La música es la forma más bella de lo bello
José Martí
La forma de mi vida
actual está, ciertamente determinada por mis raíces, por mi infancia.
Por mi abuela María de Las Casas, la
telegrafista de Los Llanos de Aridane, por la Plaza de España, por una pequeña pendiente, una
especie de tobogán por donde los niños nos deslizábamos entre sus laureles de
Indias, por el recuerdo de la recogida de las almendras. Por la Banda de música que tocaba
con brío melodías clásicas, famosas zarzuelas, canciones folclóricas.
Por aquellos años sesenta yo era una
adolescente y junto con mis amigas nos acercamos a la Plaza. Debía ser Viernes Santo
en el valle de Aridane, cuando escuché por vez primera la Marcha Fúnebre de Chopin, era
una de sus interpretaciones clásicas y a mí me pareció una celebración a la
vida. Las calles alrededor estaban llenas de gente, paseaban muy
emperifolladas, estrenando sus ropas. Me sonreían.
La chiquillería corría de un lado para
otro, se agitaba. Los mayores reservaron con antelación los mejores sitios,
permanecían en silencio, emocionados se les humedecían los ojos. La Banda lo controlaba todo y
nadie hubiese podido negarlo, no hubo cosa más bella que aquel momento. De la Cumbre palmera descendía un
aire frío, un olor a humedad, la
Plaza estaba empapada. Y yo pensé en los signos de la muerte,
en que la eternidad quizás se parezca a la vida. Entonces sentí que la Naturaleza se sacudía.
La música nos abrazaba.
Más tarde en mi casa intenté canturrear
el concierto sin que nadie me escuchara. Siempre desafiné, el canto ha sido mi
asignatura pendiente, hasta tal punto que en el Bachillerato marcaba de memoria
el compás, movía las manos mientras
cantaba las notas: do re, mi, fa, sol, la si, do… Esas cosas estaban fuera de
mi alcance.
Han pasado muchos años desde que se creó
la Banda de
música en esa isla bonita, en Los Llanos de Aridane. Y han pasado por la España de los tiempos
difíciles, por la España
en que la gente vivía trincada. Pero gracias a la generosidad del pueblo, a
suscripciones anónimas, ayudas municipales y sobre todo a un grupo de vecinos
aridanenses pudieron adquirir instrumentos, formar una institución y permanecer
viva durante tres siglos.
El 29 de abril del 2008 la Corporación Municipal
aprobó por unanimidad concederle la medalla de oro de la ciudad a la Banda de música coincidiendo
con su 150 aniversario.
Hoy, unos años más tarde con motivo de
las Fiestas de La Patrona de Los Llanos de Aridane me he vuelto a estremecer al
escucharlos.
www.rosariovalcarcel.com www.facebook/rosariovalcarcel/escritora
Sin duda que Rosario recuerda el tobogán juguetón de la antigua Plaza de Los Llanos, por el que los niños y las niñas bajaban y se divertían con tanta ingenuidad y tanta sabiduría a la vez.
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