Nos hemos hecho “humanos” poco a poco, y en esa evolución ha
tenido mucho que ver el concepto de sexualidad, el juego, el placer, los
sentimientos, tanto que el género o las múltiples acepciones que la palabra
encierra, tienen hoy un marcado carácter social, político, y hasta literario.
Desde la Antigüedad y sobre todo en Grecia y Roma se disfrutó
del sexo con una actitud libre y lúdica. Así en el país helénico la
homosexualidad masculina se consideraba
la más alta expresión del amor y a partir de la poeta Safo de Lesbos, la
sexualidad de los humanos ha sido materia para la literatura, para la pintura,
como nos lo demuestra los hallazgos de los murales en las Termas Suburbanas de
Pompeya, hasta que paulatinamente se impone una moral judeocristiana en la que
el sexo y su gozo se convierte en un elemento de mortificación y pecado.
Poco a poco, la antropología, los estudios culturales y los
grupos de liberación homosexual, sobre todo el movimiento feminista, han
coincidido en que era necesario hacer un cambio con el tema sexual, un tema
impuesto durante siglos. Así las voces de mujeres y hombres nos plantean un desequilibrio
rebelde y subversivo, un deseo de traspasar
la línea de lo íntimo. Nos plantean un cambio trascendental en la comprensión
del homoerotismo masculino y femenino.
En ese camino hemos tenido que esperar casi a los años
noventa del pasado siglo, para que se produjera la eclosión de publicaciones de
amor con temática LGTBI, para que la literatura y las artes nos muestren sin tapujos ni medias tintas el inicio del
amor entre dos chicos o el sexo entre dos chicas... esa opción estética y filosófica
que nadie se atrevía a decir su nombre durante mucho tiempo: Lesbianismo
Y hablando de sexo, “Naúfraga en tu piel” el último libro de
poesía de Irma Ariola Medina Cuevas, pero seguro que no el último en publicar,
habrán más, muchos más porque su creatividad es imparable, nos muestra un
arrastre poético amoroso, un tratamiento de la homosexualidad femenina, repleta
de fascinación por el sexo, por un sexo que ocupa todos sus versos. Una
creatividad que surge de un vertiginoso deseo de escribir y escribir de la que
yo he sido testigo por los momentos de amistad que hemos mantenido durante
algunos años.
Un libro que desprende el sentimiento de la intimidad, “el
lirismo del amor, su ensoñación” y sus fantasías eróticas, quizás porque sentía
la necesidad de plasmar poemas
inquietantes y oscuras emociones. Una autora que nos arrastra a una relación
personal, al amor con vocación eterna, al amor posible, gozoso hasta la
extenuación, aunque dejando escaso rastro de lesbianismo en algunos de sus
textos como en el poema ANSIAS
Hidrátame la piel a sorbos, / desnúdame los
silencios / con tus besos.
En
otros poemas Irma Ariola es más directa y coloquial, con un lenguaje vivo y un
lesbianismo que se hace implícito y deseante. Ese deseo que impregna todo lo
que hacés como dice Cristina Peri Rossi :
Bésame /y escucharás el río / de tus aberturas / sonar entre mis
cuerdas, /deslizas tus manos /en mi cofre secreto / hasta abrir la llave / del
candado mágico /con la suavidad /de los dedos acoplados. /
El tema principal de “Naúfraga en tu piel” es el amor y
sobre él giran los escarceos poéticos de Irma Ariola, imágenes y símbolos que
pertenecen al mundo que le rodea, al ámbito de la naturaleza de la isla que
habita –el mar, las olas, los astros, la
luna…- Una naturaleza que se convierte en símbolo erótico: Imagen romántica,
vitalidad y cambio - que identificamos con la vida sexual humana como en el
poema EBRIA:
Paseo por tu cuerpo, / lo recorro
pausadamente, / salta la ola en tu
regazo, / desfallecemos juntas en un
mismo astro…
Irma Ariola bordea en “Naúfraga en tu piel” el amor, el
deseo y el sexo. Explora el laberinto de la pulsión sexual. La homosexualidad
como celebración de la vida, o como confirmación de ella. Palpa en el cuerpo,
en el goce y la alegría del homoerotismo, así podemos leer en TREPO POR TUS MUSLOS:
Eres la rosa en mi
corazón/ eres el aire de mis pulmones, / mi
ninfa reposada en mi pecho /te
siento llena de puro amor. /
Trepo por tus muslos
hasta tus senos /gritas de deseos en medio del silencio, / te juro amor eterno,
/ te colmo de besos hasta saciar mis ansias, / desciendo hasta el valle, /
recorro hasta el pozo del apetito / bebo de tu agua transparente.
Belleza de mujer, / te
admiro en la madrugada, / nuestro amanecer se llena de luz y estrellas; /los
gemidos son la melodía perfecta / entre delirios transitorios /al llegar juntas
al cenit.
La poesía de Irma Ariola va más allá del amor entre dos
mujeres porque ella trenza y destrenza el amor y el sexo y nos evoca ese
paraíso personal que ella sabe impregnar de luz y vida.
Pero Irma Ariola, es también pintora, no sé si una
poeta-pintora o una pintora-poeta. Una pintora que escribe quizás para
reivindicar un lugar que nos rechazaba y
nos rechaza en algún momento este mundo injusto, este mundo de desasosiego que
vivimos. O escribe poesía como válvula de escape para sobrevivir o para
deshacerse de sus demonios. O quizás, igual que García Lorca, se siente tan
llena de poesía que quiere ser todas las cosas y en el caso de nuestra
poeta abarcar registros como: Técnica
Agente de Igualdad, Guía intérprete de Inglés y Alemán…
Afirma
su profesor de pintura José Sosa Servan que su obra tiene sus raíces en los
carteles modernos del siglo XX y siglo XXI, y realmente ese registro se
manifiesta con claridad en las pinturas y los dibujos que Irma Ariola nos ofrece en su libro de poemas “Naúfraga en
tu piel” realizados a carboncillo o acrílicos sobre lienzos en los que destaca
figuras de mujeres, unas con actitud sensual y provocadora, otras con grave y sosegada melancolía entre
sombras conjuradas.
Nos revela mujeres que se aman. Mujeres que dialogan, que
recrean una historia. Mujeres semejantes a diosas llenas de poder. Mujeres
sutiles, inmersas en un laberinto de intensos sentimientos, construyendo una
trepidante trama de amor. Mujeres jóvenes, silenciosas y secretas, sensuales
con rostros de facciones afiladas que transmiten el mensaje de la ansiedad, el temblor del
deseo erótico.
Siluetas con fondo blanco y alguna nota de color amarillo o
rojo en una búsqueda lujuriosa. Desnudos realizados en acrílicos sobre lienzo. Cuerpos femeninos a lo
largo del lienzo, con colores que aportan serenidad y calidez, donde
predomina la gesticulación teatral de los personajes. Obras en la que la
sensualidad queda plasmada, en la que Irma Ariola muestra un gesto de ternura y
de deseo femenino.
Celebra Irma Ariola
Medina Cuevas en este nuevo libro de poemas “Naúfraga en tu piel” el deseo
permanente de libertad.
Muchas Felicidades y el deseo que este nuevo libro
tenga un largo, largo recorrido.
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