A
LA SOCIEDAD AMOR SAPIENTIAE
Con férreo diente la corteza dura
de nuestra madre
tierra, audaz destroza
el arado, que mano
vigorosa
va impulsando por
árida llanura…, Leocricia Pestana Fierro (1853-1926)
Este precioso poema me lo envió hace unos dos años Ginés Lao Mendoza, director de cine de
autor, junto con una invitación para participar en la película Leocricia, “la poetisa blanca”. Un largometraje
que él estaba rodando en la isla de La Palma.
Conocí a Ginés en el Museo Domingo Rivero de Las Palmas de
Gran Canaria, aquel día yo presentaba un libro de poemas. Y Ginés me comentó
que él era escritor y cineasta, que ya había rodado algunos cortos como
“Psiquiátrico de la Fe” e “Inocentes armas de guerra” y creo que también “El sector”.
Aquella misma tarde me habló del rodaje de “Leocricia, de
dos libros que había publicado: “Desde mi ansiedad” y “Ansiedad, más allá de la
frontera” de las enfermedades psicosomáticas. Sospeché que tenía una habilidad
innata para relacionarse:
-Considero la ansiedad como el cáncer del siglo XX y XXI, está matando a mucha gente. -Eso me aseguró.
-Considero la ansiedad como el cáncer del siglo XX y XXI, está matando a mucha gente. -Eso me aseguró.
Ginés Lao, ha sido
el primero en realizar un largometraje documental sobre la “Dama
Blanca”, Leocricia Pestana Fierro, sobre la historia de una mujer con un
pensamiento abierto, nacida en la isla de La Palma, pensadora y seguidora de la
obra de Voltaire, cosa que le produjo ciertas complicaciones en la sociedad de
entonces. Una poeta valiente, culta, lectora voraz, pensadora y enamorada. Al
morir su marido siempre le enviaba flores con unos versos, muchos escritos en
sus pétalos.
Al principio el proyecto se diseña para hacer un corto pero
tras largas conversaciones con Isidro
Tejera, Ginés queda tan entusiasmado con la visión que le aporta sobre la
poetisa tachada de masona, anticlerical y republicana que se convierte en su fuente
de inspiración y, según sus propias palabras, decide con unos pequeños ahorros
realizar un largometraje. Aprovechar las vacaciones y algún fin de semana para trasladarse,
desde Gran Canaria en donde vive y trabaja, a la isla bonita. Poner en marcha
el trabajo.
Y sin estudios de rodaje, sin recursos económicos, con una
sola cámara, algo de maquillaje y peluquería. El precioso vestuario de época
diseñado por Marisol País, numerosos colaboradores como la escritora Sandra
Lorenzo, muchísima ilusión y muchas ganas de trabajar, el director-guionista
se pone en contacto con Víctor Hernández Correa y Manuel Poggio.
Y me dice Ginés, que fue entonces cuando comprendió que
debía dar el salto a la gran pantalla: -Todo iba ocurriendo de una manera tan
maravillosa e inesperada que se me apilaban las imágenes ¿Cómo puedo
explicártelo? Empecé a trabajar duro en el posible guion y las ideas que se me
ocurrían no eran ideas, sino sueños.
Busca escenarios por calles silenciosas, por plazas y senderos.
Le muestran espacios que le seducen como la Escuela de Música, el Colegio Luis
Albendea y Gómez de Aranda y la casa particular de San Andrés. Así como la
Quinta Verde, el histórico inmueble de la familia Massieu-Monteverde construido
en el siglo XVII que está ubicado en las laderas del barranco de Dolores, en
Santa Cruz de La Palma y la casa familiar de D Elías Santos Abreu, amigo de
Leocricia.
E invita a Luis Morera, polifacético creador a participar en
la película con su famosa composición a “La Quinta
Verde” un poema que canta
al amor, a la vida, a los sueños posibles y al Universo… Y escuchamos: Cada mañana veo el sol/y siento ganas de
vivir/es tan perfecto tu camino/que estabiliza mi existencia...
Por fin Ginés Lao tiene el relato. Los seres y las cosas
comienzan a desfilar ante sus ojos. Y pone en marcha el argumento, la
ambientación y la atmósfera cinematográfica. El papel de Leocricia Pestana
Fierro lo interpreta de una forma magnífica, la actriz de ARTEnaciente Carmen
Rosa Mendoza Concepción, fotógrafa ocasional, más conocida por Tata.
Planos que nos acercan a una película en blanco y negro de finales
del diecinueve y el plano actual donde unos jóvenes interpretados por Valentina
Rodríguez, Pablo y Lucas Hernández, Abian Lázaro Calero, Cira Rodríguez y
Ayatimas Pérez, compañeros de un Instituto, comienzan a interesarse por la poesía
de Leocricia con una admiración particular. A interesarse por la música y el
misterio que envuelve a la Quinta Verde, todo un espectáculo para la
imaginación.
Una película en el que el pasado y el presente se
entremezclan en la cinta. Un presente en la que unos jóvenes viven las
peripecias de la adolescencia y quizás, alguno de ellos, sin saberlo, podrá
convertirse en la gran revelación. Una película en la que la historia y el mito
se entremezclan con un efecto de lo que está más allá de la realidad, eso que
podríamos llamar el efecto poético.
Una especie de documental en la que todas las escenas están
grabadas en plano de secuencia y “cámara en mano” tanto en interiores como en
exteriores. Y como dato curioso, Ginés al igual que Alfred Hitchcock aparece como actor en la trama de la película.
Rodada en San Andrés y Sauces, en Puntallana y en el teatrino de los Sauces y en Santa Cruz de La
Palma. Participan también en el rodaje otros actores de ARTEnaciente como
Cristina Rodríguez, Juan M. Lorenzo, Mercedes Martín, Pedro Herrera, y otros
actores aficionados. También invita el director del film a personajes de la
cultura palmera como el mencionado Luis Morera, la escritora Rosario Valcárcel,
el historiador Víctor Hernández Correa o el investigador José Guillermo
Rodríguez Escudero.
El crear un largometraje sin recursos económicos fue un
proyecto tan ilusionante como utópico, pero los Ayuntamientos y gran parte de
la población de San Andrés y Los Sauces, Puntallana y Santa Cruz de La Palma se involucran.
Y finalmente no es una película de Hollywood ni con efectos
especiales, pero es una película digna, un referente para un público de
cualquier edad que quiera conocer parte de la bonita isla de La Palma y la
existencia de la poeta palmera Leocricia Pestana Fierro, una de las mujeres más
insignes que ha dado La Palma, solidaria, caritativa, sonetista excepcional y
célebre intelectual, injustamente olvidada.
Felicito a un hombre excepcional, a un director de cine infatigable: Ginés Lao
Mendoza. Y a tod@s los que se han dejado la piel
para sacar adelante el proyecto. Y dejo a los espectadores que cuando vean la
película alcancen su sentimiento propio de esta historia, de esta entrañable
película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario