José M. Balbuena Castellano
Mas, y su cuadrilla de desvertebradores secesionistas,
aseguran que el rey de España ha ido a Washington para que su majestad Obama le
apoye en la idea de mantener la unidad española, ya que ellos, los usianos,
ayudarán a una “unified Spain”. Es la
primera visita del monarca español al país más poderoso de la Tierra, (o, al
menos, eso creen) y se siente más que satisfecho porque ya son tres las
naciones que han opinado sobre la necesidad de mantener la cohesión hispana:
Angela Merkel, de la Alemania post-nazi; un tal Cameron, ex-primer ministro de
nuestra amiga Gran Bretaña (aunque no nos devuelva Gibraltar) y ahora el apoyo
moral del Premio Nobel Obama, concedido sin ton ni son .Algo es algo...
De la historia de Cataluña poco se puede decir ya que no se
conozca. Ellos pasaron por el dominio ibero, fenicio, romano, árabe, visigodo,
castellano-leoneses y aragoneses. Formaron parte de la Marca Hispánica,
tuvieron sus condes, marqueses y demás nobleza, tutelados, unidos o federados a
la corona de Aragón. Pero, realmente independientes solamente lo fueron ciento
cincuenta años, desde el gobierno de Ramón Borrel II (972-1017) hasta que se
fusionó con la corona de Aragón en 1.137.
Así que no extraña
que, a estas alturas, poseyendo una lengua propia, unas tradiciones, una
idiosincrasia, etc, muchos de sus habitantes sientan el deseo de convertirse en
una nación independiente. Esta es una cuestión muy discutible y no me pongo ni
de un lado ni de otro. Me coloco en el
centro, aunque yo mantengo que “la unión hace la fuerza”. No se debe olvidar
que la nación española está formada de retazos de otros territorios que a lo
largo de la historia se han ido uniendo como piezas de un puzzle, pero no sin
cierta resistencia. Los canarios fuimos también piezas de ese puzzle y muchos
de sus habitantes tuvieron que mantener a raya, por un tiempo, a pedrada
limpia, a los bien armados y altivos castellanos, que al principio, capturaban
a guanches y adláteres para venderlos como esclavos al mejor postor. No me
vengan ahora con las historias culturizantes y evangelizadores de los Reyes
Católicos y las tropas y frailes a sus órdenes, que todavía sufrimos
vergonzosos rankings de carencias. Claro, hay que tener en cuenta que en
aquella época aún no existía el concepto de lo que eran los “derechos humanos”. Todo se hacía por
“derecho de conquista” y no había más que discutir. ¡Y pobre del que se
atreviera!
En la actualidad, la Europa Comunitaria se encuentra
muy preocupada por esa continua
avalancha de sirios, de somalíes, de etíopes, de afganos, y de exiliados,
represaliados y desocupados y hambrientos
del mundo que tocan a las puertas de los palacios de los privilegiados
para ver si pueden sobrevivir, o al menos, intentarlo.. Europa está angustiada
y no encuentra solución, porque “no tiene cama, cobijo ni trabajo para tanta
gente”...
Se habla de ser solidarios, pero no solamente que lo sea un
pequeño continente densamente poblado, porque se trata de una cuestión planetaria. Es hora de que todas las naciones
y la ONU, que está para resolver los conflictos, de la índole que sean, de las
naciones del mundo, intervengan también.
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