Hace más de
cien años que Los Llanos de Aridane viene celebrando su tradicional Fiesta de Arte
bajo la mirada atenta de su cielo
colmado de estrellas.
Pero yo no
había tenido la suerte de verla, solo había oído hablar de ella a una persona
que colaboró en su tiempo en cuerpo y alma, a mi abuela Marietta de Las Casas y
también a mi tía Juana Carmona. Y ahora que he tenido la oportunidad de
presenciar algunos de los actos y que me
he propuesto exponer lo poquito que he visto de esas famosas fiestas me ha dado
miedo y no es por no tener que decir, que tendría que decir mucho, sino
que es una gran responsabilidad el
narrar todo lo que representa, o simplemente lo que he visto sin dejar nada atrás,
sin que pierda su belleza. Por eso quiero empezar dando las gracias.
Gracias a
Los Llanos de Aridane por convertirse por unos días en patrimonio de la música,
el arte y la danza.
Gracias a
María Victoria Hernández por el esfuerzo que ha hecho en rescatar la tradición de
Manto y Saya. Porque con esta tradición hemos entrado en las antiguas costumbres de un
pueblo, de una isla. Y hemos escuchado las
pisadas silenciosas de aquellas mujeres que embozadas sonreían con los ojos,
mientras recorrían las calles tímidamente con el rostro semi oculto para que no
se les reconociera.
Y hemos
paladeado el aroma de las serenatas que nos acompañaron con sus letras
populares, con esos secretos de otros tiempos, con esas canciones saltarinas,
con el sabor de tierras de acá y de allá. Canciones con esencia de nostalgia, ya
cantadas, dichas y redichas, pero siempre llenas de pasión.
Gracias a Ima Galguén
y a Silvia Reiss por regalarnos su voz cálida y el sabor místico del
arpa. Los latidos de la isla.
Gracias a José Carlos por organizar el Festival de
Intérpretes de la canción “En busca de una voz” por lograr que disfrutáramos de
una noche de gala en la que entre los reflectores de luces flotaron en el aire las mejores voces de las islas. Sí,
porque él utilizó su extraordinario conocimiento y su
esfuerzo en hacer feliz a un grupo de jóvenes, a chicos y a chicas que por su talento merecen la oportunidad de ser
escuchados.
Un Festival que servirá de trampolín para iniciar, continuar
o consolidar las carreras artísticas de los participantes. Unos chicos que durante días entrenaron sus cuerdas vocales, ensayaron de una
forma instintiva viejas grabaciones o
nuevas y movieron sus cuerpos con agilidad y destreza. Finalmente como en todos
los concursos hubo una final y tres participantes obtuvieron premios: Andrea
Rodríguez de Tijarafe, Alejandra Martín Sanblas ambas de la isla y una lanzaroteña Inmaculada
Sepúlveda. Aunque muy bien podrían haber
sido finalistas los l@s veintitrés que se presentaron.
Fueron noches musicales,
noches brillantes en la que los laureles de la Plaza de España asomaban la
cabeza por encima de las edificaciones para presenciar con naturalidad los
festejos, para escuchar el famoso preludio de la zarzuela "El Tambor de
Granaderos" de Ruperto Chapí. Para disfrutar del actor invitado, Rafael
Álvarez, el Brujo que llegó al festejo como siempre, con su peculiar estilo y su
Lazarillo de Tormes, despertando la simpatía y la aprobación del público.
Después se apagaron las luces y se escuchó la marcha eslava
de Tchaikovsky. Una de mis preferidas. Fue un momento casi poético, en el que
todos los que estábamos allí enmudecimos al ver llegar a la reina, preciosa, caminando lentamente del brazo del
mantenedor D. Oswaldo Izquierdo Dorta y seguida de su séquito de honor: chicas
bonitas y unos niños que hicieron su papel a las mil maravillas. Un centenar de
personas aguardaban impacientes ese momento y yo emocionada penetré en la
escena de la infancia, en aquellas narraciones que mi abuela me contaba.
Gracias a D.Oswaldo Izquierdo Dorta, mantenedor de la
Conmemoración, por su discurso ameno y emocionado sobre la Fundación Muñoz y la
Academia Lavers: 30 años de historia. Los Llanos de Aridane. Gracias al cuarteto de violines por su Concierto clásico: Particella. Y gracias a todos los que participaron en
aquel escenario resplandeciente.
Pero quedaban más emociones, porque al día siguiente llegó el
día grande de la
Fiesta. Un día azul en que el pueblo de Los Llanos de Aridane se viste de gala para celebrar el Oficio a la Patrona.
Un día de celebración litúrgica, un día
espectacular en donde las damas bajo los ardorosos rayos de sol,
repletas de luz y con abanicos de colores, lucían sombreros, redecillas, pamelas y
tocados como si estuviésemos en el hipódromo más famoso del Reino Unido,
en Ascot. Ataviadas de esa forma asistimos al Culto que fue presidida por el
vicario de la Diócesis de Canarias, Hipólito Cabrera González.
Gracias a
Noelia García, la alcaldesa de Los Llanos que hizo la ofrenda a la Virgen quien brillaba en el altar
rodeada de anturios rojos, tal y como marca la tradición. Por su plática en la
que tuvo un recuerdo emocionado al sacerdote D. Marino Sicilia,
tanto que a algunos de los feligreses les invadió una gran tristeza, como un
desconsuelo, y una señora mayor que estaba a mi lado se le resbaló una
lagrimilla. Pero la escena discurrió rápido y enseguida escuchamos la "Salve en Honor de Nuestra Señora” compuesta por Juan
García Martín y estrenada en 1.986. Dirigida por Gonzalo Jaubert con las voces de la Coral
mixta Awara. Gracias a ellos y a la dirección de la Coral por haber logrado que la composición musical
alcanzara un grado de perfección.
Al atardecer tuvo lugar la procesión por el centro de la
ciudad y el Orfeón Elías Santos Abreu movió los corazones cuando interpretaron la
emotiva Loa a la Virgen de Los Remedios, en la versión del año 1943, es decir
con letra de Pedro Hernández y música de Domingo González Ferrera.
Finalmente los destellos de los fuegos artificiales crujieron
ardientes en el cielo y yo cerré por un momento los ojos y me sumergí en el
recuerdo de mi abuela, en el de mi infancia en Los Llanos de Aridane.
Así que Gracias a la concejal de Fiestas Mónica González
Rodríguez y a todos los palmeros que han participado de alguna forma en estas
Fiestas de Arte. Gracias por haber permitido que yo pudiera disfrutar de unos
momentos tan bellos.
En la foto: la senadora María Haro, la concejal de Fiestas de Los Llanos Mónica Gonzalez y Rosario Valcárcel
facebook/rosariovalcarcel/escritor; www.rosariovalcarcel.com
Hermosa descripción de un lugar mágico, el valle de Aridane, a través de sus fiestas patronales. Y esa Fiesta de Arte bajo los laureles, una estampa de otro tiempo.
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