Hasta no hace mucho tiempo, era bastante frecuente
encontrarse con una Virgen Negra, en cualquier lugar de culto ancestral,
actualmente debe de haber unas 70 en toda España y La Candelaria es la más
famosa de Canarias. Si se las mira bien no son iguales a las tallas de otras
Vírgenes, tienen algo distinto, algo misterioso y desconocido, que no cuadra
con la imagen que tenemos de la Virgen María… pero ¿Qué es?
Si solo nos fijáramos en el color, no pasarían de una
mera curiosidad más, pero para comprender el motivo de estos iconos de origen
bizantino, tenemos que ir más allá y remontarnos en la historia y más en
concreto a la Edad Media.
Hasta el siglo XI el culto a
la Madre de Dios era bastante secundario, centrándose más en la figura de su
hijo Jesucristo y la devoción salvadora de los Santos. Pero de la noche a la
mañana, entre los siglos XI y XIII, se produce un aumento desproporcionado de
la Devoción Mariana, coincidiendo con la época de las Cruzadas y el apogeo de
la Orden del Temple.
La figura central de la Orden
Templaría, Bernardo de Claraval, decide cristianizar los lugares de culto
antiguo y para ello sustituye cualquier icono pagano, por imágenes traídas de
Oriente. Para justificar la aparición continua de Vírgenes Negras, decide
rodearlas de un halo de milagros continuo y como en aquella época las noticias
corrían muy lentas entre regiones, hace que cada milagro parezca único.
Rápidamente se producen hechos
increíbles y comienzan a surgir figuras Marianas en cualquier sitio
insospechado: campanarios, cuevas, muros, huecos de árboles, o desenterramientos
increíbles en donde aparece una Virgen, que fue enterrada para evitar ser
destruida por los musulmanes.
Parece una misión inocente de
recristianización, pero Bernardo y los Templarios iban más allá. No es casual
el lugar donde aparecen de continuo estas Vírgenes Negras. Siempre en
santuarios antiguos, donde las fuerzas telúricas de la tierra son fuertes. Los
templarios al contacto con sectas y sociedades secretas en el Oriente, tuvieron
acceso a un montón de información que se creía perdida en Occidente, como por
ejemplo los puntos o cruces telúricos de la tierra.
Desde la antigüedad el ser
humano ha sentido que algunos lugares eran distintos a los demás y eran más
accesibles con lo transcendente. Los prehistóricos que hallaban esos lugares y
los señalaba con piedras, menhires o megalitos, o los situaban en húmedas
cuevas, sabían del poder del lugar, pero no el por qué. La tierra que habitamos
no es un ser muerto e inerte, sino que esta rodeado de pulsaciones y
movimientos electromagnéticos, como una compleja red de nervios que se
entrecruzan continuamente. Por allí circulan las fuerzas telúricas de la tierra
y en los cruces de estas avenidas la concentración es más fuerte. Por ello esos
puntos están hollados de Santuarios y Cuevas Santas. Destacan sobre todo los
lugares que tienen fuentes. Los templarios tuvieron acceso a estos
conocimientos ancestrales y para marcar estos Santuarios, colocaron las
Vírgenes Negras.
Estos iconos, a imagen y
semejanza del Agia Theotokos, o Santa Madre de Dios de Constantinopla,
proliferaron entre el siglo XI y el XVI. Incluso se dice que fueron tallados
por San Lucas, revistiéndolos de esta manera de un halo de brillante santidad.
El rasgo predominante es que no es una figura grácil, sino mayestática, pétrea,
pero que no es igual una a otra, pues existen diferentes clases. Primeramente
existe la Kiriotissa o Trono de la Sabiduría en donde la Virgen, reflejo de la
Sofía, sirve de mero soporte al niño Dios. Luego esta la Odegitria, la que
señala el camino a la Salvación, en donde vemos al Niño con un huevo en la mano
que representa al Huevo Primigenio de la Creación. Otra forma es el Theotokos,
o Virgen Madre que sostiene al Niño que bendice a la humanidad. Y finalmente la
más curiosa de todas, la Galactrofusa o Virgen que da de mamar a Jesús. La
leche que derrama en la boca del bebé, no es leche normal sino que significa la
sabiduría, para que todos los humanos puedan llegar al verdadero Conocimiento.
Ya hemos visto cuando fueron
halladas, como fueron talladas, pero nos falta saber el por qué son negras.
Esencialmente por dos motivos: a) porque en la sabiduría oriental el color
negro es uno de los símbolos de la sapiencia, y que en los idiomas del Oriente,
negro y sabio tienen la misma raíz lingüística, como ejemplo decir que en la
India, la diosa Kali es negra, ya que el comienzo Kala significa negro; y no
nos olvidemos del pueblo gitano que sabemos que proviene de Oriente y que
veneran en Francia a otra Virgen, no canonizada, llamada Sara La Negra; y b) el
negro es el color alegórico de la esposa de Dios, en el críptico Libro de
Salomón El Cantar de los Cantares: «Negra soy, pero hermosa, hijas de
Jerusalén…».
Interesante Historia de las
Vírgenes Negras, que nos retrotrae a un mundo ya perdido, en el que el ser
humano estaba más cercano a la naturaleza y que los Templarios en su afán de
llegar a la Sinárquica, (que ejerce el poder real tras la apariencia de un
gobierno de otro tipo), intentaron volver a ello, fusionando los cultos de la
Diosa Madre ancestrales, con los cultos Solares Cristianos.
blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
Muy interesante
ResponderEliminar