Los siete golpes
El dolor causa un sabor inusitado,
Mis
palabras cayendo siete centímetros por segundo
Los siete
golpes de mi madre antes de dormir
La ausencia
de mi padre antes de dormir
Conozco muy
bien el fondo de esta triste ciudad y ya no tengo miedo.
Altercados con el tiempo
despertar
otra vez,
levantarme
de la muerte
abrir los
ojos para encontrar las flores
abrir los
ojos para quemar mi sombra.
Quise abrazar
el mundo pero los abrazos
me parecen
pequeñas cárceles donde habitan fantasmas
en el
tiempo de mi infancia no tenía demonios, ahora sí.
Quiero
despertar otra vez y que las últimas flores sean mías.
El Corazón Arde
Estos días se han vuelto humo, llamas, mis
pies se queman
el camino
parece un hondo pesar de soledades lúgubres.
Existe un dolor intensamente ardió que mata la
esperanza de las horas
la soledad
inunda los metros de esta casa, intento sostener las paredes
Pero mis manos se queman
La habitación se vuelve pequeña
Me desangro.
Todo es
dolor,
completamente
dolor,
absolutamente
dolor.
Mi corazón
ardiendo a paso lento se detiene
te busco en
mis memorias tal como mi instinto de supervivencia intenta obtener un último
suspiro.
Memorias
vueltas cenizas, el amor
quemado y mi inocencia rota.
Las
palabras se incendian una a una se pierden
recuerdo
una despedida amarga y un jardín que a cada paso hacia adelante se aleja.
Dariela Torres es una de las jóvenes voces poéticas de Honduras que comienzan a poblar nuestro imaginario literario con enorme potencia en el primer paso. Nació el 30 de octubre de 1995 en Tegucigalpa, Honduras. Estudia Letras, con orientación en Literatura, en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). La calidad de su trabajo, profundamente reflexivo y lírico, no se reduce a la narración de la vivencia personal, señala otros espacios, otros ámbitos donde el dolor se afinca y amenaza con devorarlo todo.
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