Yo, no más que el balsero
hijo de mi padre,
hijo también de estas islas
acostumbradas a la emigración
donde unos piensan sólo en trabajar
mientras para otros no existe la razón suficiente.
Confieso que todo depende de repicar campanas por el pecho,
el repicar de campanas y los dedos largos de la noche
que se afanan por desconocerlo…, Confesiones del balsero, Juan Calero.
hijo también de estas islas
acostumbradas a la emigración
donde unos piensan sólo en trabajar
mientras para otros no existe la razón suficiente.
Confieso que todo depende de repicar campanas por el pecho,
el repicar de campanas y los dedos largos de la noche
que se afanan por desconocerlo…, Confesiones del balsero, Juan Calero.
Se suele decir que la poesía es un género minoritario, que
nadie lee poesía, que está casi en los límites de deshumanizarse…Quizás sea
porque la poesía exige un esfuerzo de comprensión o porque somos muy cómodos.
Y tal vez tengan razón, pero hoy la poesía es el género que más satisfacciones ofrece, así podemos ver como últimamente se ha creado una simbiosis entre pintura y poesía, entre música y poesía.., y como se ha puesto de moda entre diseñadores como Ágatha Ruiz de la Prada o Jesús del Pozo, que visten de poesía sus telas, plasman en sus lienzos poemas de autores de Juan Gelmán, de Neruda… Han conseguido que conviva el diálogo moda y literatura.
Y tal vez tengan razón, pero hoy la poesía es el género que más satisfacciones ofrece, así podemos ver como últimamente se ha creado una simbiosis entre pintura y poesía, entre música y poesía.., y como se ha puesto de moda entre diseñadores como Ágatha Ruiz de la Prada o Jesús del Pozo, que visten de poesía sus telas, plasman en sus lienzos poemas de autores de Juan Gelmán, de Neruda… Han conseguido que conviva el diálogo moda y literatura.
Y jóvenes y no tan jóvenes se dan cuenta que escribir poesía nos permite desarrollar la creatividad, compartir deseos y emociones, necesidades y sueños. Llegar a la belleza a través de los sentidos. Y se lanzan a deletrear palabras, a escribir poemas en las redes sociales con un ritmo vertiginoso. Casi a ciegas nos entregan pedazos de emociones, se promueven a través de ella. Se reúnen para recitar poemas en museos, pubs, en casas particulares.
Por eso al leer el curriculum del poeta que hoy presentamos,
Juan Calero, y ver que ha obtenido premios y reconocimientos en Varadero y en
la Habana, en Cuba. En Tenerife, en La Palma, en Las Palmas, en Madrid y en
Miami, EEUU. Sin olvidar que el pasado año fue incluido en ocho antologías en
lugares tan distantes como Argentina o Estados Unidos, he comprendido que el
mundo se ha empequeñecido, que los caminos se han cruzado y que las distancias
ya no existen.
Juan Calero Rodríguez es un canario-cubano. Un ser al que le
gusta ser feliz, celebrar la vida, tomarse las cosas con calma, tener tiempo
para observar, para enlazar lo material con lo espiritual, para enfrentarse a
la realidad cotidiana y enhebrar los hilos invisibles de la poesía con los dramas
íntimos y cercanos, con los balseros que arriesgan su vida por vivir en
libertad, con las evocaciones, con todo lo que palpita.
En el 2007 publica un poemario titulado “Palabras del
balsero”. Un homenaje a los emigrantes que como luces que se esconden, cruzan
nuestro océano. Esas historias que conocemos y que no son como las conocemos.
Son terriblemente peores. Por eso Calero en el poemario que hoy presentamos
“Bajo los portales del Niágara” ha querido incluir el poema “Confesiones de un
balsero” seguir la huella, erigirse como testigo. Y para ello se sitúa entre el
lirismo trágico y el presente de los pueblos que emigran. Con la carga poética
de la huida, del viaje.
He aquí el reverso del agua, la corriente.
He aquí la oscuridad murmurante
encharcada, inconmensurable, inconmovible.
