaricia y
goza.
Para mí escribir poesía ha sido un reto heroico.
¿De qué manera colmó sus ansias comunicativas el poemario “Las máscaras de Afrodita? A propósito, ¿no nos sacamos la máscaras ni para dormir? ¿Es que nunca nos mostramos tal y como somos? |
Aunque ya había participado en antologías con algún poema.
El poemario Las Máscaras de Afrodita colmó mis ansias de levedad y de
autenticidad interior.
En el mundo actual todos somos productos de nuestra cultura,
de una etiqueta. En cierta medida nos disfrazamos, utilizamos una máscara
quizás para defendernos de nuestros miedos o para cumplir un rol ante la
sociedad.
Pero para los artistas eso es una ficción porque nuestra
escritura no puede, o no sabe mentir. No podemos ocultarnos detrás de máscaras.
Necesitamos contar nuestros secretos, nuestras emociones…
¿Se siente mejor en su rol de poeta? ¿Qué ventajas
otorga ser un narrador y a qué no puede aspirar un poeta dentro de la
literatura?
En mi rol de poeta puedo crear seres metafóricos, puedo ser
más auténtica. Como narradora puedo contar, hacer ficción o narrar la realidad
sobre la rutina y la languidez que se produce en la vida cotidiana de las
parejas, sobre el poder de la fantasía y el sexo. Me permite fabular,
explayarme en el tema que surja. Me permite adoptar figuras e imágenes
diferentes a la vez.
Pero los temas del amor y el erotismo no aparecen por vez
primera en su poemario, sino ya antes, en su libro “Del amor y las pasiones”, y
en “El Séptimo Cielo” sin embargo, muchos críticos coinciden en afirmar que es
con “Las Máscaras de Afrodita” donde se encumbra su talento en el ámbito
amoroso-sensual-erótico.
Mi literatura ha tenido desde sus comienzos una carga
sensual, de fantasía, el placer y el sufrimiento, la conciencia de lo efímero
de la vida. Me alegra saber que con “Las Máscaras de Afrodita” ha sido mi
momento más amoroso-sensual-erótico.
Ahora bien al estar escrita por una mujer puede aportar elegancia, dulzura, sensualidad, intimidad o ternura… Quizás las mujeres podemos aportar una presencia diferente de nosotras mismas, esa imagen moderna de mujer que se impone como ser que reivindica su sexualidad y no como objeto deseado.
Muchos expresan que con el erotismo hay que ir con mucha
sutileza, o mejor dicho, con mucho tacto y esas precauciones se extreman cuando se
trata de abordarlo en la literatura. Supongo que a las mujeres se les pide más,
o quizá, se espera menos de ellas. Como fuere, ¿cómo se llega a ser considerada
la pionera de la literatura erótica canaria hecha por mujeres? ¿En qué momento
aparece mostrando su propuesta y por qué impacta tanto? Y, algo más,
hasta ese instante ¿qué habían o no hecho sus colegas hombres por la literatura
erótica canaria?
En Canarias ha habido un vacío. Las sociedades patriarcales
frenaron y negaron el disfrute de la mujer. El placer ha estado marcado por la
religión, la culpabilidad y los tabúes. El deseo y el gozo eran entendidos como
sombras pecaminosas, vivíamos entre el cielo y el infierno. Existía una
incapacidad para hablar del sexo mismo, de alguna forma se sublimaba. Y por lo
tanto no ha sido un tema que se haya prodigado en los tiempos pretéritos.
Hoy el erotismo está de moda en todos sus registros
escritos. Como mujer, estoy considerada la pionera de la narrativa
erótica en Canarias.
¿Ha cambiado en algo la actitud que tienen los lectores
frente a la literatura erótica? ¿Siguen siendo ellos los que más buscan
lecturas de este estilo? Y las mujeres, ¿qué esperan de este tipo de libros?
Para la sociedad actual todo es erotismo, se emplea en la
publicidad, en la política, en el cine. Estamos saturados de seducción erótica.
Y creo que la mujer es la que más busca este tipo de literatura, quizás porque
durante mucho tiempo estuvimos vetadas. Este tipo de libro puede enseñar
a los hombres y a las mujeres a querernos más, a ser más libres.
