José M. Balbuena Castellano
Bocazas siempre ha habido a lo largo de la historia. Personajes famosos, políticos, monarcas,
intelectuales, periodistas, religiosos y religiosas, etc. han dicho y redicho
frases, sentencias, chascarrillos y demás, de los que luego se han tenido que
arrepentir o les han pasado factura, especialmente cuando se trata de
dirigentes políticos que viven en democracia y esperan el voto de sus
seguidores, o del pueblo llano.
El último aspirante a dirigente político que ha resbalado
estrepitosamente a causa de algo que
vertió en twitter hace algún tiempo ha sido Guillermo Zapata, concejal
de Cultura y Deporte del ayuntamiento de Madrid que lidera Manuela Carmena. Ambos son de Ahora Madrid y
consiguieron la alcaldía con la ayuda de Antonio M. Carmona, del PSOE, que
pidió inmediatamente la dimisión de Zapata. Carmen, que me parece una persona
seria y consecuente, evitó que Zapata continuara en el puesto para el que había
sido elegido. Por bocazas
Carmena tiene tras de si un curriculum excelente: Premio
Nacional de Derechos Humanos, Vocal del Consejo General del Poder Judicial, una
de las findadores de Jueces para la Democracia, miembro de la Fundación
Alternativas, etc. y pretende desarrollar su gestión de forma correcta.
A Zapata que no se le ocurrió otra cosa que hacer
chistecitos sobre el holocausto de los judíos, o de Irene Villa, víctima del
terrorismo etarra. “Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de
Alcásser para que Irene Villa no vaya a por repuestos”, decía. No constitye
ningún eximente el que haya realizado tales comentarios, a través de twitter,
en 2011, cuando no era aún edil. Pero ha
reconocido que siempre la ha gustado el humor negro y cruel. No es una
inclinación y disposición mental adecuada para llevar nada menos que dos áreas
de sumo interés en una ciudad tan importante como Madrid. Imagínesense que al
contemplar alguna actividad realizadas por disminuidos físicos o síquicos se
vea tentado de expresar lo que piensa en las redes sociales, tan de moda. O que
haga chascarrillos sobre la cultura, ya de por si bastante desprestigiada en
este país, donde todavía existen brotes de analfabetismo, al menos relativo,
bastante indiferencia o propensión a los continuos cambios en materia educativa
y falta de apoyo a lo que constituyen “las bases del progreso”. Y eso no es
para tomárselo a broma.
Lo peor de todo es
que todavía se utilizan algunos medios informativos (que para mí son “deformativos”) para
prodigar el insulto, el desprestigio, las insidias y opiniones carentes de solidez y de
trascendencia social o ética. Es lo que
se denomina la tele basura, que también podría aplicarse a radio
basura o prensa basura,que tampoco falta. Está muy bien la libertad
de expresión para denunciar injusticias o defender la democracia, o cualquier
otro valor que merezca la pena, pero hay que poner un límite personal a lo que
se puede, o se debe decir, a través de los medios informativos o las llamadas
redes sociales. De no ser así, podría convertirse en libertinaje y ser nocivo
para colectivos, instituciones o para alguna persona determinada o inductores
de acciones llevadas a cabo por fanáticos
e irresponsables. Además, se
emplea con mucha frecuencia toda esa red de comunicación personal para fines no humanitarios e irrespetuosos.
Con el agravante de que muchos menores pueden acceder a contenidos peligrosos,
sin que a veces los padres se percaten ni se ocupen de prevenirlos.
Con el móvil, los WhatsApps, Twitters, Facebooks y todas
esas aplicaciones de mensajería instantánea, cualquier cosa que se escriba, se
diga o se grabe llega inmediatamente al más alejado rincón del mundo. Todo
queda luego grabado y es difícil desdecir lo que ya se ha dicho o enviado.De
ahí la importancia de calibrar muy bien lo que se pretende emitir para que
nadie se sienta aludido u ofendido Un uso responsable de estos medios en
siempre aconsejable, y no ser, a través de ellos, un auténtico bocazas.
facebook/rosariovalcarcel/escritora
Comparto estos criterios.
ResponderEliminarDice muy bien, amiga. Gracias por compartírnoslo.
ResponderEliminarAbrazos