El grito extenso y lleno de sed viaja por ciudades remotas…
He aquí la oscuridad murmurante
encharcada, inconmensurable, inconmovible.
El grito extenso y lleno de sed viaja por ciudades remotas…
“Bajo los portales del Niágara” nos ofrece también la temática de lo íntimo, la languidez del gozo, lo erótico, lo placentero, sin olvidar la atmósfera de ritual festivo como el poema “El vino, la sangre de la fiesta”.
Sobre el jolgorio se
arma la parranda
Todos súbditos del
canto alegre
Pámpanos y sarmientos
se agregan a la cepa
Y cualquier picoteo
es el mejor manjar…
Convoca también Juan Calero el poder de seducción, la vida,
el erotismo, los cuerpos que se entregan a la orgía del placer y decide
experimentar con sus sentimientos, envolvernos en sus arrebatados goces como en
este poema titulado Mañanero
….La humedad de tu ciénaga evoca los exordios
mejor guardados
Y absorbo toda la
frescura de la mañana que penetra
Entre los balaustres
de la ventana
Envuelta con el ir y
venir de locos retozos al viento…
Algunas veces
nuestro poeta emerge de sus raíces, de su pasado. Expresa el sentimiento de la
infancia, del retorno. Y lo hace con visiones fugaces de su mundo intenso, de
su mundo conmovedor y crea un diálogo con el tiempo, un reencuentro con el
pasado como el poema titulado: Nostalgias:
Hoy he
vuelto a lo que fue mi casa/ Pero no pude entrar. / Está llena de recuerdos. /A las puertas está
mi país, / mi ciudad, mi pueblo, mi vida, mi mundo/ Sin poderlos habitar./ Ya no me pertenecen./
Juan Calero Nació
en Guanajay, La Habana, Cuba. Su
formación ha discurrido por las ramas técnicas pero pronto se plantea el
conflicto del arte en la vida, narrativa y poesía. Pintura, caricatura y diseño gráfico, llegando a
exponer en algunas salas de la capital cubana. Alterna la prosa y el verso.
Es
fundador y presidente de la Agrupación Cultural ARTEnaciente, que con el
grupo de teatro se han presentado por toda La Palma, Tenerife y Sevilla. Y hoy
forma parte del proyecto cinematográfico que dirige Ginés Lao Mendoza: "Leocricia,
la poetisa blanca" que encarna a la figura de la poeta Leocricia Pestana Fierro nacida en la isla de
La Palma.
Los versos de Juan
Calero destilan el encanto, la imagen de las islas familiares situada en un
mapa entre islas. Y otra isla que parece enigmática desde lejos, pero que es
concreta y bienhechora si se contempla y se percibe desde cerca.
De niño, soñaba con una isla, / pero no
conocía ninguna otra más que la mía. / Quise inventarla, como todos, romper
mañanas, / sin prisas, allá, como todos donde bordan el firmamento. /Es culpa
de la noche, / del dueño, del mañana….
“Bajo los portales
del Niágara” es un poemario con tildes barroco que condensa con intensidad una
poesía auténtica, escrita por una mente sensible. Un poemario que explora las
relaciones humanas, el mundo que lo rodea.
Foto: de derecha a izquierda: Presidente de la Nace, Aquiles García, Juan Calero, autor del poemario "Bajo los portales del Niagara", Antonio Arroyo, poeta, Rosario Valcárcel, escritora y presentadora del acto y Celia Sánchez, clarinetista que amenizó la presentación en el Museo Poeta Domingo Rivero.
Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
Memorable presentación de la inmensa Rosario Valcárcel, e inolvidable fin de semana, en Las Palmas de Gran Canaria. Gracias por estas palabras tan hermosas, amiga.
ResponderEliminarUn momento muy agradable escuchándolos.
ResponderEliminarEl tiempo traerá buenas aguas y todo caerá por su propio peso, mas los corazones angustiados no recuperaran las lunas perdidas , que neceda repunta el ambiente , sin poder apartar la falsedad y la mentira. Tensy,
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