Cuando se habla de literatura erótica sana ¿entra a
tallar la autocensura, los prejuicios, la culpa o la desinformación? ¿Nos
hacemos un lío con los conceptos? ¿La mayoría entiende más o menos lo mismo? El
escritor reúne en su escritura el recuerdo de unas experiencias reales.
La sexualidad femenina es un descubrimiento de los años
sesenta, gracias a ese momento la mujer se hizo visible, se despoja de sus
prejuicios y expresa sus sentimientos más profundos. El escritor/a de alguna
forma cuenta sus experiencias y sus sueños. Hoy la mujer explora y descubre su
cuerpo, realiza juegos eróticos, se encuentra libre de la culpa, del pecado. Y
creo que hoy, nadie se hace un lío con los conceptos.
Mi literatura erótica habla del amor, de los cuerpos encontrados,
de acontecimientos, del placer del juego, la ironía, la narración libre y
desenfadada, de experiencias personalizadas y de las relaciones humanas
que sufren metamorfosis. Del sexo como salvación que sale al encuentro de
la pequeña muerte y la convierte en aliada de la vida.
¿Qué tipo de literatura erótica es la suya si queremos
ubicarla en un contexto determinado? ¿Cómo definiría su trabajo en este
aspecto?
Mi trabajo lo definiría como un canto a la libertad, a la
vida, a la belleza. Decía Dostoievsky que “Solo la belleza salvará al mundo”.
Yo creo que “el sexo puede salvarnos del mundo”. Es un antídoto ante las
desgracias, ante la muerte
Pero su preocupación o interés literario también se
extiende hacia el lado de la niñez. Vemos que ha hecho poesía infantil,
participado en coloquios realizados en escuelas y forma parte del
colectivo Andersen, ¿no cree que es nuestra obligación devolverle a los niños
su edad, su estado natural? En otras palabras, dejar que vivan su tiempo sin
apuro y no permitir que envejezcan prematuramente con cosas de adultos.
Totalmente de acuerdo yo siempre digo que yo,
afortunadamente, he vuelto a ese mundo de la infancia, de dónde nunca tenía que
haber salido. Al mundo que más se acerca a la perfección y del cual siempre
estamos aprendiendo. Por eso soy partidaria de que los niños vivan su infancia
sin prisas y que la vivan intensamente porque ella será la energía que le
servirá para su vida de adulto.
Dio el salto a la novela en 2012 con su obra “Moby Dick
en Las Canteras Beach”, que recrea el
. rodaje de la película “Moby Dick” en aguas canarias. ¿Qué
tiene de usted, María Teresa, la adolescente narradora de esta historia?
Sin duda hay acontecimientos que nos marcan de por vida, pero con el correr del
tiempo, los evocamos algo distorsionados. Sobre todo eso pasa con los que nos
hicieron felices, sin embargo, los recordamos mejor de lo que en verdad,
fueron, ¿no cree?
Di el salto a la novela con Moby Dick y para ello me sumergí en el mundo de los platós, del rodaje de Moby Dick, protagonizado por Gregory Peck y dirigido por John Huston en las aguas de mi playa de Las Canteras.
María Teresa, la narradora de mi “Moby Dick en Las Canteras
Beach”, tiene de mí la memoria inconsciente asociada a las cosas que mi
familia, amigos y vecinos contaban sobre el rodaje que tuvo lugar en Gran
Canaria.
Recuerdos
que se relatan en la novela, que no se han distorsionado porque antes de
empezar a escribir me documenté con los periódicos de la época. Además tuve la
suerte de tener las voces de algunos de los protagonistas canarios, que
intervinieron en el rodaje, en un CD titulada “Salvar la Memoria
Moby Dick y Tirma” que realizó en la isla Luis Roca Arencibia.
¿Qué espera de su futuro literario?
Espero del presente. No quiero afrontar el futuro sino vivir
el presente y en él poder seguir trabajando, leyendo y mucho, tanto para mi
proceso de escritora como para mi vida espiritual, porque estoy convencida que
a través de la lectura puedo enriquecer mi vida, incluso llegar a ser mejor
persona.
Foto de Elga Reategui y portada de libros.
elgareategui.blogspot.es