Osvaldo Cipriani, es un artista que experimenta con la
realidad, y a través de ella realiza montajes fotográficos que convierte en
sugerencias y destellos líricos.
En esta muestra titulada Juego de niños. Encuentros y
desencuentros, Osvaldo se ha puesto a jugar, e igual que un niño ha canalizado
su afición lúdica dejando que las sensaciones fluyan entre miradas y
sentimientos que le llaman la atención. Y nos ofrece fotografías que son un
juego entre lo racional y lo infantil, entre las penas y las glorias de
este mundo irracional.
Sentado frente al
ordenador indaga constantemente en las posibilidades estéticas de su trabajo,
de un trabajo que realiza desde lo alto de su piso, décimo séptimo con vistas
al mar de Las Canteras, en el que vive con Pilar, la muchachita de su vida, como
él la llama.
Y exorciza elementos,
descubre el horizonte y la danza de las olas, cruza el raso cielo y el arrebato
de la luz. Y crea su personal emoción de lo relevante, algunas veces con un
tratamiento cubista y planos simultáneos y otras en asociaciones de imágenes
repleta de lirismo y movimiento que son una de las claves de esta exposición.
Y sobre todo repleta
de pensamiento, como las fotografías de las plataformas petrolíferas, y en
especial la titulada plegando el horizonte: Imagen de las petroleras y el
impacto que produce el derrame del crudo en una Naturaleza que grita por
sobrevivir. Una fotografía de gran belleza en la que no se puede obviar las dos
caras de esta realidad ecológica.
Para este juego de
niños, Cipriani parte de la poesía del humanismo que transforma a la naturaleza
en humana y a lo humano en aventura. Y me confiesa:
-Intento mostrar una
verdad transcendente, para descartarla, puesto que en la realidad no hay nada
transcendente. Pero tampoco hay realidad. Hay quizás, un caleidoscopio
vertiginoso que deja entrever algunas formas de posibles acciones.
Y entre esos
pensamientos nos desvela la activación del cuerpo, el “yo” terrenal y la manifestación del amor, la entrega, la desnudez
que dicen, que expresan, sugieren en la sensualidad de un abrazo entre un fondo íntimo. O en el desnudo
cándido de una muchacha extasiada ante una ola. Una ola que se niega a ahogarse al llegar a la orilla
y se desata en el juego de la muerte.
También podemos ver en Juego de niños: lienzos en los que asoma el paisaje colmado de matices
azules y verdes entre los grises, y el color tierra que dan sensación de
armonía y enlace entre ellas.
Y aunque sabemos que lo
invisible es un desafío para la fotografía, Osvaldo ha dedicado más de treinta años a la enseñanza de la fotografía. Ha
expuesto en varias partes del mundo, como España, Italia, Francia, Argentina,
Corea o China, entre otras actividades, y tiene el ojo muy entrenado, tanto
que consigue visibilizar lo fantástico, aquello que decía Borges la fantasía en
el arte. Y dentro de la fantasía, Cipriani crea visiones poéticas que parecen
rastros de nubes libres, tan libres como las líneas del horizonte jugando con
las visiones del agua.
Afirma el artista que ha titulado a esta exposición Juego de niños, porque nada, fue nunca tan
profundamente real y, por supuesto, trascendente, como nuestros juegos de
niños.
Una exposición que pueden ver en el Club La Provincia, León y Castillo, 39. Las Palmas de Gran Canaria, hasta el 27 diciembre.
Una exposición que pueden ver en el Club La Provincia, León y Castillo, 39. Las Palmas de Gran Canaria, hasta el 27 diciembre.
Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
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